Ciudad de México. | 07 mayo de 2018
Tribuna Libre.- Auto posicionado como el único candidato a la
Presidencia que puede ganarle a Andrés Manuel López Obrador, el abanderado de
la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, tiene un mensaje claro, pero
no así a quien le habla, plantearon analistas especialistas en encuestas,
estrategias de campaña, imagen y análisis de discurso.
Durante el primer tercio de la campaña, el
candidato del PAN, PRD y MC le ha apostado al colocarse como la opción razonada
al cambio y busca beneficiarse de un voto estratégico.
De acuerdo con el presidente de Consulta
Mitofsky, Roy Campos, Ricardo Anaya ha buscado descartar al candidato del PRI,
José Antonio Meade, como competidor, tratando de plantear un escenario de dos
cambios posibles: el responsable que él representaría y el irresponsable que
sería el de López Obrador.
Lo que está tratando de hacer es desplegar
una estrategia de voto útil. Está tratando de llamar al voto estratégico. De
hecho la única posibilidad que él tiene es la misma con la que ganó Felipe
Calderón en el 2006, tratar de llamar a un voto estratégico.
También consideró que, si bien el político
panista hizo un gran debate, no lleva una gran campaña, por lo cual no ha
podido bajar a López Obrador del primer lugar.
Al igual que José Antonio Meade, el candidato
del PAN está planteando un voto anti-López Obrador, un voto de medio,
consideró.
Opinó que Anaya es muy hábil. En el debate
hubo una muestra de eso. Es muy rápido para pensar, se prepara, pero el
problema es que no todo es debate. Hay que hacer campaña. Tiene que deshacerse
de Meade y no ha podido.
En el discurso dice: yo soy el único que le
puede competir a López Obrador. Pero Meade no se baja. Sigue peleando. Entonces
como no se baja Meade entonces no ha podido presentarse bien a bien como el
único que compite contra López Obrador.
Destaca que durante la campaña ha venido
haciendo esa doble tarea: pelearse contra Meade y tratar de alcanzar a López
Obrador, lo cual no es una labor fácil.
También le reconoce que es claro su mensaje,
pero no a quién le habla. Dice: señores, hay dos cambios, que son el cambio
malo y el cambio bueno.
Sí lo han tocado, pero puede ganar
El politólogo Ulises Corona dijo que el
candidato panista se percibe inteligente y habilidoso. Su mayor virtud es que
es joven y los jóvenes lo ven gracioso e inteligente.
Ha sabido colocarse y posicionarse ante los
errores tanto de López Obrador como del propio Meade, destacó.
El académico consideró que Anaya puede dar la
sorpresa ante los equívocos, descalabros, errores y faltas de la campaña de
Meade. Él sería el único que pudiera medianamente arrebatarle sobre los casi 30
puntos de indecisos, remarca. Por ello asegura que, si se da un voto
estratégico, le funcionaría a Anaya, no a Meade.
Por otra parte comentó que “sí lo han tocado”
con el caso de la bodega de Querétaro, aunque los estrategas de Meade apostaron
que si le pegaban a Anaya podía subir Meade, y no. Le pegaron a Anaya y no
subió Meade, pero sí bajaron a Anaya.
Sin embargo, mencionó que esos puntos los
recuperó con el primer debate presidencial porque fue el mejor y eso le podría
ayudar mucho a remontar, pero tiene que capitalizar vehementemente su
estrategia.
Corona subrayó que Anaya está buscando el
voto de jóvenes de clases medias y adultos, y con ello “robar ese voto útil”
que no han capitalizado ni Meade ni López Obrador.
Asimismo, señaló que la mayor debilidad de
Anaya Cortés es el PAN, que pueda generarle fuego interno, incluida Margarita
Zavala, con todo y que ya renunció al partido y ahora contiende como candidata
independiente a la Presidencia. También pueden atacarlo desde el propio PRI,
tratando de incidir en gobernadores panistas.
El académico recalcó que Anaya Cortés tiene
más posibilidades de hacer los ajustes necesarios y ser más competitivo porque
es más joven, pese a todo tiene menos ataduras y en consecuencia menos
compromisos, porque el PAN no está tan olvidado como tienen olvidado al PRI.
NARRATIVA
Frases como “El cambio inteligente con visión
de futuro”, “El que la haya hecho la tiene que pagar, y esto incluye al
presidente Enrique Peña Nieto”, reflejan el discurso de un candidato
antisistema, echado pa’ adelante, capaz de enfrentar al régimen, pero el único
que ofrece un cambio certero, es lo que pretende ser Ricardo Anaya, explicó
Ivonne Acuña Murillo.
Para la académica de la Universidad
Iberoamericana Anaya Cortés ha buscado
resaltar su juventud, preparación, y asertividad.
Destacó que antes de iniciadas las campañas
abordaba diversidad de problemas, pero en este primer tercio se ha enfocado a
temas tecnológicos, lo cual no es la prioridad para el país y por lo tanto no
ha tenido una buena aceptación de la sociedad mexicana.
Hay una disparidad entre lo que ofrece y la
realidad del país. Por ejemplo en su inicio de campaña, en Santa Fe, que es un
espacio de elite donde están los grandes corporativos, donde la gente pobre no
tiene lugar.
Su discurso pretende persuadir vía emociones,
y convencer vía datos duros no sólo en actos de campaña, sino también en el
debate, consideró Acuña Murillo.
La también politóloga refirió que si bien su
capacidad discursiva es muy buena su discurso en sí es pobre porque no sólo se
ha centrado en temas tecnológicos, sino que incluso ha optado por copiar las
propuestas del candidato puntero.
IMAGEN
PÚBLICA
La imagen pública del candidato del Frente
por México en este primer tercio de campaña es de un político joven,
disciplinado, pero sobre todo presidenciable, apuntó el consultor en Imagen
Pública Estratégica, Humberto Gutiérrez.
Siempre lo vemos en campaña, en el debate y
en diversas entrevistas, muy cuidado, trajes a la medida, vestido a la ocasión,
con camisas impolutas, con pulseras. Si el evento es más formal lo vemos con
sacos y éstos le quedan perfectos. Se mantiene en peso, delgado, joven, y por
estas cualidades él podría dar la apariencia de ser débil, sin embargo, lo ha
contrarrestado muy bien con el lenguaje verbal.
Indicó que en comunicación verbal, se muestra
seguro, con excelente modulación, buen uso de frases de transición, y cuando es
objeto de cuestionamientos, responde a éstos e inmediatamente se refiere a sus
propuestas. En comunicación no verbal, generalmente se le ve sonriente, con
buen uso de ademanes y con una percepción de que disfruta estar en segundo
lugar en las encuestas.
Ha hecho una campaña bastante adecuada y ha
sabido cuál es el público que lo está siguiendo.
Sin embargo, acotó, Anaya tiene un punto
débil en su imagen: que es difícil que conecte con las audiencias.
“Es el más chavo de los candidatos, ¿por qué
no lo siguen los chavos?, resulta que la mayoría está con López Obrador, y
quizá el asunto es que a Ricardo Anaya lo han percibido demasiado cuidado,
demasiado “pirrurris”, como incluso lo llamó Andrés Manuel”.
En ese sentido, planteó que sería positivo
que no siempre se le viera demasiado impoluto sino como a veces se le ve a
López Obrador: un tanto despeinado, pues así los ciudadanos tienden a
percibirlo más cercano a ellos.