Tribuna Libre.- Recientemente estaba
yo observando un video de un líder de morena, -ajeno a Veracruz-, que afirmaba
que Romo está mal en lo que propone como proyecto económico para el país y que
AMLO ha asumido como propio. Decía este líder de cuyo nombre no
quiero acordarme, que en las asambleas de Morena se había decidido revertir la
reforma energética y que por lo tanto, está equivocado el proyecto de Romo.
Reflexionando,
sobre este y otros temas con amigos que simpatizan con esta corriente política,
me di cuenta de que no tienen idea de lo difícil que sería revertir la reforma
energética y llevar a cabo los proyectos que en el seno del partido piensan
llevar a cabo.
Me parece
muy razonable plantear la revisión del método y los procedimientos para llevar
a cabo las licitaciones de todas las rondas petroleras, ya que existe la
sospecha de que muchas de ellas beneficiaron a empresas cuyos propietarios son
políticos muy encumbrados, asociados con verdaderas empresas petroleras, lo que
hace sospechar que hubo mano negra. Eso si es
posible. Lo que no es posible, es que en caso de que hubiera
alguna licitación que no tuviera rasgos de corrupción, cancelarla. Además para
modificar la reforma energética AMLO requeriría una mayoría en el congreso que
no tendrá, por lo tanto es imposible que la lleve a cabo, salvo que siga con la
práctica de los gobiernos actuales de comprar los votos de los diputados o
amenazarlos para que voten a favor de lo que el poderoso en turno requiere, sea
gobernador o presidente de la República.
Morena no
tendrá mayoría en los diputados federales, porque se ha visto que en algunos
distritos, deciden poner un candidato débil, seguramente beneficiando
económicamente al líder estatal del partido, y a algún partido político que es
el que paga para que su abanderado gane la elección. Y tampoco
los tendrá porque una elección en tercios como la que viene, genera rara vez
mayorías legislativas como para modificar la constitución.
En cuanto
al tema de las refinerías el asunto se vuelve más delicado. Pues si
se construyen con capital privado, ellos podrán vender la gasolina en cualquier
parte del mundo a precios internacionales, lo cual implica gasolina cara en
México. Si se quita el IEPS, el impuesto a las gasolinas, se corre
el riesgo de incurrir en déficit público lo cual genera mayor sufrimiento a la
población vía devaluación, inflación y recesión. Y en caso de
pensar en refinerías propiedad de la nación, habría que realizar una fuerte
inversión, para aprovechar la realidad de la mezcla mexicana hoy en día.
Inversión que deberá recuperarse, pues no se trata de gastar para subsidiar,
sino para generar más riqueza en el país.
En Morena
no se ha entendido todavía que el problema no es el precio de la gasolina o de
muchos artículos básicos, sino que el verdadero problema es la falta de poder
adquisitivo de los salarios. Sólo que quienes si lo entienden, no lo
explican a la población porque no es rentable electoralmente afirmar que se va
a elevar el poder adquisitivo del salario a lo largo de seis o doce años, para
recuperar los niveles de ingreso de 1974. Y no es rentable, porque
la población no lo comprendería. Así que si se trata de
ganar una elección, se hacen propuestas rentables aunque no sean realistas.
En cuanto al
crimen que tiene al país en estado de postración, la situación es igual de
grave. No por ganar AMLO a partir de ese momento el sistema de
prevención del delito va a mejorar, o van a surgir los cientos de miles de
policías honestos y capacitados que el país requiere. Tampoco
por arte de magia la procuración de justicia va a mejorar, cuando en el fuero
común la capacitación y los elementos materiales son mínimos, vaya, si ni en el
federal encuentras gente con suficiente capacidad y mucho menos encuentras las
inversiones necesarias para que dicha procuración mejore. Y
por último la administración de justicia tampoco va a cambiar. Los que están
conectados con tribunales saben que hay una red de nepotismo, tanto en los
tribunales estatales como federales, en dónde unas cuantas familias se han
repartido los puestos, han elevado de posición a sus familiares, y se ha
perdido el avance por mérito a cambio del avance por consanguinidad. Esos
jueces que en muchos casos son ineptos pero son hijos, yernos, sobrinos,
nueras, hijas, etc., de gente poderosa en el sistema de justicia no podrán ser
cambiados ni mejorar su actuación de la noche a la mañana.
AMLO
tendrá que enamorar a la inversión extranjera y a los inversionistas nacionales
para que confíen en su gobierno. Esos odiados capitalistas son
los únicos que generan empleos y riqueza en un país. Así que tendrá
que encontrar un equilibrio entre la justicia social, elevar el nivel de vida
de los mexicanos, mejorar los salarios, y al mismo tiempo no espantar a los
grandes capitales, que son los que en realidad sostienen a la economía
mexicana, no sólo por sus inversiones en activos fijos, sino también por sus
inversiones en activos líquidos, esos famosos capitales golondrinos que se
espantan fácilmente. Tiene que ser muy cuidadoso, pues la
suerte de millones está en las manos de quienes tomen las decisiones.
Revertir
otras reformas como la educativa, por las mismas razones será muy complicado,
sin embargo en ésta y en otras reformas, podrá negociar con el resto de las
fuerzas políticas una adecuación, pero nada más. Si es que
gana, atender las expectativas de sus seguidores será un problema grave, pero
más grave aún echar a andar un país que le entregarían con graves
deficiencias.
Brevemente,
el aeropuerto, quizá sea más caro cancelarlo que simplemente revisar
presupuestos, y vigilar que no haya tranzas. Eso, si gana, y si de verdad su
gente no quiere corromperse, como es la costumbre de los políticos mexicanos.