La
Salud de Morena en terapia intensiva
Héctor Yunes Landa | 27 mayo de 2018
Tribuna Libre.- María Trinidad Gutiérrez es una paciente del
Instituto de Cancerología. Vive en Cuernavaca, pero debe recibir su tratamiento
en la Ciudad de México; ella, como miles de personas, se ha visto afectada por
los recortes hechos al presupuesto de la salud pública en México.
Por esa razón, el miércoles pasado visitó a
la Cámara de Diputados. Tuvo la suerte de encontrarse con la diputada de MORENA
Miroslava Sánchez, presidenta de la Comisión de Salud, quien daba una
conferencia de prensa; sin dudarlo, la encaró para exponerle la falta de
recursos en el sistema de salud. “La situación en el Instituto de Cancerología
está terrible. Están recortando gente, no están cubriendo las plazas que se
quedan vacantes, no hay medicamentos en muchos hospitales”, denunció de manera
enérgica.
Pero hay historias aún más dramáticas, como
la de Julieta Pacheco, jefa de neonatología del Hospital General de Tijuana
(HGT), quien hizo público cómo ha visto morir a recién nacidos por falta de
insumos y equipo para atenderlos. En los tres meses recientes, según su
recuento, 13 bebés han fallecido frente a sus propios padres por complicaciones
a las cuales el nosocomio no pudo dar seguimiento. Todos ellos se pudieron
haber salvado; la negligencia y la irresponsabilidad ya se han traducido en
muerte.
La semana anterior, los directores de
hospitales e institutos de salud más importantes del país también asistieron a
San Lázaro para documentar el desastre que están viviendo; asegurando entonces
que contaban con dinero para operar sólo hasta el mes de julio. El criminal
recorte al presupuesto y el congelamiento de los recursos ya ha costado la vida
a muchos mexicanos.
Los directores de los Institutos de
Pediatría, Neurología, Nutrición y Cancerología, así como de diversos
hospitales, fueron notificados que se congelaron los recursos para hacer
contrataciones médicas. Además, ninguno de estos institutos contaba ya con
recursos para el resto del año, por lo que ya no podrían contratar personal
operativo, pagar servicios de internet, adquirir medicamentos del cuadro
básico, ofrecer estímulos adicionales para personal médico o la adquisición de
insumos requeridos en área de terapia intensiva.
La crisis es tan grave que tendrían que
reducir el número de cirugías y los servicios de anestesia, el personal de
suplencias y horas extras; y lo inaudito, no tenían dinero ni siquiera para
cubrir sus consumos de agua y luz.
Los funcionarios confirmaron que el recorte
realizado por el gobierno federal es de 2 mil 300 millones de pesos, lo que
puso en riesgo los servicios que prestan a la población. Adicionalmente, en tan
sólo cuatro meses, más de mil 200 trabajadores de base y de confianza del
sector salud "fueron renunciados" o despedidos de las instituciones
en las que laboraban.
En el Estado de Veracruz, la propia
Secretaría de Salud reconoció hace unos días que, en 9 nosocomios, en las
principales ciudades como Coatzacoalcos y Boca del Río, no funcionan los aires
acondicionados. Cada hospital veracruzano, en promedio, tiene que pagar, a
través del Sistema Estatal de Salud, 400 mil pesos mensuales y otros 700 mil
por el servicio de agua, y ni así les mandan los recursos, mucho menos nos
quieren bajar las tarifas de luz. Ahora imaginen el costo que de operación que
tienen otros nosocomios mucho más grandes.
Ante la crisis desatada, la Secretaría de
Hacienda tuvo que liberar el viernes por la noche los más de 2 mil 460 millones
de pesos al sector salud a través de tres reservas al presupuesto asignado.
Entonces, ¿quién engaña al Presidente? ¿Cuál es el propósito de dar un trato
inhumano a miles de pacientes? ¿Qué intereses políticos están detrás de las
decisiones de la SHCP?
El informe elaborado y presentado por los
hospitales e institutos, así como la cloaca que junto con su renuncia a la
dirección general del IMSS destapó Germán Martínez, son pruebas contundentes de
una mentira descarada y criminal del Gobierno de la Transformación de Cuarta,
frente a la crisis que vive el sector.
Pero ante la tragedia que vive la salud
pública en México, el Presidente López Obrador, una vez más, tenía otros datos.
En respuesta a los reclamos de los directores de institutos de especialidades
sobre la falta de recursos para sus organismos, dijo que el presupuesto para la
salud del pueblo de México “no tiene límites en su Gobierno”. Y hasta entonces,
tuvieron que liberar el dinero.
Desde las entrañas de la mal llamada cuarta
transformación se lanzó una preocupante advertencia que podría resultar
profética: “la gente se va a morir en las calles”, dijo Germán Martínez al
Presidente, antes de presentar su renuncia como Director General del IMSS.
Cuando eso suceda, no sólo habrá fracasado el
gobierno. Habremos fracasado todos.
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