Ciudad de México. | 23 septiembre de 2017
Tribuna Libre.- A los vecinos del Residencial San José, en la
colonia Portales de la Ciudad de México, les prometieron que vivirían en un
edificio nuevo, diseñado con lo último en tecnología: soportado en una estructura
de acero pero a la vez ligero, ecológico y resistente. Un inmueble además
autosustentable con gigantes páneles solares en el techo. Todo ello por casi
dos millones y medio de pesos cada departamento.
Pero el sismo del pasado 19 de septiembre
dejó en el edificio dos víctimas mortales y desapareció de un plumazo la cuarta
parte del inmueble. Tenía apenas 9 meses inaugurado.
Según la opinión e hipótesis de ingenieros y
arquitectos que visitaron la zona, se debe a un problema de diseño. En el
edificio faltan columnas de resistencia, lo que es un requisito en las actuales
normas de construcción.

“Nos prometieron un edificio hecho de acero.
¿Dónde está el acero? Esto es cemento con unicel, no puede ser”, dijo Oscar,
uno de los inquilinos del edificio.
Enero
de 2017, los primeros inquilinos
El edifico Residencial San José, o lo que hoy
queda de él, se encuentra en el número 56 del Eje 7 Sur Emiliano Zapata, en la
colonia Portales. Era un edificio de seis pisos y 24 departamentos. Fue
construido por la empresa “Canada Building Group”, cuyos representantes hasta
el día de ayer no habían acudido al sitio para revisar el inmueble.
Lo que sí hizo la constructora fue enviar un
correo a todos los inquilinos para deslindarse del derrumbe, bajo el argumento
de que los sismos son “eventos fortuitos” y “no se puede hacer nada”. Un
representante legal de la empresa, que habló con Animal Político, dijo incluso
que según especialistas que consultaron fue un “sismo inédito”.
Mara Teresa Parra Velasco fue la primera
inquilina del edificio y llegó en enero del 2017. Compró su departamento en dos
millones 400 mil pesos, inversión que hoy está prácticamente perdida porque,
como la mayoría de quienes habitan aquí, no compró un seguro. Su esperanza está
en entablar una demanda junto con los otros vecinos para demostrar que la
constructora incurrió en graves omisiones.
“Un ingeniero de Ejército especializado en
construcción que ya vino a ver el edificio nos dijo que al menos la parte que
se cayó parece ser un añadido improvisado al inmueble, sin ninguna cimentación
adecuada y que por eso todo se vino abajo. Aunque en realidad todo quedó
cuarteado (…)”, dijo en entrevista.
La inquilina añadió que la constructora les
garantizó que el edificio estaba “hecho con los mejores materiales”, lo que,
desde su punto de vista, fue un engaño.
“Cuando tembló, las escaleras por ejemplo se
arrancaron y doblaron por completo, como si fueran de papel. De hecho cuando
pasaba un camión, en el edificio sentías más fuerte la vibración que afuera.
Como si siempre estuviera temblando”, añadió.
Otros dos inquilinos señalaron que una vez
que se cayó una parte del edificio pudieron darse cuenta que no contaba con los
materiales que les prometieron.
“A nosotros nos dijeron que había estructuras
de acero que atravesaban el edificio. Ahora usted vea y dígame donde estas esas
estructuras. No existen. Es más, no hay ni pilares ni castillos ni varillas
gruesas. Lo que hay son estas varillas de menos de una pulgada que se doblan
como alambres… y las losas rellenas de unicel. Nada de eso nos comentó la
constructora”, dijo Edmundo Reyes.
Los inquilinos también se quejaron de que el
Director Responsable de Obra, el ingeniero Juan Duay Huerta, no responde el
teléfono y tampoco se ha presentado a revisar lo ocurrido. Este director, como
sucede en todas la sobras, es el responsable de verificar el diseño y su
ejecución y en teoría, dar el visto bueno. Es un tercero contratado por la
constructora.
Incluso, los directores de obra de dos
edificios habitaciones contiguos a este edificio derrumbado buscaron al
ingeniero Duay Huerta pero no lo encontraron.
El
unicel, el menor de los problemas en Residencial San José
Especialistas que acudieron a dar una opinión
técnica del desastre y otros consultados por Animal Político dijeron que el
mayor problema de la obra es de tipo estructural y esa responsabilidad es de la
constructora.
El Doctor en Ingeniería Eduardo Miranda
Mijares, quien actualmente es Profesor del Departamento en Ingeniería Civil y
Ambiental de la Universidad de Stanford, y que fue designado por el propio
gobierno de la Ciudad de México para visitar varios inmuebles afectados por el
sismo, se presentó ayer por la noche a revisar el edificio colapsado en
Portales y dar su opinión técnica.
Tras inspeccionar el sitio y revisar los
planos de diseño facilitados por los propios inquilinos, el ingeniero sostuvo
que muy posiblemente el problema es de origen ya que las columnas, tanto su
número como ubicación, no son las adecuadas.
“Por lo que vi en planos, la estructuración,
lo planteado (en el edificio) no le permitía lidiar con el fenómeno. Es algo
muy crítico porque cuando hay columnas interiores con dos vecinos a los lados
es muy fácil que estas se ayuden entre sí, pero como estaba pensado, con
columnas solo en las esquinas no aguanta”, dijo.
Ante la inquietud de los inquilinos de si en
una eventual demanda tendrían la razón, el experto dijo que técnicamente es un
hecho que hubo un problema de diseño estructural, pues el edificio no debió
desplomarse. “El objetivo de las normas actuales luego del sismo del 85 es que
esto no ocurra y ocurrió. Hay un problema de la constructora desde el diseño”,
dijo.
El ingeniero civil egresado del Instituto
Politécnico Nacional, Alan Tapia, quien revisó varias fotografías y videos del
inmueble afectado, dijo que si bien es necesario un peritaje para conocer a
fondo las causas, se aprecia como hipótesis que también pudieron haber
deficiencias en la ejecución de la obra. Por ejemplo, advirtió que las varillas
no estaban bien colocadas (deben estar traslapadas y no empalmadas) y que
también hay un problema de “recubrimiento” en las columnas y muros de carga.
Tapia sostuvo que bajo las normas actuales,
cualquier inmueble debería soportar al menos un sismo encima de ocho grados.
Cuestionado sobre si conoce a la constructora
“Canada Building Group”, responsable de la edificación del condominio colapsado
en Portales, dijo que nunca la había oído, y alertó de constructoras
improvisadas que no necesariamente tienen procesos de calidad correctos y
estandarizados.
El arquitecto experto en desarrollo
inmobiliario egresado de la Universidad La Salle, Christian Yañez, quien
también acudió al sitio del colapso de Residencial San José, sostuvo que aun
cuando falta definir que causó exactamente el derrumbre de este “nuevo
edificio”, es importante asesorarse antes de comprar un departamento o una
casa; revisar los planos, pedir información de materiales, y otros datos a los
que, como comprador, se tiene derecho.
“Busquen entender donde se van a dormir,
donde van a estar parados, insisto, hay que tener una cultura en este tema. Hay
un boom inmobiliario en la ciudad hay una demanda alta de vivienda que creo que
lo mínimo que podemos hacer es ser consumidores mejor informados y así tomar
decisiones y yo sugeriría que se asesoren, hay quien lo hace de manera
gratuita” dijo el arquitecto, el cual además proporcionó a los lectores su
cuenta de Twitter @crys_yanez para cualquier consulta sobre el tema.
Constructora
promete “hablar” con inquilinos
El representante legal de la constructora
“Canada Building Group”, Jorge Márquez, reconoció que no se han acercado a los
inquilinos porque apenas el miércoles 20 de septiembre, un día después del
sismo, él fue contratado como su abogado.
Márquez prometió estar en contacto con los
afectados para “apoyarlos” y dijo que si la empresa tiene que asumir alguna
responsabilidad, así será.
No obstante aseguró que geólogos de la UNAM a
los que consultó previamente, le comentaron que el sismo del pasado 19 de
septiembre fue “inédito por un efecto en S que tuvo” y que ante ese tipo de
circunstancias no hay mucho por hacer. Agregó que buscarán que la Secretaría de
Protección Civil de la Ciudad de México realice un peritaje con equipo
especializado.
“Yo hablé con mi cliente (la constructora) y
les dije que tenemos que responder y que es lógico que los inquilinos estén
molestos, pero esto se puede arreglar”, indicó.