* El
acusador de Karime, pieza clave de la PGR
* Del Castillo, Mansur, Janeiro, todos implicados * El abogado de Elba Esther * Caos electoral en Coatza * Morena contra la ayuda social de la
CTM * PRD acusa a Morena * Dos juicios más contra el pejepartido
Mussio Cárdenas
Arellano | 24 abril de 2017
Tribuna Libre.- Buen casting el de Javier Duarte. En su pandilla
hay de todo: testaferros y sabandijas, malandros y pillastres, raterillos que
roban al pobre y ladrones de cuello blanco que engañan al sistema financiero,
los Del Castillo, los Janeiro, los Mansur, los Bocardo, los Ortega. Un gang
voraz.
Ya no sonríe el ex gobernador de Veracruz,
ataviado con su chaleco antibalas, pues no ha de faltar el que quiera
silenciarlo, recortado el cabello a cambio de no andar a rape, serio, muy
serio, formal, muy formal al responderle al juez que le notifica oficialmente que
la justicia mexicana lo reclama.
Dice Javier Duarte que ni se allana ni se
resiste al proceso de extradición, y que lo deja en suspenso. Esperará a que el
gobierno mexicano realice la solicitud formal a Guatemala en un plazo que no
excederá de 60 días.
Su audiencia ante el juez guatemalteco, este
miércoles 19, exhibe la podredumbre del gordobés, su proclividad al delito, el
robo con descaro, la mecánica del saqueo, el accionar de sus operadores que
desde el interior del gobierno de Veracruz iban tejiendo la fuga de dinero y
desde afuera sus amigos canalizaban el botín a cuentas e inversiones para
encubrir su destino. De alta escuela el atraco.
Contundente, el expediente de la Procuraduría
General de la República muestra por vez primera la mente perversa de Javier
Duarte, la voracidad por el dinero, su falta de escrúpulos para disponer de los
recursos públicos, los de la educación, los de seguridad, las partidas para el
campo o para carreteras, los del sistema de salud, dejando a los hospitales sin
medicamentos, sin tratamientos a los enfermos, sin pago a proveedores. Su
ambición es criminal pues condenó a muerte a miles.
De la audiencia, los detalles, el relato de
la PGR, la forma en que se perpetró el saqueo a las arcas veracruzanas, los
nombres, el cinismo del gang duartista, habla el portal Al Calor Político. Ahí
resume el filo de la uña del ex gobernador y su pandilla.
Se le acusa de delincuencia organizada y de
realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita. Pronto vendrá el
lavador de dinero y la evasión fiscal.
Con él robaron ilustres diputados de mala
pinta como Juan Manuel del Castillo, quien fuera pieza clave en la Secretaría
de Finanzas y Planeación, y Tarek Abdalá Saad, tesorero en la Sefiplan. O un
rufián de marras, Arturo Bermúdez Zurita, el falso general que desde la
Secretaría de Seguridad controló y operó el Cártel de Duarte, su policía
vinculada al crimen organizado, levantando y desapareciendo personas o
incurriendo en tortura. Cita el expediente otros nombres:
“Moisés Mansur Cisneros, quien estaría a
cargo de realizar las instrucciones de Duarte y serviría como testaferro; José
Juan Janeyro, quien estaría a cargo de estructurar los pagos de las actividades
de inversión, compra y venta, además de que serviría como testaferro del ex
gobernador; Rafael Gerardo Rosas Bocardo, prestaría su nombre y Mario Rosales
Mora, trabajaba en una notaría en las que se llevarían a cabo operaciones y
fungiría como su prestanombres.
En el expediente de la PGR destacan casos
concretos que describen cómo operaba la pandilla duartista. Y Bermúdez cantó.
No habló de sus nexos con la delincuencia. No
confesó sus crímenes, la tortura, la represión. Habló el 13 de diciembre de
2016 y refirió un caso ocurrido a mediados de 2014.
Le llamó llamó Tarek Abdalá. Le expresó que
todos los recursos en materia de seguridad pasarían primero por la Secretaría
de Seguridad Pública y ésta los remitiría después a la Tesorería.
Bermúdez lo bateó. Tarek le reiteraba que se
trataba de una instrucción del entonces gobernador.
Refiere Bermúdez que a Javier Duarte lo veía
en un condominio en el sexto piso de la Torre Pelícano, en el municipio de Boca
del Río, y un par de veces en el rancho El Faunito, en Fortín de las Flores.
Bermúdez habla como si no tuviera mancha
alguna. También el falso general adquiría casas de lujo en Woodlands, unas a su
nombre, otras a las de sus parientes. Y se hizo de empresas de seguridad
privada, constructoras, edificios, firmas inmobiliarias. Pero al final cantó.
Habrá sentido Javier Duarte que el tufo a
traición lo aturdía. Primero fue Moisés Mansur Cysneiros, luego Alfonso Ortega,
ahora Arturo Bermúdez, revelando a la PGR cómo fue el saqueo a las arcas de
Veracruz.
“Duarte pidió —agrega Al Calor Político— que
las operaciones de facturación se trataran con Juan Manuel del Castillo, pero
no cumplió con lo ordenado por lo que las empresas se quejaron, las empresas
señalaban que el gobierno de Veracruz dispersó cantidades de dinero, pero Juan
Manuel del Castillo no pudo materializar la facturación.
“Por lo tanto, las supuestas empresas
‘fachada’ simple y llanamente procedieron a captar los recursos sin
justificación legal alguna, por lo que José Juan Janeyro le avisó a Moisés
Mansur lo que estaba pasando y le pidió una reunión con el ex mandatario para
encontrar una solución, toda vez que era evidente que se estaba generando un
problema con la facturación.
“Janeyro dijo que no se podían comprobar 350
millones de pesos —extraídos de la Secretaría de Educación de Veracruz— de las
empresas de facturación, no tenían ninguna justificación respecto de su origen
y las empresas estaban presionando para documentar las operaciones que estaban
haciendo con las dependencias del estado.
“La situación no se corrigió y Janeyro
solicitó una nueva reunión para volver a tratar el asunto. Fue en febrero de
2016 que le reiteró a Duarte que había un problema muy grave y delicado y no
había forma de justificar la salida de los recursos del gobierno a las empresas
y Duarte le contestó que le parecía increíble que Juan Manuel del Castillo no
había podido resolver el problema y entonces Janeyro se entrevistó con el ahora
diputado local y le recalcó que el problema no lo podían solucionar.
“En septiembre de 2016, José Juan Janeyro le
expuso nuevamente que no sólo no se había regularizado el problema de los 350
millones de pesos y que el asunto ‘era evidente que el procedimiento acarrearía
un problema gravísimo’ ”.
Lo que propuso Javier Duarte fue insólito:
desaparecer los registros contables desde el gobierno. Janeiro Rodríguez
expresó que era inaceptable. El sistema bancario podría comprobar las
trasferencias de la Secretaría de Educación a las “empresas fachada” desde el
23 de diciembre de 2012. “Se podían identificar los depósitos a empresas
receptoras que sumaban 350 millones de pesos, situación que podía corroborarse
en los estados de cuenta”.
Otro testimonio, el de Alfonso Ortega López,
confirmó la ruta del dinero saqueado, las inversiones en viviendas vía
“empresas de papel”.
“Ortega dijo que Duarte se ostentaba como
dueño de dos departamentos los cuales fueron adquiridos el 17 de mayo de 2010 a
través de una negociación de José Juan Janeyro Rodríguez, con valor de un
millón 500 mil dólares cada apartamento
“Por órdenes de Duarte el pasado 3 febrero
2012 constituyó una sociedad para los negocios inmobiliarios en la cual aparece
como titular el otro socio, Mario Rosales Mora.
“El 12 de mayo de 2012 adquirió dos
departamentos en Sierra Fría, en la colonia Lomas de Chapultepec, en la Ciudad
de México, dichos inmuebles tenían un valor de 47 millones de pesos y era,
según Alfonso Ortega, el sitio donde Duarte pretendía construir su casa de
retiro.
“Antes, en marzo de 2011, durante la Cumbre
Tajín le instruyó que adquiriera una lancha italiana y para ello tenía que
constituir una sociedad financiera, Alpargata Marín Corporation, para realizar
la compra-venta de la lancha y detalló que el precio de la misma fue de 790 mil
dólares americanos.
“Meses después Ortega se enteró de la compra
de las parcelas en Campeche porque le dijeron que esa compra era un buen
negocio y entonces realizaron la compra de 21 parcelas a su nombre y el de José
Juan Janeyro, Rafael Gerardo Rosas Bocardo y Moisés Mansur. El costo total fue
de 20 millones de pesos.
“Ortega, Janeyro, Rosas Bocardo y Mansur
demostraron falsamente en las asambleas ejidales de Campeche haber vivido por
más de un año en la zona para hacer la compra”.
Ortega es cómplice y testigo. Y es clave para
la PGR. Alfonso Ortega es el mismo que en su versión señala a Karime Macías
como el personaje que le indicaba qué “empresas de papel” crear, hacia dónde
canalizar el dinero robado a las arcas veracruzanas y luego cómo debía
endosarle las acciones en blanco.
Ortega realizó su relato el 12 de octubre de
2016, pero en el expediente remitido al gobierno de Guatemala no se menciona a
Karime Macías, la esposa del ex gobernador. De ahí la sospecha de que habría
pactado con el gobierno peñista para entregar a Javier Duarte a cambio de
inmunidad o que el mismo Javier Duarte haya entregado parte de lo robado, y
retenido otro tanto, a cambio de servirle electoralmente a Peña Nieto revelando
un presunto financiamiento al líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Robar las arcas de Veracruz habría sido
imposible sin una pandilla de rufianes de cuello blanco, los Mansur, los
Janeiro, los Del Castillo, los Ortega López, los Bocardo, los Macías, los
Tubilla, los Tarek, los Spinoso.
En Guatemala ve a todos libres, a excepción
de Javier Nava Soria, detenido este miércoles 19 en España. Nava es uno de los
operadores del fraude financiero contra Veracruz.
En Guatemala lo asesora Pablo Campuzano de la
Mora, de la firma Del Toro Carazo Abogados, que lleva la defensa legal de la ex
lideresa magisterial, Elba Esther Gordillo, acusada de un mega fraude al
sindicato de maestros.
Con ladrones y raterillos, malandros de lo
peor, perpetró Javier Duarte el atraco a Veracruz. Fue un casting entre
ladrones de cuello blanco. Con esos rufianes perpetró el saqueo.
Un gang de lujo.
Archivo muerto
Bien organizado el caos electoral en
Coatzacoalcos. Morena incurre en actos anticipados de campaña y lo fustiga el
PRD; Morena acusa al candidato del PRI, Carlos Vasconcelos Guevara, de usar la
ayuda social en el edificio de la CTM, de la que es dirigente regional, con
fines proselitistas; amaga el representante del PAN ante el Órgano Público
Local Electoral, Moisés Nava Ramírez, con denunciar al PRI cuando que él
realiza talacha electoral en horario de trabajo, pues es empleado del Itesco;
el representante del PRD, Federico Carrera Martínez, señala de lo mismo a la
candidata a síndica por Morena, Yazmín Martínez Irigoyen, directora de una
escuela primaria, que en horario laboral le dedica todo el tiempo a promover a
su partido. “El secretario del OPLE —dice Carrera Martínez— fue el que hizo la
verificación de este recorrido y seguimos al candidato de Morena durante todo
el recorrido en la colonia Petroquímica así como el evento en la Noria y Mundo
Nuevo, estuvimos más de siete horas cubriendo el evento para ver las
actividades que realizaban”. Entre todo destaca el caso Vasconcelos. La
exigencia de Morena es que cese la ayuda social a los pobres en el edificio de
la CTM. Algo así como suspender las consultas médicas que incluyen
oftalmología, cardiología, odontología, análisis clínicos, ginecología y
enfermedades propias de la mujer. Al pobre, al minusválido, al adulto mayor, se
les dota de bastones y sillas de ruedas. Lo que no cubre el sistema de salud,
lo suple la CTM. Y tiene que parar. Morena empuja para que el edificio de la
CTM cierre sus puertas y con toda seguridad así será, con el visto bueno del
panismo y del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. Obvio, los enfermos y sus
familiares ya sabrán contra quienes aplicar el voto de castigo, porque con la
salud no se juega. Unos, los morenos, dicen ser el partido de los pobres. Ajá.
Los otros, los del Bien Común, son el partido a los que vale un pito los
pobres. Si esto no es caos, ¿qué es?… Alguien en Morena rió cuando se le
alertaba que en Coatzacoalcos se le iba a complicar la elección por la
alcaldía. “Morena ya ganó”, sentenciaba suponiendo que Pan, PRI, PRD, Verde,
PANAL, MC, PES serán aplastados. “Arrasaremos”, pregonaba con altivez Víctor
Manuel Carranza, el candidato de la diputada Rocío Nahle García. Hoy, Morena
está pasmado. Queda en suspenso la integración de su planilla, con una
resolución del Tribunal Electoral de Veracruz que anuló el resolutivo de la
Comisión Nacional de Honestidad y Justicia por violar los derechos del
militante Rufino Soriano García al no notificarle de manera personal el
emplazamiento sobre la anulación de la asamblea celebrada el 16 de marzo en que
se eligieron a los 10 morenistas que integrarán la planilla que contenderá por
la alcaldía de Coatzacoalcos. Si algo faltara, ahora el ex precandidato a la
alcaldía, Eduardo Ramos Carmona, y la aspirante a síndica, Claudia Aisa
González Pardo, interponen un juicio para la protección de los derechos
políticos de los ciudadanos por la resolución emitida por el TEV el 13 de
abril. Y mientras el PRIANPRDPVEM ya andan en lo suyo, Morena no puede arrancar.
Si la cúpula pejista respetara a sus bases, si aplicara el no mentir, no
engañar, no traicionar, el pejepartido no correría el riesgo de fragmentarse…