Tribuna
Libre.- Todos
vivimos con la ilusión de que nuestras vidas dependen en mucho de lo que
nosotros mismos hagamos, y que sufriremos las consecuencias de lo malo o los
beneficios de lo bueno. Con mucha dificultad percibimos -si es que lo hacemos-,
que el entorno influye tanto o más que nuestras acciones y que el entorno puede
ser modificado por poderes que ni siquiera nos imaginamos. Hoy quisiera reflexionar acerca de esos
poderes de quienes dependen vidas y patrimonios, poderes fácticos y muy reales,
que en general no percibimos como tales, pero que influyen en nuestro bienestar
e incluso en nuestra propia vida.
Es innegable que México tiene una enorme
frontera con la primera potencia mundial. Ese solo hecho nos hace dependientes
de muchos de sus designios, pues la potencia lo es en términos militares,
económicos y políticos. Para los
Estados Unidos, nuestro país es su vecino, su patio trasero y a veces su dolor
de cabeza. Su pretexto, su piñata, su
títere, etc., según el momento y la circunstancia.
México es un país débil, fundamentalmente
gracias a la división interna. Los mexicanos históricamente hemos preferido al
extranjero sobre el interés nacional, si el extranjero nos permite dañar a nuestros
enemigos. Ejemplos sobran, desde el
apoyo de los cientos de miles de indígenas a Hernán Cortés, pasando por la
invitación a Maximiliano para ser emperador mexicano, el apoyo recibido por
Juárez de parte de los republicanos durante la guerra de reforma y la
intervención francesa, que lo llevó a firmar el traicionero tratado Mac
Lane-Ocampo, los coqueteos con el nazismo, la expropiación petrolera bien
manejada por Lázaro Cárdenas cumpliendo órdenes de los americanos para expulsar
a las compañías petroleras de la explotación del recurso ¨americano¨,
Pero, debemos entender que los americanos
sólo influyen en México en los asuntos que a ellos les conviene. Tienen mil armas para manejar al gobierno y
al pueblo. La CIA cuenta con millones de
dólares para comprar y manipular conciencias.
Lo más curioso es que ahora han entendido que requieren proteger a
México por interés nacional. Sobre todo cuando nos han limitado encanto a
capacidad de armamento, buques y servicios de inteligencia.
México tuvo durante muchos años acuerdos con
Cuba, que exportaba ideología revolucionaria para desestabilizar países
americanos o para chantajear. México
surtía petróleo y algunos otros productos a cambio de que los cubanos no influyeran
demasiado ni generaran movimientos guerrilleros en México.
Hoy por hoy, México es por su ubicación
geográfica, centro de la guerra soterrada que llevan las potencias mundiales,
particularmente la guerra entre Rusia, China y Estados Unidos por la hegemonía
mundial. China sabe que puede comprar
México con inversiones y préstamos, ya que es un país pobre y necesitado. Rusia sabe que México siempre ha sido caldo
de cultivo de movimientos anti americanos, pues su propaganda a lo largo de los
años ha funcionado muy bien. Así que ya
sea con dinero o con ideología, tanto a Rusia como a China le interesa que haya
conflictos sociales y problemas de toda índole en México, por el efecto que
pudiera tener en Estados Unidos.
Adicionalmente a los problemas generados por
la geopolítica, en México hay poderes fácticos que o están unidos o están en
guerra unos con otros. Por ejemplo, la
iglesia católica ha sido tradicionalmente aliada de los gobiernos en
turno. En esta ocasión hay una guerra
soterrada entre el gobierno de Morena y esa institución. AMLO está siguiendo las mismas tácticas de
Plutarco Elías Calles, quién decidió crear la Iglesia de la Luz del Mundo como
contrapeso a los católicos, y lo hace en pleno centro de reclutamiento de los
cristeros. Hoy AMLO se apoya en
evangélicos de todas las denominaciones, otorgándoles más poder, para debilitar
a la iglesia Católica que él mira cómo enemiga.
Un grupo poderoso de empresarios fue visto
por el gobierno actual como enemigo, la mafia del poder les denominó AMLO en su
eterna campaña. Hoy muchos de ellos son
sus aliados. AMLO entendió que tenía que
dividirlos, así que se alió con unos en perjuicio de otros. Les otorga lo de siempre, prebendas,
contratos, ganancias, mientras a otros los deja sin negocio con el gobierno, lo
cual genera encono y división en la clase empresarial. Claramente queda visto con la oposición de
Coparmex y la sumisión al gobierno de parte de el resto de integrantes del
Consejo Coordinador Empresarial. Lo cual
es normal, pues Coparmex sólo se une al gobierno cuando es panista.
En México hoy no hay una oposición política.
Los partidos están sometidos o desdibujados.
Así que los contrapesos a la abrumadora acumulación de poder del
presidente son la Iglesia Católica, Claudio X González con sus mexicanos contra
la corrupción y otras organizaciones de la sociedad civil como México Cómo
Vamos, que impiden que la narrativa (historia y cuento) del gobierno sea la
única que se escuche. La Coparmex en
sustitución del PAN, como defensora de las ideas de la derecha, algunos medios,
cada vez menos, ya que hemos visto como Televisa y TV Azteca, que son las dos
mayores televisoras, ya están sometidas al poder (chayoteadas dirían los
amlovers), e incluso se crean nuevos medios para manipular a la masa, como la
Octava y los programas de Ackerman, Gibran, Hernán, e incluso se abre la puerta
a ideólogos españoles como Abraham Mendieta, repudiado en España y acogido como
Cortés entre los tlaxcaltecas por los miembros de la 4T. Un poder fáctico innegable es el grupo
cercano a AMLO, en primerísimo lugar su esposa que ha colocado amigos y
familiares en todo el sector público nacional y estatal, Epigmenio quien es el
ideólogo detrás de infinidad de cajas chinas (distractores), el propio Jalife
con todas sus teorías conspiradoras que tanto gustan al pueblo mal informado, y
la red de cerca de diez mil nerds pegados a las redes sociales para transmitir
las ideas de Epigmenio, atacar a quien señale algo equivocado del gobierno y
defender hasta lo indefendible cualquier falta o error del señor
presidente. Estrategia que por cierto ha
generado enormes dividendos políticos ya que el pueblo mexicano es noble,
crédulo e ignorante, por lo cual cree cualquier cosa que lee en internet o en
redes sociales. Sobre todo, a veces lee
los titulares, tanto de videos como de artículos, así que los títulos sirven de
medio de comunicación ante un pueblo incapaz de leer un artículo completo o
tener la paciencia y comprensión para escuchar un video de más de dos o tres
minutos.
Todo esto nos lleva a que el presidente
siendo un poder muy importante, no es el único. Al grado de que en varias
ocasiones lo hemos visto recular de sus decisiones, de una manera tal que si no
fuera el excelente comunicador que es, seguramente habría perdido el apoyo
social. La política migratoria fue el
primer ejemplo público, el primero privado fue la importación de gasolina, que
continúa como siempre. Y los últimos han sido las concesiones adicionales para
la firma del T-MEC y la expulsión vergonzosa de Evo Morales del país.
En enero veremos cómo cambia la política
nacionalista energética. Así como vimos al gobierno ceder, incluso perdiendo
dinero, en su conflicto con los propietarios o constructores de gasoductos y
oleoductos.
Quién le vende alimento a un país que no
produce lo que come es un poder. Quien
puede financiar una campaña en redes sociales como los rusos, con expertos en
comunicación para decidir una elección presidencial en USA, en Francia o en
México es un verdadero poder fáctico.
Quién puede activar células guerrilleras también lo es. La CNTE con sus chantajes al gobierno a
cambio de pagos que superan varios cientos de millones de pesos, también lo ha
demostrado en los hechos. Eso sin
considerar a personajes como la profesora Elba Esther, y su control sobre el SNTE.
AMLO ha aprendido de la manera más dolorosa
para México que no es omnipotente ni omnipresente. Su fracaso en la estrategia de seguridad,
aprovechando sus políticas sociales-electorales en ningún país del mundo ha dado
resultados. Así que en México, hoy por hoy, las grandes organizaciones
criminales son también un poder fáctico, tan poderoso que ha logrado que el
gobierno federal no persiga ni uno sólo de los delitos que ellos cometen,
incluso los que dañan a la propia sociedad, con el costo que representa para el
propio gobierno.
Cada una de las decisiones que alguno de esos
poderes tome, influye en tu vida diaria. Una recesión económica, un crecimiento
cero, el mal uso de los recursos públicos, las actividades criminales, la
manipulación política, los pleitos entre los poderosos, a fin de cuentas,
tienen efectos en la vida de cada uno de los millones de mexicanos. En este 2020 veremos una vez más los efectos
de los balances y desbalances entre las fuerzas que realmente influyen y mandan
en México.
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