Tribuna Libre.- El 1 de noviembre comienza la
entrega-recepción del poder ejecutivo del estado, el 5 de noviembre entran los
nuevos legisladores estatales, el 1 de diciembre entra el nuevo poder ejecutivo
del estado. Morena lleva mayorías en el
congreso, y será quien presida el ejecutivo.
¿Habrán aprendido Cuitláhuac García y Eric Cisneros de los errores
cometidos por sus pares en el gobierno federal?
Los veracruzanos tenemos mucha esperanza
puesta en el próximo gobierno, una gran mayoría nos alegramos con su triunfo, y
sólo una minoría tiene la expectativa de que el próximo gobierno haga tan mal
papel que permita a los emisarios del pasado, principalmente azules mantener
alcaldías, y recuperar congreso local en tres años con el fin de preparar su regreso triunfal dentro de seis años.
La rebatinga interna y los pleitos que hoy se
observan por la dirigencia estatal del PAN confirman lo dicho en el párrafo
anterior. Los panistas confían en que el
próximo será un gobierno fallido, por eso la pugna entre los seguidores del
otrora poderoso gobernador y sus adversarios cada día tiene más encono.
Algunos veracruzanos comenzamos a preguntarnos
si el próximo gobierno estatal está atento a los errores cometidos ya con el
inicio de la legislatura federal y las consecuencias de algunos actos previos
de gobierno del ejecutivo federal. Esto
con el fin de que en el estado no se repitan los mismos errores suscitados a
nivel federal.
Por mencionar algunos, podemos comentar sobre
las señales encontradas que mandan algunos
secretarios de estado y el próximo titular del ejecutivo sobre el nuevo
aeropuerto de la ciudad de México. Un
día se dice que si el pueblo lo aprueba, se continuarán las obras. Otro día vemos aparecer al próximo titular de
la secretaria de comunicaciones promoviendo la opción de santa Lucía. Posteriormente escuchamos que sería mejor
incrementar el uso de los aeropuertos internacionales de Puebla, Cuernavaca y
Toluca. Luego se dice que se va a
concesionar a la iniciativa privada. En
fin. Un verdadero enredo, que manda malas señales a los mercados.
En la cámara de diputados, se queda con la
comisión de presupuesto quien no era el ideal conforme incluso a las ideas del
propio AMLO. Las mujeres reclaman que
no hay paridad de género en las presidencias de las comisiones. De repente sale un diputado del PT a decir
una estupidez sobre modificar el mandato del banco de México, y luego no hay
quien pare a la oposición exigiendo que baje la gasolina o que se multiplique
por dos el salario mínimo como por arte de magia. Los diputados de morena cada uno busca su
beneficio particular, se hacen grupos dentro de la bancada y quien debe
orientar al grupo simplemente es ignorado.
El próximo secretario de gobierno afirmó a
quien esto escribe, que los alcaldes de morena no escuchan consejos, no prestan
atención ni al entonces candidato, ni al comité directivo estatal, ni a Rocío
Nahle líder moral de un sector de morena
en Veracruz. Ahora que sea secretario
de gobierno, no podrá justificar la mala actuación de sus alcaldes y de sus
diputados afirmando que no hacen caso.
Deberá encontrar los mecanismos de gobernabilidad para que las cosas
salgan bien y a la primera. Para ello
va a requerir de un subsecretario de gobierno que sepa tejer fino y al mismo
tiempo tener mano dura para que no se salgan de control las cosas en el estado.
Los maestros que apoyaron a AMLO son los
mismos que reventaron el foro de educación en Acapulco, ese foro que contaba
con la presencia del próximo secretario de educación. Esos maestros no quieren dar clases cinco
días a la semana, ni quieren tener ningún tipo de evaluación. Ellos únicamente quieren conservar las
prebendas de las que gozaban antes de la reforma educativa, sin cumplir con
ninguna responsabilidad. Ellos son un
grupúsculo dentro de un universo magisterial mayoritariamente responsable, pero
son muestra de que no se organizan los foros de manera adecuada.
Otra muestra de foros fallidos, son los de la
paz, que tuvieron que cancelarse en Veracruz, Tamaulipas, Tabasco y dos estados
más. Fallaron porque se convirtieron en
centros de terapia y catarsis, en lugar de análisis y búsqueda de solución de
problemas. Con los que se llevaron a
cabo, queda claro que los familiares de las víctimas del crimen, no aceptan por
ningún motivo la amnistía.
Los familiares de los 43, esperan
encontrarlos vivos, a partir de interrogar soldados. ¿Qué va a pasar cuando no
aparezcan? Sobre todo ahora que algunos de los deudos han visto como negocio el
pertenecer al selecto grupo de sus familiares.
Veracruz es un estado grande, con muchos
grupos que han medrado de la industria de la protesta y el bloqueo. Hay grupos con intereses encontrados que
esperan mucho de la próxima administración.
Los ciudadanos esperan que los puestos los ocupen los mejores
veracruzanos para tener una administración profesional y no de ocurrencias con
improvisados que buscan el próximo puesto público desde el que van a
ocupar.
Morena será gobierno. Las decisiones que toma un gobernante en
múltiples ocasiones lastiman a ciertos sectores de la población. Dichas decisiones se toman considerando que
el beneficio será superior al costo, y aunque no sean populares, un gobierno
responsable las debe de tomar.
Lo menos que esperamos los veracruzanos es un
gobierno que busque popularidad en lugar de eficiencia. Ya vimos cómo un gobierno popular como el de
Fidel terminó siendo heredado a un gobierno ineficiente como el de Duarte, y de
ahí a la gran desilusión del gobierno de Yunes. Veracruz merece un futuro mejor. Con Yunes y Duarte vimos que los amigos y
recomendados no sirven para nada, salvo para estorbar en una administración
pública que al final siempre fracasa.
¿Podrá morena revertir esta tendencia
negativa que ya lleva cuando menos dos o tres o más gobernadores (dependiendo
de la opinión de cada quien)? ¿Estarán
los futuros funcionarios a la altura de lo que Veracruz merece y los ciudadanos
esperan? ¿Tendrán la sensibilidad
suficiente para no marearse cuando se suban a la altura del grosor del
documento de su nombramiento? Ya falta poco para poder comenzar a evaluarlos.