López Obrador quiere ser el Presidente inevitable


Ciudad de México. | 07 mayo de 2018
Tribuna Libre.- Fiel a la estrategia de capitalizar el hartazgo social hacia el gobierno, el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, busca posicionarse como el presidente inevitable.

De acuerdo con analistas en estrategia electoral, encuestas, imagen pública y análisis de discurso, ha demostrado por qué es quien ha sabido leer el sentir ciudadano, marca agenda y mantiene congruencia con la imagen que busca proyectar: austeridad y sencillez, con un discurso antisistémico, aunque últimamente matizado.

El politólogo Ulises Corona consideró que en este primer mes de campaña ha quedado demostrado que quien marca la agenda es López Obrador.

Es marrullero, no es inteligente, es ganón, ganón. Es bastante ignorante, convenenciero y es conchudo, pero va a la cabeza.

Dijo que es el candidato que ha leído mejor al electorado y tiene un mensaje más claro y potente: No les voy a mentir, no les voy a traicionar y no les voy a fallar.

Explicó que el candidato de Morena prepara sus discursos dependiendo de la ocasión para caerle bien a todo el mundo.

La gente que parece que está engolosinada con él realmente no está engolosinada con él, pero más bien está enojada con el gobierno por tanta impunidad y tanta corrupción, remarcó.

Incluso aseguró que la gente que está contenta con el tabasqueño no es porque lo vean como alternativa, sino como una competencia real contra Enrique Peña Nieto por sus muchas equivocaciones y por muchos errores que por motivo de corrupción tiene el PRI.

El académico mencionó que a ese candidato todavía se le puede ganar en una elección cerrada. Pero tiene que haber una unión entre Anaya y Meade en términos de estrategia, en apoyo mutuo y en términos de pacto por el bien nacional.

No ha cambiado la estrategia, es congruente, antisistémico

El presidente de Consulta Mitofsky, Roy Campos, expuso que López Obrador llegó a la campaña con ventaja, en una posición privilegiada, y desde entonces su estrategia se ha centrado en crear la inevitabilidad del triunfo amparándose en las ventajas que tiene en las encuestas.

López Obrador es el que ha tenido más éxito porque no lo han podido bajar.

Recalcó que los temas prácticamente los ha impuesto López Obrador y son algunos que no se veían, como la amnistía o que si el nuevo aeropuerto se cancela o no se cancela. Esos no eran temas de principio de campaña pero López Obrador los ha puesto en el debate.

En su opinión le ha ayudado al tabasqueño el hecho de que se mantiene la idea de que hay un votante enojado, aunque dijo que hay que tomar en cuenta que puede haber un electorado que vote con miedo al cambio atrabancado.

López Obrador está agarrando todo el voto del coraje, del hartazgo, dijo.

Asimismo, destacó que el hecho de que se encuentre en el lugar donde está es por todo lo que ha trabajado durante años. Una congruencia de que se ha mantenido antisistémico durante años y es el que mejor supo leer la elección.

También comentó que AMLO no ha cambiado nada su estrategia. Incluso en el debate era claramente su misma estrategia. No lo han movido de su estrategia. Sigue utilizando sus mismas palabras, los mismos ejemplos.

NARRATIVA

Matizó su discurso

En su tercer intento en busca de la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador dejó atrás el discurso radical y beligerante y optó por uno más ameno que muestra su buen humor, pero el cual también aprovecha para recordar a sus simpatizantes que no ha abandonado sus causas, y posicionar la idea de que su triunfo es inevitable, comentó Ivonne Acuña Murillo.

Para la académica del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, la nueva narrativa de López Obrador surgió a partir de la experiencia que adquirió en los procesos electorales de 2006 y 2012, donde la campaña negra en su contra y la radicalización de su discurso derivaron en una división de la mayoría de los votantes: quienes le amaban y quienes le odiaban.

El cambio en su discurso, comentó, fue gradual y se comenzó a reflejar hace seis años con la propuesta de la república amorosa.Para esta campaña, mencionó, ha apostado a no caer en provocaciones y cuidar su lenguaje, tanto, que a varios ataques responde: amor y paz.

Su discurso lo ha corrido hacia el centro, lo ha matizado, no se va a los extremos. Tiene un discurso conciliador y que llama a la unidad, detalló.

En ese sentido, dijo, su narrativa no sólo es aceptada por varios sectores de la sociedad, sino también ad doc al candidato antisistema y de oposición que busca proyectar, pero sin abandonar las causas de combate a la corrupción, austeridad, y redistribución de la riqueza, e incluso mostrando su buen humor.

Los hechos están dándole la razón, pero además tiene la ventaja de que su partido es nuevo y no ha ocupado la Presidencia.

IMAGEN PÚBLICA

Su mensaje es claro

El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, tiene un balance positivo en cuanto a la imagen que quiere proyectar al electorado: austeridad.

Así lo consideró el consultor en Imagen Pública Estratégica, Humberto Gutiérrez, quien refirió que el tres veces candidato presidencial está utilizando una herramienta de marketing en la que intenta describirse más como ciudadano que político, derivado del hartazgo hacia la clase política tradicional.

Para ello, dijo, echa mano de la imagen que busca transmitir: ser una persona austera y sencilla.

De manera extraordinaria proyecta la austeridad, aunque esté con una camisa, con un traje, el mensaje es claro: soy una persona sencilla. Nunca es muy ostentoso, nunca utiliza trajes de gran calidad porque no es el mensaje que está buscando difundir. En términos de apariencia física lo ha hecho de manera extraordinaria, explicó.

En cuanto a la comunicación verbal, el experto mencionó que lo ha hecho bien, porque al ser el puntero en la intención del voto no está obligado a responder a todos los ataques que recibe, además que para fijar ciertos posicionamientos cuenta con los spots.

Sin embargo, planteó que la comunicación no verbal es su punto débil. Cuando está con sus simpatizantes, se ve hasta agradable, pero cuando lo están cuestionando, se le nota incómodo, su lenguaje corporal es mucho más serio. En el debate eso fue muy claro. Dijo que a pesar de que su línea discursiva se parece a la mostrada en 2006 y 2012, si se puede identificar un cambio en la imagen de ese candidato.