*A
propósito de las contradicciones que vive la UPAV y la coherencia democrática.
Tribuna Libre.- Hoy la UPAV vive una terrible contradicción
que le augura un futuro incierto y pobre, si esto ocurre, puesto que desde la
política, como un instrumento para hacerse con el poder público se intenta
legitimar una autonomía que paradójicamente requiere ser instrumentada para
salvarla de la política en ese sentido.
La Autonomía Universitaria, hay que
entenderla como un concepto que permite el auto gobierno de una universidad
pública, en el entendido, que en la universidad si se ejerce una política esta
será exclusivamente una política académica con compromiso social, y que para
que se logre eso, los integrantes de esa universidad deben tener un sentido de
comunidad con un único propósito que es preparar profesionalmente, en las
distintas áreas de conocimiento, a los principales miembros de esa comunidad
que son sus estudiantes. En ese sentido, a lo largo de mi historia de formar
parte de esa comunidad universitaria de la UPAV, y por la vivencia y profundas
reflexiones que he tenido en los últimos tiempos, hoy puedo decir que la UPAV
no está preparada para la Autonomía, concepto que fui su precursor y principal
defensor a ultranza, pero que hoy me doy cuenta, desafortunadamente, que es un
concepto que está fuera de la solución que necesita la UPAV para recuperar su
función social y lograr la excelencia académica que se necesita para certificar
sus ofertas educativas y puedan sus egresados competir en igualdad de
circunstancias académicas con otros egresados de universidades públicas y
privadas, por un lugar en las fuentes de trabajo del aparato productivo del
estado, del país, incluso, del extranjero.
La historia de la UPAV de si es
contradictoria, nace como un milagro que no se esperaba para hacer frente a la
sentida y monumental demanda de ofertas de educación superior pública en el
Estado de Veracruz, fundada y creada por hombres ilustres, el Mtro. Guillermo
H. Zuñiga Martínez y el Mtro Ranulfo Lara, como los que hoy escasean, pero nace
también como un “botín político” de un partido político y de un gobierno, que
el Mtro. Zuñiga, no pensó que iba a perder el poder público, y él morir
desafortunadamente, y dejó este gran proyecto de educación de Veracruz
incompleto, principalmente sin una ley, la 276, completa que le regulara todas
sus funciones académicas, administrativas, escolares, financieras y sociales, y
con terribles improvisaciones, vicios y costumbres que le han mermado su
perspectiva de ser una ilustre universidad pública, y en mucho, ha estado
al borde de ser una "universidad de
mala calidad educativa", peyorativamente llamadas, "universidades
patitos", porque si bien es cierto que hay hombres y mujeres inteligentes
y preparadas que han creído en este noble y necesario proyecto de educación de
los veracruzanos, también hay muchos que han concebido éste proyecto de
educación de los veracruzanos como un “botín político” y han sido parte del
desprestigio de la misma Universidad.
La UPAV dista de ser una comunidad
universitaria con sentido de pertenencia, “la mayoría de sus directores”
conciben sus espacios como espacios privados, y como negocios personales, el
concepto de “solidaridad” que en sus inicios fue un concepto necesario para la
construcción de la UPAV, hoy está ausente, la mayoría de sus miembros no está
dispuesto al cambio, por lo que no existe un escenario propicio para la
Autonomía, ya que primero debe terminarse esos vicios y malas costumbres, como
el hecho de que hay directores que coordinan varias ofertas educativas con
perfiles inadecuados, que una universidad seria no permitiría que ocurriera, es
decir, la mayoría de las sedes de la UPAV son pequeños feudos de los directores
y los coordinadores de la UPAV, que están dispuestas a congraciarse con el
gobernante en turno con tal de proteger sus intereses, además existe un
alumnado que carece de las condiciones adecuadas para que ocurra el proceso
educativo enseñanza-aprendizaje, con una buena cantidad de docentes que no
están certificados ni capacitados, ni
mucho menos actualizados, con programas y planes de estudios sin actualizarse,
sin apoyo a la titulación, sin material didáctico, en fin, sin muchas cosas que
son necesarias para la labor docente y educativa. Por lo que antes de pensar en
una Autonomía, que es necesaria en su tiempo y forma, hoy la UPAV requiere una
reestructuración a fondo, una reingeniería académica profunda, y un rectorado
inteligente que haga las reformas pertinentes que resuelva esas profundas
contradicciones, malos vicios y costumbres, y principalmente, que construya un
sentido de comunidad universitaria fundamental para toda autonomía.
Hoy en la UPAV se viven los desparpajos y las
simulaciones más disímbolas que pudiéramos imaginar, y lo digo porque hace
pocos se subieron un grupo de arribistas al carro de las transformaciones de la
UPAV que iniciamos hace un buen tiempo un grupo de upavistas, con un movimiento
de resistencia a la compactación de la UPAV que había iniciado torpemente las
pasadas rectorías de la UPAV, y que después de haber logrado detenerla, esto a
principios del año 2017, claro con actos de protestas, plantones,
movilizaciones, y presiones, convertimos ese movimiento, en un movimiento
organizado para la defensa de la UPAV, fue así como nació la AADUPAV
(Asociación Académica y Docente de la UPAV), en ese entonces, los hoy venidos
redentores y acérrimos defensores espontáneos de la autonomía y la democracia
de la UPAV, iniciaron conmigo ese movimiento de protesta, pero tan pronto
vieron que tendríamos que oponernos con hechos al pasado Gobierno del Estado,
brillaron por su ausencia, e inmediatamente pactaron con el rectorado para
defender sus intereses personales, particularmente, los ahora miembros del
grupo que se auto denominan “Comisión Técnica para el rescate y la
consolidación de la UPAV”, cobijado en un principio, por la exdiputada Cinthia
Lobato, quienes ahora los vemos encabezar un movimiento de defensa de la UPAV
machacando y reiterando argumentos
falsos, como que la UPAV está en crisis su matrícula, llegando a afirmar que la UPAV descendió su matrícula con cifras
alarmantes que van de los 7000 a los 17000 alumnos, siendo la realidad que la
UPAV tiene, pese a sus males, 40000 alumnos, en el trasfondo de esa “Comisión”
está una lucha por intereses particulares y personales, y lo he dicho, la
mayoría de sus miembros pertenecen a escuelas particulares incorporadas a la
UPAV, como la gente de Omar Pensado, quienes tienen serios conflictos de
intereses que no les permite ser juez y parte en el caso UPAV, incluso, se han
proclamados que ya tienen la terna para la rectoría, dos miembros, la señora
Cecilia y el señor William, provenientes de esas escuelas privadas incorporadas
a la UPAV (siendo su único nexo con la UPAV) que no tienen nada que hacer en el
tema de la UPAV, menos como candidatos a la rectoría de la UPAV, pues obedecen
a intereses particulares y eso los inhabilita, y el tercero de la terna, el
señor Sarquis, que aun salvándose, pese a tener una escuela incorporada a la UPAV, al ser director de una sede de
derecho de la UPAV, su pasado de corrupción y malversación en la UPAV, también
lo inhabilita, siendo coordinador de Servicio Social y Titulación a finales del
periodo del rectorado del Mtro. Zúñiga,
donde realizó innombrables actos corrupción, como titular a unos
sinnúmeros de alumnos de la UPAV sin rigor académico.
No es fácil cambiar de perspectiva, pero ante
la realidad no puede uno mantener tercamente una posición, y tiene uno que
aceptar esa realidad, si bien es cierto, la UPAV debe ir hacia una Autonomía
Universitaria, es necesaria y ni duda cabe, pero ahora, no está preparada para
dicha autonomía.
Los tiempos urgentes que vive el Estado
mexicano, y nuestros pueblos no permiten titubeos y retardos, en el caso de la
UPAV para que se suma a la transformación que estamos esperando todos, por lo
que se debe poner a trabajar con lo que se tiene, y es con lo que señalé más
arriba, pero ese trabajo requiere la voluntad de todos, puesto que el camino
para esa transformación requiere que la educación sea el principal eje de las
políticas públicas y el discurso político.
La UPAV con su modelo educativo social
vasconcelista es el instrumento para masificar la educación con calidad, la
bondad de ese modelo educativo social permite que con pocos recursos se pueda
brindar educación media superior y superior a cada rincón de Veracruz, modelo
educativo social que en sus inicios en Europa era marginal, aquí por nuestras
limitaciones, principalmente económicas, es principal, puesto que con sólo la
infraestructura de las instalaciones de las escuelas primarias, secundarias y
preparatorias que tenemos en todo el Estado de Veracruz, con un grupo de
académicos y educadores solidarios, podemos los fines de semanas, formar la
mano de obra calificada para la transformación de Veracruz, y rescatemos a nuestros
pueblos de la pobreza, la violencia y la marginación.
Para darnos una idea de la bondad de ese
modelo educativo social vaconcelista de la UPAV, podemos hacer una comparación
medida entre la UV y la UPAV, la UV
recibe alrededor de 5000 millones anuales de pesos de presupuesto federal y
estatal para dar educación alrededor de 68000 alumnos, y la UPAV, en su momento
más culmen, pudo dar educación a más de 70000 alumnos con un presupuesto de
ingresos propios de 500 millones de pesos, claro que el modelo educativo
flexible de la UPAV le permite esa cobertura, por lo que no hay mucho que
pensarle, invertir en la UPAV es invertir en el futuro de Veracruz, y sé que
con las reformas y la reingeniería correspondiente la UPAV puede ser el
principal instrumento del cambio y la transformación de Veracruz.
Pero antes debemos parar esa lucha intestina
y malsana por el poder que se está dando en la UPAV, y ser coherente es
ineludible para cada universitario de la UPAV, por lo que no podemos más que
ser coherentes con el estado de excepción y emergencia que vive nuestra
sociedad, por lo que apelando a esa coherencia, hago pública mi renuncia a
continuar en ese perverso juego de poder en el caso de la UPAV, por lo que
mi aspiración a postularme a rector de
la UPAV queda desde ahora cancelada, más no el trabajo que venimos haciendo
desde la AADUPAV por preservar a la UPAV como el mejor proyecto educativo de
los últimos 200 años, después de la Normal Veracruzana y la Universidad
Veracruzana.
La visión vasconcelista que subyace al modelo
educativo popular de la Universidad Popular Autónoma de Veracruz UPAV, que es
llevar la educación a nuestros pueblos, debe mantenerse para abatir el profundo
e histórico rezago en educación superior que nos ha hecho estar en los últimos
lugares a nivel nacional con los estados de Chiapas, Tabasco y Oaxaca, por lo
que, se hace urgente asumir el reto de consolidar la oferta de educación de
nuestra universidad y lograr la excelencia académica para alcanzar los
estándares locales e internacionales necesarios, y así hacer de la UPAV un
referente del saber universitario, y una de las mejores oferta de educación
media-superior y superior de Veracruz, y alcancemos salidas terminales
competitivas.
La severa crisis social, de pobreza, de
violencia, de marginación y de un profundo rezago en educación que vive
Veracruz, exige acciones inmediatas, consensuadas, incluyentes, y propositivas,
por lo que no podemos perder el tiempo ni en suspicacias ni estériles luchas
contra el pasado, contra los retrogradas que esperan todo lo contrario que la
mayoría esperamos, que es que se dé una auténtica Transformación de Veracruz, y
retomemos el camino del progreso, la civilidad y la solidaridad.
¡Patria (UPAV) o Muerte, Venceremos!
Diciembre de 2018