*El PRI
se derrotó a sí mismo.
*¿Cuántos
quedan realmente en el PRI?.
*La
gestión, una actitud olvidada.
Marco
Antonio Aguirre Rodríguez , Ver. | 28 agosto de 2018
Tribuna Libre.- Fue una mesa poco concurrida, con muchas
sillas vacías, la que instalaron en Martínez Martínez de la Torre para el
diagnóstico de la situación del PRI en Veracruz.
Alguien lo dijo y los demás lo asumieron: El
PRI se derrotó a si mismo.
¿Pero cómo va a ser?.
Quienes estaban ahí aceptaron la premisa sin
chistar.
¿Cuál fue el mecanismo que llevó a esta
debacle?.
Se habló de lo mismo que se mencionó en todos
lados: la soberbia de los dirigentes; las traiciones a los candidatos y al
partido.
Y también le sumaron: los pleitos entre los
directivos; la mala selección de candidatos; el no tomar en cuenta a las bases;
el no darle espacios a los jóvenes; no darle candidaturas a mujeres
representativas; la falta de recursos para los comités municipales; la falta de
pago al personal del comité estatal; el compadrazgo y el amiguismo; las
promesas incumplidas; la falta de capacitación política y de formación de
cuadros; el desvío de los recursos para las campañas.
Y en cada mesa, en cada lugar, la pregunta
¿qué tipo de oposición debe ser el PRI?, tuvo diferentes respuestas.
Pero la respuesta a esa pregunta vendrá
después de que definan ¿qué tipo de partido van a ser ahora?.
Más allá de todo esto, en el Partido
Revolucionario Institucional tienen dos problemas muy graves:
1. Las
cúpulas siguen teniendo la misma actitud autoritaria, impositiva, controladora,
que han tenido durante los últimos ¿10 años, 20, 50?.
2. Desconocen
quienes son los que realmente quedan en el partido
Las cúpulas hacen como que escuchan, como que
toman nota de lo que los militantes les dicen, pero por arriba, entre ellos
hablan y tratan de ponerse de acuerdo en cómo se repartirán lo que queda del
PRI.
¿Así podrán recuperar el partido?.
No lo creo. Sólo seguirán ahondando la
crisis.
René Juárez, el anterior dirigente del PRI
nacional, será el coordinador de la ahora muy reducida bancada del PRI. Una de
las vicecoordinadoras será Anilu Ingram, mientras que otro de los
vicecoordinadores será Héctor Yunes.
¿Anilú Ingram y Héctor Yunes fueron
seleccionados por sus pares, los próximos diputados federales o por el próximo
coordinador de la bancada?, ¿quién designó a René Juárez?, ¿Héctor Yunes y
Anilú Ingram tienen realmente los merecimientos suficientes para ser nombrados
vicecoordinadores por encima de los otros próximos diputados federales del
PRI?.
Eso es algo que los priistas deben responder,
pero desde una nueva óptica, ya no con sus posturas tradicionales.
En este punto vale una pregunta, ¿cómo van a
designar al próximo coordinador de la bancada de la cámara de diputados local?.
Van a ser tres, nada más: Ayala, Erika;
Molina, Juan Carlos; y Moreno, Jorge.
A menos que se les sumen diputados de otros
partidos.
¿La designación vendrá de una instancia
superior, como en los tiempos que llevaron al PRI a lo que es ahora?, ¿se
autopromoverán?, ¿le pedirán a alguien más que haga la designación?, ¿se
echarán un volado?, ¿se pondrán de acuerdo?.
El segundo de los problemas anotados, es tal
vez el mayor problema que tiene el PRI en estos momentos, en todo el país:
Desconocen quienes quedan todavía en el partido.
¿Cuántos quedan realmente en el PRI?.
En definitiva ya no pueden contar con los que
lo abandonaron abiertamente, por ejemplo, Basilio Picasso o las hermanas Vázquez
Saut, o los García de Pánuco, o los Flores de Vía Veracruzana.
Pero tampoco pueden contar con quienes
operaron por abajo del agua en su contra.
El PRI, como una primera acción debe hacer
una reinscripción de su padrón de militantes. ¿Cuántos de los que están en esos
padrones siguen siendo leales al PRI?, ¿cuántos de los que están ahí anotados
quieren realmente seguir?.
Pero sobre todo, ¿cuántos de los que en algún
momento se dijeron priistas están ya en otra fuerza política?.
El miedo a que sean sólo unos cuántos los que
se inscriban lo deben dejar atrás, porque es mejor que sean pocos y que sepan
quienes son, a que naveguen en un mar de nombres sin saber realmente con quien
pueden contar.
Por ejemplo, no pueden mantener en su padrón
a Jorge Carvallo, quien abiertamente dijo que explora la posibilidad de
convertir a una asociación adherente al PRI, México Nuevo, en un partido
político.
Jorge Carvallo quiere desligarse del PRI,
pero además quiere seguir desmantelándolo. Y todavía se presume priista.
De hacerse un proceso de reafiliación, ¿Jorge
Carvallo querría volver a inscribirse al PRI?. Muy probablemente, no.
Con este antecedente, aún cuando quisiera
reafiliarse, ¿deberían admitirlo?. Tal vez lo más conveniente sea que no,
porque en cualquier momento va a querer dinamitarlos desde adentro.
Pero además, otro elemento por el cual deben
hacer la reafiliación, es para ya no permitir la estancia de aquellos señalados
de corruptos, de los que les dan mal nombre tan sólo al vincularlos, como
varios de los actuales diputados federales y un diputado local, por lo menos.
Otro problema que enfrenta ya el PRI estatal
es la escasez económica. ¿Cómo van a recortar sus gastos para sobrevivir?
Ya no habrá los flujos de dinero que hubo,
porque el PRI ya no tendrá el poder y porque las prerrogativas se les reducirán
sustancialmente.
¿De dónde sacar dinero?.
En Morena, los cargos de elección popular
tienen que aportar para las actividades del partido.
Así lo hacían antes en el PRI y hasta en el
PAN; tal vez tendrán que volver a estas prácticas.
Y ahí sí, las cúpulas deben dar la muestra,
pagando sus cuotas y haciéndolo público y evidente.
El PRI está ante su disyuntiva de “renovarse
o morir”.
Y esto es real.
¿Deberán cambiar de nombres o sólo de
actitudes?.
¿Quiénes decidirán todo lo que sigue para la
sobrevivencia del PRI?, ¿los mismos que lo llevaron a la perdición?, ¿los que
no supieron ver el peligro que se acercaba?.
Aquí, tal vez lo conveniente sea que tanto
místicos como terrenales se pongan a un mismo nivel y que busquen ponerse de
acuerdo y una vez que lo hagan decidan que papel tendrá cada quien… o si ya no
tendrá participación.
Levantarse o desaparecer… uno de esos es su
destino.
LA GESTIÓN, UNA ACTITUD OLVIDADA. Una de las
actitudes más olvidadas entre los dirigentes priistas es la gestión social,
pero esa que se hace sin pedirle al beneficiado nada a cambio, si no como parte
del trabajo político, como lo hizo Pepe Yunes.
Juan Carlos Molina Palacios, el dirigente
estatal de la CNC (y próximo diputado local por el PRI), tal vez por tener una
formación de este tipo, retomó un programa que le ha dado muy buenos
resultados: carne a bajo costo, el cual inició en Chacaltianguis, con alcaldes
emanados de diversos partidos políticos: Pedro Luis Vergara Galó (PT), de
Amatitlán; Francisco Molina Arrioja (PRI), de Carlos A. Carrillo; Clara Luz
Domínguez Vargas (PAN), de Tlacojalpan; Mayra Janeth Torres Domínguez (PRD), de
Chacaltianguis; así como el diputado local electo del Distrito de Zongolica,
Alexis Sánchez (MC), y el gestor social de Cosamaloapan, Gustavo Sentíes
Hernández.
“Aquí
no hay colores de partido; aquí hay un interés en común que es ayudar a nuestra
gente del campo veracruzano”, apuntó.
En esa mezcla de colores partidistas, también
pusieron en marcha el programa de láminas a bajo costo, con el cual pretenden
beneficiar a miles de familias de todo el estado de Veracruz.
Además se entregaron 300 lentes gracias al
apoyo de la alcaldesa de este municipio, Mayra Janeth Torres Domínguez, emanada
del PRD.
“Muchos me critican porque estos programas
los estamos desarrollando en coordinación con los alcaldes, sin importar de qué
partido son. Aquí los colores no importan; aquí lo que debe importarnos a todos
es sacar adelante a nuestros hermanos que así lo requieran. Ya basta de chismes
baratos. Debemos mantenernos unidos para salir adelante”, recalcó Juan Carlos
Molina.