* En caída libre, la candidata del PAN-PRD * La peor en el debate * Ni se ve ni se oye * Cuando Quintanilla ahuyentó empleos *
Frustó las torres de Moisés Saba *
Héctor no se ve en colonias * Casa de
seguridad del PRI en Coatza * Elías
Assad y la contracampaña * Lanza medios
contra Yunes Linares
Mussio Cárdenas Arellano | 14 mayo
de 2016
Tribuna Libre.- A los tumbos,
ignorada y desdeñada, va María Inés Núñez Monreal a la cita con su destino: la
derrota.
Vilipendiada,
repudiada entre panistas y perredistas, sacada de las filas del PRI, la
candidata de la coalición PAN-PRD a diputada por el distrito Coatzacoalcos
Urbano, literalmente no sabe leer una línea.
Se le ve en el
debate de la televisora del Clan de la Succión peor que mal, anquilosada,
rezagada, sin audacia y menos oficio para enfrentar en el terreno de las ideas
a quienes, como ella, aspiran a integrar el Congreso de Veracruz.
Lee mal. Habla
mal. No proyecta. O sí, proyecta fatal.
Se desploma aún
más, cuando su candidatura es un auténtico agravio a quienes militan en las
filas del Partido Acción Nacional y más aún a lo que queda del desvencijado
Partido de la Revolución Democrática.
Llega al debate
con negativos superlativos, su paso por el PRI donde fue tesorera municipal y
regidora, su vida de oropel que se refleja en las páginas de sociales, un
desayuno por aquí, un baby shower por allá, el bautizo o la fiesta de Navidad.
Pero de caminar
las colonias, sumirse entre el lodo, compartir la tortilla y la sal, solidaria
con los pobres y los necesitados, ni un sueño.
Así es María Inés
Núñez, la candidata del PAN-PRD que nació políticamente muerta, inventada de
oposición en un alarde de ocurrencia, sacada del PRI al cuarto para las 12 con
una improvisada renuncia que no impactó a nadie.
De su salida del
PRI, dirían los priistas, dirigentes y bases militantes, que fue como si un
fantasma hubiera partido, tan transparente en sus días en el tricolor que nadie
notó que existiera.
Habla en el debate
provocando el estupor. No improvisa, no domina tema alguno, no muestra soltura.
Años pasó María
Inés Núñez, zacatecana ella, como la diputada federal Rocío Nahle García, en el
ámbito público y no termina de captar cómo es el arte de hablar.
La supera Juan
Aldana, petrolero, candidato de Nueva Alianza, que también lee pero se observa
suelto, curtido en la lucha por la defensa de la industria petrolera, aunque
cuestionado por pasar del PRD al Panal, partido satélite del PRI.
La deja atrás
Armando Rotter Maldonado, ex alcalde de Coatzacoalcos, una figura aún por su
obra en colonias, la construcción del Instituto Tecnológico, los acuerdos para
impulsar el Corredor Transístmico con una veintena de alcaldes de Veracruz y
Oaxaca, su impulso a la formación empresarial, increpado, sin embargo, por
saltar de partido en partido, de la oposición a las rémoras del PRI y terminar
en una caricatura llamada Partido del Trabajo.
La opacan Víctor
Rodríguez Gallegos, candidato del PRI, Amado Cruz Malpica, de Morena, Jaime
Quintanilla, del Verde, con un historial nefasto éste como para ser
representante del penal Duport-Ostión pero tras las rejas.
Hay mejor
desempeño, mucho mejor, en Sarahy Sánchez Serrano, políticamente desconocida,
esposa del ex subdelegado de Profeco, ex panista, Moisés Zarco Lacunza,
candidata por Alternativa Veracruzana por azares políticos cuando las
aspirantes propietaria y suplente, Lu-pilla Félix de Theurel y Gloria Santos
Navarro, decidieron no ir.
La rebasa Hugo
Hau, el líder de taxistas, ex priista, conductor del programa radiofónico
Guardianes del Camino —o Ruleteros de la Noche—, con nuevo look, sin su corte
de coco, que pondera la protesta y la manifestación.
Todos mejor que la
candidata yunista azul, decepcionante su intervención, no por su texto sino por
su falta de habilidad para la expresión, sin capacidad para persuadir, sin
fijar la idea de sus palabras en la mente de nadie.
Difícil recordar
una cátedra de tanta intrascendencia, vacíos mentales, lugares comunes y
demagogia eterna, embustes descomunales.
O los pincelazos
de crítica al enriquecimiento de los que ejercen el poder. Ahora sí, tras 11
años de silencio, sin chistar doña María Inés, mutismo cómplice en los días en
que Fidel Herrera y su títere Javier Duarte han ejercido el poder.
Dice, por ejemplo,
la candidata del PRIANPRD, que buscará dignificar y darle credibilidad a los
legisladores, generando confianza entre la ciudadanía. “Los diputados bajo
ninguna circunstancia deben ser empleados del ejecutivo estatal, ni servir ni
favorecer a sus caprichos. Por el contrario servir y trabajar para ustedes.
Quiero que tengan la confianza que cumpliré con mi compromiso legislativo y no
utilizaré la diputación para brincar a otro puesto o cargo público”.
Qué osadía.
Desliza María Inés Núñez su fobia al trapecio, al uso de los cargos públicos
para saltar como chapulín, cuando que no bien dejaba el PRI y horas después era
investida como candidata de la coalición “Unidos para Engañar a Veracruz”,
llevando al infarto a perredistas y panistas.
O sea, saltar de
un partido a otro, sí; de un cargo a otro, no. Ajá.
Ofrece nuevas
leyes. Modificar el marco legal actual. Cambiar las leyes “que tanto daño le
hacen a la ciudadanía y que sólo han beneficiado al grupo en el poder,
solapando las componendas y el abuso del gasto excesivo y sin control,
impidiendo con ello el desarrollo el nuestro distrito”.
Supina ignorancia.
México no requiere nuevas leyes. Requiere que se cumplan las que hay. No se
exige una nueva Constitución sino que se le dé vigencia a la actual. El punto
es la impunidad que nace del desdén a la ley.
Hoy sí habla de
amarrarle las manos a los corruptos. “Es fundamental que los diputados sea
precursores de la lucha contra la corrupción. Se deberá exigir la investigación
del enriquecimiento ilícito y el uso indebido de los recursos públicos de nuestro estado”.
Y cuando era
priista, ¿qué tal?
Toca el tema del
empleo y dice que las leyes sólo benefician a los grandes monopolios. Y luego
describe el contrasentido: Coatzacoalcos, municipio rico y atrapado en sus
rezagos.
Tiene la tasa de
desempleo más alta. Así se explica, dice, el comercio informal. Escasean las
oportunidades. Se carece de empleo. Hay pobreza y miseria. Somos tierra fértil
para la delincuencia.
“Al llegar al
Congreso del Estado impulsaré políticas públicas para que la inversión sea un
detonante para la inversión de nuevos empleos y apoyo a la micro y mediana
empresa, dando seguridad jurídica”, dice María Inés Núñez.
Su diagnóstico de
la seguridad es lo único rescatable de su discurso. El pueblo requiere
garantías de protección.
“Coatzacoalcos es
la ciudad más violenta en el estado
ocupando el primer lugar en violencia hacia las mujeres y niñas”, agrega.
Municipio y
estado, dice, han sido rebasados por la delincuencia. La violencia no cesa.
Asegura que no se sabe qué ocurre en las corporaciones policíacas y es
indispensable rediseñar el modelo de seguridad.
¿No se sabe? Sí se
sabe. La corrupción permea a la policía. El duartismo se entiende con el hampa,
con el crimen organizado, con la delincuencia común.
Fidel Herrera
trajo a Veracruz el reino del Los Zetas, antes al Cártel del Golfo, y en esos
días, cuando María Inés Núñez era priista, sólo se podía escuchar su silencio.
Nada le sirve a la
candidata del PRIANPRD, María Inés Núñez. El texto es lo de menos. Pero al
hablar lo destroza. Su lectura es patética, de kinder, frente a candidatos que
hablan sin mesura, provocando al rival, golpeteando, exhibiendo que la
podredumbre anida en cualquier partido.
Si observa, y se
observa, algo le debiera aprender a Sarahy Sánchez Serrano, novata en estas
lides, cáustica, hablando del saqueo y la corrupción, con ímpetu, quizá
sobreactuada pero contundente, identificando los lastres del PRI, el adeudo a
la UV, la deuda descomunal, la magia de Fidel y la magia de Javier Duarte, que
a la vista de todos desaparecieron lo que había en las arcas.
Con esa candidata
rema Miguel Ángel Yunes, perdido el distrito para la coalición “Unidos para
Engañar a Veracruz”.
Va María Inés
Núñez Monreal a la cita con su destino: la derrota.
Y arrastra a Yunes
azul.
Archivo muerto
¿De qué progreso
habla Jaime Quintanilla? ¿De qué empleos? Mitómano, embustero, traficante de
sentencias judiciales, dice que candidato del Partido Verde a diputado por
Coatzacoalcos Urbano que “yo si sé cómo generar empleos, a mí nadie me lo
cuenta”. Falso. No los genera, los bloquea, los frustra. Va la anécdota: Rico
entre ricos, llegó a Coatzacoalcos Moisés Saba, accionista de TV Azteca, dueño
de Casa Saba, de Unefón y IUSA, con una de las cuenta bancarias más abultadas
de México, fallecido en 2010 cuando su helicóptero se desplomó en Cuajimalpa,
en el DF. Era 2004 y alcalde Luis Rafael Anaya Mortera. Le ofrecía el Club
Campestre una fracción de terreno en lo que hoy es la automotriz KIA, en el
bulevar Palmitas-Conalep. Planeaba Saba edificar ahí dos torres departamentales
de 20 pisos cada una, invirtiendo cientos de millones de pesos. Testigos de
ello, los directivos del Club Campestre, encabezados por el ex alcalde Juan
Hillman Jiménez, Anaya Mortera y el entonces director de Desarrollo Urbano
municipal, Joaquín Caballero Rosiñol. Listo el convenio, el cheque en la mano,
tomó la palabra Jaime Quintanilla Hayek y acabó con el proyecto. Dijo que nadie
compraría un departamento de 5 millones de pesos, que no era costumbre en
Coatzacoalcos, que lo mejor era no engañar. Y Saba tomó su cheque y se fue. Eso
sí, Jaime Quintanilla lo llevó a conocer otros terrenos que él le vendería a
mejor precio. Tan buenos sus predios, que ahí se atascó. “Yo sí sé cómo generar
empleos, a mí nadie me lo cuenta”, dice ahora quien frustró lo que pudo ser un
detonante de la economía regional, no sólo por la construcción de las torres
departamentales sino por otros proyectos que lograría atraer. Esa es una… Algo
pasa. No se ve una lona, un espectacular, una manta con el rostro y el nombre
de Héctor Yunes, mucho menos el emblema del PRI. Ocurre en diversas colonias de
Coatzacoalcos, en la Prócoro Alor, en la Teresa Morales, en la 20 de Noviembre,
en la Benito Juárez. O hay propaganda en contadas viviendas. Nadie opera a
favor del candidato del PRI al microgobierno de Veracruz. Ni el marcelismo se
mete ni el hectoryunismo hace nada. ¿Sabrá Héctor cómo se fragua la traición?
¿O en una plaza que se inclina a favor de Morena, mejor ya no invertir más?…
Bodega con enseres domésticos, despensas, apoyos para quienes constituyen el
voto duro del PRI. Se halla en la quinta calle de avenida Díaz Mirón. Es una
casa de seguridad, en el centro de Coatzacoalcos. Lo saben los vecinos. Lo
saben los priistas y los no priistas. Los únicos que andan en la luna los
yunistas azules y los morenistas, unos pensando en la derrota que se ve venir
en el distrito 29 y otros creyendo que ya nadie los baja del carro de la
victoria… Caballo de Troya entre el yunismo azul. Deja un tiradero Elías Assad,
el operador de medios de Miguel Ángel Yunes Linares, en la franja
Córdoba-Orizaba. Ofrece y no cumple. Traba convenios y no se vuelve a parar por
ahí. Desoye llamados, no responde mensajes, tira de a lucas a la prensa en
aquella zona, donde el bueno sigue siendo Juan Bueno, y hasta Gerardo Buganza,
alias Sor Buganza, supera a Yunes Linares. Así de mal anda la relación, la ira
y el resentimiento, que cada que llega un comunicado a los medios de
comunicación, lo eliminan, y si les llega impreso, lo envían al cesto de la
basura. Cuentan los colegas que es mejor publicar lo de Héctor Yunes y
Cuitláhuac García, candidatos del PRI y Morena, que los alardes de Yunes azul.
Y eso sería lo menos grave, pero hay algo peor. “De una semana para acá,
comenzaron a dar línea para madrear a su mismo candidato”, dice una fuente. “De
repente frenaron todo, dejaron de responder las llamadas y no atienden
mensajes”. Y la joya de la corona: “Por vía de otros panistas, han mandado a
decir —Elías Assad— que les vale madre, que no tienen nada firmado y que no les
interesan las buenas relaciones”. ¿Quién dijo que cuando el barco hace agua,
las ratas no lo piensan para saltar? Elías Assad, libanés, es de todas las
confianzas de la familia Yunes azul. Manejó prensa para Fernando, el senador, y
la información de Miguel Ángel Yunes Márquez en la alcaldía de Boca del Río. Es
de los suyos pero pareciera que no. ¿O sea es la instrucción?…