Tribuna
Libre.- Existe
una relación en los números que se identifican plenamente con sus resultados en
la operación matemática de ellos, por lo que los seres humanos con sus operaciones
matemáticas determinan un resultado: 3 + 3 = 6. Por lo que hasta aquí todo es
operacional del pensamiento. Sin embargo, a medida que multiplicamos las
operaciones matemáticas requerimos del tiempo y de los instrumentos apropiados
para las operaciones matemáticas, por lo que en esto el pensamiento requiere de
métodos auxiliares para sus exactos resultados matemáticos. Toda esta
instrumentación operacional se puede comparar con la instrumentación de las
palabras y de las acciones humanas, que, a través de las operaciones, y
fórmulas operacionales, o como en el caso de las palabras con las formulas
gramaticales, se obtienen los resultados, ejemplo: c+a+s+a= casa. Hasta aquí
visualizamos las acciones numéricas o matemáticas en la constitución o creación
de todas las cosas existentes, como así también de las acciones del
pensamiento, por lo que todo lo creado suma una fórmula matemática superior que
equivale a su programación genéticas o de nacimiento. Y como lo hemos
advertido, toda acción se orienta hacia un resultado o conclusión de esa
acción, por lo que todas las cosas de la existencia son el resultado o
conclusiones de las acciones, porque todas las cosas existentes como resultados
de las formulas operacionales son las conclusiones de las operaciones matemáticas,
por lo que: la forma y el contenido de una sola hoja o un fruto de un árbol,
éstos estructural matemáticamente ya son el resultado de una formula operada
por la fórmula genética del árbol y del género de la naturaleza vegetal del
árbol, por lo que, independientemente de la particularidad individual del árbol
que ha generado el fruto y la hoja, existe la fórmula de un principio
generacional por cada género de la naturaleza generacional de toda la
existencia creada, siendo portadora cada
una de las cosas de su fórmula genética. Lo que nos determina la imposibilidad
de la creación a partir del concepto simple de la creación: ‘‘Que por medio de
causas naturales obra efectos extraordinarios contrarios a las leyes naturales
como efectos sobrenaturales’’. Imponiéndose una determinación plena de la
creación total generacional de toda la existencia constituida, todo esto por
obedecer la creación, a las influencias estructurales generacionales de las
formas y contenidos Universales, en cuanto, a que una constelación o galaxia
posee una influencia superior interestelar generacionalmente, determinando las
subsecuentes creaciones, por lo que en esta influencia por ejemplo, podemos
observar, las influencias de los astros en la
vida diaria humana: las mareas marítimas, etc., y las características
astrológicas corporales y mentales en los seres humanos nacidos bajo las
influencias de las constelaciones, esto último, como las influencias de las
constelaciones más cercanas e influyentes. Hasta aquí podemos advertir, que
toda la existencia interestelar y mundial se encuentra regido y creado por las
influencias de las estructuras formularias universales, y que, por lo tanto,
toda la creación obedece a una acción generacional subsecuente. Por lo que es
en este orden universal, que el ser humano es producto de una formula genética
generacional; como así lo demuestra la similitud del parentesco familiar de
genero de Dios con el ser humano (Éxodo 33:22, 23). Porque como hemos
advertido, las cosas de la existencia se suceden consecuentemente
generacionalmente, tal y como es la herencia hereditaria familiar generacional
de padres a hijos, por lo que de la misma forma, se suceden subsecuentemente
todos los géneros de la naturaleza, incluyendo los géneros de la naturaleza
artificial, quienes optan por una necesidad hereditaria también como objeto o
instrumento, por lo que la herencia genética no solo obedece a la generación
subsecuente familiar biológica generacional, sino también y mayormente, a la
subsecuente generación estructural de (en) los contenidos y formas de todas las
cosas. Hasta aquí podemos advertir una
creación generacional de la especie humana misma, como el género de una
naturaleza humana muy especial reflejada en la apariencia de Dios mismo, pero
sin embargo también, advertimos una familiaridad de parentesco con Dios, y lo
más importante de ello, es la subsecuente generacional de padres a hijos con
intervalos de tiempo generacionales, equivalente a la sucesión de generación en
generación social humana, lo que nos determina plenamente: Una también sucesión
generacional de la alta y superior programación genética interestelar humana,
en función de la reciente apocalipzación humana, lo que equivale a una
regeneración formularia genética estructural humana hasta alcanzar
evolutivamente la imagen divina del Padre universal de la humanidad; por lo que
hasta aquí, podemos ver a la programación genética humana como poseedora de la
fórmula de su propia regeneración mundial e interestelar. Sin embargo, y
volviendo a lo más importante de la subsecuente generación humana, podemos
también advertir una subsecuente generación universal interestelar, que
equivale a una subsecuente generación de las generaciones galácticas y
constelaciones, hecho que divide a las generaciones vivientes en formulas
genéticas directamente influenciadas por ellas, naciendo o creándose así las
distintas especie generacionales
genéticas universales; desde las inteligencias constelaciones hasta las
inteligencias galáxicas, con sus respectivos contenidos y formas estructurales
que pueblan el universo.
A toda esta creación existencial del momento
universal, le antecede por ley generacional universal, un punto de partida
inicial generacional propio, lo que equivale a un principio de esta existencia
mundial e interestelar, esto es; que la misma existencia universal siendo
generacional en el tiempo o no tiempo universal posee un principio universal:
(1 Corintios 15: 46, 47,48, 49): 46.- ‘‘NO OBSTANTE NO ES PRIMERO LO QUE ES
ESPIRITUAL, SINO LO QUE ES FISICO, DESPUES LO QUE ES ESPIRITUAL’’. 47.- ‘‘EL
PRIMER HOMBRE PROCEDE DE LA TIERRA Y ES HECHO DE POLVO; EL SEGUNDO HOMBRE
PROCEDE DEL CIELO’’. 48.- ‘‘TAL COMO EL QUE FUE HECHO DE POLVO SON TAMBIEN Y
TAL COMO EL CELESTIAL’’. ‘‘Y ASI COMO HEMOS LLEVADO LA IMAGEN DE AQUEL HECHO DE
POLVO, LLEVAREMOS TAMBIEN LA IMAGEN DEL CELESTIAL’’.
I N T
E R P
R E T
A C I
O N
Como habíamos advertido, el origen del ser
humano es generacional, pero que también esas generaciones poseen un principio
universal de acuerdo a las operaciones matemáticas de las acciones y de las
influencias constelaciones y galáxicas. Los siguientes versículos bíblicos nos
confirman el origen material o físico del ser humano y de toda la creación. Y
ciertamente el materialismo dialectico del señor Carlos Marx tenía razón, por
un lado, al asegurar que el origen del hombre era material, como lo afirma en
su libro del ‘‘Materialismo Dialéctico’’.
Sin embargo, le hacía falta confirmar también el carácter generacional
de la existencia material creada que, en el tiempo alcanza, su sublimidad de
principio perfecto diosa de acuerdo a la evolución ascendente de las cosas,
donde no es difícil distinguir la santidad equivalente a una alta evolución.
Y como
lo confirma nuevamente el segundo versículo: ‘‘el primer hombre procede de la
tierra y es hecho de polvo’’, distinguiendo
nuevamente el origen físico-material de la especie humana, refiriéndose
a su constitución genética estructurada atómica y molecularmente, como la parte
más menuda y deshecha de lo físico-material; refiriéndose este versículo al
segundo hombre como un subproducto del origen material, es decir, como una
generación en constante evolución hasta alcanzar mayores índices de
perfeccionamiento, en el caso, como el de esta raza humana apocalipzada.
Refiriéndose el versículo a continuación, a la igualdad que participan los
seres humanos altamente evolucionados y los bajamente involucionados, por
causas de los efectos de la ‘‘polaridad’’ universal, siendo en el universo una
sola persona los dos, sujetos a esas leyes de evolución y de involución.
Y, por
último, refiriéndose el versículo, que hacia lo celestial (a lo altamente
evolucionado) se proyecta la humanidad. Hasta aquí continuamos refiriéndonos al
ser humano constituido generacionalmente, sin embargo, como declarábamos:
Existe un principio ya no generacional, como éste que lleva la especie
inteligente de nuestros días, donde las generaciones vivientes participan una
lucha por el poder de la existencia interestelarmente sino, como lo acabamos de
observar, se trata de un principio físico-material universal de la existencia,
donde no participa la imagen o apariencia genética humana inteligente de
nuestro tiempo universal en nuestros días, y esto es: la acción matemática de
lo indivisible dentro de la dimensional, esto último, como el segundo origen de
la existencia a partir de las primeras acciones matemáticas. Cuando el señor
ateniense Sócrates reduce el origen y principio de la existencia a las
‘‘acciones’’, es muy claro que se encuentra refiriéndose a las acciones de los
reflejos materiales como planos dimensionales, donde las ‘‘acciones’’ resultan
lo más importante y trascendental de la existencia polar dimensional, porque en
efecto, detrás de la unidad de cada estructura mayor o menor o ínfima se
encuentran las ‘‘acciones’’ de éstas. Sin embargo ¿Qué se entiende por
estructura las cuales manejan las acciones?
Entiéndase por estructuras primarias a las primeras bases que fijan una
dimensión con otra; de donde se parte que lo único más viable para fijar son
los primeros destellos atómicos como su radiación y energía, partiendo que los
generadores de radiación y energía participan también de lo dimensional. Es muy
importante concebir la imagen de la universalidad por redes celulares
universales, porque el mismo universo participa de la organización por partes,
por lo que la creación matemática de lo indivisible que dará origen a la vida
se encuentra en todos lados del universo, porque es muy claro que la
materialidad parte de las energías y de manera contraria la energía parte de la
materialidad. Es así como se crearon
las primeras formas y contenidos estructurados dimensionales, partiendo de la
primera suma de las dimensiones energéticas radiadas mayor y menormente,
creándose por primera vez las líneas de un punto a otro punto, para
posteriormente pasar en esas unidades a las formas, que, por efecto de las
mismas leyes, crearán sus contenidos también dimensionales. Todo esto por
efectos materiales de un universo a otro en donde se participa polarmente del
principio y fin de todas las cosas. Esto último se encuentra declarando que un
universo como parte del plan de desarrollo participa también del nacer, crecer,
reproducirse y morir, dando como resultado generacionalmente un nuevo plano
universal, estableciéndose las condiciones para su nacimiento. Es muy
importante concebir el origen de nuestro universo humano, cuando Nuestro
Supremo Dios JAH se toma la responsabilidad de procrearlo y establecer en las
condiciones para la vida después de haberlo encontrado de una forma caótica.
Esto nos indica el proceso del desarrollo de los universos ‘‘celulares’’;
porque es en este orden que los universos no todos poseen el mismo origen,
porque los efectos universales no son casuales, sino temporales, superficiales
o accidentales. Es muy importante concebir que las primeras estructuras se
encuentran también sujetas al proceso del desarrollo de nacer, crecer,
desarrollarse y morir, por lo que no se puede concebir una estructura como ésta
primaria con una estructura de nuestros días, sino, plenamente por órdenes de
su evolución, lo que nos indica a las primeras estructuras como multiformes sin
los mismos efectos de nuestros días, como una unidad de acciones que de forma frágil concebían las primeras líneas, para
posteriormente equilibrarse y estabilizarse dimensionalmente para sus
posteriores efectos. Por lo que matemáticamente de una acción se pasó a otra
resultando las operaciones que orientarían a las mismas acciones hacia las
fórmulas finalmente. Este es pues el
principio creador de la existencia, estableciéndose las condiciones para la
coacervatez atómica y molecular para la creación de los géneros de la
naturaleza. En el nivel evolutivo de la
raza humana de nuestros días, entiéndase por estructuras primarias a la
distribución y orden de las partes más importantes de las fórmulas de las
estructuras atómicas y energéticas de su fórmula genética. Es importante
distinguir el origen humano de acuerdo a la proyección generacional
interestelar; que éste no es de origen natural matemático universal como el que
acabamos de mencionar, sino que es generacional, en cuanto a que es creado
generacionalmente de padre a hijo interestelarmente por un idéntico género como
lo es Dios, aunque esa apariencia no especifique una total igualdad de imágenes
cuando el ser humano se encuentra en condiciones deplorables involucionadas o
medianamente evolucionada.
Como podremos advertir, todas las formas de
vida en la tierra y en el universo son producto de procesos matemáticos y
coacerváticos: ‘‘Dirigidos’’ 1.- por la corriente polar matemática de las
energías que son orientadas armónicamente en las operaciones formularias en los
procesos aleatorios conviniendo y conformándose en el mismo tiempo diseñando la
existencia, pero si, universalmente, no precisamente propio de un planeta en
vía de extinción como nuestro planeta tierra,
y sujeto esta coacervación al tiempo, pero universal, no precisamente terráqueo.
Y la segunda opción, ésta creación generacional, como la creación de
generaciones constelaciones-galáxicas, que con base en la alta ciencia
interestelar se procede al manejo y transformación clónico, como ha sido
producto esta raza humana terrestre (1Corintios 15:40; 2Pedro 2:5) por nuestros
creadores (Génesis 1:26).
LA OBSERVACION Y LA EXPERIENCIA HUMANA SE
ENCUENTRA EN PAÑALES EN FUNCION DE SU RECIENTE INVOLUCION CAVERNÍCOLA, POR LO
TANTO, ES IMPOSIBLE PROBAR DE FORMA IRREFUTABLE LA VALIDEZ DE LA TEORIA DE LA
EVOLUCION UNIVERSALMENTE PARA TODO LOS SERES HUMANOS, PORQUE NO LE CORRESPONDE
O NO LES TOCA EL MOMENTO. SOLO LOS 144 MIL MARCADOS TIENEN ESE DERECHO POR SU
CARÁCTER MISIONERO INTERESTELAR.
Enero de 2019