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Yunes: violencia y fracaso * La masacre
de los niños * Asesinan al delegado de
la PFP * Los duartistas cínicos * Cuando solapaban a Duarte * Eva Cadena: los sucios ayudando a la
justicia * Mina: documentan la traición
panista * Isabel Wong le mordió la mano
a Yunes * Aurora Solano se mofa de
Winckler
Mussio
Cárdenas Arellano | 27 Junio de 2017
Tribuna
Libre.- De
tanto alardear, Yunes ya fastidia. Decía que en dos meses, siendo gobernador,
sofocaría la violencia brutal, el embate de los cárteles, la colusión de la
delincuencia con las policías, o con sus jefes, los narcopolíticos de Veracruz.
Y no puede. Los malosos están ganando.
Van siete meses y nada. Azotado por la
inseguridad, por las muertes y ejecuciones, el pleito entre bandas por el
territorio y las plazas, las rutas de las drogas y las armas, las zonas de
impunidad, Miguel Ángel Yunes sólo ve correr la sangre de los que en esta
guerra sin tregua le dan estatus de infierno y caos a Veracruz.
Dice que la bronca no es de todos. Son unos
cárteles que chocan con otros cárteles, sicarios que le dan baje a otros
sicarios y que de esa barbarie, para fortuna de los buenos, la sociedad es
ajena. O sea que el miedo es ficticio. O de plano la autoflagelación de los
necios.
Sí y no. Se matan los malosos, como refiere
el gobernador, pero también caen los inocentes, o son levantados y desaparecen
y nunca se les vuelve a ver.
Alardea pues, el señor Yunes Linares que los
delitos del orden común van a la baja y que donde hay violencia extrema, es por
la acción del crimen organizado, pero entre sus miembros, sin implicar a la
población.
Lanzó una batida insólita en el norte de
Veracruz, golpeando a la delincuencia, deteniendo a sus líderes, desmembrando
células que por años habían sembrado el terror, haciendo correr a unos y
encarcelando a otros.
Luego ocurrió el episodio del anuncio
espectacular en el puerto de Veracruz, cuando los trabajadores de la empresa
contratada para colocarlo fueron agredidos en un ataque armado, tres de ellos
heridos, uno de gravedad.
Se ofrecía en él un millón de pesos a quien
aportara información sobre los líderes de las bandas delincuenciales. Y en el
anuncio, las fotografías, los nombres.
Detonó ese anunció la agresión y,
simultáneamente, una embestida en el centro y sur de Veracruz, y ejecutados, y
mutilados, y embolsados. Jornadas de sangre, de horror, sacudiendo a una
sociedad que sólo recuerda que en dos meses la violencia sería historia.
Los capos también lloran. Y al ver que Yunes
y las fuerzas federales los diezman, aplican su plan B, el del lodo compartido,
el de la duda razonable, el de tan sucio yo como tú, rememorando los tiempos de
Fidel Herrera y Javier Duarte, cuando los malosos pregonaban que “los zetas
somos todos”.
Junto a los muertos —cuatro de ellos
mutilados y una mujer desangrada—, en Veracruz y Poza Rica, aparecieron
mensajes en cartulina, intimidatorios, para el secretario de Seguridad Pública,
Jaime Téllez Marié. “Pinche Z”, le dicen en uno. “Voy por ti”, le anuncian en
otro. “Deja de hacer pendejadas”, le ponen en uno más.
Pero eso no fue lo peor.
Sábado terrible, este día 24. Hacia las 5:30
de la tarde, en Cardel, un comando armado acribilló al delegado de la Policía
Federal Preventiva (PFP), Camilo Juan Castagné Velasco. Con él perdió la vida
José Rigoberto Peña Cárdenas. Otro oficial, Alberto Sánchez Ruiz, quedó herido,
se le trasladó a un hospital y horas después murió.
Minutos después, en Coatzacoalcos, una
familia fue ejecutada, entre ellos cuatro niños que habrían recibido disparos
en la cabeza.
A su hogar, en la colonia Nueva Calzadas,
llegó el grupo que los ultimó, portando armas largas. Dentro del domicilio
lanzaron sus descargas mortales.
Eran niños y eso sacudió a todos. Eran niños
y sus fotografías, circuladas en las redes sociales, generó una reacción
airada. Mal por su difusión, pero es lo que da la dimensión de la tragedia, el
nivel de barbarie, la frialdad de la mente asesina.
Al padre se le identificó como Clemente
Martínez Martínez, taxista, de 38 años de edad. Su esposa, también fallecida,
llevaba por nombre Martidiana P. La edad de sus hijos oscilaba entre los 6 y 3
años de edad.
Brutales, los crímenes desataron la condena
de todos, el reclamo a Yunes Linares, la reacción del gobernador ofreciendo
recompensa de un millón de pesos a quien aporte información de los autores del
asesinato del delegado de la Policía Federal. Horas después, se reveló la
identidad de los sicarios, vía fotografías tomadas de un video.
Un día después, diría Yunes azul que hay otro
millón para quien allegue fotografías, datos, la identidad de los autores de la
masacre de los niños.
Así ese sábado 24. Día funesto pues sólo en
el sur de Veracruz ocurrieron 15 hechos de sangre, golpeando al proyecto
yunista que ofrecía que en 60 días, una vez que asumiera el gobierno de
Veracruz, sofocaría la violencia, vulnerado por el reto de los cárteles que, a
su vez, han sido diezmados, exhibidos sus rostros, sus nombres.
Ya desliza Yunes Linares que la masacre de
los niños tiene origen en la guerra de los cárteles, el ojo por ojo que desde
el viernes 23 corría en las calles de Coatzacoalcos, el inminente ajuste de
cuentas, la acción de los sicarios, sus armas, su descarga mortal contra la
humanidad de los pequeños.
“Hay elementos —apuntó Miyuli— que podrían
vincular al padre de estas criaturas inocentes, que fueron víctimas de la
delincuencia organizada, con un evento delictivo sucedido el día anterior”.
El portal Al Calor Político lo citó así:
“Elementos que vinculan al padre de las
criaturas con un evento delictivo sucedido el día anterior. No queremos
adelantar hechos, será el fiscal especial el que lleve todo esto a una
consecuencia jurídica, eficiente y dura”.
Y no abundó más.
¿A qué evento delictivo ocurrido un día antes
se refería el gobernador? ¿Dónde?
Sirve la ola delictiva para la pepena del
duartismo. Pepe Yunes, senador que en los días de Javier Duarte gobernando
Veracruz fue sumiso, callado, complaciente, esta vez levanta la voz:
“Lamentablemente el Estado ha sido rebasado
por la delincuencia. ¡La violencia política genera violencia!”.
Otra es Andrea Yunes Yunes, hija del senador
Héctor Yunes Landa, frustrado aspirante al gobierno de Veracruz, a quien Miyuli
derrotó en la elección de 2016.
“Los 7 meses más sangrientos de Veracruz! Se
nota que tenía la experiencia!”, fustiga la ex aspirante a chofera de su tío
Miguel Ángel, la nieta y sobrina de los Poliyunes, su abuelo y los hermanos de
su padre, los falsos policías de la Policía Auxiliar (IPAX), que por detentar
permisos de portación de armas violaron —y violan— la Ley Federal de Armas y
Explosivos, vestidos con uniforme, según fichas de control de la corporación.
¡Qué integridad!
Acribillado por todos, analistas y
columnistas, los usuarios de las redes, Yunes recibe el reclamo hasta del
duartismo cínico que nunca alzó la voz contra Javier Duarte, y antes contra
Fidel Herrera, cuando sus gobiernos dejaron hacer a los cárteles cuanto
quisieron y convirtieron a Veracruz en territorio de impunidad.
Lo fustiga el priismo que no asimila haber
sido echado del poder. Lo fustiga el priismo, no porque exija justicia y que
regrese la paz, sino por la gubernatura que el PRI perdiera en 2016. Lo fustiga
el priismo que antes militó en la nómina del duartismo.
Una metáfora lo explica todo. Son esos
priistas los gusanos que en los días de Javier Duarte mataron al Veracruz
tranquilo, al Veracruz en paz. Lo pudrieron. Se lo fueron comiendo hasta
saciarse. Lo terminaron entregando a otra casta, la de los narcopolíticos.
Tiene la sociedad el derecho a exigir que
paguen los Fideles, los Duartes, los cómplices de los narcos por 12 años. No
tienen ese derecho los gusanos del duartismo que cuando debieron hablar,
callaron.
Nada disculpa, tampoco, a Yunes Linares.
Experto en temas de seguridad —fue subsecretario de Seguridad federal con
Vicente Fox—, sabe quiénes son los malosos y quiénes son sus cómplices
políticos. Y no actúa.
De tanto alardear, Yunes ya fastidia. No
resolvió en dos meses la violencia brutal, el embate de los cárteles, la
colusión de la delincuencia con las policías, o con sus jefes, los
narcopolíticos de Veracruz.
Van siete meses y no puede. Lo retan los
cárteles. La barbarie aumenta. El horror crece. Y la masacre de los niños
alcanzó el clímax social.
Los malosos están ganando.
Archivo muerto
Solo un milagro salva a Eva. Hoy, como se ve
venir, la diputada sureña Eva Cadena perderá el fuero, quedará en manos de la
Fiscalía de Veracruz, de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos
Electorales y del yunismo azul que la pretende de rehén para destrozar a
Morena, al Peje López Obrador y a sus acólitos hasta reventarlos como lo hizo
en la elección municipal. Dejará este lunes el Congreso de Veracruz,
acribillada por sus pares, diputados que cargan delitos y señalamientos,
historias de acoso sexual, falsificadores de documentos, crímenes y saqueo,
ladrones y tránsfugas de la ley, vivales y pendencieros que pasaron por
ayuntamientos y no se robaron el palacio municipal sólo porque no lo pudieron
cargar, defraudadores y mentirosos profesionales. Perderá el fuero en sesión
privada, a manos de legisladores que llegaron al cargo, no por la voluntad de
los electores sino por el dedazo del líder, y muchas veces cómplice político,
que los puso donde hay, la mayoría usando fondos ilegales en sus campañas, de
lo mismo que se le acusa a Eva Cadena, ex candidata a la alcaldía de Las
Choapas por Morena. Vista en tres videos —segmentados, editados, alterada la
voz de quien habla con ella y que registra la entrega de diversas cantidades de
dinero—, que diera a conocer el periódico El Universal, a partir del 24 de
abril, Eva Cadena le sirvió al gobernador Miguel Ángel Yunes y a Andrés Manuel
López Obrador para dirimir su lucha por Veracruz. Recibió dinero que usaría
para su campaña. Lo hizo, señala Eva, a sugerencia del coordinador de Morena en
la Legislatura estatal, Amado Cruz Malpica, quien ofreció contactarla con
empresarios. Supo de las entregas de dinero, antes que el escándalo estallara,
el líder de Morena en Veracruz, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, tal como
consta en una conversación en WhatsApp, la noche del 23 de abril. Entrampó a la
coordinadora de Morena en el Congreso Federal, Rocío Nahle García, quien dos
veces mintió imputándole la entrega del dinero, primero al diputado Erick Lagos
Hernández, y segundo, a la hermana del fiscal estatal, Ana María Winckler, lo
que provocará que la operadora del Peje tarde o temprano enfrente juicio de
desafuero también. Yunes azul atizando el fuego para que el Caso Eva Cadena,
quien desde luego no tiene justificación ante lo evidente, mostrara que Morena
es tan corrupto como el PRIANPRD. Yunes llamándola “recaudadora” de AMLO y
usando su caso para minar el territorio pejista. Rocío Nahle usando el Caso Eva
Cadena para decirle al mundo que en Morena los que toman dinero ilegal son
expulsados, aunque no sean militantes del pejepartido. Eva Cadena revelando que
los dineros de la fracción parlamentaria de Morena fueron usados para financiar
las giras de Andrés Manuel López Obrador en Veracruz, lo que también es delito.
Este lunes 26 ocurrirá el desafuero. Eva Cadena será arrojada del Congreso
estatal por diputados de pésimo historial. Algo así como los sucios ayudando a
la justicia… Simuladores natos, los panistas de Minatitlán están de plácemes.
Su misión fue ayudar a Morena, así trompicaran al yunismo azul. Su encomienda
fue reventar a su candidato, Nicolás Ruiz Roset, solo porque sus limitaciones,
sus taras, su ineptitud, su mala leche les impide admitir que los candidatos
externos han sido más competitivos que los que emergen de las filas del PAN.
Pablo Pavón Vinales obtuvo 23 mil votos y Nicolás Ruiz Roset, 21 mil en
diferentes procesos. Hay registro, información documentada que acredita la
contracampaña interna, el apoyo simulado, el vacío a su candidato, la no
promoción del voto, la fallida estructura electoral en la elección a la
alcaldía de Mina. Hubo línea: “no apoyar a Nico” porque “no lo queremos de
presidente municipal”, así reventaran el proyecto de Miguel Ángel Yunes de
pintar de azul a Minatitlán por su importancia financiera, política y
petrolera. Refiere el informe —en cuestión de horas sobre el escritorio del
gobernador— que la contracampaña fue dirigida por dos personajes: Isabel Wong
Chang y Felícitas Alcántara Montoya, directora de CAEV en Minatitlán y delegada
regional de Sedesol estatal, respectivamente. Isabel, presidenta local del PAN;
Felícitas, su otro yo. Peor lo de Isabel Wong por ser concuña de Yunes Linares.
O sea, traición al partido y traición en el círculo familiar. Sea como sea,
Isabel y su banda festejan. Sí, festejan el triunfo de Morena… Impune, Aurora
Solano Arroyo hace cuanto quiere y ni el fiscal Winckler, mucho menos el
gobernador Miguel Ángel Yunes, la paran. Relevada de casos que manosea a su
antojo en la Fiscalía de Cosoleacaque, se retira y deja los expedientes
tácitamente destrozados. Como si fueran libros deshojados, el personal de la
Fiscalía de Veracruz los debe rehacer, si es que puede, para darle curso a
denuncias que Aurora Solano por algún particular interés empantanó o maniobró a
favor de la parte demandada. Eso es obstrucción de la justicia. Un caso tiene
que ver con el despojo en un rancho en el municipio de Chinameca en el que le
resulta responsabilidad a la familia Quintanilla —Jaime y Enrique—, su abogado
y sus matarifes que amedrentan a los dueños del predio machete en mano, con
lenguaje soez y la amenaza como argumento. Ahí se gesta una masacre, auspiciada
indirectamente por la dueña de la justicia en Cosoleacaque, la inefable Aurora
Solano, que no pela al fiscal Winckler y mucho más le vale el gobernador de
Veracruz. Tal es el caos que hay abogados que ya extrañan a Javier Duarte y a
Luis Ángel Bravo, alias Fisculín…