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diciembre 17, 2019

Informe rojo… Víctor Rodríguez: asesinato en Cancún


* Hermano de Felicia Parra, principal sospechoso  * Palizas a la ex esposa y al final la ejecutan  * Senadora de Morena, la villana  * Y es la “concuña” del Negro que no se Raja  * Caso García Luna pulveriza a Calderón  * Más deuda para Veracruz  * Ahijado de Edel vende fiscalías  * Coatza: aspirante a alcalde, la novia, el aborto

Mussio Cárdenas Arellano | 17 diciembre de 2019
Tribuna Libre.- Mundo sórdido el de Víctor Rodríguez, de las mazmorras del marcelismo a las finanzas de Sedesol, el lodo al enemigo, la derrota en las urnas y la humillación, ser pieza de Rosario Robles, sumirse en el olvido político y regresar sin gloria. Y ahora un asesinato que salpica a su operadora estelar.

Tras una vida infame, golpizas, infidelidad y asedio, Rocío Mendoza Estrada cae abatida por las balas del odio, huyendo de sicarios que le dan alcance, la interceptan y descargan ráfagas de sus armas largas, segando su vida y detonando un escándalo que impacta a Morena, el partido en el poder; a la senadora por Quintana Roo, Marybel Villegas Canché; a su pareja, el notario Jorge Parra Moguel; a la cuñada Felicia, y al alfil del ex alcalde de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel, Víctor Rodríguez Gallegos.

Hacia la media tarde, el sábado 14, sobre la avenida Fonatur, en la región 525, frente a Residenclal Santa Fe, en Cancún, concluye una persecución fatal. Rocío Mendoza pudo observar a distancia el auto que le asediaba. Elevó la velocidad, sorteó obstáculos, evadió vehículos hasta no poder más.

Su unidad, una camioneta KIA, terminó estampada contra un camión de la empresa Chedraui. Del otro vehículo descendieron dos sujetos y le soltaron descargas que le provocaron una muerte instantánea. Sus hijos, que viajaban con ella, milagrosamente resultaron ilesos.

Rocío Mendoza fue pareja de Jorge Parra Moguel, un ex policía judicial en Cancún implicado en escándalos mayores, con fama deplorable, historia ruin, forjado en las huestes del ex gobernador Mario Villanueva Madrid —sentenciado por narco, extraditado a Estados Unidos tras admitir que lavó 19 millones de dólares, regresado a México y a punto de salir porque “me canso ganso”, llámese Andrés Manuel López Obrador, lo quiere en prisión domiciliaria, o sea burlando la ley—, ligado por igual al ex mandatario Roberto Borge Angulo, hoy sujeto a proceso penal, que le obsequió la notaría número 78, su patente de impunidad.

Su vida de pareja fue, por decir lo menos, un desastre. Diría Rocío Mendoza: un infierno. Vivía la agresión diaria, el reclamo, la traición. Un día —diciembre 5 de 2005—, molida a golpes, agraviada moralmente, vejada frente a sus hijos, decidió apelar a la ley.

Su denuncia penal —acta circunstanciada AC/CAN/010/3647/12-2005— retrata a Jorge Parra con alcances criminales y a la amante de aquellos días, Marybel Villegas, como villana. Él en el ataque directo; ella atizando el fuego. A Jorge Parra Moguel lo acusó por lesiones; a ambos por amenazas.

Historia de violencia intrafamiliar, la de Rocío Mendoza se volvería litigio público, interminable, carne de cañón en los medios de comunicación, disputa en las redes sociales. Se ventilaría la impunidad de Jorge Parra, el tráfico de influencias, solapado y encubierto por el aparato político, vinculado a redes de corrupción. Jorge Parra, el director de cárcel de la que escapó el célebre delincuente Alejandro Chacón Mantilla.

A lo largo de 14 años, Rocío Mendoza pidió justicia sin obtenerla hasta que el sábado 14 un par de sicarios le segó la vida.

De su penar, el periodista Pedro Canché expresó:

“Rocío fue víctima de golpes y amenazas por parte de su ex esposo Jorge Parra Moguel, quien fue policía judicial, estuvo involucrado en los expedientes del famoso Caso Villanueva por vínculos con el narcotráfico; cuando fue alcaide de la cárcel de Cancún, permitió la fuga del multidelincuente Alejandro Chacón Mantilla, quien fue relacionado con los ataques al edificio de la Fiscalía en enero de 2017”.

Luego refirió:

“Parra Moguel empezó a sostener relaciones con la actual senadora de Morena, Marybel Villegas, desde 2013, dos años antes de que ésta se convirtiera en diputada local por el PRD. En esa época el ahora notario aún vivía con Rocío Mendoza, oriunda de Guadalajara y con quien procreó tres hijos”.

Citó el contenido de una las denuncias, presentada en mayo de 2012:

“Tengo temor que me vaya a hacer algo a mí y a mis hijos, porque siempre me amenaza que porque él vive con Marybel Villegas no le puedo hacer nada y porque también ella me ha amenazado ya en varias ocasiones”.

Su testimonio no prosperó —abunda Pedro Canché— porque “desaparecieron la fotos que había presentado de cómo me dejó después de golpearme, el reporte del médico legista y los nombres de los testigos que yo había presentado. Todo eso lo desaparecieron porque él y Marybel Villegas llegaron a un acuerdo con Raymundo Canché, quien en aquel entonces era subprocurador en la Zona Norte”.

Y refiere:

Marybel Villegas “tenía el cinismo de presentarse en mi casa a amenazarme y a decirles a mis hijos que eran unos muertos de hambre e hijos de puta, bastardos, cuando ellos eran unos niños y no entendían lo que pasaba”.

Villana sin límite, Marybel Villegas es coraza y escudo de su pareja, Jorge Parra Moguel. “Siempre me amenaza que porque él vive con Marybel Villegas no le puedo hacer nada”, decía Rocío Mendoza, hoy muerta.

Marybel Villegas es trepadora política. Fue diputada local por el Partido de la Revolución Democrática, pretendió contender por la alcaldía de Cancún por el PAN pero le anularon la candidatura por actos anticipados de campaña; fue diputada local por la coalición PRI-Verde —#LadyBorge— y llegó al Senado por Morena.

Ahí, sólo ha tenido dos destellos: uno, cuando habló en tribuna con un discurso incoherente, exhibiendo analfabetismo en toda su expresión, video que fue trending topic nacional, siendo llamada #LadyPeñaNieto, y su última gestión para que el ex gobernador Mario Villanueva Madrid, condenado por narco en México, extraditado a Estados Unidos donde admitió haber lavado 19 millones de dólares y de regreso a México al entregar todo lo que le fue hallado en cuentas bancarias, pase sus últimos días en prisión domiciliaria. Y el narco feliz, feliz, feliz.

Traficante de influencias, Marybel Villegas le cayó como anillo al dedo a Víctor Rodríguez Gallegos. Alejado temporalmente de Marcelo Montiel, su mentor con el que ha vuelto a tratar, halló en Quintana Roo su tabla de salvación, dinero, espacios de poder, un remanso de paz.

Con su equipo cercano, el hombre de las finanzas de Marcelo Montiel, el amigo de Rosario Robles Berlanga, hoy presa por La Estafa Maestra y otras estafas, operó en 2018 en una elección en que Marybel Villegas se montó en el Efecto López Obrador y ganó la senaduría. Y a partir de ahí fluyen los contratos para Víctor Rodríguez, obras públicas de costo millonario.

Nada le llega sólo ni gratis al “Negro que no se Raja”. Lo construye con el arma de los mediocres: la tenebra. Lo afina con las mañas de los medianos: la lisonja y el engaño.

“La concuña”, como llaman los cercanos de Víctor Rodríguez a Marybel Villegas, también delira. “Concuña”, por ser cuñada de Felicia Parra, principal operadora del alfil de Marcelo Montiel.

Hará una semana, el 10 de diciembre inició el operativo para ir por la gubernatura de Quintana Roo. Así de ignorante, analfabeta política, maromera de partidos, Marybel se ve gobernadora. Y de inmediato la reacción en contra, los grupos políticos que demandan frenar el futurismo, ponerle coto a su ambición.

Ese día, un juzgado federal le negó el amparo a Jorge Parra Moguel, acusado de usar la notaría 78 para defraudar con operaciones inmobiliarias y despojar al auténtico propietario de un bien, según la carpeta de investigación FG/QR/AMPTUL/UITUL/07/577/2018. Ahí se acredita que usaba su despacho jurídico, a cargo del abogado Germán Felipe Ramírez Villegas, para perpetrar el atraco.

Y el sábado 14 el crimen de Rocío Mendoza.

Su muerte es un elemento devastador en esta trama infame. Nulifica a Jorge Parra Moguel; a su pareja, la senadora Marybel Villegas, “la concuña; al equipo operador y al mentor e impulsor de Felicia Parra, Víctor Rodríguez Gallegos.

Se tejen las golpizas con las amenazas, el miedo con la muerte, la demanda de justicia con la impunidad, la parranda de la 4T con la ambición sin freno.

Se frustra una gubernatura. Hay riesgo de cárcel. Se esfuma el sueño de Víctor Rodríguez de usar a Morena para volver al poder.

Algo así como arañar el cielo y en un instante despeñarse al infierno.


Archivo muerto


Templado el acero, nunca se blandeó en los tiempos de Felipe Calderón. Temible, Genaro García Luna ejercía el poder sin límite y sin freno. Se codeó con el narco de altos vuelos, la familia sinaloense, los Chapos y los Zambadas, los zetas y los Beltrán, los de Jalisco, los del Golfo y los de Michoacán. Sus días en la Secretaría de Seguridad Pública Federal sirvieron para el combate simulado al crimen organizado, pues desde el crimen político organizado se garantizaba la protección y el encubrimiento, vía sobornos que se contaron por decenas de millones de dólares. Y mientras, la guerra de las drogas iba en aumento, con una estrategia suicida o sin estrategia, los palos de ciego de Felipe Calderón; guerra alentada por gobernadores priistas que tuvieron sus propios pactos con los cárteles, generando una espiral de muerte en que caían malosos e inocentes, desaparecían jóvenes, mujeres, adultos, migrantes indocumentados. Tras la aprehensión de Genaro García Luna en Miami, Florida, juzgado por el gobierno de Estados Unidos con base en la declaración de un testigo a modo, El Rey Zambada, narco del Cártel de Sinaloa que asegura haberle entregado 8 millones de dólares a cambio de protección, la suerte política de su impulsor y padrino, el ex presidente Felipe Calderón, está echada. Aun si García Luna la librara, improbable que así sea, ni el ex presidente ni su esposa Margarita Zavala ni su partido en vías de registro, México Libre, tienen futuro en el espectro político nacional. El caso García Luna los pulverizó. Habrá que ver ahora las maromas de Andrés Manuel con todos aquellos que hoy son parte de su gobierno —Luis Rodríguez Bucio, comandante de la guardia Nacional, y el fiscal general Alejandro Gertz Manero, cuya autonomía es utopía, entre otros— que orbitaron en torno a García Luna en sus días de esplendor… Cuitláhuac vuelve a escupir al cielo. Un año y el endeudamiento crece. A los 2 mil 400 millones contratados para pago de salarios y aguinaldos de 2019, se agregan mil 540 millones de pesos para obra pública en 2020. Y el gobernador insiste en que no es deuda, es préstamo. Por si no lo sabe, lo que se pide prestado se paga; mientras, es deuda. Otro analfabeta funcional. Un año y Cuitláhuac García es la versión Morena de Javier Duarte, enarbolando la deuda y la mentira. Siendo gobernador electo, en octubre de 2018, apisonaba el terreno agreste con que accedería al poder. Pregonaba que con 30 mil millones de pesos Veracruz alcanzaría la gloria. Afectaría participaciones federales y a disfrutar. Como un mago o un ilusionista. Insisto: analfabeta funcional. Un año después, el registro de la Secretaría de Hacienda es preocupante. A espaldas de todos, el gobernador de Morena contrata deuda que Veracruz terminará de pagar en el año 2040. Van dos créditos con Banobras por 17 mil 500 millones de pesos y otros dos con Bancomer por 2 mil millones. En suma, 19 mil 500 millones de pesos. A ello se agregan los 2 mil 400 millones para salarios y aguinaldos correspondientes a 2019, y mil 540 millones para obra pública en 2020. En total, 23 mil 440 millones de pesos. Cuitláhuac García Jiménez es el rey del subejercicio, del derroche en las nóminas, del nepotismo que insulta, del irrespeto a la ley. Faltaba saberle su esencia rapaz, el duartismo que corre por sus venas, la ansiedad de endeudar. Y apenas lleva un año como gobernador… Hijo de tigre, Edelito. Fluyen las quejas y denuncias contra Manuel Fernández Olivares, abogado general de la Fiscalía de Veracruz, por la venta de plazas de fiscal regional. Se les tasa entre 20 y 30 mil pesos y al negocio se prestaron entre 30 impolutos funcionarios que, como se ve, son proclives a la corrupción. A detalle, lo muestra el portal gobernantes.com y enfatiza: “El abogado general ya sabía que se iban a dar esos movimientos, por lo que se le adelantó a la Encargada de Despacho y ofreció esos puestos, los mejores, entre sus amigos y conocidos, a cambio de 20 mil a 30 mil pesos”. Hoy refiere la fiscal espuria, doña Verónica Hernández Giadáns, que a nadie ha despedido y que los que quieren, se van. Y los que desean comprar su plaza, también. Hiede a fango la Fiscalía General de Veracruz en tiempos de la Cuarteada Transformación, y más con las trapacerías del “Pampanito” Manuel Fernández, ahijado dilecto del ex presidente del Poder Judicial de Veracruz, Edel Álvarez Peña. La gesta es peliculesca. Y abyecta. Cuando se conceptualizó la caída de Jorge Winckler como un asalto de la 4T a la Fiscalía, fue eso: un asalto. Ahora los asaltantes están plenos y gozosos. Los asaltantes venden plazas de fiscales. Los asaltantes se despachan con los contratos. Los asaltantes aprehenden a malosos y a inocentes, lo que sea pero que produzca, así se les tenga que exprimir o torturar. Y la violencia en Veracruz no tiene final. Aventajado el ahijado, resultó como su padrino Edel. No olvidar una denuncia por corrupción… ¿Quién es ese aspirante a alcalde, de perdida diputado, que en sus haberes recientes se carga un embarazo con una jovencita que podría ser su nieta, y peor, un aborto practicado por conocidísimo espantacigüeñas de Coatzacoalcos, lo que es ilegal? Pista: entre sus cuates abogados le llaman “El gargajo rompecatres”…





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