José Miguel Cobián | 29 diciembre de
2016
Tribuna Libre.- Estoy verdaderamente
indignado. Desde Jesús Zambrano para
abajo, siempre vemos los efectos en lugar de las causas. El líder perredista hizo una carta pidiendo
que no se compre gasolina los tres primeros días del año 2017. El tipo ya se volvió famoso, aunque su
propuesta circula en las redes sin su nombre.
El gobierno de México le debe de estar muy agradecido por ser un
distractor más de la opinión pública, que como siempre, se deja engañar muy
fácilmente. Miles copian y pegan el
mensaje sin siquiera activar dos neuronas para analizar a detalle el asunto.
Y si eres de esos que no activaron dos
neuronas, antes de que me la mientes, lee mis argumentos. Si no estás de acuerdo conmigo entonces has
lo que quieras, y si te convenzo, ojalá la próxima vez actives las dos neuronas
antes de compartir algo así, que sólo sirve para distraer y para nada. Incluso si se lleva a cabo el paro de
compras, será parcial, pues los mexicanos no somos solidarios. Lo que sí es cierto, es que esos tres días le
van a permitir a Pemex superar el desabasto que hoy se tiene en algunas partes
de México, además de perjudicar a los despachadores que con sueldos de hambre,
complementan su ingreso con las propinas diarias. Los dueños de las gasolineras saben que de
todas formas van a vender los mismos litros al mes, pues si no lo compras en
los tres primeros días, lo vas a comprar en el cuarto o quinto día. Es un artículo indispensable en los tiempos
de hoy.
¿Sabes porque en países europeos no afecta
que el precio de la gasolina sea el doble o una vez y media el de México? Por una simple y sencilla razón, allá el
valor de cada hora trabajada por un ser humano vale más de diez veces lo que
vale la hora trabajada de un mexicano.
Así de fácil.
Habiendo explicado lo anterior, ahora paso
a reclamar abiertamente al mexicano porque la reacción en contra del aumento de
las gasolinas ha sido muy fuerte. La
indignación es enorme. Y en todos los
estratos sociales. Todos sabemos que
ese aumento va a repercutir en nuestros bolsillos, se use o no un automóvil o
un medio de transporte motorizado. Y es
por eso que protestamos tan enérgicamente.
Pero….
¿Acaso es más importante un aumento de
ochenta pesos a la semana en el costo de llenar el tanque de la gasolina?
Que: ¿Más de doscientos mil muertos y
desaparecidos en una guerra civil soterrada que se vive en el país? ¿ Miles de muertos al año por enfermedades
que son fácilmente prevenibles con medicinas que deberían estar al alcance de
cualquier mexicano? ¿ Millones de
mexicanos que se van a dormir cada noche con un hueco en el estómago porque
pasan hambre? ¿ Un país que tiene la
ventaja de gozar del bono demográfico, y sin embargo no le proporciona trabajo
a todos esos jóvenes que cada año se integran a la edad productiva?
¿Un país que no sigue ¨creciendo y
multiplicándose¨, pero que no le ofrece
ningún futuro a esas generaciones que crecerán y requerirán de trabajo, casa,
satisfactores, etc.? ¿Un México dónde
hemos permitido que el salario cada vez compre menos, alcance para menos, sirva
para menos? ¿Un país dónde sus
habitantes son menos importantes que cualquier distractor? ¿Un país dónde las
autoridades sanitarias no protegen supervisando la calidad de alimentos y medicamentos
que consumen sus habitantes? ¿Un país que es el paraíso de la corrupción y a
nadie parece importarle? ¿Un país dónde nos quejamos todos los días en las
redes sociales y no hacemos nada para corregir aquello que criticamos?
De verdad que cuando leo las quejas por el
aumento de la gasolina, primero pienso que será el momento oportuno para darle
más valor al trabajo de cada mexicano, pero luego me doy cuenta de que pasar de
quejarse por el precio de las gasolinas
a quejarse por el escaso valor que se le otorga en México al trabajo de
los mexicanos es una labor imposible. A
nivel sociedad no comprendemos que si el salario mínimo fuera de mil pesos
diarios, nos dolería el aumento a las gasolinas, pero sería comprensible
pagarlas a precios internacionales y no nos quejaríamos tanto.
A nivel país no acabamos de entender que
es mejor exigir al gobierno federal, a los diputados y senadores, que eliminen
ese impuesto de más de cuatro pesos por litro de gasolina, y que el ingreso que
perdería el gobierno federal, se compense con una pequeña reducción del robo a
que diariamente someten a todo el país mediante sus cochupos, corruptelas y
vida de reyes. Pero no, en lugar de
canalizar la molestia ciudadana hacia soluciones reales del origen del problema
el Chucho mayor promueve no comprar gasolina, engañar a la gente haciéndole
creer que con eso ya participó en la protesta y al final que no suceda
absolutamente nada.
Por eso me indigno hermano mexicano,
porque te dejas engañar muy fácilmente. No dudes que el propio gobierno federal
promueve dicha protesta. Así la gente
sentirá que hizo algo, que demostró que no está de acuerdo con el aumento. Y
continuar con nuestro tradicional gatopardismo, en el cual todo cambia, todos
protestan, para que todo siga igual.
El problema no es el aumento actual y
futuro de los energéticos. El problema
es que a ti te pagan muy poco por tu trabajo. Esa ha sido una política
económica de los últimos 40 años. Vender
la mano de obra mexicana muy barata para generar trabajos. Ineficiencia
completa de los gobiernos en su búsqueda de desarrollo económico. En lugar de políticas que generen trabajos
dignos, políticas para generar trabajos con sueldos de hambre, lo cual es más
fácil y sin mucho problema para quienes han definido el destino económico de
México. Pero hoy estamos inmersos en la globalización.
Aceptemos los precios globales, pero
también exijamos que se paguen salarios globales.