Ángel
Rafael Martínez Alarcón
Tribuna
Libre.- La
primera semana de abril del 2018, pasará la historia como uno de las más
complejas de las relaciones bilaterales entre los gobiernos de los Estados
Unidos de América y México. Luego que el
Presidente Donald Trumps, anunció el pasado 5 de abril del año en curso, él
envió de la guardia civil a la frontera entre ambas naciones. Los 3,169 kilómetros que dividen a México con los
Estados Unidos, con más de 20 puntos de entrada y salidas.
Cabe recordar que las relaciones entre México
y los Estados Unidos siempre han sido muy complejas, ya el Conde de Aranda, a
finales del siglo XVIII, como embajador del rey Carlos IV en Francia, observaba
el peligro que representaba la independencia de las trece colonias para el
territorio del virreinato de la Nueva España. El siglo XIX, se cumplió como la
nación del norte le mutiló la recién fundada nación mexicana, más del 50 % de
su territorio. En 1914, la última intervención militar al puerto de Veracruz abril a noviembre.
Donald Trump, el presidente número 45 que han gobernado de esa nación
desde 1789, muchos de ellos nunca ocultaron sus apetencias sobre el territorio
de su vecino México. El actual presidente desde su campaña presidencial hacia
la Casa Blanca, lanzó todo tipo de insultos para nuestra nación.
Ya en su ejercicio como presidente tampoco ha
ocultado su política hacia México con su larga frontera, como también hacia los
30 millones de mexicanos migrante en Los Estados Unidos, millones de ellos
ilegalmente sin la documentación que acredite su legal estancia; en estos
últimos 15 meses ha sido los más difíciles entre Los Pinos y la Casa Blanca.
Cabe destacar que Trump nunca ha ocultado sus proyectos políticos hacia la
frontera de sur, desde México y el resto de Latinoamérica.
Al finalizar el su mensaje del pasado
jueves 5 de abril del 2018, el Presidente de los Estados Unidos, Trump,
una manera muy particular de conmemorar el 50 aniversario del asesinato de
Martin Luther King, anunciaba la movilización de la guardia civil hacia la frontera con México, Enrique Peña
Nieto, por noche en mensaje difundido por la televisión mexicana afirma: Hay
algo que a todos, absolutamente a todos los mexicanos nos une y nos convoca: la
certeza de que nada, ni nadie está por encima de la dignidad de México.
Cual dignidad la que él manchó en agosto de
2016. Histórico que un presidente de México, haya invitado a un candidato
presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica, a visitar la ciudad de
México, y recibirlo como Jefe de Estado, en la residencia oficial de los Pinos,
nunca antes visto el cinismo y servilismo en favor del candidato republicano.
En los 195 años de vida independiente de
México, ningún presidente había ofendido la dignidad del pueblo mexicano; sin
olvidar las intervenciones militares de 1846-1848, y 1914, como la supuesta
independencia de Texas de 1836; Antonio López
de Santa Anna, estuvo al frente del ejército mexicano en favor de la
defensa de la soberanía nacional.
En agosto de 2016, afirmaba con gran alegría
Enrique Peña Nieto: Sostuve con el señor Trump una conversación abierta y
constructiva. El propósito de nuestra reunión fue conocernos e intercambiar
opiniones y visiones sobre la relación bilateral. En materia de comercio,
compartí con el señor Trump mi convicción de que el Tratado de Libre Comercio
de América del Norte le ha hecho mucho bien, tanto a Estados Unidos como a
México.
En el mensaje presidencial de Peña Nieto, más
hueco, sin mucho impacto en los 125 millones de mexicanos, recordé la gran
convocatoria del Presidente Lázaro Cárdenas del Río, hace 80 años, cuando
millones de compatriotas salieron al Zócalo
de la ciudad de México, para donar dinero y objeto personales para pagar
la deuda de la expropiación petrolera. Hoy nadie saldría
apoyar al presidente más corrupto que haya tenido el país.
Sólo me resta preguntar, si el próximo cinco
de mayo, el presidente Donald Trump, regresará la cortesía de Peña Nieto de
invitar alguno de los 4 candidatos presidenciales, a la Casa Blanca: Ricardo
Anaya, José Antonio Meade, Manuel López Obrador o Margarita Zavala.