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Gina Domínguez Colío, exvocera de Javier
Duarte y recién detenida, asegura que su sucesor usaba a los medios para
desviar escándalos.
Xalapa, Ver. | 26 mayo de 2017
Tribuna Libre.- María Georgina Domínguez Colío describió a
Alberto Silva Ramos, su sucesor en la Coordinación General de Comunicación
Social (CGCS) con Javier Duarte, como “el amo de la perversidad. Capaz de
utilizar medios de comunicación para desviar escándalos en los que se vio
involucrado en los últimos 20 años como político”.
El pasado 20 de mayo, Domínguez Colío fue
detenida por los presuntos delitos de coalición, incumplimiento de un deber
legal y desvío de 106 millones de pesos. Durante su audiencia de imputación se
conoció que Alberto Silva también habría participado en dichos ilícitos,
particularmente con el pago de 24 millones de pesos en favor de una empresa
“fantasma”, Cordocons S.A. de C.V. Esto apenas en su primer día como vocero, el
20 de febrero de 2014.
La Fiscalía General del Estado (FGE), aseguró
que existen tres carpetas de investigación que involucran a ambos ex voceros en
la administración de Javier Duarte por posibles agravios de corrupción y el
presunto desvío de 3 mil millones de pesos durante sus funciones (entre 2010 y
2016).
Ante tales señalamientos a cargo del actual
coordinador de Comunicación Social, Elías Assad Danini, el Fiscal General del
Estado, Jorge Winckler Ortiz aseguró que enviaría a San Lázaro una solicitud
del juicio de procedencia (procedimiento de desafuero) con la finalidad de
juzgar al legislador priista.
Días antes de ser aprehendida, Gina
Domínguez, escribió en su columna Razones de Estado, sobre el círculo íntimo de
Javier Duarte, donde Silva Ramos figuró en primer lugar, seguido de Erick
Lagos, diputado federal; Arturo Bermúdez Zurita, exsecretario de Seguridad
Pública; y Luis Ángel Bravo Contreras, ex fiscal general.
Dicha cercanía de Javier Duarte con Silva
Ramos data de 1993, cuando ambos trabajaron en las oficinas del Diario Oficial
de la Federación, que se comprueba en la información de la LXIII Legislatura.
Desde entonces los dos se perfilaban como alumnos predilectos del exgobernador,
Fidel Herrera Beltrán y se perfilaban para perpetuar su mandato.
Entre 2004 y 2008 Alberto Silva, originario
de Tuxpan, Veracruz, fue Subsecretario de Infraestructura Regional y Director
General del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal.
Para el año de 2008 Silva Ramos se incorporó
a la Secretaría de Finanzas y Planeación, bajo las órdenes del titular Javier
Duarte. Dos años después ganó la presidencia municipal de Tuxpan, en tanto
Duarte de Ochoa ascendió a Gobernador de Veracruz, tras vencer a su
contrincante por el PAN, Miguel Ángel Yunes Linares.
En tres años como alcalde del municipio
norteño, Silva fue criticado por solicitar un crédito de 100 millones de pesos
que sería empleado en la mejora del alumbrado público pero que, jamás se vio
reflejado. Así lo ha expuesto el actual edil de Tuxpan Raúl Ruíz Díaz.
Ante los señalamientos contra el hoy diputado
federal, Javier Duarte lo requirió como titular en la Secretaría de Desarrollo
Social (SEDESOL), por lo que se separó de sus responsabilidades municipales en
2013.
A partir de ese momento la carrera de Alberto
Silva se encumbró. En las filas internas del priismo veracruzano su nombre
figuraba como el sucesor de Javier Duarte en la gubernatura. El 20 de febrero
de 2014 Silva ascendió a Coordinador de Comunicación Social.
En ese periodo, el gobierno de Veracruz gastó
2,795 millones de pesos en publicidad oficial, de los cuales, al menos 245
millones fueron facturados por dependencias distintas a la Coordinación General
de Comunicación Social en favor de ocho empresas denominadas fantasma por el
Servicio de Administración Tributaria (SAT).
Dichos depósitos bancarios a las empresas
Carrirey, Ravsan, Anzara, Mogarver, Mercacarrey, Marvercarr, Publicidad Akkira
y Gman Business, fueron aprobados entre el 15 y el 31 de diciembre por el
entonces tesorero de la Secretaría de Finanzas y Planeación (Sefiplan), Tarek
Abdalá, quien es nombrado como un amigo íntimo por Silva Ramos.
En 2014, Alberto Silva también se postuló
como candidato a la diputación federal por el distrito de Tuxpan y salió
victorioso. A unos meses rendir protesta en la cámara baja, alternó sus
funciones como presidente estatal del PRI. De acuerdo con testimonios de
Tuxpan, la efervescencia era tal que algunos funcionarios ya auguraban cargos
estatales en el bienio 2016 – 2018.
Sin embargo, las aspiraciones de Alberto
Silva, se vinieron abajo con la decisión del entonces dirigente nacional del
PRI, Manlio Fabio Beltrones, quien habría impulsado a Héctor Yunes Landa como
abanderado tricolor, consiente de los señalamientos de corrupción en contra de
Javier Duarte.
En abril de 2016, Silva Ramos acudió
nuevamente al llamado de su amigo, Javier Duarte y solicitó licencia en San
Lázaro para regresar como vocero, cargo que mantuvo hasta octubre de ese año,
cuando el exgobernador se dio a la fuga.
Tras el escándalo protagonizado por el
exgobernador (hoy preso en Guatemala por lavado de dinero y delincuencia
organizada), Silva Ramos retomó labores en el congreso federal y desde entonces
sus acciones son replicadas en su cuenta de Twitter @Beto_Silva_R.
Allegados a Alberto Silva, lo recuerdan como
un joven revolucionario, que incluso se habría tatuado el rostro del Che
Guevara en la espalda. En su cuenta de Twitter también replicó un homenaje
póstumo a Fidel Castro, quien zarpó del puerto de Tuxpan, en junio de 1956,
camino hacia la guerra de liberación contra el dictador Fulgencio Batista.
Hoy los inicios revolucionarios de Silva
Ramos parecen desempolvados en su cuenta de Twitter, en un aparente afán de
librar este lapso en su carrera política, pues es señalado como el próximo en
pisar el penal de Pacho Viejo, donde actualmente están recluidos cuatro de sus
compañeros en el gabinete de Duarte. El vuelo de El Cisne, hoy pende de un
fuero constitucional.