Tribuna
Libre.- El asunto de esta
nueva enfermedad no es preguntarse si va a llegar a México, pues eso es un
hecho. Ahora el problema es cómo se va a enfrentar. Y si la población tendrá la suficiente
confianza en el gobierno para seguir sus instrucciones, siendo los mexicanos un
pueblo indisciplinado y amante de no seguir las reglas.
De entrada, llegará en mal momento. Nació el INSABI cuyo titular es amigo del
presidente pero desconoce todo respecto a cualquier asunto de medicina o
epidemias. Los titulares y los médicos
de los principales centros de investigación y atención médica del país están descontentos con el gobierno, por la
destitución de directivos cuya única falta ha sido denunciar las fallas en el
sistema de compras de insumos y medicinas implementado por el propio gobierno
federal.
El coronavirus va a encontrar un sistema de
salud colapsado, apenas en reorganización, sin recursos suficientes, pues
recortaron el presupuesto nacional de salud y de manera especial el de
epidemiología. Se va a encontrar con
que el fondo para gastos catastróficos del seguro popular ha sido usado para
algo que supongo fue programas sociales, y no se cuenta con esos recursos. Se va a encontrar que los fondos para
emergencia nacional que se habían ahorrado durante 25 años, se consumieron en
un 50% en el 2019 para financiar el gasto público, la baja de recaudación y los
proyectos presidenciales como el nuevo aeropuerto, la refinería y los estudios
del tren maya.
El coronavirus se va a encontrar también con
una economía estancada y un sector público disfuncional, en el cual quienes
toman las decisiones no son los más capacitados ni los que tienen más
experiencia, sino los amigos del presidente, sin conocimientos en las distintas
materias que dirigen.
Una buena decisión que ha tomado el
presidente conociendo la escasa capacidad actual del gobierno para enfrentar la
crisis, ha sido avisar que no habrá cuarentenas, simplemente habrá
contención. Es decir, no se hará nada,
salvo algunas actividades mediáticas para simular que se intenta frenar la
expansión del virus, con medidas que serán claramente inefectivas. Y es que no
tiene caso hacer otra cosa, si China no ha podido contener la expansión con
medidas autoritarias dignas de un Gulag.
México entrará en recesión y la opinión
pública estará muy atenta a las noticias sobre el coronavirus, lo cual servirá
para continuar de manera acelerada con la agenda de la 4T, incluso con
modificaciones que atenten contra el INE o cualquier otra ley o institución que
se desee cooptar o modificar.
Mientras tanto, lo que debemos saber los
mexicanos para cuidarnos a nosotros mismos es lo siguiente. Primero aplicar las medidas que ya
aprendimos cuando la epidemia AHN1, que son no saludar de mano ni de beso,
lavarnos las manos constantemente, no tocarnos la cara, no acercarnos a nadie a
menos de un metro de distancia, usar cubrebocas y lentes, ya que los medios de
contagio son las gotas de saliva ya sea directas cuando nos tosen o estornudan
cerca, o tocando los lugares dónde han caído, e incluso cuando esas gotas tocan
los ojos. También parece que se
transmite mediante heces fecales, así que la higiene tendrá que ser una
práctica común en un país donde ni el taquero se lava las manos. Los cubrebocas quirúrgicos son
suficientes. No es necesario algo más
especializado o caro.
¿Quienes están en riesgo? Eso importa mucho, para saber a quién debemos
proteger más… Partimos de la base de datos de China, al momento de escribir el
presente había 72,314 casos reportados, de los cuales confirmados por
laboratorio eran 44,672 y sobre esos me voy a basar. Los demás no se les hicieron pruebas de
laboratorio por la propia incapacidad ante la saturación y falta de
recursos. Se considera que el 1% de los
casos pueden ser asintomáticos y son los mas peligrosos, pues son los mejores
vectores de contagio si se llega a confirmar que sin síntomas puede haber
contagio, algo que todavía está a discusión.
El 3% de los casos son mayores de 80 años, el
87% es del rango de 30 a 79 años, 8% de 20. 29 años, y 1% tanto los de 10-19
como los menores de 10 años. El 81%
presenta síntomas medios, el 14% síntomas severos y el 5% síntomas
críticos. La tasa de mortalidad con
éstas cifras andaba en el 2.3% La
última información revisada andaba en el 3.41%
¿Quienes mueren? De todos los casos diagnosticados por rango
de edad, el 14.8% de los mayores de 80 años, el 8% de quienes tienen entre 70 y
80%, y sobre todo, el 49% de los casos considerados como críticos.
Los menores de 10 años, cualquiera que fuera
su situación incluso severa, no presentan fatalidades. Sin embargo si hay enfermedades preexistentes,
implican un riesgo mayor. Por ejemplo de entre los enfermos de enfermedad
cardiovascular murieron el 10.5%, entre los diabéticos el 7.3%, quienes tienen
enfermedad respiratoria crónica murieron e. 6.3%, hipertensos el 6%, y
pacientes con cáncer el 5.6%. Es decir,
una enfermedad preexistente incide en un mayor riesgo de morir por el COVID-19.
Vale la pena resaltar que en 30 días, a pesar
de las medidas tomas en China, el virus invadió literalmente todo el país. De
lo único que estamos seguros es que el COVID-19 puede tener una tasa de
mortalidad mucho mas baja, pero una tasa de infección mucho más alta que el
SARS y el MERS.
Para poder comparar, recordemos que en USA se
infectan de gripe 45 millones de personas cada año, y mueren alrededor de
61,000 es decir su tasa de mortalidades de 0.14%, cada año.
Los síntomas son fiebre, tos y dificultad
para respirar, aumento de la frecuencia respiratoria, dolor muscular, fatiga,
dolor de cabeza, diarrea. Todos juntos o
separados, aunque siempre tos, fiebre y dificultad para respirar.
A la fecha no hay remedios conocidos, solo
medidas paliativas, así que evite caer en manos de un charlatán o en practicas
que puedan poner en riesgo su salud o su economía.
Reitero, la higiene es la mejor medida para cuidarse
uno mismo. No acudir a lugares donde existan aglomeraciones de personas, pues
el contacto entre muchos favorece la propagación del virus, lavarse las manos
constantemente, no tocarse ni boca ni ojos con las manos sucias, comer
alimentos bien cocidos y preparados con medidas higiénicas, no saludar de mano
o de beso, pedir a quien estornude o tosa que se cubra con la mano. Y lo más
importante, en caso de cualquier síntoma, acudir de inmediato al médico, y
centro de salud más cercano.
Solo resta esperar que los sistemas de salud
no prohiban a los médicos emitir diagnósticos de COVID-19 como se hizo con el
dengue, y que asuman su responsabilidad con ética y respeto a los
mexicanos. Mucho más que eso no será
posible, pues la tasa de infección colapsará la capacidad de los hospitales
públicos y privados. La ventaja es que
siendo síntomas leves en un mayor porcentaje, con quedarse en casa y cumplir
las medidas higiénicas, la enfermedad pasará. No muy rápido, pero pasará.
Fundamental no salir a la calle si se
presenta cualquiera de los síntomas hasta definir si es o no infección por
COVID-19
No soy especialista médico, pero espero que
esta información sirva para irnos preparando para la indeseable visita. Sobre todo ante la lenta reacción de las autoridades
tanto de salud pública como municipales, estatales y federales.