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Caballero permitió el robo de Duarte; a toro pasado saltó * Se cocina bono de medio año a ediles * Nachón brinca del duartismo al yunismo y a
Morena * Cuitláhuac: el show de las
denuncias * Julen se come a los
Yunes * “Ningún tribunal de quinta me
doblega”, decía Carranza, y se hincó *
Pulgoso, ninguneado por Marlon * Y
responde con insultos
Tribuna Libre.- Fino truhán, Víctor Carranza recibió 100
millones de pesos, parte del robo de Javier Duarte a Coatzacoalcos, y fuera del
bono prometido a ediles y corifeos, nada se sabe de su destino.
Oficialmente no hay obra programada ni
inversión con el producto de dinero liberado por la Procuraduría Fiscal del
gobierno de Veracruz, tras dos años y medio de litigio en la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
Oficialmente sólo alardes de mejora en escuelas,
remiendos y parches, “sistema de drenaje y también para el rubro de Seguridad
Pública”, según el comunicado emitido por el ayuntamiento, el pasado 29 de
abril. Pero del verbo no trasciende a más.
De 160 millones de pesos retenidos por Javier
Duarte de Ochoa, robo de participaciones federales preparado a mansalva, y una
retención de recursos a manos de Flavino Ríos Alvarado, quien lo sucedió en el
cargo y le facilitó la huida de Veracruz, sólo se rescató una fracción.
Omiso y cómplice, Joaquín Caballero Rosiñol
solía ser dócil y sumiso ante la rapacidad de Javier Duarte. Y así dejó pasar
la retención de recursos de origen federal.
A inicios de 2016, definiendo el PRI las
listas de candidatos a diputados locales, un episodio marcó la suerte de Caballero.
Le llaman “El Pingüino”.
Atraído con engaños, el entonces alcalde
arribó a Boca del Río. Se dirigió a un departamento de lujo y ahí aguardó.
Duarte lo vio unos segundos e instruyó trasladarlo a una pieza especial.
Una hora después, frío y amoratado, Joaquín
Caballero escuchaba una andanada verbal. Que si cómo se fraguó su candidatura,
el financiamiento, su origen ilegal. Que si sus tiempos en el ayuntamiento de
Coatzacoalcos, negocios desde el primer día, la mano de sus amigos en contratos
de obra, venta de productos y servicios. Una oda a la corrupción.
Alineado, sometido, advertido que con sólo
chasquear los dedos Javier Duarte lo enviaría a prisión, Caballero optó por
callar y aguantar.
Dejó “El Pingüino” el departamento de lujo y
volvió al redil, permitiendo a Duarte robar las participaciones federales de
Coatzacoalcos con toda impunidad.
Vino a resollar en los días en que la
desgracia política alcanzó a Javier Duarte, y que Veracruz entero lo festejó.
Huyendo de la justicia, Javier Duarte abdicó
el 12 de octubre de 2016. Lo sucedió en el cargo Flavino Ríos y el saqueó
siguió.
Retenidas las últimas participaciones de
aquel sexenio, insurrectos los alcaldes del PRD y PAN, que tomaron el palacio
de gobierno de Veracruz, la manada priista tomó la vía suave midiendo los
alcances de la persecución a Duarte y el riesgo de conocerse qué nivel de
complicidad los unía.
Hacia los últimos días de noviembre de 2016,
Joaquín Caballero interpuso un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema
Corte de Justicia de la Nación. No denunció a Javier Duarte en la vía penal.
Sabía “El Pingüino” lo que podía detonar.
Dos años y medio después, la Procuraduría
Fiscal el gobierno de Cuitláhuac García reintegra a Coatzacoalcos 100 de los
160 millones retenidos ilegalmente por Javier Duarte a Veracruz.
A su paso por el gobierno estatal, Miguel
Ángel Yunes Linares no resarció los recursos y los litigios continuaron hasta
cumplir sus dos años de gestión.
Ante la procuradora Delia González Cobos, el
29 de abril, Víctor Carranza suscribió el documento que culminaba las gestiones
de la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, recuperando los 100 millones
correspondientes a parte de los Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento
de los Municipios (FORTAMUN) y del Fondo para la Infraestructura Social
Municipal (FISM).
Así se dio cumplimiento a la sentencia de la
Suprema Corte de la Justicia de la Nación, derivada de la controversia
constitucional 122/2016.
Pero un mes después, reina la opacidad en las
finanzas municipales. No se transparenta su uso. No explica a detalle el
alcalde cómo lo aplica, en qué rubros, con qué alcances. Peor: no esclarece en
qué cuentas bancarias del ayuntamiento se hallan.
A cambio, se cocina el pago de un bono
extraordinario para ediles y funcionarios de alto nivel. La cifra: 500 mil
pesos a cada uno de los 15 integrantes del cabildo de Coatzacoalcos y una
cantidad menor para la pandilla de Carranza. Algo así como 10 millones de
pesos.
Bajo la mesa, en corto, integrantes del
cabildo, confían la versión, expresan sus reservas y evalúan lo inviable de
repartir un bono cuando Coatzacoalcos se halla estancado, tras un primer año de
gobierno perdido y el impacto que tendría en la población que se postergue el
desarrollo del municipio mientras se premia a los ediles por callar.
“Es para tenerlos controlados”, revela otra
fuente allegada al cabildo de Coatzacoalcos.
No es nueva la asignación de bonos en los
ayuntamientos de Veracruz. Anteriormente los había trimestrales y anuales. Y
cumplían con la función de control político.
De los más escandalosos, los que repartía el
ex alcalde priista Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— y que
sirvieron de nada cuando trascendió un sobregiro de 204 millones de pesos en
2012 —aquí revelado en exclusiva—, producto de los gastos demenciales de
promoción de imagen de la entonces primera dama, Guadalupe Félix Porras, alias
Lu-pilla.
Su mentor, Marcelo Montiel Montiel, ejercía
el poder sin ediles de su grupo político. Los priistas eran propuestos por
organizaciones y sectores del tricolor. A ellos y a los regidores de oposición
los premiaba con suculentos bonos. Y los hacía suyos.
Con Joaquín Caballero, el bono fue sustituido
por dádivas, préstamos personales con cargo al erario, cubiertos no con dinero
sino con facturas que ingresaban a la contabilidad. O viajes o negocios al
amparo del poder.
Lo de Carranza es grotesco.
Vapuleado por todos, con un cabildo dividido,
con una obra pública infame, su programa de alumbrado con proveedores con sello
de López Obrador, o paisanos del presidente de México, desliza el resurgimiento
del bono de medio año, el bono de verano. Y el rechazo es parcial. Hay ediles
que lo quieren, hay ediles que no.
Un mes después de recuperar los 100 millones
robados por Javier Duarte, integrantes del cabildo reprueban la opacidad, no
saber cómo se emplean los recursos de origen federal, ni en qué cuenta bancaria
del ayuntamiento se encuentran.
¿Cómo era? No mentir, no robar.
Archivo muerto
Practicante del trapecio, Enrique Nachón
salta del duartismo al yunismo y a Morena. Y del servicio público al reclamo
social y de la omisión a la corrupción. Llega a la Secretaría de Desarrollo
Económico y Pesquero de rebote. Ricardo Ahued deja la senaduría y se va a la
Dirección de Aduanas en el gobierno federal. Su escaño lo ocupará Pérez
Astorga, quedando acéfala la SEDECOP. A ella arriba como encargado Enrique de
Jesús Nachón García, hasta entonces subsecretario de Promoción y Apoyo a la
Industria, y finalmente es confirmado en el cargo. A las órdenes de Javier
Duarte, ocupó la gerencia de Invivienda desde donde cubrió las trapacerías de
Manuel Barclay Galindo, incluido el despojo de la reserva territorial de
Coatzacoalcos que Fidel Herrera entregara a Jesús Antonio Macías Yazegey, alias
“El suegro incómodo” de Duarte. Con Miguel Ángel Yunes Linares continuó en
Invivienda, impidiendo que la reserva robada volviera a poder del gobierno y
que se cumpliera la palabra de MAYL de aplicársela a Tony Macías. Con Yunes
como jefe, Nachón cuidó los intereses de Fidel y Duarte y el yunismo se lo
permitió y solapó. Hoy vuelve al primer plano. Hoy, desde la SEDECOP, se cumple
el pacto de impunidad del PRI y Morena. Vitacilina para los duartichairos… A
falta de brújula, Cuitláhuac García brinda un show nuevo, el de las denuncias y
la estridencia, el fraude y el desvío de recursos públicos que le imputa a
Duarte y a Yunes, en lo educativo, y a Yunes y a su equipo cercano en el tema
del sistema de videocámaras del área de Seguridad Pública. De 2010 a 2018,
refiere la denuncia, Espacios Educativos destinó recursos a la construcción de
escuelas que no se concluyeron o se sospecha se inflaron los costos. Del
sistema de videocámaras, el gobierno de Veracruz imputa a Miguel Ángel Yunes
Linares un fraude de mil millones de pesos, derivado de una interconexión de
señal a medias, sólo una parte de los equipos funcionando y tiempos rebasados
por parte de la empresa contratista. Sabe Cuitláhuac que a la contratista el
área jurídica de la Secretaría de Seguridad Pública le bloqueó el acceso en
enero pasado y eso impide proseguir con los trabajos, y eso le genera
responsabilidad. Ambas denuncias corren en la Fiscalía General de la República
por su naturaleza obradorista. No da una en su encargo, inactivo, sin una
acción medianamente digna, y a cambio dilapida sus tiempos entre el pretexto
infame, su espíritu de payaso y la mímica ante preguntas incómodas, y la
fijación obsesiva de que el caos de la inseguridad y violencia no pasan por la
responsabilidad de Seguridad Pública sino el fiscal Jorge Winckler. A falta de
brújula, Veracruz al garete, que venga el show de las denuncias. Si con eso se
frenara tanto levantón, secuestros, extorsión, feminicidios, linchamientos,
violencia de los cárteles, Veracruz vería la luz. Pero la miseria mental sólo
atrae miseria moral… Vapuleado el yunismo azul, desarticulado, ve menguar su
influencia en el panismo. Lo rebasa sutilmente Julen Rementería, senador que se
trenza con Morena, que lidera las batallas cruciales, que roba cámara en las
audiencias del Senado con aspirantes a la Comisión Reguladora de Energía, que
denuncia la compra fraudulenta de patrullas de policía, que le augura a Andrés
Manuel López Obrador que no estará en la boleta en 2021 con su proyecto de
revocación de mandato, que noquea a Cuitláhuac García con la adquisición de
medicamentos por 36 millones al proveedor favorito del Dios Peje sin
licitación. Cosecha Julen los descuidos del yunismo azul, la inacción de sus
operadores, alcaldes como el de Boca del Río, Alonso Moreli, que seduce al
gobernador Cuitláhuac García y se comienza a cuartear, los escándalos
judiciales que pronto los Van a envolver. Y los Yunes azules en el letargo,
creyendo que los sueños de poder son eternos, sin advertir que la pesadilla
está por comenzar. Julen Rementería, por lo pronto, es la figura del PAN… “A mí
no me doblega un tribunal de quinta”, decía el alcalde y horas después se
hincó. Apercibido por el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa (TEJAV),
Víctor Manuel Carranza Rosaldo sabe que es la cabeza del tesorero municipal o
la suya. Le ordena el TEJAV la destitución de Mario Humberto Pintos Guillén por
desacato, por incumplir con el pago a la empresa Servicios Industriales EMA,
por su rebeldía y altivez, y el edil, muy ufano, decía que el tribunal se la
iba a… Pues fue al revés. Desatado el escándalo —que aquí surgió—, hasta sus
más conspicuos secuaces lo conminaron a pagar. Eusebia Cortés, la regidora de
las sandeces, prefirió callar. Benito Soriano, que sistemáticamente bloqueaba
todo intento de pago a proveedores, ahora cuenta que los juicios serán
saldados. Funcionarios de Tesorería municipal de Coatzacoalcos pugnan por el
cumplimiento de las sentencias. Y al final, aquel “tribunal de quinta”, como
pregonaba el infame alcalde, lo reventó. Un ayuntamiento no es Pemex. Un
ayuntamiento es un aparador. En Pemex la corrupción se ejerce y se encubre. En
el ayuntamiento, lo que se hace, se paga. Y un desacato a un tribunal se persigue
aún cuando haya concluido la gestión. Si Víctor Carranza desafía, como pregona
que lo volverá a hacer, tarde o temprano lo recordará desde una fría y olvidada
prisión. Y en cosa de horas llegará la segunda sentencia, ordenando el TEJAV la
destitución del tesorero municipal. Hasta que la destitución sea la del
presidente municipal de Coatzacoalcos… Ninguneado, Pulgoso Lagunes se encrespa
porque Marlon Ramírez llegó a Coatzacoalcos y no lo fumó. Con lenguaje soez,
muy suyo, reclamaba vía Whatsapp al priista José Luis Utrera el desaire de
tratarlo como lo que es, Don Nadie. “Mira José Luis Utrera —refería Federico
Lagunes Peña, director de municipiossur.com—. Tú y Marlon vayanse a la v… Que
sus boletines y fotitos que se los publiquen los medios que hoy visitaron,
medios que nunca los han apoyado. Si a municipiosur.com no lo agendaron en sus
visitas de hoy a varios medios, pues no tengo porqué ayudarlos. Hoy les
publique su jodida rueda de prensa en el ‘Colonial’ y no tuvieron la humildad
para decir ‘gracias’, si así son de cule…os, pues vayanse a la v… Tú José Luis
y Nereida, coordinaron la gira, ¿Porque no tomaron en cuenta a la editorial más
influyente en Coatza que es la mía?. Son buenos para todo, menos para ser
humildes. Es por eso que siempre se los lleva la verga. A mí ya no me manden
sus culeros boletines”. Utrera respondía: “Te pido mil disculpas con todo
respeto, Marlon vendrá una próxima ves y cerca y me comprometo contigo de
corregir mi error, dame la oportunidad de hacerlo te lo pido respetuosamente
por la amistad y el respeto que tengo. Mil disculpas amigo”. Pulgoso remató:
“No mi estimado. A la v… No cuenten conmigo. Seré su peor pesadilla”. Cuidado
con los ataques de risa…