Inseguridad… hasta en el baño
Jorge Arturo Rodríguez | 14 julio de 2016
Tribuna Libre.- Ustedes disculpen,
pero el normalista asesinado en 2014, Julio César Mondragón, no fue desollado,
así lo informó hace unos días la Comisión Nacional de Derechos Humanos, “la
muerte se produjo como consecuencia de traumatismo craneoencefálico por
instrumento contundente”, y el presunto desollamiento del rostro no fue por
alguna arma blanca antes de su muerte, sino por la fauna del lugar, como perros
y roedores. Así de simple. ¿Ya entendimos? En México pasa todo y no pasa nada.
La realidad supera la ficción y lo que usted malinterprete. La cuestión es que
lo asesinaron, lo hayan desollado, incluso degollado o no. Porque es fácil
venir a decirnos, muchos años después, que cuando lo mataron ya estaba muerto.
Qué cabrones somos. O dirán que cuando se iba a suicidar le salió el tiro por
la culata. Sólo sucede en México.
La situación está
de la chingada, lo neguemos o no, nos hagamos de la vista gorda o simplemente
nos hagamos penjamos. Hay que reconocerlo y decirlo; hay que exigir a nuestras
autoridades sensibilidad, conciencia, humanidad, empeño para cambiar la
realidad en crisis de México. Los ejemplos de violencia e inseguridad hay
muchos, están a la vista, en cada esquina. Hace unos días un familiar de mi
amigo Gustavo Cadena Mathey sufrió una situación tremenda que padecieron todos
los integrantes de la familia, parientes, amigos y conocidos. Mi solidaridad
desde este espacio. ¿Quién sigue?
Los analistas
coinciden en que la seguridad pasa por un momento de crisis, “la actual
administración del Presidente Enrique Peña Nieto se ha visto asediada por las
cifras de homicidios. En 28 meses se han registrado 76 mil asesinatos en el
país. (…). La organización civil Semáforo Delictivo ha sostenido que de cada 10
ejecuciones, seis son responsabilidad del narcotráfico”.
El profesor de la
Universidad Iberoamericana, Erubiel Tirado Cervantes, expresó que “las
estrategias de seguridad del Gobierno de Peña Nieto han sido cortoplacistas. De
ahí que tengamos ahora este resurgimiento de violencia que se puede ver en
reacomodos de grupos criminales y de influencia. Pero sea cual sea las
políticas de fondo, podemos ver que las políticas de seguridad de Peña Nieto
han sido diversas y poco efectivas. Calderón [Felipe Calderón Hinojosa] nos
dijo que eran 36 cabezas [del narco] que había eliminar. Y Peña Nieto la lista
la elevó a más de cien personas. Pero eso no necesariamente nos lleva a la
desarticulación de los cárteles de la droga, dentro y fuera del gobierno. Es
simplemente cumplir una meta de captura de capos no necesariamente lleva a la
solución del problema de fondo”. (sinembargo.mx).
¿Qué hace falta?
La inseguridad nos invade. Según el INEGI, el 70% de los mexicanos sienten
inseguridad en las ciudades. Más detalles: el 78% de la población manifestó
sentirse inseguro en los cajeros automáticos; 61% cambió sus hábitos por
inseguridad; 34% cree que en un año la inseguridad seguirá igual.
Ahí vamos, más
bien, ¿cómo chingaos vamos? La verdad, yo me siento inseguro hasta en el baño
-¿por aquello del Tigre de Santa Julia?
Dicen que la
curiosidad mató al gato; parafraseo: la curiosidad mató al ratón. Es más,
agregó: la inseguridad nos está desapareciendo.
De cinismo y
anexas
Lo característico
de la vida actual no son la inseguridad y la crueldad, sino el desasosiego y la
pobreza, ¿será George Orwell? Y qué tal que ahora va todo junto con pegado… Estamos jodidos. ¡Qué México tan querido!