¡Tic!
¡Tac! ¡Tic! ¡Tac!
“Quédate
Le dije
Y la
toqué”.
(Poema
“Toque de queda”, de Omar Lara)
Jorge
Arturo Rodríguez | 24 enero de 2018
Tribuna Libre.- La imagen es enternecedora. El pie de foto
dice: “Un niño con una cachucha con la frase “me canso ganso”, durante la gira
del Presidente por los municipios huachicoleros”. Tiene escrito AMLO con la “O”
en forma de un corazón. ¡Qué ternura! ¿Es niña o niño? Porque se le ve parte
del cabello con rizos, y con eso que ya no puede uno decir ni escribir nada que
vaya en contra de las mujeres y la dichosa igualdad, paridad, etc., de género
sin que se caiga en la discriminación, machismo y vaya a usted a saber cuántos
vocablos y conceptos más se vayan agregando y contextualizando (¿?) –ya resulta
campo minado- que a mí me sigue entorpeciendo pues no logro entender aún “el
jardín de senderos que se bifurcan”. Mejor me quedo con aquello de: “…que sepa
abrir la puerta para ir a jugar”, no de aquel juego llamado “Arroz con leche”
que dice: “Arroz con leche, me quiero casar, con una señorita de la capital.
Que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar”. No,
no, no. ¡Por favor! Me refiero al erotismo de ciertas creaciones de Julio
Cortázar.
Regreso a la fotografía tomada por
“Cuartoscuro”, publicada el 22 de enero del presente año en sinembargo.mx. La
mirada del niño o la niña (3 o 4 años en brazos de su madre o padre, no se
aprecia bien) es ajena a todo lo que pasa a su alrededor, inocente, ¿qué está
mirando? ¿Acaso solo una multitud que no le dice nada y sólo esté deseando un
vaso de agua, una torta, un refresco o, en definitiva, ir a jugar? Mientras
Amlito, supongo, habla con cara desencajada, aguantando su enojo porque alguien
o algo le está aguando la fiesta de su 4T.
Y sigue prometiendo, dando rienda suelta a la
esperanza, dando apoyos, migajas, peces, pero no enseñándoles a pescar, a
darles oportunidades reales de trabajo, capacitación y seguridad social. Dice
que le den tiempo y le ayudemos, pero da el caso que… (aquí agregue el lector
lo que piense; no es consulta, ¿eh?).
El miedo crece, puesto que la violencia
aumenta. Aquí y en China. La muerte no sólo tiene licencia, cuenta con
pasaporte y hasta con patente de corso contra enemigos y amigos, vaya, “No
respondo chipote con sangre, sea chico, sea grande”, se carcajea. ¡Oh! ¿Y ahora
quién podrá defendernos? ¿Saben la respuesta?
Haruki Murakami, en su novela Kafka en la
orilla, escribió a través de uno de sus personajes:
“-No puedes cerrar los ojos –dijo Johnnie
Walken- con voz resuelta-. Otra vez las reglas. Los ojos no pueden cerrarse.
Cerrarlos no soluciona nada. Por más que los cierres, no desaparecerá el
problema. Al contrario, cuando vuelvas a abrirlos, las cosas habrán empeorado
aún más. Así es el mundo en el que vivimos, Nakata. Tú mantén los ojos bien
abiertos. Cerrarlos es de pusilánimes. Sólo los cobardes apartan la vista de la
realidad. Y mientras tú cierras los ojos y te tapas los oídos el tiempo va
transcurriendo. ¡Tic! ¡Tac! ¡Tic! ¡Tac!”.
Líneas antes se lee:
“-En todo, Nakata, hay que seguir un orden
–explicó Johnnie Walken-. No se puede mirar demasiado lejos. Porque si miras
demasiado lejos pierdes de vista el suelo y corres el riesgo de tropezar. Pero
tampoco debes distraerte con los pequeños detalles que están a tus pies. Porque
si no miras al frente, acabarás topando con algo. Total, que hay que mirar un
poco hacia adelante, seguir un orden determinado e ir despachando las cosas.
Eso es fundamental. En cualquier cosa que hagas”.
El que tenga oídos.
Los días y los temas
Total, los delincuentes, malandrines,
asesinos, femenicidas, roba chicos, mata abuelitas, violadores, secuestradores,
ladrones, asaltantes y un largo etcétera andan sueltos, pero en horario de 10
pm a 8 am, porque en el día duermen, casi como los murciélagos, por eso el
toque de queda, nomás pa’ las mujeres, pa’ las viejas, pues. Porque nosotros
los machitos, ni maíz, estamos libres de pecados… y peligros. Ajá. ¡Válgame
Dios! De que somos, somos. ¿En qué cabeza cabe…? Sólo falta que regrese “la
moda” del cinturón de castidad porque a alguien se le ocurrió después de haberlo
pensado mucho… No ma…
Pero es de humanos cometer errores, de acuerdo, y más vale reconocer
nuestras equivocaciones. Como dijo Confucio: “El hombre que ha cometido un
error y no lo corrige comete otro error mayor”. Ta güeno, pues. Pero el filósofo
francés Barón de Holbach escribió que la ignorancia y el error son manantiales
de mal humor. Que alguien me lo explique.
Por cierto, atinados comentarios del diputado Juan Javier Gómez Cazarín,
presidente de la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) y líder del grupo
legislativo de Morena en el Congreso Local: “En la bancada de Morena existe un
respeto total a la libertad de expresión de nuestras y nuestros compañeros,
quiero celebrar que hay pluralidad de ideas. Sin embargo, soy claro en este
aspecto: tanto mujeres como hombres sin distinción tenemos derecho a la
seguridad de transitar libremente en cualquier horario, en paz y tranquilidad”.
(periodicoveraz.com, 21-01-19).
De cinismo y anexas
Aquí les dejo el poema “Toque de queda”, de
Paul Éluard:
“Que íbamos a hacer, la puerta estaba bajo
guardia
Que íbamos a hacer, estábamos encerrados
Que íbamos a hacer, la calle habían cerrado
Que íbamos a hacer, la ciudad estaba bajo
custodia
Que íbamos a hacer, ella estaba hambrienta
Que íbamos a hacer, estábamos desarmados
Que íbamos a hacer, al caer la noche desierta
Que íbamos a hacer, teníamos que amarnos”.
Ahí se ven.