Aquiles Córdova Morán | 28 julio de 2016
Tribuna Libre.- Sr. Dr. Tuirán: agradezco sinceramente la
deferencia de responder, con sendas cartas personales, a los dos artículos en
que me he referido a los serios problemas (serios a mi juicio) por los que
atraviesa la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA), a
partir del momento en que usted se hizo cargo de la Subsecretaría de Educación
Media Superior (SEMS) de la SEP. Su amabilidad es tanto más digna de
reconocimiento por cuanto que gestos como éste no son nada comunes en nuestro
medio político, poblado, como el jardín del cuento-poema de Rubén Darío, por
“el triunfo de los pavos reales” que casi nunca se dignan voltear hacia quien
consideran inferior a ellos, que es, precisamente, el caso mío.
A continuación, expongo brevemente algunos
hechos y argumentos que, movido por su
última carta, he tenido que investigar y estudiar en forma más cuidadosa y
puntual y que, dicho sea con todo respeto, no coinciden, en todo o en parte,
con su argumentación.
1.- Respecto al cese de los Subdirectores de
Coordinación de Enlace Operativo (SCEOs), usted afirma que se hizo en
cumplimiento de una determinación de la Coordinación Nacional del Servicio
Profesional Docente (CNSPD). Sorprende, sin embargo, que tal determinación se
haya aplicado sólo a los SCEOs de DGETA y DGETI, pero no a los Representantes
de Educación Media Superior (RESEMS), que dependen directamente de usted y que
se hallaban exactamente en la misma situación legal. Al violarse flagrantemente
el principio de universalidad en su aplicación que toda ley debe respetar y
cumplir, el argumento esgrimido en su carta pierde toda legitimidad y validez,
y la determinación invocada se transforma en garrote represivo para unos y en
justificación de los favores y privilegios otorgados a otros. Puede alegarse
que la propia determinación de la CNSPD dejaba abierta la posibilidad de que un
docente desempeñara funciones no previstas en la ley, siempre y cuando se sometiera
a un programa de regularización de la propia CNSPD; pero, si ese fuera el caso,
ello no anularía sino que reforzaría más la parcialidad de quien aplicó esa
salvedad a unos y se la negó a otros. La normatividad interna ordena, según
tengo entendido, que una manipulación tal de la reglamentación debe ser
sancionada por el respectivo Órgano Interno de Control, cosa que, según se ve,
no ha ocurrido en este caso, añadiendo así la impunidad a la injusticia.
2.- Para apuntalar la legitimidad del cese de
los SCEOs, usted asegura que el propio Director de DGETA avaló con su firma esa
decisión, lo cual, según mi somera investigación, es formalmente cierto. Sin
embargo, también pude comprobar que esa firma se dio obedeciendo a una orden
directa y perentoria de usted, misma que fue emitida pocas horas antes de la
reunión a que estaban convocados los Subdirectores de los SCEOs en la que se
les informaría de su cese. Vale entonces decir que dicha firma fue arrancada
por la fuerza y no por la convicción o el convencimiento. Además, el cese fue
comunicado a los interesados mediante un documento que tuvo que haberse impreso
con toda antelación, lo que probaría que la decisión estaba tomada con una
anticipación por lo menos igual a la impresión del documento. No hubo lugar a
discusión ni defensa alguna.
3.- Respecto a la estructura de supervisión
que sustituye a los SCEOs, dice usted con razón que ya cuenta con la
autorización de la Dirección General de Innovación, Calidad y Organización
(DGICO); pero el dato escueto oculta el hecho de que la facultad para
concentrar en sus manos la supervisión (que antes correspondía a DGETA y a
DGETI) le fue otorgada por el señor
Secretario Nuño a finales del año pasado, es decir, cuando aún no tenía
usted ninguna estructura legal que desempeñara esa función. Sabía usted,
además, que Hacienda no autorizaba ningún pago a supervisores precisamente
porque no había ninguna estructura legalmente reconocida; y mientras formaba
usted su propio aparato, la DGICO le hizo saber que, de hacerlo, duplicaría la
función que ya venían realizando DGETA y DGETI, por lo que era indispensable
consultar con la CNSPD y con la Unidad de Asuntos Jurídicos de la SEP, so pena
de incurrir en una falta administrativa que ameritaría la sanción
correspondiente. La influencia y el apoyo de que goza el Dr. Tuirán permitieron
pasar por alto la advertencia y la sanción, pero no volver legal lo que era y
es ilegal de origen. Por eso, la estructura de supervisión que usted formó no
recibió ningún pago de Hacienda sino hasta que obtuvo su reconocimiento legal;
y en ese momento, los nuevos supervisores cobraron sus servicios con
retroactividad al mes de enero de los corrientes, a pesar de que existían desde
septiembre del año anterior. De ello deduzco, Dr. Tuirán, que se ocultó la
verdad al Sr. Secretario Nuño para poder conseguir la tan ansiada
centralización de la supervisión y el control de todo el subsistema.
4.- Dice usted que la matrícula de DGETA
crece a un 4% anual en lo que va de su administración, y esto no es cierto.
Según el formato 911 al que usted alude, hasta 2012 no se contabilizaba la
matrícula correspondiente al Sistema Abierto de Educación Tecnológica
Agropecuaria (SAETA), lo cual comenzó a hacerse a partir de 2013. Esto quiere
decir que el crecimiento que usted maneja se debe a este cambio puramente
contable de la matrícula y no a un crecimiento real de la misma. Es cierto, en
cambio, que en el periodo creció la plantilla docente; pero no se aclara que
eso se logró reduciendo el personal de tiempo completo y el de asignatura, y
haciendo que todo profesor titular C pasara a la categoría de profesor asociado
A. Esto permitió incrementar las plazas con jornadas de 20 y 30 horas para
cubrir la demanda de los planteles. Es decir, se incrementó la cantidad
sacrificando la calidad de la educación que imparte DGETA. No creo, Doctor, que
nadie pueda o deba enorgullecerse de eso.
5.- Sobre el desarrollo del sistema, es
verdad que se ha autorizado la conversión de cuatro extensiones previamente
existentes en planteles autónomos y la creación de tres planteles nuevos. Pero
opino que hay que tener en cuenta que son las primeras y únicas autorizaciones
en los tres años y medio que lleva su gestión, a lo que hay que sumar el tiempo
que todavía tardarán esas autorizaciones para hacerse realidad. ¿Es eso una
expansión plausible y verdadera del Sistema de Bachilleratos Agropecuarios? En
fecha próxima, presentaremos varias solicitudes a DGETA para la creación de
nuevos CBTAs para la población estudiantil más marginada; será ésta una buena
oportunidad de comprobar que tan real y firme es su voluntad de apoyar la
expansión de DGETA, hasta cubrir la demanda educativa de los hijos de los
campesinos pobres.
6.- Sobre los Telebachilleratos, dice usted
que no quieren ni pueden competir con los CBTAs, tanto porque se ubican en
poblados pequeños donde aquellos no operan, como porque dependen de los
gobierno estatales. Sobre lo primero, pienso que no refuta, sino confirma mi
idea de que a los jóvenes más humildes se les engaña con un sucedáneo vil en
vez de la educación de calidad que piden. ¿Qué harán los egresados de tales
planteles? ¿A qué se dedicarán si carecen de competencia académica y de
formación suficiente para el trabajo productivo? ¿Se irán de “mojados” o se
incorporarán a las bandas del narcotráfico? Respecto a lo segundo, el proyecto
que les dio vida promete que el primer año la federación aportará el 100% de su
financiamiento y que, a partir del segundo, aportará el 50% del mismo. Así, no
es del todo cierto, Dr. Tuirán, que su Subsecretaría no tenga arte ni parte en
el engendro de los Telebachilleratos.
Sobre el resto de la problemática de DGETA no
quiero ya pronunciarme, tanto por razón de espacio como porque no creo útil
hacer de esto un torneo de ping pong, una feria de dimes y diretes que la
propia realidad se encargará de desmentir o de confirmar. Esta será, pues, mi
última intervención pública sobre el asunto. Pero, en pago a su amabilidad,
quiero alertarlo, Dr. Tuirán, sobre la imagen generalizada de hombre
autoritario que no permite a sus subordinados opinar con libertad o defenderse,
derechista recalcitrante y ajeno a los problemas del campo y de la educación de
los hijos del campesino, que tiene usted en casi todo el ámbito de los
Bachilleratos Agropecuarios. Ud. sabrá que hacer con tal información. Le
aclaro, además, que la organización a que pertenezco, el Movimiento Antorchista
Nacional, está en todos los estados del país y muy cerca de los planteles de
DGETA, en los cuales estudian muchos de los hijos de nuestros agremiados. Esta
es la razón por la que el problema nos atañe muy de cerca y por la cual
estaremos pendientes del desarrollo y desenlace de la difícil situación en que
se ha colocado a esa Dirección. Su buen funcionamiento es vital para todo el
sector rural de nuestro país, que es en el cual y con el cual Antorcha trabaja
y lucha. Vale