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Las familias de al menos 30 personas
atrapadas siguen inamovibles, esperando el rescate de sus seres queridos.
Tribuna Libre.- El reloj no para, han pasado 107 horas del
sismo que derribó parcialmente el edificio con el número 286 de la avenida
Álvaro Obregón, en la colonia Roma Norte, y las familias de al menos 30
personas atrapadas siguen inamovibles, esperando el rescate de sus seres
queridos que permanecen entre los escombros.
Ellos no pierden la fe, algunos hacen
oraciones, participan en sesiones de sanación y visualización creativa grupal,
en cánticos cristianos, toman café, van a dar alguna breve vuelta y vuelven a
fijar la mirada en aquella montaña de escombros que, aunque pasen las horas con
movimientos de los aproximadamente 70 rescatistas que laboran allá, pareciera
que el volumen de fierros y concreto no baja nada.
Los amigos y familiares miran con esperanza,
con tristeza, pero al preguntarles ellos aseguran, a modo de darse ánimos a sí
mismos, que sus seres queridos están ahí dentro con vida, que los esperan, que
este sólo será un trago amargo, y vuelven a fijar la mirada en lo que fue el
edificio que desde hace 5 días les cambió la vida.

“A todos los guerreros que están ahí dentro:
tenemos un ejército de ángeles elevando oraciones a Dios. Todo está bien.
México Vive”, escribió María antes de derramar algunas lágrimas por su
ausencia, que piden a Dios, sea solo temporal.
“Tenemos mucha fe en que va a salir vivo, en
que él está ahí animando a sus compañeros, él es una persona muy entusiasta,
muy colaboradora, él es muy bueno, siempre ha visto por el prójimo y segura
estoy que está ahí dentro animando, hay un ejército de ángeles ayudándole a él y
a los que están atrapados”, dijo.
A Paulino Estrada, también de 37 años, lo
acompañan desde afuera una veintena de familiares encabezados por su padre. Hay
tíos, primos y demás familiares pidiendo al cielo, a su Dios, que Paulino
vuelva a abrazar a sus pequeñas hijas de 8 y 3 años, quienes aún no saben la
suerte que está corriendo papá.
Paulino es contador, quería cambiar de
trabajo pronto pues, aunque tenía mejor salario que en otros empleos, le
quedaba lejos de su casa en la colonia Torres de Potrero.
“Se acababa de cambiar apenas hace como seis
meses, se salió de la otra empresa para estar mejor pero ya no le había gustado
tanto, iba a ganar un poco más, pero lo que ganaba de más lo gastaba en pasajes
y era más trabajo y le quedaba lejos, él ya se quería salir ya pronto”, dijo
una familiar.
Todas las familias de personas atrapadas
tienen un representante dentro de la zona de labores, e incluso dentro de los
escombros, participando como rescatistas voluntarios.
En todos los casos las historias son desoladoras,
algunas amigas de Carolina Muñiz también se encuentran esperando un rescate
exitoso, confían en que ella pueda volver con sus dos pequeños hijos que la
esperan en casa.
Como esas familias, están quienes esperan por
Ángel Javier Saucedo Sandoval, que cuenta con una gran porra de amigos y
cercanos que han hecho oraciones para volverlo a ver pronto y con vida.
Así, quienes esperan también a Karina
Albarrán, Carolina Solorio, a Iván Colín, a Miguel Ángel Chávez y a otros
tantos que seguramente saben de la fe que acompaña a sus seres queridos.
A diferencia del viernes, el sábado las
autoridades no salieron a dar informes, no había mucho que informar, sólo que
durante el día metieron binomios caninos que no lograron hallar nada, que una
gran grúa retiró dos pesadas lozas que dificultaban las labores de la
superficie, pero la mayor parte del tiempo se hicieron trabajos manuales por
parte de más de 70 brigadistas de Israel, España, Japón, Estados Unidos y
México, así como voluntarios de la sociedad civil.
Pese a la falta de noticias Rafael García, el
español que es vocero con los familiares, confirmó a La Silla Rota que, el
sábado por la noche, aún tenían certeza de que había vida dentro de los
escombros.