No
tiene la culpa el perro
Jorge Arturo Rodríguez | 07 julio de 2016
Tribuna Libre.- No sé si ustedes creen en sus autoridades
federales, estatales y municipales, incluso en su jefe de manzana, pero lo
cierto es que cada día avanza el descrédito, la desconfianza hacia quienes nos
gobiernan o tienen algún puestecito de mando, y eso que no menciono la
ordenanza familiar, donde también crece cierta descomposición, por decirlo de
una manera suave.
Había pensado no comentarles nada pesimista,
pero ya ven, ¿dónde está el mundo feliz? Bueno, hay que seguir buscándolo y
reconstruyéndolo, para bien de generaciones futuras, ya no digamos que para uno
mismo. Leí en parametría.com que “en este último tiempo se observa un fenómeno
de descrédito hacia las autoridades que ya se ha extendido a los estados de la
República, la desaprobación de los gobernadores es mayor que la aprobación. En
14 años no se había observado nada semejante. Lo singular es que en la serie de
la aprobación de los gobernadores esta situación apenas se está presentando
durante el 2016. En la encuesta realizada en el mes de abril, la desaprobación
de los gobernadores se ubicó en 50 % y la aprobación en 45 %.
“Sólo en mayo de 2014 se observa otra cifra
alta de desaprobación hacia los gobernadores, llegando a un 44% de evaluación
negativa. Diversos factores pueden influir en la variación de la aprobación de
gobernador: crecimiento económico, desempleo, niveles de violencia,
inseguridad, entre otros, son datos que cada entidad federativa presenta para analizar
este fenómeno.
“La interrogante es si los sucesos nacionales
están afectando lo local, o están ocurriendo eventos particulares en los
estados que están impactando en la evaluación de los gobernadores; o quizá una
combinación de ambos elementos.
“Por otra parte, no sólo los gobernadores
tienen mala aprobación, lo cierto es que por primera vez en México se puede
hablar de un descontento generalizado con la clase gobernante. Desde hace
algunos meses se han publicado diversas encuestas que muestran la baja
aprobación del presidente Enrique Peña Nieto. El jefe del Ejecutivo ha llamado
a este entorno adverso un "mal humor social". Sin embargo, es un
estado de ánimo que no se había observado en México desde hace más de 20 años”.
¿En serio?
Bueno, hablando de otros males, dicen por ahí
que el fecalismo canino –esas mierdas no con quienes nos topamos, sino que
pisamos casi a diario al menos los que andamos a pata-, es ya un problema
grave, no sólo por la marca olorosa y las mentadas de madres que proferimos,
sino porque contamina. Alguna vez a todos nos ha pasado: pisar la caquita de un
perro o un gato, e incluso de una persona, y no es un chiste, al contrario, nos
lleva la chingada cuando nos sucede, pero ¿qué hacemos?
Sabemos que la materia fecal que se deja en
la vía pública termina secándose y transformándose en polvo, el cual ensucia no
sólo el aire, sino también depósitos de agua y alimentos. Según la Facultad de
Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM), un ejemplar canino de tamaño mediano evacua a diario 600 gramos de
excremento en promedio, lo que significa 18 kilos al mes.
(saludymedicinas.com.mx). En la mierda, digo, en la madre.
Ni hablar, hay que manejar adecuadamente los
desechos de nuestras mascotas, si no el planeta pronto será un gran depósito
de… eso y más. Porque no tiene la culpa el perro…
Pero hay de mierdas a mierdas, ¿o no?
De cinismo y anexas
¿Habrá palomitas y “Palomar” en el próximo
Gobierno?