* Hasta
Obrador lo refuta * “Estamos contentos”,
decía Cuit * Esmeralda Ixtla, favorita
de Edel * Armando casos tipo película
del Chapo * Juez Porky, sobrino de la
magistrada Gladys * Yolanda Sagrero,
suciedad en Tesorería * Dinero desviado
a universidad del Peje * Maniobra
Caballero para imponer a Esteban Lara *
De Odebrecht a Banorte
Mussio Cárdenas Arellano |
13 agosto de
2019
Tribuna Libre.- Día y noche, Cuitláhuac sueña. Y le da por
mentir. Sueña con que el Veracruz violento se esfuma, que retorna la paz, que
en la zona de Orizaba disminuye la inseguridad, que el crimen baja, que le va
ganando la batalla a los señores del mal. Y cree engañar a su mentor, Andrés
Manuel López Obrador.
“Estamos contentos”, dice el gobernador.
“En Veracruz no existe la inseguridad”,
suelta otro día haciendo suponer que trae desconexión interneuronal.
Y Veracruz enfurece.
Sus datos no son los datos de Andrés Manuel.
Veracruz, según el presidente, es una de las 10 entidades donde la incidencia
delictiva crece, diseminando el crimen organizado los cuerpos de sus víctimas y
lo peor es la forma en que les arrancan la vida.
Diría AMLO en Durango —agosto 10— que en
Veracruz no ha podido disminuir la violencia. Y Cuitláhuac García, el
gobernador sólo apunta que estamos “contentos”.
En Durango, añadiría el presidente López
Obrador, había mucha violencia y ha disminuido. Ahí, en todo 2019, no ha
ocurrido un solo secuestro.
“Ayer no hubo homicidios en Durango. Y así
está Nayarit, del norte estoy hablando, inclusive Sinaloa ha bajado la
incidencia delictiva”.
Y luego acalambró a Cuitláhuac, su fallido
discípulo, el que sueña y le miente, el que baila y engaña.
“No podemos decir lo mismo en el caso de
Jalisco, Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Veracruz; pero sí sabemos bien lo que
está sucediendo y no estamos cruzados de brazos, estamos actuando”.
De los cuatro embolsados en Maltrata,
municipio enclavado en la Sierra Madre Oriental, en la colindancia con Puebla,
el presidente de México expresó:
“Sí, muy lamentable este caso. Desde ayer se
está atendiendo, lamento mucho que se presenten estos hechos de violencia
tremendos y que pierden la vida seres humanos, y además por la forma en que se
realizan estos crímenes”.
Y sacuden los asesinados en Vega de Alatorre.
Y los cuerpos hallados en un pozo en Minatitlán, uno de ellos un ciudadano
levantado por policías estatales en 2018. Y los negocios quemados en
Coatzacoalcos con bombas molotov. Y el agente de Tránsito de Xalapa, también
levantado, cuyo cuerpo apareció sin vida. Y el joven violado y ultimado en un
panteón de Acayucan.
Así el Veracruz violento. Y un gobierno que
amenaza a sus críticos y otros los deja morir.
Al periodista Marcos Miranda Cogco le
llegaron amenazas directas de bajarle y apoyar al secretario de Gobierno, Eric
Patrocinio Cisneros Burgos, o atenerse a lo que pudiera venir. Y ocurrió el
levantón. Desatado el escándalo y palpadas las consecuencias, Marmiko fue
dejado en libertad.
A Jorge Celestino Ruiz Vázquez, corresponsal
del Gráfico de Xalapa, primero lo llenaron de amenazas, le establecieron un
protocolo de seguridad, la policía lo cuidaba a control remoto, con rondines y
visitas. La noche del 2 de agosto un par de sujetos llegaron a su tiendas de
abarrotes en La Bocanita, municipio de Actopan, y le segaron la vida.
Demoledor, el golpe de realidad.
Y AMLO terminó por refutar a Cuitláhuac
García. Lo desmiente exhibiendo el nivel de violencia de Veracruz, su
incapacidad para contener la inseguridad.
El 1 de agosto, en Orizaba, al salir de la
Mesa de Seguridad, el gobernador expresó:
“Aquí en Orizaba particularmente en la región
bajaron los índices delictivos, por eso estamos contentos, se están dando los
resultados esperados”.
Presumía calma y control en la zona de Ciudad
Mendoza, Nogales, Río Blanco, Orizaba. “Bastante bien, por fortuna bastante
bien”.
Falaz, embustero, el gobernador no hila qué
ocurre en Veracruz. “Estamos contentos”, decía por la estadística delictiva de
Orizaba y la región occidental central, cuando el 9 de agosto las 12 bolsas de
plástico, conteniendo cuatro cuerpos precipitó la debacle.
“La información preliminar indica los cuerpos
abandonados por los victimarios son de personas originarias de otras entidades.
Por tal motivo, se estableció contacto con el gobierno de Puebla para conocer
si dispone de información sobre personas desaparecidas y cuyas generales
pudieran coincidir”.
Falso. Dos de los muertos eran originarios de
Mariano Escobedo y otros dos de Río Blanco, municipios conturbados a Orizaba.
Según reportes de prensa, los hermanos Irving y Brian Reyes Martínez fueron
sacados de su domicilio por policías estatales y aparecieron desmembrados. Se
les reconoció por tatuajes en su piel, uno de la Santa Muerte y el otro por una
figura de Diablo.
Veracruz está descompuesto. Y su gobernador
anda ciego.
Niega la realidad, la violencia sin control,
la nula estrategia para abatir la inseguridad, la propensión de su equipo
cercano a engañar, incluso el montaje de rescate de secuestrados.
Mentir es inmoral. Mentirle a López Obrador
es suicida. Y es traición.
Una y otra ha escuchado al presidente
condenar el nepotismo y la corrupción, y más cuerda se da.
Aquí, en el gobierno de Veracruz prevalece el
nepotismo, la corrupción, contratos de obra y proveeduría sin pasar por
procesos de licitación, tráfico de influencias y excesos de poder.
Andrés Manuel condena el nepotismo y
Cuitláhuac niega que incurra en él. Y sus primos, media hermana, parientes de
otros parientes, todos diseminados por todo el gobierno estatal.
Siete veces llegó el presidente a Veracruz,
apuntalando a su pupilo, sosteniéndole el brazo en alto, categorizando a
Cuitláhuac como un hombre honesto, limpio, una bendición para los veracruzanos,
una fórmula política que en los hechos falló.
Hasta que Andrés Manuel se enfrió.
A la octava visita se sintió el hielo. No más
brazos en alto. No más adjetivos de honesto, ni la analogía de la bendición.
AMLO dejó de prodigarle calor.
Políticamente, Cuitláhuac está muerto. Nueve
meses después no gobierna, desgobierna. Nueve meses después la violencia lo
devora, la seguridad fracasa, Veracruz se tiñe de sangre, aparecen embolsados,
queman negocios, persiste el cobro de piso, no amaina ni el secuestro ni el
feminicidio. Los cárteles no dejan de mandar.
Nueve meses después los parientes sieguen en nómina,
continúa la corrupción, un gobierno que no termina de arrancar.
Andrés Manuel es de signos. Hay un evento que
es crucial: la graduación de cadetes de la Heroica Escuela Naval. No hay
presidente que la ignore. Es un ritual.
AMLO no acudió y no envió en su
representación a ningún miembro de gabinete. Lo representó Beatriz Gutiérrez
Müeller, su esposa, la no primera dama de México, sin investidura oficial, sin
nivel presidencial. Algo indigno para el gobernador. ¿Lo entendió?
Quiso López Obrador recomponer Veracruz,
apuntalar a su pupilo, ayudar a que su gobierno pudiera marchar. Cuitláhuac no
se dejó.
Apenas se sabe del sabotaje a AMLO en
Veracruz. Aquí sus enviados no pasan. Bloquearon a Julio Scherer Ibarra,
consejero jurídico de la Presidencia, y Scherer se retiró.
Le ayudaría a encauzar el gobierno, aplicarse
mejor al proyecto López obrador, corregir el rumbo, servirle a Veracruz. Pues
no pasó.
O dicho de otra forma, Cuitláhuac bateó a
Andrés Manuel. Así la soberbia en aquel cuchitril.
A los ojos del Peje, Scherer vale más que
Cuitláhuac. Scherer es eficiente y discreto, leal y ético.
Cuitláhuac es lo contrario: inútil,
retorcido, mentiroso, arbitrario, soez, desleal. Y capaz de hundir a Veracruz.
Lejos del presidente, nadie lo puede ayudar.
Sueña despierto. Ve una película rosa, el
retorno a la paz, la tranquilidad en las calles, el regreso al Veracruz en que
se arrulla el mar.
Y mientras sueña, la realidad de la violencia
incendia a Veracruz.
Archivo muerto
Tiene el Poder Judicial en Veracruz un
presidente formal, Edel Álvarez Peña, y una dueña real, Esmeralda Ixtla.
Consentida, favorita en el reino, es Esmeralda Ixtla el poder tras el trono. No
hay juez que no designe, ni jueces que no se plieguen a las órdenes, caprichos,
exigencias de la secretaria de Acuerdos del Consejo de la Judicatura. Un
insider, agudo y punzante, cuenta que el juez Mario Vivanco Gastélum, el que
varío el delito de secuestro imputado a los duartistas Edgar, César y Rodrigo
Spinoso por el de privación ilegal de la libertad para facilitarles que evadan
la cárcel, es de los que se cuadran con Esmeralda Ixtla. Lo mismo Marco
Castellanos Mar. Sórdido, el tema de la pudrición judicial arrastra a fiscales
como Alejandrina Barrera Solís y Virginia Carrera Cumplido que en contubernio
con elementos y altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública y jueces,
fabrican casos contra ciudadanos que nada tienen que ver con la delincuencia,
refiere el insider. “Les armaba una teoría del caso digna de un narcotraficante
de la talla del Chapo Guzmán”, señala el reporte. Y en el vértice, Esmeralda
Ixtla, la favorita en el reino de Edel… Juez venal, juez a modo, Rubén Romero.
Es el que sentencia al Porky Diego Cruz Alonso a cinco años de prisión y 15 mil
pesos de reparación de daño por pederastia agravada en agravio de Daphne F.
Juez mañoso, desestimó la agravante, que dos mozalbetes abusaran de la menor
—entonces la joven tenía 17 años—, que la hubieran subido a la fuerza a la
camioneta y ahí la tocaran, le introdujeran sus manos bajo la ropa, le
rompieran sus prendas íntimas. Y luego otro rufián, Enrique Capitaine, la
violara en el baño de su domicilio, al que fue llevada contra su voluntad. Y el
juez infame sólo sentencia por cinco años abriendo la posibilidad a salir bajo
fianza. La Fiscalía de Veracruz ya apeló la sentencia y todo queda en manos del
presidente del Poder judicial, Edel Álvarez Peña, aquel al que un día pillaron
en la zona de tolerancia de Coatzacoalcos, siendo alcalde, con su cabildo en
pleno. Juez venal, Rubén Romero, es sobrino de la magistrada Gladys Maldonado,
de peor fama en el sistema judicial… Un rostro y mil caras, la de Yolanda
Sagrero Vargas. Un rostro con Rocío Nahle, la senadora con licencia y hoy
secretaria de Energía, y otro con Víctor Manuel Carranza, el alcalde de
Coatzacoalcos al que sobaja cada vez que trae la hormona alterada. Por encima
del tesorero municipal, Mario Pintos Guillén, Yolanda Sagrero hace y deshace
con los dineros públicos, decide qué hacer y qué ocultar. Desde la Dirección de
Contabilidad, que recursos se mantienen en su ruta y cuáles no. Más allá de su
investidura, simple empleada de Tesorería, es la clave de los dineros del
proyecto López Obrador. Y en su pasado hay delincuentes. Uno de ellos, Renato
Tronco, según lo calificara el entonces gobernador electo, Cuitláhuac García,
ante un grupo de periodistas, de lo cual hay video. Comiendo en el plato de
Renato Tronco, Yolanda Sagrero le vendió el proyecto de la Universidad
Politécnica de Coatzacoalcos, ubicada en la congregación Guillermo Prieto. Eran
sus días de priista-duartista, luego se alió al “delincuente” Renato Tronco y
más tarde se acomodó con Rocío Nahle y con Andrés Manuel López Obrador. Hay
desvío de recursos del ayuntamiento en el que es directora de Contabilidad a la
UPC, de la que ha sido impulsora. Son los dineros fantasma a la universidad del
Dios Peje. Y esa es sólo una pizca de su historial… Con una treta, Esteban Lara
será candidato a regidor por Coatzacoalcos. La urde Joaquín Caballero, ex
alcalde que fragua cómo penetrar el próximo cabildo. Esteban Lara, ex delegado
de la Secretaría de Educación en el sur de Veracruz, de paso gris y un
escándalo desatado por una fotografía en que se le ve perdido de sueño —y algo
más— en un antro, es la propuesta a Movimiento Ciudadano cambio de apoyo y
estructura para la contienda municipal en 2021. Caballero impulsará al ex
secretario del ayuntamiento, Juan Manuel Rodríguez Caamaño, para la alcaldía
siempre y cuando Esteban Lara sea inscrito como regidor primero en la planilla
del partido del hoy senador Dante Delgado Rannauro. Obvio, a Juanelo Rodríguez
no alcanzaría para ganar la elección pero el alfil de Caballero fácilmente
llegaría al cabildo y desde ahí hacer valer su voto y evitar acciones legales
que pudieran llevar a juicio al Señor de las Novias… ¿Quiere López Obrador
abrirle otro boquete a Odebrecht? Que indague en Banorte de Coatzacoalcos. Ahí
hubo cuentas que recibían grandes sumas, fortunas de magnate, justo en los
tiempos en que se construía la planta Etileno XXI en Nanchital, hoy operada por
la brasileña Braskem en sociedad con la mexicana IDESA. Millones y más millones
al amparo de la construcción realizada por la empresa número uno en sobornos a
nivel mundial. Que revisen los videos y a un personaje joven en específico. Una
pista: a un gerente le costó el cargo. Seguro que la FGR encontrará ahí un
filón de información. Y el Dios Peje feliz…