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diciembre 26, 2018

¡Autonomía a la UPAV sí, pero ahora no!


*A propósito de las contradicciones que vive la UPAV y la coherencia democrática.

Lenin Torres Antonio | 26 diciembre de 2018
Tribuna Libre.- Hoy la UPAV vive una terrible contradicción que le augura un futuro incierto y pobre, si esto ocurre, puesto que desde la política, como un instrumento para hacerse con el poder público se intenta legitimar una autonomía que paradójicamente requiere ser instrumentada para salvarla de la política en ese sentido.

La Autonomía Universitaria, hay que entenderla como un concepto que permite el auto gobierno de una universidad pública, en el entendido, que en la universidad si se ejerce una política esta será exclusivamente una política académica con compromiso social, y que para que se logre eso, los integrantes de esa universidad deben tener un sentido de comunidad con un único propósito que es preparar profesionalmente, en las distintas áreas de conocimiento, a los principales miembros de esa comunidad que son sus estudiantes. En ese sentido, a lo largo de mi historia de formar parte de esa comunidad universitaria de la UPAV, y por la vivencia y profundas reflexiones que he tenido en los últimos tiempos, hoy puedo decir que la UPAV no está preparada para la Autonomía, concepto que fui su precursor y principal defensor a ultranza, pero que hoy me doy cuenta, desafortunadamente, que es un concepto que está fuera de la solución que necesita la UPAV para recuperar su función social y lograr la excelencia académica que se necesita para certificar sus ofertas educativas y puedan sus egresados competir en igualdad de circunstancias académicas con otros egresados de universidades públicas y privadas, por un lugar en las fuentes de trabajo del aparato productivo del estado, del país, incluso, del extranjero.

La historia de la UPAV de si es contradictoria, nace como un milagro que no se esperaba para hacer frente a la sentida y monumental demanda de ofertas de educación superior pública en el Estado de Veracruz, fundada y creada por hombres ilustres, el Mtro. Guillermo H. Zuñiga Martínez y el Mtro Ranulfo Lara, como los que hoy escasean, pero nace también como un “botín político” de un partido político y de un gobierno, que el Mtro. Zuñiga, no pensó que iba a perder el poder público, y él morir desafortunadamente, y dejó este gran proyecto de educación de Veracruz incompleto, principalmente sin una ley, la 276, completa que le regulara todas sus funciones académicas, administrativas, escolares, financieras y sociales, y con terribles improvisaciones, vicios y costumbres que le han mermado su perspectiva de ser una ilustre universidad pública, y en mucho, ha estado al  borde de ser una "universidad de mala calidad educativa", peyorativamente llamadas, "universidades patitos", porque si bien es cierto que hay hombres y mujeres inteligentes y preparadas que han creído en este noble y necesario proyecto de educación de los veracruzanos, también hay muchos que han concebido éste proyecto de educación de los veracruzanos como un “botín político” y han sido parte del desprestigio de la misma Universidad.

La UPAV dista de ser una comunidad universitaria con sentido de pertenencia, “la mayoría de sus directores” conciben sus espacios como espacios privados, y como negocios personales, el concepto de “solidaridad” que en sus inicios fue un concepto necesario para la construcción de la UPAV, hoy está ausente, la mayoría de sus miembros no está dispuesto al cambio, por lo que no existe un escenario propicio para la Autonomía, ya que primero debe terminarse esos vicios y malas costumbres, como el hecho de que hay directores que coordinan varias ofertas educativas con perfiles inadecuados, que una universidad seria no permitiría que ocurriera, es decir, la mayoría de las sedes de la UPAV son pequeños feudos de los directores y los coordinadores de la UPAV, que están dispuestas a congraciarse con el gobernante en turno con tal de proteger sus intereses, además existe un alumnado que carece de las condiciones adecuadas para que ocurra el proceso educativo enseñanza-aprendizaje, con una buena cantidad de docentes que no están  certificados ni capacitados, ni mucho menos actualizados, con programas y planes de estudios sin actualizarse, sin apoyo a la titulación, sin material didáctico, en fin, sin muchas cosas que son necesarias para la labor docente y educativa. Por lo que antes de pensar en una Autonomía, que es necesaria en su tiempo y forma, hoy la UPAV requiere una reestructuración a fondo, una reingeniería académica profunda, y un rectorado inteligente que haga las reformas pertinentes que resuelva esas profundas contradicciones, malos vicios y costumbres, y principalmente, que construya un sentido de comunidad universitaria fundamental para toda autonomía.

Hoy en la UPAV se viven los desparpajos y las simulaciones más disímbolas que pudiéramos imaginar, y lo digo porque hace pocos se subieron un grupo de arribistas al carro de las transformaciones de la UPAV que iniciamos hace un buen tiempo un grupo de upavistas, con un movimiento de resistencia a la compactación de la UPAV que había iniciado torpemente las pasadas rectorías de la UPAV, y que después de haber logrado detenerla, esto a principios del año 2017, claro con actos de protestas, plantones, movilizaciones, y presiones, convertimos ese movimiento, en un movimiento organizado para la defensa de la UPAV, fue así como nació la AADUPAV (Asociación Académica y Docente de la UPAV), en ese entonces, los hoy venidos redentores y acérrimos defensores espontáneos de la autonomía y la democracia de la UPAV, iniciaron conmigo ese movimiento de protesta, pero tan pronto vieron que tendríamos que oponernos con hechos al pasado Gobierno del Estado, brillaron por su ausencia, e inmediatamente pactaron con el rectorado para defender sus intereses personales, particularmente, los ahora miembros del grupo que se auto denominan “Comisión Técnica para el rescate y la consolidación de la UPAV”, cobijado en un principio, por la exdiputada Cinthia Lobato, quienes ahora los vemos encabezar un movimiento de defensa de la UPAV machacando y reiterando  argumentos falsos, como que la UPAV está en crisis su matrícula, llegando a afirmar  que la UPAV descendió su matrícula con cifras alarmantes que van de los 7000 a los 17000 alumnos, siendo la realidad que la UPAV tiene, pese a sus males, 40000 alumnos, en el trasfondo de esa “Comisión” está una lucha por intereses particulares y personales, y lo he dicho, la mayoría de sus miembros pertenecen a escuelas particulares incorporadas a la UPAV, como la gente de Omar Pensado, quienes tienen serios conflictos de intereses que no les permite ser juez y parte en el caso UPAV, incluso, se han proclamados que ya tienen la terna para la rectoría, dos miembros, la señora Cecilia y el señor William, provenientes de esas escuelas privadas incorporadas a la UPAV (siendo su único nexo con la UPAV) que no tienen nada que hacer en el tema de la UPAV, menos como candidatos a la rectoría de la UPAV, pues obedecen a intereses particulares y eso los inhabilita, y el tercero de la terna, el señor Sarquis, que aun salvándose, pese a tener una escuela incorporada  a la UPAV, al ser director de una sede de derecho de la UPAV, su pasado de corrupción y malversación en la UPAV, también lo inhabilita, siendo coordinador de Servicio Social y Titulación a finales del periodo del rectorado del Mtro. Zúñiga,  donde realizó innombrables actos corrupción, como titular a unos sinnúmeros de alumnos de la UPAV sin rigor académico.

No es fácil cambiar de perspectiva, pero ante la realidad no puede uno mantener tercamente una posición, y tiene uno que aceptar esa realidad, si bien es cierto, la UPAV debe ir hacia una Autonomía Universitaria, es necesaria y ni duda cabe, pero ahora, no está preparada para dicha autonomía.

Los tiempos urgentes que vive el Estado mexicano, y nuestros pueblos no permiten titubeos y retardos, en el caso de la UPAV para que se suma a la transformación que estamos esperando todos, por lo que se debe poner a trabajar con lo que se tiene, y es con lo que señalé más arriba, pero ese trabajo requiere la voluntad de todos, puesto que el camino para esa transformación requiere que la educación sea el principal eje de las políticas públicas y el discurso político.

La UPAV con su modelo educativo social vasconcelista es el instrumento para masificar la educación con calidad, la bondad de ese modelo educativo social permite que con pocos recursos se pueda brindar educación media superior y superior a cada rincón de Veracruz, modelo educativo social que en sus inicios en Europa era marginal, aquí por nuestras limitaciones, principalmente económicas, es principal, puesto que con sólo la infraestructura de las instalaciones de las escuelas primarias, secundarias y preparatorias que tenemos en todo el Estado de Veracruz, con un grupo de académicos y educadores solidarios, podemos los fines de semanas, formar la mano de obra calificada para la transformación de Veracruz, y rescatemos a nuestros pueblos de la pobreza, la violencia y la marginación.

Para darnos una idea de la bondad de ese modelo educativo social vaconcelista de la UPAV, podemos hacer una comparación medida entre la UV  y la UPAV, la UV recibe alrededor de 5000 millones anuales de pesos de presupuesto federal y estatal para dar educación alrededor de 68000 alumnos, y la UPAV, en su momento más culmen, pudo dar educación a más de 70000 alumnos con un presupuesto de ingresos propios de 500 millones de pesos, claro que el modelo educativo flexible de la UPAV le permite esa cobertura, por lo que no hay mucho que pensarle, invertir en la UPAV es invertir en el futuro de Veracruz, y sé que con las reformas y la reingeniería correspondiente la UPAV puede ser el principal instrumento del cambio y la transformación de Veracruz.

Pero antes debemos parar esa lucha intestina y malsana por el poder que se está dando en la UPAV, y ser coherente es ineludible para cada universitario de la UPAV, por lo que no podemos más que ser coherentes con el estado de excepción y emergencia que vive nuestra sociedad, por lo que apelando a esa coherencia, hago pública mi renuncia a continuar en ese perverso juego de poder en el caso de la UPAV, por lo que mi  aspiración a postularme a rector de la UPAV queda desde ahora cancelada, más no el trabajo que venimos haciendo desde la AADUPAV por preservar a la UPAV como el mejor proyecto educativo de los últimos 200 años, después de la Normal Veracruzana y la Universidad Veracruzana.

La visión vasconcelista que subyace al modelo educativo popular de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz UPAV, que es llevar la educación a nuestros pueblos, debe mantenerse para abatir el profundo e histórico rezago en educación superior que nos ha hecho estar en los últimos lugares a nivel nacional con los estados de Chiapas, Tabasco y Oaxaca, por lo que, se hace urgente asumir el reto de consolidar la oferta de educación de nuestra universidad y lograr la excelencia académica para alcanzar los estándares locales e internacionales necesarios, y así hacer de la UPAV un referente del saber universitario, y una de las mejores oferta de educación media-superior y superior de Veracruz, y alcancemos salidas terminales competitivas.

La severa crisis social, de pobreza, de violencia, de marginación y de un profundo rezago en educación que vive Veracruz, exige acciones inmediatas, consensuadas, incluyentes, y propositivas, por lo que no podemos perder el tiempo ni en suspicacias ni estériles luchas contra el pasado, contra los retrogradas que esperan todo lo contrario que la mayoría esperamos, que es que se dé una auténtica Transformación de Veracruz, y retomemos el camino del progreso, la civilidad y la solidaridad.

¡Patria (UPAV) o Muerte, Venceremos!

Diciembre de 2018

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