* Las
mantas mantas en Coatzacoalcos * El H,
el 80, Mamito, el Pana * El “novio”
criminal de la ex fiscal * Finge el
gober que carece de información * Así
comenzó Duarte * 600 millones que no
justifica el yunismo * El juez Porky,
destituido * El recomendado de Rocío
Nahle con historial de corrupción * CAEV
Coatza: los turistas siguen ahí *
Policía municipal con antecedentes delictivos
Tribuna Libre.- Algo tiene Cuitláhuac que fascina a los
malosos. Disparan balas y amenazan, siembran miedo y muerte, hacen temblar y
huir a la sociedad, pero al gobernador de Veracruz lo cuidan, como los sicarios
a los capos, como las chicas malas al hampón.
“Nuestro gobernador”, le dicen, le estampan
en mantas colocadas en paredes y calles de Coatzacoalcos, pidiéndole “que nos
apoye” contra la banda rival.
“Nuestro gobernador”, dicen los del
Comandante H, su pandilla que habla a nombre del “pueblo unido y la
resistencia”.
Y acusan que dos delegados de la Secretaría
de Seguridad Pública de Veracruz se entienden con El 80 —o El Señor 80—, el ex
fiscal de Acayucan, José Roberto Sánchez Cortés, jefe y enlace del Cártel
Jalisco Nueva Generación.
Finísimos, los nuevos fans del gobernador
Cuitláhuac García Jiménez hacen pública su vendetta con la banda que le disputa
el territorio, las rutas y los consumidores.
Una de las narcomantas —o “nacomantas”— dice
del delegado de la SSP en Coatzacoalcos, Samuel de Jesús Castillo, quien acaba
de asumir el cargo, que se entiende con El 80, a quien “se le hace responsable
de la muerte de la empresaria (Susana Carrera Ascensión) y al delegado por
cubrirlo”.
En la manta se usa un doble lenguaje: el de
una sociedad que reclama paz y denuncia corrupción entre la SSP y el crimen
organizado, y el de los malosos que transmiten el mensaje para mostrarse
pro-Cuitláhuac.
“El pueblo está harto que vendan nuestra
ciudad marcharemos y no nos quedaremos callados por eso pediremos a nuestro
gobernador cuitlahuac garcia que nos apoye” (redacción original).
Mantas como esa —“nacomantas”, les llaman en
el viejo Puerto México— no provienen de la sociedad. La autoría, siempre, es de
las bandas implicadas.
Otro mensaje fue colocado a media cuadra de
la base de la Policía Estatal. Es un agravio, una burla. Nadie vio cómo
hicieron, en qué vehículo se movían, cuántos malosos eran.
Y en ella el Cártel Jalisco reivindica el
secuestro y muerte de la joven empresaria, deslizando que el dinero por el
rescate era una cosa y el fin que perseguían era algo mayor.
“Lo que le pasó a la mujer de Luis Manríquez
fue por apoyar a los mugrosos Z del señor Pablo Herrera ‘Mamito’ y ‘El Pana’.
El trato era que entregara a esos dos perros pero como no cumplió ahí están las
consecuencias. Rato (sic) va para todos los empresarios de cuello blanco que
apoyan al ‘Mamito’ y al ‘Pana’. Sigues tú Luis Manrique ya te estamos ubicando.
La guerra comenzó. Comandante 20 Comandante 50”.
Místicos, los del H creen en la resurrección.
Y creen que Cuitláhuac García los traerá a la vida. Y también al control de la
zona, al cobro de piso para ellos, a la industria del secuestro para ellos, a
los crímenes impunes para ellos.
“Por eso pediremos a nuestro gobernador
Cuitláhuac García que nos apoye”, sentencian hablando a nombre de una población
que rehuye involucrarse.
¿Quién es Pablo Herrera? ¿Quién es El Pana?
Son lugartenientes de Hernán Martínez Zavaleta, alias El H o Comandante H,
preso en el penal federal de Villa Aldama por el crimen de una familia —el
padre, un taxista, su esposa y cuatro menores de 6,4,3 y 2 años de edad— y por
trasiego de droga, robo de combustible, secuestro y extorsión.
El H permeó en el jet-set de Coatzacoalcos.
Se codeó con el poder económico. Brilló en sociedad. Acudía a antros. Tenía
amoríos con una chica de origen libanés, siendo el restaurant Port House el
punto de reunión. Lo veneraban políticos, ediles, candidatos a cargos de
elección popular. Tenía carta abierta en comederos de lujo, en bares, y el
favor de alcaldes y ex alcaldes.
Caído en desgracia, un día Pablo Herrera
fingió un levantón. Su familia acudió a las oficinas de la Fiscalía Regional y armaron
un sainete. Que varias patrullas lo hallaron en su hogar, frente al restaurant
de la hermana del H, frente al gimnasio que antes fueron los Petrocinemas, todo
con el mismo capital y origen, y frente a Coatza Kids, donde también hay
historias de su dueña, un crimen, el de Pepe Férez, funcionario de la Comisión
Municipal de Agua y Saneamiento.
Ante la prensa, la familia del Mamito nunca
supo explicar a qué se dedicaba el levantado, el nombre de su compañía, la
razón de la supuesta detención policía. Habiendo cámaras de vigilancia, no hubo
evidencia de la presencia de patrullas.
Ambos se escondieron y vienen operando en las
sombras.
Del 80 —José Roberto Sánchez Cortés— hay
historia en la luz y en la oscuridad.
De ser un peón en la Fiscalía Regional de
Coatzacoalcos pasó al poder total. Lo envió la entonces poderosa Samyra Khoury
Colorado, ya fallecida, a Acayucan. Y desde ahí comenzó a operar, a poner de
rodillas fiscales menores, a tejer la célula criminal que hoy encabeza.
“Novio” de la ex fiscal regional, según
presumía a quienes lo querían oír, Roberto Sánchez Cortés pasó a ser fiscal en
aquel municipio, con la información a cuestas, en su usb, los casos consignados
ante jueces, los malosos a los que habría que liberar.
Una vez desligado de la Fiscalía, terminó
desatando una oleada de terror en el sur de Veracruz. Proliferó el secuestro y
la extorsión a comerciantes, profesionistas, todo a nombre del Cártel Jalisco
Nueva Generación.
Por él, por información que conduzca a su
captura, hay una recompensa ofrecida desde el gobierno de Miguel Ángel Yunes
Linares. Se le cataloga de altísima peligrosidad.
Hay fuentes del gobierno de Veracruz que
sostienen que es de su autoría el secuestro y asesinato de Susana Carrera. Hay
otros que afirman que fueron las células del Comandante H las que perpetraron
el crimen y lo derivan hacia el CJNG.
Sea como sea, Cuitláhuac García ya tiene su
cártel fan.
Le llaman “nuestro gobernador”.
Y de ahí, su indolencia.
Y su desaire a las reuniones de seguridad, a
militares y navales, 50 días sin enfrentar la tormenta que sacude a Veracruz.
50 días de ausencia.
De 8:30 a 9 de la mañana, diariamente, se
realizan las sesiones sobre seguridad en el salón Juárez del Palacio de
Gobierno. Y Cuitláhuac no va.
No acude ni el pseudosecretario de Gobierno,
Eric Patrocinio Cisneros Burgos, ni el titular de Seguridad Pública, Hugo
Gutiérrez Maldonado. Sólo lo hace quien, a nombre del gobierno de Andrés Manuel
López Obrador, convoca, el superdelegado Manuel Huerta Ladrón de Guevara. Y con
ellos, a contrapelo del gobernador, el fiscal yunista Jorge Winckler Ortiz.
O sea que a Cuitláhuac le importa un bledo el
presidente López Obrador.
Cuitláhuac García enfatiza que hay vacío de
información. Miente.
Cuitláhuac García arguye que el fiscal oculta
quiénes están detrás de secuestros y crímenes. Miente.
Cuitláhuac García acusa que los canales de
información están cerrados. Miente.
A diario su oficina de gobierno recibe los
informes de mandos policíacos y de la Fiscalía. Y hay acuses de recibo que lo
acreditan.
Usa el conflicto la violencia y el baño de
sangre con filo político. Deja hacer, deja pasar.
Al estilo Javier Duarte, finge reforzar la
seguridad, fortalecer los cuerpos policíacos, abrirle los brazos a la Guardia
Nacional, pero a los militares y navales no los fuma, no los pela.
Al estilo Javier Duarte, va por su policía de
élite, como la Fuerza Civil que a la postre terminó implicada en
desapariciones, tortura y muerte.
Hoy, los de las mantas le llaman “nuestro
gobernador”.
De ahí al Cártel de Cuitláhuac hay sólo un
paso.
Archivo muerto
A más de 40 grados, todo es fiebre. A esa
temperatura el yunismo azul hierve, se colapsa, sintiendo, ahora sí, que la ley
le pasará encima. Aprieta la Auditoría Superior de la Federación y no hay cómo
solventar más de 600 millones de pesos, intuyéndose ya la cascada de denuncias
penales que habrán de enfrentar las huestes del ex gobernador Miguel Ángel
Yunes Linares. De los mil 246.7 millones de pesos en inconsistencias detectadas
al ejercicio 2017, quedan por esclarecerse 602.1 millones. Y no hay cómo
justificar. Como si fuera la mano de Javier Duarte. Eso en lo federal. De los
recursos estatales, una funcionaria yunista, María José Noriega Mañez, fue
pillada suscribiendo 81 contratos por un monto de un millón y medio de pesos
como jefa de la Unidad Administrativa de la Sedesol del gobierno veracruzano,
el 2 y 3 de diciembre de 2018, cuando su encargo ya había fenecido. Ya hay
denuncia en la Fiscalía de Veracruz. Otros yunistas a los que no les cuadran
las cuentas tendrán que resarcir el daño o echarse a correr. Quería apretarlos
Cuitláhuac García, el que firma como gober, y ya los tiene… Impartía justicia
hasta que el caso Porkys lo reventó. Destituido como juez federal, Anuar
González Hemadi se hizo célebre por otorgarle un amparo a Diego Gabriel Cruz
Alonso, uno de los mozalbetes implicado en la agresión sexual a la joven Daphne
en el puerto de Veracruz. Sin más, Anuar González revisó el expediente, observó
las palabras de la víctima, los tocamientos contra su voluntad, los dedos
introducidos en su vagina, y emitió una sentencia demencial. Diego Cruz —dijo
el entonces juez tercero con sede en Boca del Río, sí la tocó pero no con la
intención de obtener una satisfacción sexual. El joven, según el juez, no tenía
“la intención” de llegar a la cópula vaginal, anal ni oral. Obvio, fue
destrozado en las redes sociales, atacado, agraviada su esposa e hijos, por la
cínica sentencia que emitió. Y de inmediato vino la suspensión del Consejo de
la Judicatura Federal. Dos años después, se configura la destitución, se le
sujeta investigación por actos de corrupción y “por actuar en contra de
constancias y errores inexcusables en un caso de pederastia”. No es el primer
juez destituido por corrupción. Antes, el célebre Daniel Núñez Juárez, de
Coatzacoalcos, al que le hallaron la libreta con las pistas de las cuentas en
que sus prestanombres recibían los sobornos, un tal Tony, un tal Gallo, un
Leonel. Por el pitazo a José Pablo Robles para evadir la cárcel, Núñez Juárez
recibió en pago un auto Passat rojo, impecable. Así le pagó el favor —y la
treta— el dueño de Diario del Istmo e Imagen de Veracruz, padre de la diputada
local por Morena, Mónica Robles de Hillman. La Cuarta Pudrición… Otras dos de
Rocío Nahle. Empeñada en imponer a Miguel Ángel Lozada en la dirección de Pemex
Exploración y Producción, pasó por alto revisar su historial. Proceso halló ahí
lo que la secretaria de Energía no vio, o lo vio y le valió. Lozada habitó
siempre en la ratonera de la mafia petrolera y fue el favorito del harem.
Férreamente ligado al ex director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, su nombre
aparece en un episodio de La Estafa Maestra, aquel operativo con el que el
priismo triangulaba recursos, usando universidades a las que Lozada autorizaba
el pago pero no se aplicaban en educación sino que paraban en las arcas del
PRI. El Dios Peje hizo como que desconocía qué tan putrefacto es el funcionario
y ofreció su cese, tal como ocurrió. El gallo de Rocío Nahle debió buscar otro
nicho de corrupción. Y la segunda: dice Nahle que el gobierno de Andrés Manuel
López Obrador si usaría la técnica del fracking, pero moderno. Y al cuarto día,
AMLO la sacude: su gobierno es ambientalista y no se usará fracking. Desmentido
mañanero a la deschavetada secretaria de Energía, la más golpeada, la más
exhibida, la que no entiende la Ley de Newton, la que en medio de la crisis por
el desabasto de gasolina pierde su tiempo en Twitter, la que se vendió como un
diamante y era sólo carbón… Por años, la firma de Eduardo Francisco García
Villegas Sánchez Cordero ha sido estampada en los documentos clave, los más
trascendentes, los que entrañan operaciones, contratos, de Petróleos Mexicanos.
Por años fue el notario del Pemex corrupto que Andrés Manuel López dice sanear.
Su firma ahí, la de notario 248 de la Ciudad de México. Y si no fuera porque es
hijo de la ex ministra, hoy secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ni
quien lo volteara a ver. Una más de las contradicciones de la Cuarta
Transformación. Doña Olga en la Liga de Justicia y su hijo en el equipo de
Tanos. La pura simulación… Muy en las sombras, algo se pactó en CAEV
Coatzacoalcos. Su nuevo titular, Jaime Martínez Web, barrió con las infanterías
de Luis Rendón Martín, su antecesor, y tiene ahí a la tropa del líder del
yunismo azul, Rafael Abreu Ponce. Le aplicó la guadaña a Víctor Cruz Romero
—“El Kalimba”—, Gustavo Linares, Javier Pola, Marissa Cabrera, Lucía Fajardo,
Sergio Silva Bache —el de los trastupijes en el jurídico para beneficiar a la
empresa OPC—, Michel Lobato, Noe Pola y Jorge Sevilla, entre otros. De los
incondicionales de Abreu siguen en la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz,
oficina Coatzacoalcos, Gonzalo González y su esposa Mariana, premiado como
nuevo jefe de Compras, Rubén Romero, Miriam González y Gladys Collado. Algo así
como las células del yunismo azul protegidas por Morena. Y Andrés Manuel Mesías
López Obrador creidísimo que Cuitláhuac García extirparía el yunismo azul de
Veracruz… ¿Quién es ese policía municipal de Coatzacoalcos, ya adiestrado en la
Academia, ya en funciones, al que le cuelgan antecedentes penales, una denuncia
por violación, interpuesta por su cuñada, que a la vez era su amante, y que
gusta del billete sucio y que huele, apesta, a corrupción? ¿Quién es? Y pensar
que tuvo que pasar por exámenes de control y confianza y, mínimo, alguien debió
checar si tenía delitos en su pasado… como los tiene…