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Acusan al vocero de acoso laboral *
Fotógrafa lleva el caso a Derechos Humanos
* Le rasuraba el salario * Los
portales fantasma * Abuchean al Peje y
se enchila * Carcajada mundial por
disculpa pedida a España * Corre
Fernando, corre… en Nueva York * Y la
violencia al máximo * Alcalde de Coatza,
pillado en soborno * Sainete en el
Trocadero
Tribuna Libre.- Con dinero ajeno, “Mano Negra”, mano sucia,
compra silencios y renta aplausos, sometiendo a un gremio infame que calla ante
el abuso y la corrupción, altivo hasta increpar, perverso hasta enlodar. Así es
Joel Arellano y hoy enfrenta acusaciones de fraude, acoso laboral, cobro de
moches, abuso de autoridad.
Un día lo denuncian por adquirir un vehículo
deportivo, Eclipse, y no pagarlo ni devolverlo.
Otro, lo implican con el Cártel de
Quetzalcóatl, operando la red de páginas fantasma en internet para desacreditar
a los críticos del presidente municipal de Coatzacoalcos.
Uno más, cuando la fotógrafa oficial le
retrata el alma y la ambición: la insulta, le rasura el salario, amaga con
despedirla.
Vocero sin gracia, acumula más pecados que el
alcalde, Víctor Manuel Carranza, al que debe cuidar.
Ni en los tiempos de Eugenio Hernández
Velasco, que reventó cuando aquí le hallamos correos electrónicos en que
expresaba su gusto por la hierba verde y el polvo blanco, ni cuando Basilio
Velasco, distraído con una edecán de nombre Karen que en los días del
marcelismo causaba furor, se veía algo así en Comunicación Social.
Joel es peor.
Le acusa una reportera gráfica, Rosa Judith
Marcelo Gallegos, adscrita al departamento de Prensa, por hostigamiento,
maltrato y el cobro de moches para no cesarla.
Su queja yace en la Comisión Estatal de
Derechos Humanos bajo el número de investigación COAT-0150/2019, de fecha 19 de
marzo de 2019, sustentando a detalle el robo de la mitad de su salario y el
maltrato laboral.
Judith Marcelo ingresó a esa área y percibe
salario de 7 mil pesos quincenales. De ellos, según refieren las reseñas
periodísticas, debía entregar 3 mil 500 a Joel Arellano. Era la condición para
continuar en la nómina municipal.
Así varios meses. Así la ordeña. Y luego lo
bateó.
Pasó entonces a la fase de presión. Palabras
altisonantes, maltrato, órdenes descabelladas, exigencias de gran señor. Un día
Judith Marcelo debió trabajar hasta las 6 de la mañana. Había que confeccionar
el miserable primer informe del alcalde Carranza.
Sustenta la queja ante Derechos Humanos la
versión de compañeros de trabajo, testigos del moche, del hostigamiento, del
acoso que sufría Judith.
Procaz como es, Joel Arellano salpicaba el
lenguaje con insultos y bajezas, la Cuarta Corrientez. En ocasiones, según la
versión difundida en prensa, “la empujaba y le arrebataba la cámara”.
Sobre Judith Marcelo Gallegos y la Comisión
Estatal de Derechos Humanos se centra hoy la atención de reporteros y
columnistas, medios y portales que viven y confrontan las trapacerías del
vocero del alcalde, sus tretas para enlodar al que discrepa, embustes para
justificar las pifias del edil.
Ligado a Rocío Nahle García, de quien fuera
enlace de prensa en la fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de
Diputados, cuando ella la coordinaba, Joel Arellano llega precedido de fama
infame.
Siendo vocero en el área de Seguridad del
gobierno de Michoacán, luego en la Procuraduría de aquella entidad, le
llovieron quejas por apretar a sus subordinados como lo hace con Judith Marcelo
Gallegos, además de conformar un grupo de agentes ministeriales para cometer
fechorías.
Y así lo compró Rocío Nahle.
De Morena en la Cámara pasó a Comunicación
Social del ayuntamiento de Coatzacoalcos, relevando a Roberto Pérez López,
quien resultó una nulidad por sus vicios, degradado de director a subdirector,
luego enviado de palabra a cubrir la Dirección de Ingresos cuando al titular
Elías Omri Gutiérrez Gordillo, lo levantó un grupo armado y aunque volvió con
vida, mejor se abrió.
Joel Arellano sólo vegeta. Con nada
reconstruye la imagen erosionada del alcalde. Ni cuando maniobra en las
entrevistas de banqueta, usando a reporteros a modo para atajar preguntas
incómodas, metiendo temas intrascendentes, ni cuando queda pasmado ante los
yerros de Carranza, sus abusos, su atropello a la ley.
A cada crítica, sean las quejas de la síndica
del ayuntamiento, Yazmín Martínez Irigoyen, el acta de cabildo falsa, los
derechos burlados a las ligas de futbol, el despido de personal con tal de
desmantelar al sindicato de empleados municipales, el caos en la recolección de
basura, la violencia que cimbra a Coatzacoalcos, la respuesta es el silencio. Y
la ineptitud. O el ataque.
Lanza Yazmín Martínez carta abierta, dirigida
al presidente López Obrador, al gobernador Cuitláhuac García, a la lideresa de
Morena, Yeidckol Polenvsky, advirtiendo amenazas, intento de echarla del
partido, implicarla con malosos en la autoría de mantas, audios y textos con
dedicatoria al alcalde, y expresa que si algo le ocurre, son Carranza y su
banda los culpables. Y la respuesta es la descalificación.
Por Joel hablan las hordas pejistas,
empleados y no empleados municipales, unos cobrando en la nómina, justificando
las pifias del alcalde, agrediendo, insultando, algo que para organismos como
Artículo 19 y Reporteros Sin Fronteras es acoso a la libertad de expresión.
Proliferan con Joel los portales fantasma,
uno atribuido a la regidora de Morena, Eusebia Cortés, de poca educación y
lenguaje vulgar, sobre quien pesan acusaciones de taxistas por amenazas.
No hay respuesta oficial. “Mano negra” calla.
Nada dice Joel Arellano de las imputaciones de corrupción y abuso cometidos por
Carranza y sus secuaces.
Joel calla y la respuesta son los ataques
desde portales de los que nadie se hace responsable, el Cártel de Quetzalcóatl,
de Mariano y Quintanilla, Antonio y Mauricio, manejados por cobardes que lanzan
lodo, usando el anonimato en defensa del presidente municipal. Así opera la
Cuarta Transformación, sin moral.
¿Quién mueve los ataques en las redes? ¿Joel
Arellano, Rafael Olaf, Ángel Echavarría, secretarios del alcalde? Hay un hacker
que ya cantó.
También Rocío Nahle actúa así. Por la
secretaria de Energía responden sus grupos de fans. Y ella les da cuerda.
Joel Arellano es un inútil profesional.
Por sus dominios pasa el sí o el no, las
facturas de medios de comunicación que a diario, 24/7, semana con semana y mes
con mes, le aplauden al presidente municipal, o lo justifican, o guardan
silencio, o intentan revertir el desastre carrancista con diatribas y
argumentos de efecto fallido.
Su partida presupuestal, la partida de
Comunicación Social, es un auténtico basurero, desecho puro. Joel Alejandro
Arellano Torres dilapidó 50 millones de pesos en promedio, en 2018, y la imagen
del alcalde se equipara a la de un enfermo en grado terminal.
Sus “clientes” se dispersan en los medios del
Clan de la Succión, la familia Robles Barajas, dueños de Diario del Istmo,
Imagen de Veracruz, Imagen del Golfo y revista Llave; Coatza Digital, hoy propiedad
de integrantes de la familia Quintanilla Hayek, con compadrazgo con la
secretaria de Energía, Rocío Nahle, artífice de la imposición de Víctor
Carranza; TV Azteca, Telever, estaciones de radio, portales afines al
morenismo, portales tránsfugas del PRI y otros gérmenes parlanchines e
infecciosos que pululan en la aldea global.
Un derroche y un desperdicio. Son convenios
de publicidad para difundir una obra sin mayor interés, acciones de las que
nadie recuerda algo, proyectos sin futuro, alardes de combate a la corrupción,
la esperanza que se extinguió antes de iniciar. Y al final nada se fija en la
mente de los gobernados.
“Mano negra” quema 4 millones o más al mes, y
Carranza sigue igual. Le vacían insultos, lo agravian, protagoniza memes y
burletas, le demandan irse, dejar de lucrar, dejar de engañar. Vive en el
infierno de las redes sociales. Y Joel lo deja morir.
A Carranza lo tildan de inepto; a Joel
Arellano, de pillo y perverso.
Y de robarle el salario a Judith.
Archivo muerto
Segundo strike para Andrés Manuel. Abucheado,
vituperado, escucha los “fuera, fuera” en el estadio de los Diablos Rojos,
junto al propietario del equipo de beisbol, el ex banquero fifí Alfredo Harp
Helú, socio de Roberto Hernández en Banamex y beneficiarios ambos del Fobaproa
cuando con recursos públicos se perpetró el fraude descomunal. Silbidos,
mentadas, y el presidente siente que la sangre bulle. Más silbidos y mofas y se
calienta Diosmanuel. Y ya no puede más. Toma el micrófono y se engalla.
Lanzará, dice sin ocultar la rabia, curvas y rectas y lisas. Los voy a ponchar,
amaga con aire fifí. Ponchará a los conservadores —sí, tú, reencarnación de
Juárez—. Alude a los de la porra del “equipo fifí” y sentencia: “Voy a
controlar con recta de 95 millas y con curvas, vamos a seguir ponchando a los
de la mafia del poder”. Unos ríen, otros insultan mientras arrecia el “fuera,
fuera”. Poco aguante el del Dios Peje. A la primera, como novato, se engancha.
Primer strike. Abanica un segundo lanzamiento con tufo peninsular. Y con
esencia de distractor. Difunde El País la carta que AMLO envió al gobierno
español, instándolo a expresar una disculpa por los abusos y crímenes cometidos
contra originarios de México en la conquista y colonia, en la imposición de la
cultura española, y al papa Francisco lo conmina a que la Iglesia Católica se
disculpe por la evangelización feroz. Provoca un ataque de risa general, mofas
y escarnio, la burla hasta de los chairos, el azoro y la carcajada mundial.
Hubo quien dudó de la autenticidad del texto publicado en las páginas del
rotativo español. Horas después, el mismo López Obrador confirma ser el autor
de semejante payasada, obviamente con la asesoría de la “literata” Beatriz
Gutiérrez Müeller, su esposa, historiadora. Se da lujo de inventar que 2021 es
el año de la reconciliación. En el día 114 de su reinado juarista, ya desvaría
el presidente. Y el mundo no para de reír. Segundo strike al Dios Peje. Al
tercero, que no lo olvide, está ponchado. ¿Distractor para disipar el efecto
del abucheo? Quizá, pero uno y otro exhiben la fragilidad de Diosmanuel… Arde
Veracruz y el junior viaja a Nueva York. Ataviado con pants y sudadera negra,
gorra y tenis, literalmente suda frío. Porta en el uniforme el número 19973 y
registra tiempo de 2 horas 17 segundos. Nada mal para el alcalde de Veracruz.
Nada como correr la Media Maratón. Viaja a la Urbe de Hierro el menor de la
dinastía, Fernando Yunes, cuando la violencia arrecia, cuando aparecen
narcomantas en el puerto que dice gobernar, sacudidos todos, sociedad y gobierno
por el reto abierto, brutal, incendiario, del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Va a Nueva York trasluciendo que esta violencia desbordada le viene bien al
yunismo azul que atento espera descarrilar al gobierno morenista de Cuitláhuac
García. ¿Acaso hay mano política atrás la oleada de sangre con que se muestra
el Cártel Jalisco que jefatura El Mencho? Corre Fernando Yunes sin preocupación
alguna, mientras al gober Cuitláhuac lo sacude el miedo, metiéndose el de
Morena en la enagua de su “novia”, sabiendo que por su cabeza ya hay precio,
escuchando las voladas galácticas del secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez
Maldonado, que en eso de infundir ánimo es único y fenomenal: los malosos,
dice, algún día se cansarán y se irán a joder a otro lugar. Será ese el día en
que la paz regrese a Veracruz. ¡OMG! Qué alivio. Hay que prenderle veladoras al
Creador y la Santísima Lupita para que el espíritu del cansancio pronto haga
efecto en los capos y sicarios del CJNG. Mientras, el junior Fernando Yunes
repite la escapada. Antes fue el Super Bowl en Atlanta; ahora es la Media
Maratón de Nueva York. La violencia le viene bien. Que la violencia detone a
Cuitláhuac y a Veracruz… Tenaz, torpe, necio, Carranza lo logró. Ya es el peor
alcalde que pulula en suelo jarocho. A diario lo vapulea la prensa crítica, sea
Baqueiro y Luis Romero, o Plumas Libres y Gobernantes, o Versiones y E
Consulta. Hoy es el conflicto con el director de la Policía Municipal, Víctor
Colorado Cervantes, al que le sugirió enfermarse para justificar su renuncia al
cargo. Acusa el almirante retirado que aquello fue instruido por Víctor Manuel
Carranza con la encomienda al tesorero municipal de entregarle el dinero que el
uniformado pidiera. Lo que fuera pero que se marchara. Sabiendo lo que implica,
Colorado se negó. Supuso un cuatro, una trampa. Es soborno en grado de
tentativa. Rapaz, Víctor Carranza usa los dineros municipales, que son dineros
públicos, dinero del pueblo, para deshacerse de quienes le estorban. ¿Bajo qué
concepto se justifica contablemente un soborno? ¿Servicios personales? La
dirección de la policía municipal está reservada para la mafia del poder, parte
de la cual ya opera desde el interior, habiendo policías sin certificación,
policías con antecedentes penales o denunciados por violación. Los malosos del
alcalde saben para que la van a usar… Sainete en el Trocadero. Sainete de
madrugada. Embrutecidos por el alcohol, Mariano y Federico encaran, increpan,
acorralan al dueño del lugar. Hay reclamos airados y ganas de pelear. “Embarraste
a mi hijo”, grita Mariano. Federico lo secunda. Vuelan los platos y los vasos y
se escucha el golpe de cristales hechos trizas. Y Leonel se evade. Toma la
salida de emergencia, huyendo del restaurant de su propiedad. Pasan de las 2,
domingo 24. Alerta máxima entre el personal, meseros y guardias, ya curtidos en
aquellos desfiguros, habituados al show de los adictos y los dipsómanos, nuevos
ricos con fortuna de origen evidentemente sucio, lavado con gasolina de dudosa
calidad. ¿Pues no que Leonel tiene protección zeta?…