* El
robo a Veracruz y el robo a Coatzacoalcos
* Fraude, cárcel, despojo *
Lecciones para burlar la ley * De
febrero a marzo se disparó la violencia
* 23.7 por ciento a la alza *
Expropia Yunes casa de JDO * Iván y
Mónica le daban posada a Javier Duarte *
Mijangos será regidor; Benito Soriano en duda
Mussio Cárdenas
Arellano | 25 abril de 2017
Tribuna Libre.- Karime es mala pero aún le falta. A su lado,
en su oído, va siempre Tony Macías, el autor de sus días, el suegro incómodo,
que salta de escándalo en escándalo, cuyos líos con la justicia fueron la
escuela en que la ex primera dama urdió cómo reventar a Veracruz.
Su entorno es criminal: su padre inodado en
fraudes y días de cárcel; Fidel Herrera Beltrán, su padrino político, acusado
de iniciar la quiebra de Veracruz y coludirse con Los Zetas; su padrino real,
Pedro Joaquín Coldwell, en la trama de la entrega de Javier Duarte a la
justicia guatemalteca con fines de extradición; su Tarek Abdalá, el diputado a
punto del desafuero por desvío de recursos; su familia, primas y primos,
implicados en negocios —Cumbre Tajín, Fiesta de la Candelaria, Festival de la Salsa,
Hay Festival, Juegos Centroamericanos— con cargo al erario.
Desatada, mareada por la riqueza sin límite,
que si era de los veracruzanos tenía que ser suya, volaba Karime Macías Tubilla
entre su función de presidenta del DIF estatal y los rasgos de mecenas
cultural, los millones a su alcance y el sueño de ser articulista en medios de
comunicación… pero de quinta.
Pontificaba, pues, la empresaria fantasma
metida a primera dama de Veracruz, dueña de mansiones y ranchos malhabidos, de
pelada por la complicidad del gobierno peñanietista, la PGR, la mafia en el
poder.
Decía, por ejemplo, que a Javier Duarte, su
amor formal, le cambiaba la cara cuando sabía de un niño huérfano, o una niña
enferma o un menor migrante sin compañía alguna.
“Mi marido es que es incansable”, solía
escribir en su columna Casa Veracruz. Y ella también. Incansables los dos.
Incansables Javier y Karime. Incansable el gobernador e incansable la
articulista. Sí. No se cansaron de robar.
De Fidel Herrera vio el uso desproporcionado
del poder, el erario usado como fortuna personal y el gusto por la “plenitud
del pinche placer”. Y aprendió.
De Javier Duarte, su marido, el ex gobernador
de Veracruz, una mezcla de financiero sin escrúpulos y bufón del grupo en el
poder que entra a la historia como el servil más útil y alcanza la cúspide con
el robo descomunal a las arcas del gobierno estatal, que fluctúan entre 43 mil
y 180 mil millones de pesos, vía efectivo, vía empresas fantasma, vía una red
de prestanombres integrada por amigos, empleados, familiares y testaferros.
Nadie, sin embargo, como su padre, el célebre
Tony Macías —Jesús Antonio Macías Yazegey—, cuya mente y alcances lo llevan al
cenit y al fango, al cielo y la riqueza y al infierno del descrédito.
1993 fue crucial. Tony Macías cayó en
prisión. Tejió un fraude con un crédito otorgado por Bancomer a la firma
Materiales y Representaciones del Istmo, S.A. de C.V. (Myrisa), que serviría
para importar producto para la empresa Fertilizantes Mexicanos.
Myrisa se retrasó en el pago y pidió una
ampliación al banco. Luego la institución bancaria alegó que las empresa
Tesifé, de Tony Macías, y Davaz, que servían de aval, se encontraban
inmiscuidas en un falso embargo para torcer la ley.
Altos funcionarios de Bancomer alertaron de
la maniobra y acudieron al entonces presidente de México, Carlos Salinas de
Gortari, quien a su vez dio instrucciones al gobernador Patricio Chirinos
Calero para apretar, encarcelar y obligar a liquidar el total del crédito.
Su verdugo fue Miguel Ángel Yunes Linares. Y
de ahí vienen sus odios. Desde la Secretaría de Gobierno, Miyuli orquestó el
golpe. Una fuente allegada a los involucrados sostiene hoy que Yunes les hizo
saber que si pagaban evitarían la acción legal pero fue desoído.
Junto con Jorge Ramírez Pérez, su concuño y
tío de Karime Macías, Luis Daccarett Habib y esposa, Tony Macías fue
aprehendido el 6 de febrero de 1993. Enfrentaban cargos de fraude por 64 mil
dólares, unos 2 mil 250 millones de viejos pesos, al simular el traspaso de
propiedades que se hallaban en garantía para avalar el crédito. El caso
involucró a tres empresas: Materiales y Representaciones del Istmo, Tesifé y
DAVAZ.
Tres días después, tras devolver el dinero
que Bancomer les había prestado para la adquisición de un cargamento de materia
prima para fertilizantes, recobraron su libertad.
Primera lección para Karime.
De la mano de Fidel Herrera, una vez más,
urdió otro negocio en Coatzacoalcos: ganarse 44 millones de pesos por coyotear
el cobro de un impuesto a Pemex.
Su cómplice fue Marcelo Montiel Montiel, el
alcalde que en sus días de oficial mayor del Congreso de Veracruz supo del
caso. Impidió, junto con el líder de la Legislatura, Carlos Brito Gómez, que el
entonces presidente municipal perredista de Coatzacoalcos, Armando Rotter
Maldonado, pudiera realizar el cobro del impuesto por traslado de dominio de
las petroquímicas Cangrejera, Morelos y Pajaritos.
Ya en funciones de alcalde, en abril de 2002,
Marcelo Montiel embistió a Pemex. Detrás se hallaba Fidel Herrera Beltrán,
quien desde la senaduría preparaba su ascenso al gobierno de Veracruz.
Montiel le asignó sin licitación alguna la
cobranza al despacho Abogados y Asociados Internacionales, de Tony Macías.
Su alegato fue que el ayuntamiento de
Coatzacoalcos requería los más de 800 millones de pesos que adeudaba Pemex por
concepto de ese impuesto. Inició la cobranza, trabó embargo sobre cuentas
bancarias y al final negoció.
Le urgían 800 millones de pesos y terminó
cobrando solo 220 millones. Tony Macías, con su corredor, Mariano Moreno
Cadena, ya fallecido, realizó sólo dos notificaciones y agenció 44 millones de
pesos.
Segunda lección para Karime.
Ya con Fidel Herrera en el gobierno de
Veracruz, Tony Macías se apropió de la reserva territorial de Coatzacoalcos. La
venta fue desproporcionada y descomunal, irracional y ventajosa, fraguada para
disponer de casi 60 hectáreas que no corresponden a los terrenos originalmente
expropiados para el fallido proyecto federal denominado Puerto Industrial del
Ostión.
Bastó modificar el polígono original —cuyo
trazo y coordenadas figuran en el plano de la Secretaría de la Reforma Agraria,
del cual este reportero posee copia certificada— para despojar a la Familia
Bringas Burelo y entregarle esas tierras al padre de Karime Macías, el llamado
suegro incómodo de Javier Duarte.
Creó Tony Macías una empresa llamada Parque
Tecnológico Puerto México y mediante fideicomisos con Bancomer le asignaron, en
2005, 58.5 hectáreas, cuyo valor actual es de mil millones de pesos.
Ahí se instaló otra empresa, Frutas y
Verduras de Veracruz (FYVVER), para el empacado de frutas y verduras, a la que
el gobierno fidelista asignó más de 300 millones de pesos. en 2008 Tony Macías
la “adquirió”. O sea, dinero público a un negocio de particulares incómodos.
Según una de cinco escrituras realizadas el 12 de julio de 2012, Tony Macías
representó a dos partes del fideicomiso y terminó vendiéndose a sí mismo.
De tecnológico, el parque de Tony Macías sólo
tiene el nombre. Su negocio ha sido venderle espacios a ADO, Bimbo, una iglesia
mormona, gasolineras y mediante una permuta de terrenos en Veracruz, cedió 13
hectáreas al grupo Soriana.
Fue un robo en despoblado. Otros
“compradores” de reserva, también sin erogar un peso pues toda la inversión se
realizaría con fideicomisos de Bancomer, fueron el narcomepresario Francisco
Colorado Cessa, propietario de la constructora ADT Petroservicios, preso en
Estados Unidos, sentenciado a 20 años de cárcel, el que le lavaba dinero a Los
Zetas mediante la compra de caballos y que le enviaba “hieleras” a los
senadores Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla, según
conversación con Pancho Colorado junior; Arquitektur, una empresa que terciaba
operaciones con Construplaneación para lavar dinero, que luego de una invasión
de paracaidistas logró el desalojo gracias a las gestiones de Jorge Ramírez
Pérez, el concuño de Tony Macías; las inmobiliarias GEO, CAPSA, Constrec, Quintal,
a las que se les dio mejor precio que a los colonos solicitantes de tierra.
En los últimos días del duartismo, inminente
la persecución de Miguel Ángel Yunes, Tony Macías limpió sus operaciones. Sólo
cobró 150 millones de pesos por la venta de las tierras de la reserva
territorial de Coatzacoalcos, pero las liquidó con un pago superior a 800
millones. ¿De dónde sacó esa cantidad? ¿O es otro caso de lavado para el SAT y
la PGR?
Hubo una última trastada: Tony Macías pagó
los 8 millones de pesos correspondientes al impuesto de traslación de dominio
al ayuntamiento de Coatzacoalcos con un terreno. Fue una dación en pago,
firmada por el entonces síndico municipal, Roberto Chagra Nacif, hoy presidente
local del Partido Verde Ecologista de México, que en Veracruz comanda Javier
Herrera Borunda, hijo de Fidel, y que ha sido el refugio del fidelismo.
Otro fraude. El pago del impuesto de
traslación de dominio, según el Código Hacendario, no se puede realizar en
especie.
Y Yunes que lo solapa. Prometió el día que
tomó posesión proceder contra Tony Macías, Fidel Herrera y Javier Duarte por el
robo de la reserva territorial de Coatzacoalcos. Cuatro meses y medio después
no puede. O no lo dejan. O no le da permiso Enrique Nachón García, director de
Invivienda, el mismo cargo que ostentó durante el duartismo, desde el que firmó
y avaló las operaciones del suegro incómodo.
Tercera lección para Karime.
Es esa la escuela de Karime Macías, la de su
padre Tony Macías, el suegro incómodo, a quien se atribuye en medios políticos
ser el verdadero cerebro del episodio de saqueo a las arcas del gobierno de
Veracruz.
Karime Macías aprende rápido. Su entorno le
ayuda. Su entorno es criminal: Fidel Herrera, Javier Duarte, sus tíos, primos,
amigos, prestanombres, el aparato de poder que la llevó a la “plenitud del
pinche placer”.
A su lado, hablándole al oído, Tony Macías,
su padre, sorteando denuncias y cárcel, en el recuerdo la estampa tras las
rejas, declarando ante un juez, el 6 de febrero de 1993, en el penal de Palma Sola
en Coatzacoalcos. Después de eso, la ley se puede burlar.
Karime y Tony Macías: ¿Quién es peor?
Archivo muerto
Sin control, sin freno, la violencia es un
flagelo que no suelta a Veracruz. Cifras del Secretariado Ejecutivo Del Sistema
Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), contenidas en el documento “Incidencia
Delictiva del Fuero Común 2017”, hablan de un disparo del 23.7 por ciento entre
marzo y abril. La fuente es la Fiscalía General de Veracruz que a diferencia de
la administración duartista, no maquilló la estadística. En febrero, señala el
documento, se cometieron 3 mil 837 delitos en general mientras que en marzo se
elevó a 5 mil 29. O sea, mil 192 casos más entre un mes y el otro. A detalle,
dice el reporte, se incremento de 13 a 18 secuestros de febrero a marzo;
violación, de 17 a 29; homicidios, de 167 a 246 casos; homicidios dolosos, de
109 a 109 a 161; homicidios dolosos con arma de fuego casi se duplican, pasando
de 58 a 85, y homicidios dolosos con arma blanca, de 17 en febrero a 26 en marzo.
Según el documento “Incidencia Delictiva del Fuero Común 2017”, que contiene la
estadística de las 32 entidades federativas de México, en ningún rubro
disminuye la acción de la delincuencia. En breve, un portal de gran influencia
nacional, dará a conocer la grave situación que atraviesa Veracruz. Y el
yunismo en la luna. Ni siquiera atina a mencionar que uno de los factores en el
disparo de la violencia es la colusión entre los grupos duartistas, incluidos
lo que permanecen infiltrados en el aparato policíaco estatal, y las bandas
delincuenciales. Ni siquiera se observa un gramo de inteligencia para expresar
que la violencia es provocada por quienes calientan a Veracruz y que, de paso,
truene y reviente Miguel Ángel Yunes Linares con su promesa de que en asuntos
de seguridad el gobernador no tiene rival y que en 60 días acabaría con el
problema de la inseguridad. Fidelidad y duartismo, con sus narcobandas, atizan
la violencia y no hay quien en el espejismo yunista alce la voz… Qué no
compraba Javier Duarte con dinero público. Uno de esos bienes se halla en el
mítico Tlacotalpan, expropiado este domingo por el gobernador Miguel Ángel
Yunes Linares y destinado para formar parte del acervo del Instituto
Veracruzano de la Cultura. Gustaba el gordobés de lujo y la buena vida, las
mansiones en fraccionamientos exclusivos y los ranchos de antología. La
vivienda de Tlacotalpan es otra cosa. Concentra el sabor de la cuenca, la raíz
veracruzana. Adquirida vía un prestanombres, este domingo inició el proceso de
expropiación. Suscribió el gobernador azul el decreto con el que vuelve al
pueblo de Veracruz por haber sido adquirida con dinero del pueblo de Veracruz…
Sin nada en la bolsa, ni un peso para pagar hotel, Javier Duarte solía llegar a
Coatzacoalcos y recalar en casa de dos amigos con los que los une una amistad
inquebrantable: Iván Hillman Chapoy y su esposa Mónica Robles Barajas. A su
domicilio, enclavado en la esquina de Lázaro Cárdenas y Galeana, a una cuadra
del malecón, llegaba el entonces vilipendiado Javier Duarte, en su días al
servicio del entonces senador Fidel Herrera Beltrán. Ahí dormía pues no había
para más. Ahí pernoctaba y al día siguiente iniciaba su periplo por el sur de
Veracruz, recogiendo el pago de su quincena pues Javier Duarte era “aviador” en
varios ayuntamientos, entre ellos el de Nanchital, donde cobraba 5 mil pesos al
mes. Por la tarde, dedicaba su tiempo a visitar a quien era su novia: Karime
Macías Tubilla. Pobre y jodido, recibía el favor de Iván Hillman y Mónica
Robles, que luego le habrían de cobrar con creces, pidiéndole su intervención
ante Fidel Herrera Beltrán, en sus días de candidato al gobierno de Veracruz,
para que el líder del ivanismo concretara la candidatura a la presidencia
municipal de Coatzacoalcos, que Miguel Alemán Velasco había concedido pero que
debía avalar el sultán de Nopaltepec. Desde entonces Iván y Mónica
Hillman-Robles marcaron su destino duartista. Ahora les toca concretar el
proyecto de Javier Duarte para que Morena se posicione como la fuerza política número
uno en el sur de Veracruz. Y ya casi lo logran… Alberto Mijangos Martínez, ex
secretario general del PRI en Coatzacoalcos, ex secretario del ayuntamiento, ex
delegado de Profeco, ex brazo derecho de Francisco Valencia García en CAEV, hoy
en prisión y sujeto a juicio, ex priista, ya es candidato del Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena) a regidor tercero en Coatzacoalcos. Es la pieza
de Iván Hillman. Es la apuesta de Mónica Robles. Es la evidencia de que el Clan
de la Succión mueve a Morena, vía Rocío Nahle García, la diputada que a su vez
desdeña al periodista José Pablo Robles Martínez pues ni la llamada le toma,
mientras que a su esposa, Roselia Barajas Olea, la usa para afianzarse en el
ánimo de Andrés Manuel López Obrador. Gane o pierda Morena, siendo candidato a
regidor tercero, Alberto Mijangos, a quien los priistas llaman El Rompecatres,
será regidor en el próximo ayuntamiento. Caso contrario, el de Benito Soriano
Aguilera. Va en la posición cinco. Si Morena gana la elección municipal, entra
al cabildo. Si no, habrá trabajado en la estructura electoral para otros
morenistas que no tienen ni idea de lo que es promover el voto, trabar alianzas
y cuidar la elección. Y eso que aún hay impugnaciones contra los resolutivos de
la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del pejepartido y contra las
sentencias del Tribunal Electoral de Veracruz, que podrían tumbar, modificar o
reventar la planilla de Morena en Coatzacoalcos, pese a su registro en el
Órgano Público Local Electoral…