* Negligencia criminal en Pemex-Mexichem *
Soldando sobre el gas * Semanas antes ya existía la fuga * 100
empleados en el lugar de la explosión * La mentira oficial: tres
muertos * Televisa vapulea a Yunes Linares * ¿Pues no que le daba línea
Salinas para joder a Javier Duarte? * Enfilan a Marcelo a la
diputación * Patricia Peña, urgida de votos * Quintanilla, por el
Verde pese a sus delitos
Mussio Cárdenas Arellano | 22
abril de 2016
Tribuna Libre.- A Clorados le
persigue la tragedia. Vuela en pedazos, arde en llamas, deja muerte y cientos
de obreros heridos, siembra dolor, enluta hogares. Es la negligencia criminal
que por siempre distingue a Pemex, asociada a Mexichem.
A las 3:17 de la
tarde, este miércoles 20, se escucha el estruendo, sacudidas las puertas y
cristales de hogares y oficinas, impactante el efecto de la onda expansiva, que
avanza y desplaza lo que encuentra a su paso. Son los síntomas de la nueva
explosión en Clorados 3, en el complejo petroquímico Pajaritos.
En minutos se
observa en el horizonte, sobre el caserío y la zona portuaria, trasponiendo el
río Coatzacoalcos, la nube grisácea que evidencia la magnitud de la explosión.
Nada como esto que se tiene frente a los ojos.
Es una nube
tóxica, cargada de elementos derivados del cloro, dicloroetano uno de ellos,
por el que alertan en las redes sociales, en los espacios de internet, por su
efecto en la piel y en la ropa, por el daño que pudiera causar a largo plazo al
ser inhalado.
Crece la nube
tóxica y la alarma se generaliza mientras comienza a aplicarse el plan de
contingencia, el Plan Tajín, las unidades de contraincendio en franca carrera
hacia el sitio donde en un lapso de 25 años se han producido dos de las mayores
explosiones de la industria petrolera, las dos en Clorados 3, la primera en
1991, dejando sólo fierros retorcidos y muerte.
Van ambulancias
mientras los accesos a los vehículos se restringen, todas hacia la zona de la
explosión.
Dice la mentira
oficial que los muertos son tres. Y que los heridos son 36, aunque luego se
trata de 60, al caer la noche ya van por los 105 y finalmente que 136.
Es Javier Duarte
el vocero de la falacia, enviado a lanzar rollo y a explicar que fuera del
susto, nada ha de venir. Llega al palacio municipal de Coatzacoalcos. Habla a
la prensa. Habla y se traba en su monólogo. No admite preguntas y se va. Qué
patético show.
Triste rol el del
gobernador de Veracruz, matizando una tragedia que parte de la negligencia y la
irresponsabilidad, pues la explosión proviene de trabajos de mantenimiento
realizados en un área en que se sabía, semanas atrás, era zona de fugas y aún
así, los obreros de una compañía contratista, Multiservicios Gamsa, eran obligados
a trabajar. La chispa sobre el material explosivo.
Fallido el
intento, no puede Javier Duarte atenuar la zozobra y el miedo entre la
población. Se saturan las líneas telefónicas, movidos por la inquietud. Se teme
a otra explosión y más a los efectos que pudiera tener en la salud la
inhalación de los residuos de la nube tóxica, el riesgo de cáncer, el daño a
órganos vitales.
Más de mil
trabajadores se hallaban en el área siniestrada y sólo tres de ellos perdieron
la vida. De los males, según la mentira oficial, el menor.
Más de mil
trabajadores y en realidad no hay cómo saber cuántos son los muertos y en qué
condiciones están.
Lo cuenta Roberto
Morales, en Presencia:
“Roberto Carlos
Chávez Fuentes se encontraba laborando en el área conocida como el quemador, en
el corazón del complejo petroquímico. De acuerdo con el testigo, el terror se
apoderó del lugar al momento del estruendo que hizo volar las cosas en pedazos.
“ ‘Caí de rodillas
al suelo y me cubrí con un árbol’, expresa. Antes no hubo olor o ruido que
vaticinara la tragedia.
“Aún en shock por
todo lo que vio, relató para diario Presencia que se encontraba junto con otros
diez compañeros, de los cuáles a algunos vio salir corriendo y de los demás
desconoce su paradero.
“En medio de la
enorme columna de humo buscó donde resguardarse y mantenerse a salvo; sin
embargo, la angustia le corre por el cuerpo, al señalar que de su hermano Juan
Manuel, eléctrico que laboraba en el mismo complejo aún no tenía noticias.
Reveló que en el lugar preciso de la explosión habría unas 100 personas.
“En el complejo se
manejan sustancias altamente peligrosas como el dicloroetano y gas nitrógeno”.
Horas después el
teatro lo protagoniza el director de Pemex, José Antonio González Anaya,
obligado a dar la cara, in crescendo el número de lesionados
que saturan la clínica del Seguro Social y otros nosocomios del sector salud.
¿Y los muertos?
Seguro habrá más, reconoce González Anaya. Son cifras preliminares y una vez
que se enfríe el reactor aumentará el número de fallecidos.
Pemex y Mexichem
son socios. O sea, el gobierno federal y la empresa de Antonio del Valle, ex
banquero, ex dueño de Banco Bital, salinista que dejó las finanzas para
dedicarse a producir petroquímicos. Son socios en Petroquímica Mexicana de
Vinilo, el nuevo nombre de Pajaritos, entregada esa empresa de Pemex a la
iniciativa privada vía un subterfugio legal, aún antes de la reforma energética
de Peña Nieto, sin modificación de leyes, violándolas incluso, entregando
petroquímica básica a particulares.
Hubo tres
explosiones en Clorados 3, la mayor a las 3:17 de la tarde. No revela González
Anaya a qué obedeció. “Hasta el momento se desconocen las causas exactas”. ¿Se
desconocen las causas? No, sí se sabe. Fue negligencia, órdenes irresponsables,
órdenes criminales.
Había labores de
mantenimiento. Soldaban en un área donde había fugas. Replicaban los
trabajadores y aún así la orden era continuar. Y cayó la chispa. Y ocurrió la
explosión. Una más. En total tres.
Puede haber más
muertos, dice González Anaya. Hasta las 11 de la noche del miércoles 20 ni el
personal de Pemex ni el MP habían entrado a la planta. ¿Y por qué los
trabajadores sí pudieron tomar fotografías que evidencian los cuerpos sin vida
de sus compañeros?
“Alguien constató
visualmente tres muertos pero la cifra podría aumentar una vez que se entre y
se haga la investigación. Es posible que durante la noche se tenga mayor
información y mañana cuando la tengamos la iremos dando”, refiere Elizabeth
Balderas en el portal Al Calor Político.
Desliza González
Anaya un número mayor de muertos. Se sabrá al paso de los días, confirmando las
versiones de los testigos, los dramáticos relatos, la vivencia del que brinca
huyendo y cae sobre los cuerpos de los que ya no tienen vida.
Hubo negligencia y
es negligencia criminal. Lo relatan los obreros encargados de realizar los
trabajos donde las fugas de gas eran cosa de todos los días, obligados a
continuar su labor.
Se enredan Javier
Duarte con su categórica cifra de tres muertos. Desliza el director de Pemex
que habrá más. Calla uno, matiza el otro, mientras los obreros hablan y
explican cómo fue el infierno que les tocó vivir.
Llorando dice
Eleazar Suárez Sánchez, que su hermano Jonathan no aparece. Ambos trabajaban en
labores de mantenimiento para la empresa Multiservicios Gamsa. Él vive, su
hermano quizá no.
“Nos sacaron por
dos fugas. Una a las 9 de la mañana y otra a las 2 y media o 3. Le pedíamos a
los de seguridad que bajaran a los que estaban cortando con sopladores arriba
de un puente, el puente 28. Pero dijo que no pasaba nada, que al caer la chispa
se apagaba al instante.
“Hubo otra fuga y
nos sacaron. Como a los dos minutos viene el reventó primero. Estaban haciendo
maniobras y a muchos los agarró en el rack (líneas de ductos que corren en
forma paralela). No salieron. A muchos los reventó en el aire”.
“Todavía no
empezaba la reparación pero estábamos armando andamios. A ellos les tocó hacer
andamios en altura cuando reventó. (Las fugas) eran de dicoloroetano de vinilo
y gas. Le decíamos a los de seguridad que si nos podíamos retirar y nos dijeron
que no, que se iba a controlar.
“La segunda vez
igual. Que ya está todo controlado. La segunda, cuando nos dijeron así, se
metieron muchos eléctricos y a muchos eléctricos también los agarró”.
Sostiene que todos
pertenecen a ICA, el consorcio que entró en decadencia a la llegada de Enrique
Peña Nieto a la presidencia de México. “Son muchas compañías que pertenecen a
ICA”, reitera.
“Llevábamos como
tres meses trabajando pero desde semanas atrás se presentaban fugas. Decían que
iban a ser controladas. Llegaban los bomberos, sacaban a los de Pemex y seguían
diciendo que ya estaba controlado”.
Había más de 100
trabajadores ahí, dice Eleazar Suárez. “Muchos lograron salir corriendo y a
muchos los agarró la onda expansiva. Iba gente de Pemex con los bomberos a
apagar el incendio cuando reventó el segundo.
“La primera que
reventó era como de ácido. Yo alcancé a decirle a muchos que se pusieran sus
mascarillas. Nos las pusimos y corrimos. De ahí vino la onda expansiva. A
muchos los tiró. no sabían para dónde correr. Los de seguridad corrían”.
Dramáticos, los
relatos van y vienen en Facebook. Refieren los testimonios de obreros
mutilados, cercenados, sin vida. Una empresa de grúas se hallaba en Clorados 3.
Sus trabajadores huían y lograron salvarse, pero el responsable de las
maniobras no. Se halla en la clínica 36 del Seguro Social, grave.
Refieren que en
plena huida, un obrero que iba delante de ellos fue alcanzado por una lámina
que volaba a gran velocidad lo alcanzó, lo partió a la altura de las axilas.
Cientos de
trabajadores permanecieron confinados en áreas de Pemex. Les retiraron sus
teléfonos celulares. “Por esa razón muchos trabajadores no pueden ser
localizados, espero que aquellas personas q aun no aparecen sea por esa razon”,
se difundió en el grupo de Facebook “Pueblito Mágico de Villa Allende”.
Otros usuarios
acusan la realidad. La responsabilidad es de Mexichem. Pemex le entregó el
control del complejo al 50 por ciento, pero las plantas son operadas por la
empresa de Antonio del Valle. Invirtió miles de millones en su reconfifuración.
o sea, la rehizo para entregarla a la iniciativa privada.
Es
Clorados-Pajaritos-Mexichem la punta de lanza de la privatización. Y ahora
pretende Pemex-Salinas-González Anaya-Peña Nieto asumir las culpas, dejar a los
petroquímicos privados al margen del pago de indemnizaciones y la reparación,
una vez más, de Clorados 3.
Son miles de
millones de dólares en juego y la sentencia moral.
No es accidente
circunstancial. Es negligencia criminal. Soldar y producir chispas sobre un
área con fugas de gas, reportado lo que ocurría, obligados a continuar sus
labores, es provocar la explosión, la tragedia, los muertos y los heridos.
Nada cambia 25
años después. Colorados 3 estalló en 1991. Minimizaron la cifra de muertos.
A 25 años de
distancia, la tragedia vuelve a Clorados 3.
Archivo muerto
Felpa grande a
Miguel Ángel Yunes Linares. Lo azota Televisa con la llamada telefónica de su
hijo Omar Yunes Márquez, en que le comenta sobre la compra de una residencia de
58 millones de dólares en Nueva York. Así explique Yunes azul, candidato del
PAN-PRD al gobierno de Veracruz que es una actividad inmobiliaria de su hijo,
la línea es exhibirlo y bajarlo de su pedestal, reducir sus posibilidades de
ser gobernador. ¿No que Carlos Salinas de Gortari usaba a Televisa y a Reforma
para golpear a Javier Duarte y favorecer a Yunes Linares? Se derrumba de paso
la tesis de Andrés Manuel López Obrador, la teoría del compló, que exhibió al
dueño de Morena como defensor del desgober de Veracruz. Ya se ve que a Yunes
Linares no lo disminuyen Héctor Yunes, su primo, candidato del PRI, y la
pandilla duartista, con nada. Ni con las propuestas de campaña tricolor, ni con
los videos de Yunes rojo, ni con las imputaciones viejas de pederastia, la fuga
del Chapo, sus ligas con Elba Esther Gordillo, su paso por el ISSSTE, un
repertorio que judicialmente no ha podido ser sustentado. Ahora es por la
residencia en Nueva York, que no adquirieron los Yunes Márquez, que resultó
tema hasta de la Terapia Intensiva de López Dóriga… Así de mal anda el PRI en
el distrito 29, el Coatzacoalcos Urbano, que ve en Marcelo Montiel Montiel su
única salvación. Le ofrece la candidatura, que Víctor Rodríguez Gallegos, su
pupilo y consentido, sea relevado. Quiere Héctor Yunes Landa que le sume votos
y no sea avasallado en la elección del 5 de junio. Y Marcelo reflexiona: si
Héctor Yunes llega a ser gobernador, el próximo alcalde de Coatzacoalcos será
Gonzalo Guízar, hoy líder del Partido Encuentro Social en Veracruz y amigo
personal de Yunes rojo. O sea, gana Héctor, gana Gonzalo y el marcelismo no
volvería a ver la presidencia municipal. cuentan los insiders que al marcelismo
le iría mejor con un Yunes azul que con un Yunes rojo… Urgen votos verdes a
Patricia Peña, la priista que flota en el ánimo de Juan Nicolás Callejas
Arroyo, ella convertida ahora en la reina del magisterio veracruzano, sin
méritos y agraviando a maestros de verdad. Le urgen los votos que la lleven al
Congreso de Veracruz, colocada en segundo puesto en la lista plurinominal del
PVEM. De ahí que pretendiera que Armando Rotter fuera el candidato verde a
diputado por el distrito Coatzacoalcos Urbano. Fregada ahora que el candidato
será Jaime Quintanilla Hayek, con su cúmulo de denuncias, con su condición de
apoderado legal de su papá cuando se detectó y llevó a los tribunales la
clonación de dos sentencias judiciales para apoderarse del predio cercano al
Sporting Club, afectado por la construcción del Libramiento Vial. Dos
sentencias clonadas, lo que es delito, y grave, por cobrar 8 millones de pesos,
que ahora tendrá que resarcir la Secretaría de Comunicaciones y Transportes a
razón de 95 millones por sus accesorios, según determinó un juez, el mismo que
embargo recursos de la SCT. Y con esa carga de delitos llega Quintanilla a la
contienda por la diputación local. Tenía razón Patricia Peña. Con Rotter le
hubiera ido mejor…