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Carnaval de patrullas * Golpes aislados
al crimen organizado * Ejecuciones,
mutilados, secuestro, en aumento * Las
regidurías, en agosto * Morena dará
cabida a panistas en ayuntamiento * Ebria,
la edecán de CMAS choca * Autos rentados
para las reinis * El libro de Rafael
Marquet * “El Petróleo ¿Bendición o
maldición de México?”
Mussio
Cárdenas Arellano | 31 Julio de 2017
Tribuna Libre.- Suenan las sirenas, deslumbran las luces, el
andar de patrullas y más patrullas en caravana, con su paso lento, con su
armamento imponente y los policías de rostro oculto, pero en las calles la
violencia no deja de cobrar su cuota de sangre. De qué sirve tanto show.
Ahí, aquí, en el mundo real, de día y de
noche, en calles y parques, en pasos arenosos y sitios de lujo, en la ciudad y
la zona rural, mandan los cárteles que a punta de bala, con el plomo en el
alma, se disputan la plaza y el territorio, las rutas y las tienditas, la
clientela en el jet-set.
Son ya ocho meses del nuevo gobierno, el del
yunismo azul, el de Miguel Ángel Yunes Linares que mucho presume del tema de
seguridad y que apenas algo le sale bien, una que otra detención, uno que otro
capo abatido, rebasado en todo por el crimen organizado y la delincuencia
común.
Este jueves 27, a Coatzacoalcos volvió el
show. Por su calles pasearon patrullas del gobierno de Veracruz, la siniestra
Fuerza Civil, que fue el brazo ejecutor del ex gobernador Javier Duarte y su
secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita.
Con ellos iban el Ejército y la Marina,
provocando el estupor, el asombro de decenas y más decenas de ciudadanos que no
sabían si el operativo y las acciones serán para bien o para mal, apretando a
los criminales o sacrificando a la población.
Con ellos van, también, la Policía
Ministerial, agentes de transporte público. Dispondrán de helicópteros para
realizar sobrevuelos, y de drones que permitirán ubicar a las células del
crimen organizado.
Va Narciso Peña, subsecretario de Seguridad
de Veracruz, al frente de este operativo, justo cuando la violencia desborda la
tolerancia social, sume en el miedo a los buenos y le deja el control a los
criminales.
Hará un mes, el 23 de junio, un capo murió.
Era el “Berna”, Bernardo Cruz Mota, lugarteniente del H, Hernán Martínez
Zavaleta, jefe regional zeta. Lo ultimó un comando. Llegó por él, en la colonia
Benito Juárez Norte, en Coatzacoalcos, y lo acribilló.
Un día después, el sábado 24, el H perpetró
una masacre: cuatro niños fueron abatidos, con tiro en la cabeza —dicen que de
gracia—, en presencia de sus padres. Sus matarifes le quitaron entonces la vida
a la mamá. Luego lo hicieron con el padre, un taxista de nombre Clemente N, a
quien vinculan con el homicidio del “Berna”.
Una semana después, el 29 de junio, el H fue
aprehendido en Cárdenas, Tabasco, mientras esperaba a su familia para huir.
Desde entonces la violencia sigue, se
recrudece, se sale de control, presagiando ya la llegada del Cártel Jalisco
Nueva Generación, que viene por la plaza, Coatzacoalcos y el sur de Veracruz.
Sábese que operan ya maras-zetas traídos de
Guatemala, Honduras, El Salvador, defendiendo el territorio ante el vacío
generado por la aprehensión del Comandante H.
Otro capo, El Quino, alias Ricardo Pacheco
Tello, fue ultimado por marinos en Chipilo, Puebla, en un operativo para cercar
al grupo criminal que ultimó al comisionado de la Policía Federal en Veracruz,
Juan Camilo Castagné.
Era El Quino un auténtico carnicero, de
mercado, y peor cuando ingresó a la filas de la delincuencia. Su sello eran los
muertos mutilados, con tierra esparcida sobre los restos, y luego embolsados.
Y mientras, la violencia sigue y crece.
Tardíamente llega a Coatzacoalcos un nuevo
destacamento de policías, armados hasta los dientes, coordinados los estatales
con las fuerzas federales, Policía, Ejército y Marina, en un escenario de
violencia y muerte.
Mientras, Veracruz permanece en la cúspide de
las estadística criminal: primer lugar en denuncias por secuestro, ejecutados
en Córdoba, feminicidios en Coatzacoalcos, asesinados en Acayucan, en
Cosoleacaque.
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema
Nacional de Seguridad Pública, hasta el último día del mes de junio, había 88
denuncias por secuestro.
De acuerdo con su comunicado, “el Sistema
Nacional de Seguridad Pública reporta que durante este año ha habido 103
víctimas de secuestro, ocupando el primer lugar con mayor cantidad de personas
afectadas por este delito”.
Veracruz supera esta vez a Tamaulipas, que ya
es la antesala del infierno. Allá son 85 denuncias por secuestro en el primer
semestre del año.
Tamaulipas era el referente nacional del
secuestro. Hoy es Veracruz. En mayo y junio se disparó ese delito.
Desglosado el récord, se muestra así: 15
secuestros durante el mes de enero, 13 en febrero, 18 en marzo, 12 en abril, 14
en mayo y 16 en junio.
Comparado con 2016, el aumento por mes es
alarmante. 2016 tuvo un registro de 62 denuncias; Veracruz, 88.
Dice el comunicado del Sistema Nacional de
Seguridad Pública que el homicidio también creció.
“Durante el primer semestre de este año se
han presentado mil 249 denuncias por homicidios, mientras que en el mismo
periodo del año pasado fueron 648.
“En enero se presentaron 188 denuncias por
homicidio, febrero 167, marzo 246, abril 207, mayo 224 y junio 227”.
El sur de Veracruz registra 10 mujeres
asesinadas en cosa de cuatro meses, la mayoría en Coatzacoalcos y Minatitlán. Y
lo peor, la Fiscalía General del Estado (FGE) no señala si ha realizado
detenciones o que alguien haya sido vinculado a proceso por su posible autoría.
Se repite el escenario de violencia en toda
la entidad, en Córdoba, en Acayucan, en Cosoleacaque. Y la cuota de sangre la
aportan las mujeres.
Una de ellas, identificada como Altagracia
José García, de 50 años de edad, cuyo cadáver se hallaba en un domicilio de la
colonia López Mateos, apareció el miércoles 26. Tenía una herida en el cuello.
Otra, Lourdes Patricia Herrera Martínez, fue
secuestrada. Se le localizó sin vida el viernes 21 en la carretera
Cosoleacaque-Jáltipan. Era estudiante de Gestión Empresarial en la Universidad
Veracruzana.
Sus captores pedían un millón de pesos, que
la familia no pudo pagar.
En la sierra de Soteapan, en el municipio de
Pajapan, en un bolsa de plástico fueron hallados los restos de una mujer joven,
el 18 de julio.
Ese día, en Cosoleacaque, ocurrió una
ejecución. Iban por el activista Abdías Salomé Salomé. Lo hallaron en un
vehículo. Le dieron alcance. Lo rafaguearon de auto a auto. Con él murió su
enfermera, Edia Adalid Levy Castro, egresada del Instituto Tecnológico de
Estudios Superiores de Coatzacoalcos.
Y así la lista de mujeres ejecutadas.
Nada, sin embargo, como lo que ocurre en las
zonas de Córdoba y Poza Rica. Sólo en junio, en la Ciudad de los 40 Caballeros,
ocurrieron 20 crímenes de mujeres.
Poza Rica lidera los asesinatos de mujeres.
Le siguen Córdoba, Minatitlán, Coatzacoalcos, Veracruz, Acayucan,
Ixtaczoquitlán y Sayula de Alemán.
Pavorosa, la cifra cimbra: en siete meses de
2017, el registro marca 129 asesinatos de mujeres, 89 de ellos con rasgos de
feminicidio.
Son cifras del proyecto “Asesinatos de
Mujeres y Niñas por razones de Género”, de la académica de la UV, Estela
Casados González. Su sentencia es simple pero es sentencia: en Veracruz son
asesinadas, en promedio, cinco mujeres por semana.
Lunes 24, lunes rojo en Córdoba; miércoles
26, rojo también.
Lunes de cinco ejecutados, cuando tres
hombres fueron asesinados y dos más resultaron heridos luego de abandonar un
bar.
Miércoles de dos muertos, jóvenes, atacados
por otros dos tipos, a eso de las 10 de la noche, en la colonia Santa Cecilia.
Es la reacción del crimen organizado al
gobernador Yunes, horas después que anunciara la disminución de delitos en la
zona Córdoba.
Y responde el gobierno con un show, patrullas
en caravana, de policías embozados, torretas abiertas, luces rojas y azules
para llamar la atención, los drones que sobrevuelan dizque para ubicar a los
criminales.
Todo es show.
Archivo
muerto
Pura paja, las listas de regidores que
circulan en redes sociales. Será en agosto cuando el Órgano Público Local
Electoral de Coatzacoalcos defina cuantos ediles tendrá cada partido político,
acorde con la votación efectiva registrada en la elección del 4 de junio. Si se
le acredita a Morena, ganador en la contienda, el sexto regidor, tendrá mayoría
absoluta en el cabildo con ocho votos, sumados los del alcalde Víctor Manuel
Carranza Rosaldo y la síndica pro-nepotismo, Yazmín Martínez Irigoyen; pero si
los votos emitidos, el factor para dividir los sufragios entre el número de
ediles, los criterios de sobre representación y resto mayor, lo limitan a cinco
regidores, el pejepartido y su alcalde, Víctor Carranza, podría ser minoría.
Del lado del PRI, la puja es para lograr un cuarto regidor, posición de la CTM,
de su líder y ex candidato a la presidencia municipal, Carlos Manuel
Vasconcelos Guevara, que intenta insertar a Lenis Aparicio. Para ello, presiona
con todo al ex candidato independiente, Esteban Valles Martínez, cuyo hijo,
Juan Francisco Valles, apunta a ser edil por el número de votos obtenidos.
Vasconcelos se vale de todo, pero hasta agosto se sabrá… Generoso, Morena se
abre a otras fuerzas, otros partidos, otros personajes, los enemigos y los
adversarios, para ser poder. No dará cabida al morenismo en pleno, pero sí a
quienes le disputaron la alcaldía de Coatzacoalcos. No estará la horda de
pejezombies que dejaron la suela en las calles, al alma en los ejidos, que
enarbolaron la tesis de igualdad y rescate de México, de Veracruz, de Coatza,
desde la figura de Andrés Manuel López Obrador, su Dios. Habrá cabida para una
fracción de las huestes de Morena, pero no a todos los que hicieron llegar a
Víctor Manuel Carranza Rosaldo a la presidencia municipal, pese a ser un
candidato cero popularidad. Estarán, eso sí, ex aspirantes de otros partidos,
panistas y perredistas, para quienes se reservan cargos de dirección. Hay por
lo menos un prominente miembro del PAN que en cuestión de horas dará el sí a la
propuesta de trabajar con el próximo ayuntamiento morenista. Será en la primera
semana de enero de 2018 cuando el morenismo verá a Morena cogobernar con
miembros del PAN… O madruga para beber o termina la parranda al amanecer. Y así
se la vive la edecán number uan de CAEV, o CMAS como es su nombre real, que con
el del lunes es ya el cuarto auto que desfigura. Lentes negros cuando despunta
el día, apenas asomando los rayos del sol; teléfono celular en activo mientras conduce;
tufo a todo, alcohol y no precisamente del 96; ojos irritados, abolsados; y una
licencia de conducir ya vencida. Sin reflejos, distraída, la edecán Comesse, la
favorita en el reino del placer, no sabe pues que al llegar a calle con
preferencia hay que frenar. Si fuera su auto sería irrelevante, pero no.
Conduce la edecán un vehículo que dice “es de CAEV”. Sin logos de la empresa
operadora del sistema de agua, un Jetta gris, placas XLA 6395, el auto pierde
la facia. Del caso toma nota el Mando Único Policial. Lo sabe Tránsito y no
procede. Refieren en CMAS que la edecán Comesse es reincidente y que lo volverá
a hacer. 23 vehículos desapareció la anterior administración y que sepa, fue la
Comisión Estatal de Aguas de Veracruz, sin atribuciones legales, la que
interpuso la denuncia, lo que de entrada huele a complicidad porque nadie va a
ser responsable. Se subsanó la falta de parque vehicular con la renta de un
buen número de vehículos, unos con logo, otros no, sin que el titular de CMAS,
Rafael Abreu Ponce, reporte cuánto se eroga y quién hace el negocio. Y lo peor,
CMAS renta los autos para que las edecanes se embriaguen, se estrellen y los
envíen al taller. ¿Cómo era? “Macarena es una chica parrandera que le gusta la
pachanga mañanera”. Ni más ni menos… Medio siglo o más sintiendo en la piel el
poder del petróleo. Lo ha gozado y lo ha sufrido Rafael Marquet, el mayor
publirrelacionista de Pemex en el sur, viendo cómo detona desarrollo y
progreso, empleo y fortuna, crisis y siniestros, los veneros que escrituró el
diablo de los que habla López Velarde. Lo condensa en su libro “El Petróleo
¿Bendición o maldición de México?”, que este sábado 29, a las 7:30 de la noche,
es presentado por el doctor Fluvio Ruiz Alarcón, ex consejero de Pemex, en el
salón Ayahualulco del Centro de Convenciones de Coatzacoalcos. Una vida ligada
a Pemex la de Rafael Marquet, testigo de lo que Pemex le dio, y le da, al sur
de Veracruz…