Orizaba, Ver. | 26 marzo de 2018
Jacinto Romero Flores
Tribuna Libre.- Lo que en sus inicios nació para apoyar a
las personas en desgracia, al menos la delegación de Cruz Roja en Orizaba se ha
distinguido en los últimos meses como una institución elitista, no solo porque
ya no quiere atender a personas que provienen de comunidades alejadas de la
ciudad sino que ahora quien piense que va a recibir una atención de calidad la
situación es muy difícil.
De hecho por voz de los mismos colaboradores
que llegan a prestar un servicio de manera voluntaria, han comentado que cuando
la llamada es para los municipios aledaños, no se les envía la ambulancia.
Fue el caso de una mujer que resultó
lesionada por quemaduras en el municipio de Tlilapan el año pasado, los
familiares la trasladaron a la delegación, argumentando que andaban en servicio,
cuando en realidad las ambulancias ahí estaban todas, ni una había salido.
La misma situación ocurre si es que el
servicio lo solicitan para los municipios de Ixhuatlancillo, Atzacan, Mariano
Escobedo o La perla.
El caso más reciente lo vivió la señora Alma
Rosa Martínez, quien la madrugada del domingo, llevo a su hija para que la
atendieran, eso fue alrededor de las cuatro de la mañana, solo que no recibió
ninguna atención debido a que no había médico de guardia.
Tras conocer del motivo de la falta de
atención, la señora Martínez trasladó a su paciente femenina de 20 años al hospital
regional de Rio Blanco.
Trascendió que este mal servicio se debe a
que de unos diez años a la fecha la Cruz Roja se ha convertido en un negocio de
familia tras permanecer al frente la señora Xóchitl Sosa que por cierto por lo
que parece se eternizó en el poder, y se niega a convocar a elecciones para
renovar el Consejo de Administración para darle otra imagen a la institución.