*Pepe firme al 2018, “se ponga quien se ponga”
*Héctor: Con su derrota a cuestas, pero quiere el
18
*Los místicos que no aprendieron la lección
Marco Antonio Aguirre
Rodríguez | 24 junio de 2016
Tribuna Libre.- El encuentro entre
los Yunes rojos se dio en Veracruz, en el café de La Parroquia, y ahí Pepe
Yunes se paró, con impulso, y dijo: “En el 18 estaré compitiendo con quien se
enliste”.
Fue su respuesta a
Héctor Yunes.
Y con esto dio
inicio la sucesión gubernamental para el 2018, en una situación por demás
extraña, porque ni siquiera termina el proceso electoral del 2016.
¿Por qué preocupa
tanto el que los tiempos políticos para dos administraciones estatales se
mezclen así?.
Por tres razones:
1. El PRI sigue vivo. Mantiene una gran
estructura en todo el estado y puede retomar el poder.
2. Pepe Yunes tiene una imagen limpia, sin
señalamientos de corrupción ni sospechas de esto, además de que demostró
respetar su palabra porque se mantuvo firme en lo que dijo y trabajó por la
candidatura de Héctor desde un principio; su coherencia impulsa positivamente
su imagen y sus posibilidades de triunfo.
3. La batalla por el PRI para el 2018 y la
candidatura a la Presidencia de la República ha comenzado entre los dinos y los
tecnócratas.
La aparición de
los Yunes rojos mantuvo la expectativa porque se esperaba que finalmente Héctor
honrase su palabra y que reconociera que para el 2018 el turno de ser candidato
por el PRI es para Pepe Yunes, pero lo que hizo fue sacar sus dotes de abogado
“enreda entuertos” y decir que el acuerdo no incluía la posibilidad de la
derrota.
Pepe Yunes fue
enfático en su posición de que no cederá el paso a nadie para la candidatura
del PRI para el 2018.
Héctor Yunes
–primero- debe ponerse de acuerdo en su discurso ¿ya reconoció la derrota y
quiere ser candidato a gobernador nuevamente en el 2018?, o ¿todavía no termina
el proceso electoral 2016 y hay que esperar resultados?.
¿Dónde están los
genios cobramillones que le elaboraron sus materiales de propaganda?.
Esa falta de
cumplimiento de la palabra le está generando una imagen muy negativa a Héctor
Yunes, tanto al interior como al exterior del PRI.
Su credibilidad ha
decaído.
¿No ha notado
Héctor que muchos de los que lo apoyaron o dijeron hacerlo para esta campaña
ahora le dicen que para el 2018 le toca a Pepe, o que le dan la vuelta para no
decirle de frente que ya no van con él?.
Pero también hay
otro elemento en contra de Héctor Yunes.
Sus acciones lo
están mostrando como cercano al gobierno de Javier Duarte y con esa imagen
tendrá muy poca presencia, peso político e incluso una calidad moral
deteriorada, para querer emprender los trabajos de reestructuración del PRI
veracruzano en este año o en el próximo.
Porque esa es la
otra, sin partido, no hay candidatura.
Héctor quiere que
siga Amadeo Flores, que es otro de los elementos que lo muestran cercano a
Javier Duarte, porque el nombre del actual dirigente estatal del PRI surgió a
propuesta del gobernador, al menos públicamente.
Los priistas son
los principales que tienen dolor por el nefasto gobierno de Javier Duarte y es
una de las causas substanciales del porque se alejan de Héctor Yunes.
No quieren que
nadie ligado al fidelato vuelva a alzarse con una candidatura, porque ya
aprendieron que todo lo que huela a Javier Duarte trae una enorme carga
negativa, que ni aún con todo lo que se haga se puede eliminar.
Pero él no
entendió eso en su campaña: su discurso fue favorable a la administración de
Javier Duarte; y un ejemplo de muestra, se dio en su toma de protesta como
candidato del PRI al gobierno del estado, donde públicamente le rindió
pleitesía a Duarte de Ochoa.
En estos momentos,
una de las versiones en contra de la intentona de Héctor Yunes contra Pepe, es
que el fidelato lo manda como pieza de desgaste para propiciar que en el 2018
el candidato del PRI y el PVEM sea el hijo de Fidel Herrera, el hoy diputado
Javier Herrera Borunda.
Y no suena
descabellada, porque así como en esta elección Morena creció hasta el punto de
casi volver real la amenaza de Fidel Herrera de “mientras yo viva, ningún Yunes
será gobernador”, así puede ocurrir en el 2018.
Pero Héctor además
tiene hoy la desventaja de que su padrino Manlio Fabio Beltrones ha dejado la
dirigencia del PRI nacional.
Y en el 2018 la
candidatura al gobierno del estado estará ligada necesariamente a quien será el
candidato a la presidencia por cada partido político.
Aquí vale la pena
una pregunta ¿el gobierno de Javier Duarte le dejará los suficientes recursos
para operar políticamente todo éste año y el próximo?.
Como que no suena
muy congruente.
Pepe Yunes en
cambio ha mantenido la posición de critica al gobierno de Javier Duarte, lo que
le ha ganado simpatías tanto al exterior como al interior del PRI.
Otro punto de
ventaja que tiene es que el comportamiento de oposición que pueda tomar al
entrar el gobierno de Miguel Ángel Yunes, no se verá como un resentimiento, si
no que tendrá más visos de posición política.
Pero además la
imagen de honestidad y demócrata que Pepe Yunes tiene, será vital en el 2017
para que la población le crea a los candidatos del PRI.
¿Cuánta
credibilidad puede tener la desgastada palabra de un político que no la
respeta?.
Héctor Yunes
¿estará cavando para los cimientos de un nuevo PRI o para su tumba política?
Los terrenales
hemos aprendido a observar y decidir.
Y una decisión ya
tomada es que no se quiere nada que huela al fidelato o a Javier Duarte.
Parece que algunos
que se sienten los grandes místicos de la política no han aprendido la lección
de los últimos comicios.