Así fue la lucha de José Jesús, el activista que buscó a su hija 5 años y acabó asesinado en Veracruz
Ciudad de México. | 27 junio de 2016
Tribuna Libre.-La madrugada del
21 de mayo de 2011, Iván Eduardo se comunicó por radio con su hermano para
decirle que ya iba de regreso a casa. Era la una, aproximadamente, y el joven
de 18 años acababa de salir de una feria en Poza Rica, al norte del estado de
Veracruz, a la que fue a pasar un rato agradable con sus amigos.
Ya a bordo de una
camioneta blanca modelo ‘Lobo’, Iván, Pedro, Jenny y Yaquelinne, decidieron que
antes de ponerle fin a la noche pasarían por la colonia 20 de noviembre. Allí
cenarían tranquilamente unos tacos, le comentó Iván a su hermano, quien luego
pasaría a dejarlos a cada uno en sus casas.
Sin embargo, tal
cosa jamás sucedió.
Porque tras cortar
Iván la llamada, no se volvió a saber nada de ellos.
Rescates, extorsiones, chantajes…
A partir de
entonces, los padres de los muchachos emprendieron juntos una lucha desesperada
por hallar a sus hijos en un estado donde, oficialmente, hay 680 personas
desaparecidas hasta el último corte de abril de este año, aunque la cifra negra
es incalculable.
José Jesús Jiménez
y Francisca Vázquez, padres de Jenny Isabel Jiménez, estudiante de enfermería
de 23 años, de algo menos de un metro sesenta de altura, tez cobriza, ojos
negros y pelo oscuro, lo intentaron absolutamente todo. Incluso, durante dos
años pagaron rescates que sólo les sirvió para ser víctimas de falsas promesas,
chantajes y continuas extorsiones.
Ante la falta de
resultados, José Jesús, de 56 años, y Francisca, de 52, acudieron a las redes
sociales. A Facebook, concretamente. Donde una y otra vez difundieron las
fichas con los rostros aniñados de los cuatro amigos, con sus datos personales,
características físicas, un resumen de los hechos, y correos electrónicos y
varios números telefónicos de contacto.
Pero tampoco hubo
respuesta, ni pistas. Aunque Facebook sí les abrió una puerta: ahí encontraron
varias notas de la creación de la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas
Desaparecidas; un grupo de familiares y asociaciones civiles que en abril de
este año realizó su primera misión en Córdoba, la zona centro del estado de
Veracruz, donde en tan solo 15 días hallaron 15 fosas clandestinas con cientos
de restos humanos que podrían ser la respuesta a muchas otras historias de
incertidumbre y angustia.
“José Jesús ya estaba apuntado para venir con la
Brigada; estaba muy entusiasmado”
José Jesús vio en
la Brigada una esperanza: se contactó con Juan Carlos Trujillo, integrante de
la organización Familiares en Búsqueda María Herrera, y acordaron crear una
pequeña ‘delegación’ en Poza Rica, de la que José Jesússería su representante.
Precisamente,
relata Trujillo a Animal Político, hace tan solo unos días, el 15 de junio,
José Jesús tuvo su primera reunión institucional con el subsecretario de
Derechos Humanos, Roberto Campa, a quien le pidió apoyo para que el Gobierno
Federal obligara a las autoridades veracruzanas a que investigaran las
desapariciones.
-La lucha de José
Jesús por encontrar a su hija fue una lucha sorda. Y así se lo expresó a
Roberto Campa, a quien le dijo que en Poza Rica nunca pasa nada. No hay
investigaciones, no hay atención a las víctimas, ni tampoco hay labores de
búsqueda de los desaparecidos –refiere el activista-.
Por eso, ante los
nulos resultados de las investigaciones ministeriales, José Jesús le dijo a sus
familiares que ya tenía tomada la decisión: participaría como buscador en la
segunda misión que el próximo 15 de julio la Brigada llevará a cabo de nuevo en
la zona conurbada de Córdoba y Amatlán de los Reyes. El mismo lugar donde, con
ayuda de los pobladores, encontraron en abril “un tiradero de cuerpos” en
apenas unos metros cuadrados de terreno.
-José Jesús ya
estaba apuntado para venir con nosotros. Estaba muy entusiasmado porque había
conseguido formar un grupo de víctimas en Poza Rica, y ahora venía con la
esperanza de encontrar a su hija y a otros desaparecidos –asegura Mario
Vergara, de la organización Los otros desaparecidos de Iguala, quien desde el 5
de julio de 2012 busca a su hermano Tomás.
Sin embargo, tal
cosa tampoco sucederá jamás.
“Tenemos miedo, pero seguiremos buscando”
La tarde del miércoles
22 de junio, José Jesús iba con su esposa circulando a bordo de un Ford Focus
blanco por las calles de la colonia Flores Magón, en la ciudad de Poza Rica,
cuando según la Fiscalía del estado, una camioneta Dodge Journey color roja les
dio alcance y les soltó una ráfaga de balas con rifles de asalto.
Tras la agresión,
Francisca fue trasladada de urgencia al hospital de Petróleos Mexicanos, donde
su condición se reporta grave tras recibir al menos tres impactos.
Mientras que, a
falta de unos días para emprender nuevamente las labores de búsqueda de su hija
Jenny, José Jesús murió asesinado de cinco disparos.
-Hace sólo ocho
días que tuvo su primera reunión institucional. Y sin embargo, ayer terminó la
lucha de José Jesús. Una lucha en la que, en lugar de encontrar a su hija, lo
que encontró fue la muerte –lamenta Juan Carlos Trujillo, quien no duda en
cargar contra la Procuraduría General de la República (PGR) por la
desprotección a la que someten a las víctimas.
-La muerte del
compañero es producto de la desatención y de la falta de humanidad de la
procuradora de la república (Arely Gómez) –denuncia-. Se la hecho ver en
infinidad de ocasiones que los casos de desaparición forzada no pueden ser
investigados por las fiscalías estatales, porque en muchas ocasiones los mismos
gobiernos locales participan directamente en la desaparición de personas.
Y esa situación,
añade Trujillo, hace aún más vulnerables a las víctimas. “Por eso, la
consecuencia directa es que ahora mismo estemos en el velorio de un compañero”.
Por su parte,
aunque la Fiscalía de Veracruz apuntó en un comunicado que está trabajando para
“esclarecer los hechos”, Mario Vergara apunta que el asesinato es una respuesta
a las labores de búsqueda y al activismo de las víctimas.
-El asesinato de
José es una muestra de lo que le puede pasar a las familias que buscan a sus
desaparecidos. Por desgracia, podemos terminar muertos, como mi compañero”
–lamenta Vergara, quien no obstante asegura que la Brigada continuará con sus
labores de búsqueda.
-Tenemos mucho
miedo –admite-, porque la justicia en ese país está desaparecida, congelada.
Pero tratamos de dominar el temor y por eso continuaremos buscando a nuestros
familiares. www.revistarepublica.com.