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julio 27, 2017

Claudia Guerrero: cancerbero de los poderosos


Juan Carlos Fco. Espinosa  | 27 Julio de 2017
Vocero del Movimiento Antorchista en Veracruz
Tribuna Libre.- El 24 de este mes la periodista Claudia Guerrero, escribió, descalificando una supuesta manifestación que harían campesinos antorchistas en las oficinas de la SEDARPA el día martes 25, en demanda de “insumos subsidiados para pequeños productores de varios municipios del estado”, en los siguientes términos: “La realidad de todo esto –dijo- es que esta agrupación ha vivido de la presión y extorsión ejercida a anteriores administraciones y ahora las reglas del juego han cambiado. Es por eso, que tratan por todos los medios de ser atendidos por este gobierno panista”.
          De acuerdo a este juicio de la maestra en periodismo, la realidad de que la mitad de la población del campo veracruzano vive en pobreza extrema, es decir, en medio del hambre,  no existe; la realidad de que concluyó la época de siembra de maíz del ciclo primavera-verano sin que llegara una sola bolsa de semilla de maíz subsidiada a manos de los productores, hecho que reconoce la propia SEDARPA, tampoco existe; para ella, la única realidad existente, la única que registra y la perturba es la presión que sienten las administraciones por la presencia, respetuosa y pacífica, de algunos centenares de campesinos, de ese sector de la población que con su sudor y su trabajo produce todo lo que come el estado, pero que -por una dolorosa injusticia que proviene del modelo económico prevaleciente- vive en medio del hambre. Dime que realidad te duele y te diré a quién representas. En este caso, con todos los títulos que pueda cargar a cuestas, la opinión de Claudia Guerrero representa al poder. Y lo justifica. Afirma triunfalmente, como quien descubre América, “Cambiaron las reglas del juego”. Y ¿cuáles son las nuevas reglas?, preguntamos nosotros. ¿No será que se nos quiere presentar como nueva la divisa del México colonial de que a lo súbditos de un estado solo les corresponde: “ver, oír y callar”? 0 ¿la nueva regla consistirá en revivir aquel expediente que utilizaban los españoles de convertir a los indios al catolicismo y que hoy los veracruzanos que quieran tener acceso a los programas se deban convertir al panismo? Así parece, porque llamar “extorsión” a la lucha social y a la libre manifestación consagrada en nuestra Carta Magna tampoco evoca aires de libertad, más bien recuerda a Díaz Ordaz y a todos los represores que en México y en el mundo han sido.
          Por estas o parecidas consideraciones, varios lectores de la página de la periodista, entre ellos algunos productores afectados por la falta de apoyo, comentaron rechazando su postura, lo cual enfureció más a la autoconsiderada santona del periodismo veracruzano y publicó de inmediato, el 25 de julio, un artículo titulado: Antorcha Campesina pierde fuerza.
          En él acusa a los simpatizantes de Antorcha de haberse dirigido a ella en su página de facebook con “comentarios absurdos y lenguaje soez” y, a renglón seguido, seguramente para no quedarse atrás pasa a calificar a los antorchistas de “tener nexos con células delincuenciales”, “mercenarios a sueldo”, “sicarios”, entre otras perlas.
          Veamos el contenido del artículo de marras.
          La única tesis que encontramos en este “trabajo periodístico” es la afirmación que le da título al artículo, a saber: que, según su autora, Antorcha Campesina en Veracruz se está debilitando, lo cual menciona 3 veces en su escrito, como si a fuerza de repetirla dicha afirmación se convirtiera en verdad. Lo demás es un amontonamiento de calumnias, de insultos, de acusaciones sin fundamento ni prueba y de algunos chismes, que solo demuestran que la periodista quiso cumplir con creces con quien le encargó atacar a nuestra organización.
          Pues bien, la fuerza de una agrupación como la nuestra, que quiere organizar al pueblo pobre, reside esencialmente en dos factores: el número de sus adherentes, por un lado y, por el otro, en su grado de conciencia y unidad. Y, de acuerdo a nuestras estadísticas bien verificadas, no a las que le pasa Gobernación a Claudia Guerrero, Antorcha sigue creciendo mes con mes y semana a semana, a importantes tasas de crecimiento; y, en lo que respecta a nuestra unidad y nivel de conciencia, tampoco hemos sufrido retroceso, como bien lo reconoce, quizás sin quererlo la periodista cuando afirma: “Varios de sus seguidores aún obedecen las órdenes de sus líderes”. Pero el problema que desató la polémica no era si Antorcha se estaba debilitando o no, sino si tenían razón o no los campesinos cuando se presentan a SEDARPA a exigir, con su presencia, insumos que no les han llegado. Y aquí la flamante periodista se salió por peteneras, sustituyendo el punto en discusión por otro ajeno.
          Las calumnias. Empiezan cuando dice, con un tono de película de terror, refiriéndose a Antorcha: “En sexenios anteriores imponían el miedo y rudeza en su discurso, con intimidación y manifestaciones, frente al mismo Palacio de Gobierno”. ¡Qué horror! Y ¿qué nos dijo la periodista, cuyo corazón es blanquiazul, no de la manifestación, sino de la toma del palacio de gobierno que hicieron “en sexenios anteriores” sus correligionarios y de la “rudeza del discurso” que le aplicaron al entonces Gobernador Interino en la Casa Veracruz? Absolutamente nada, pues seguramente los considera actos democráticos y libertarios. No olvidemos que lo que para el pobre es borrachera para el rico es diversión. Pero, no aceptamos aquello de que imponemos el miedo. Las manifestaciones de Antorcha, le consta al pueblo de Xalapa, siempre han sido ordenadas, pacíficas, respetuosas y animadas por nuestros grupos culturales.
          Cito, apretadamente, las desmesuradas calumnias que lanza la periodista: “Erick Lagos contrataba los servicios de Antorcha para que se manifestara y el pago por sus servicios era de varios millones de pesos”. “Sus prácticas para ejercer presión de estos mercenarios a sueldo, sus fondos provenían de la Secretaría de Gobierno, de SEDARPA, de la Delegación SEDESOL, con el fin de presionar para que estas dependencias aporten recursos a sus líderes”. Estas afirmaciones, respetable periodista, que no se acompañan con ninguna prueba, sino que usted piensa que sus “inteligentes lectores” deben de creerlas porque las dice la suma sacerdotisa del periodismo, no son más que simples chismes o, mejor aún, calumnias. Tarde se la ha hecho a usted para acudir ante las autoridades competentes a denunciar penalmente a quienes dieron esos millones de pesos y a quienes los recibieron. Hágalo y compruébelo. De no hacerlo, quedará evidenciada como una vulgar calumniadora, por muchos títulos que ostente.
          Y, ya completamente desenfrenada, arremete con sus calumnias en contra de nuestros dirigentes estatales, cito: “Samuel Aguirre Ochoa, casado con Minerva Salcedo Baca, se han enriquecido de tal forma, adquiriendo bodegas de materiales para la construcción, constructoras y hasta negocios de préstamos personales, con intereses excesivos.” “Su hermano Humberto Aguirre, dirigente de Antorcha en Tierra Blanca es señalado de tener nexos con células delincuenciales.” Una vez más ni una prueba, ni una evidencia, ni siquiera se molesta en señalar: se trata de tal bodega, de aquella constructora, de este negocio de préstamos. Nada. Porque nada de eso existe. A la señora periodista le pagan por enlodar la imagen de nuestros dirigentes, por lanzar excremento a los líderes de una organización que representa un modesto pero necesario contrapeso ante el poder y una esperanza de mejorar su suerte para miles de desposeídos. Le pagan por lanzar excremento y lo cumple a cabalidad. Se mueve en su elemento. Pues ella sí, al no ofrecer ni pruebas ni elementos, se retrata de cuerpo entero como una mercenaria de la pluma.
          Hago notar que la calumnia contra Humberto Aguirre, hombre bien conocido y respetado en Tierra Blanca, es una calumnia criminal, pues pone en peligro su vida y la de su familia, en estos tiempos en que nadie parece poder detener a la delincuencia en Veracruz, al señalarlo, nuevamente sin ninguna prueba, como una persona ligada a células delincuenciales. Desde este momento hacemos responsable a Claudia Guerrero de cualquier ataque que sufra nuestro compañero. El periodismo debe ser ejercido con ética y responsabilidad, no degenerar en un seudo periodismo espurio y venal.
          Claudia Guerrero concluye el ataque a nuestros dirigentes con un efecto teatral: “Cuentan con camionetas BMW y Mercedes Benz, con valor de cerca de 1.5 millones y casas en exclusivos fraccionamientos”. En primer lugar, le decimos a la periodista que está mal informada sobre marcas y valores, investigue aunque sea algo. Pero, preguntamos, ¿es un delito tener un vehículo en qué moverse y una casa en donde vivir? ¿Quiere Claudia Guerrero que Samuel Aguirre viva en el monte y viaje en el urbano para que ella esté contenta? Pues no. El Ing. Samuel no dispone más que de la casa que habita y de los vehículos que necesita para su trabajo de dirección, no solo del estado, sino del colectivo que es la Dirección Nacional Antorchista. Y dicha casa y vehículos los ha adquirido la organización para el uso de nuestros dirigentes, pero no con dinero público, sino con dinero resultado del esfuerzo de 42 años de trabajar en todas las áreas de la actividad organizativa, incluida el área financiera.
          Pero si tanto le molestan a Claudia las casas y los vehículos, ¿Por qué no critica a ciertos veracruzanos, hombre públicos, que tienen grandes casas, casas de playa, departamentos, yates, verdaderas riquezas insultantes, esas sí? Esas no las ve. Quizás porque sea más cómodo para ella ejercer el periodismo lisonjeando a los de arriba e insultando a los de abajo.

          Y sobre la, según ella, terrible amenaza, que lanza Claudia respecto a que “hay una ley que ampara fiscalizar a las agrupaciones que perciben dinero del erario público”, que se preocupen otros, no los antorchistas, pues nosotros hemos formado una organización que desde su nacimiento se planteó la independencia económica, es decir, no depender en su actividad y en el ejercicio de sus objetivos, más que de sus propios esfuerzos. Somos independientes económicamente, porque somos y queremos seguir siendo independientes políticamente, pues el que paga manda. Por eso, nosotros no reconocemos más patrones que el pueblo de México organizado en las filas del Movimiento Antorchista. Vale.

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