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También deja la CTM regional * Parlotea
que será candidato independiente *
Presume negociación para imponer dirigentes del PRI * Felipe Hernández Pulido avanza hacia el PRI
en Coatza * La senadora y el escándalo
del Gato * Pluvial del Golfo: la
piruetas de Oliver * Christopher Alan
Santos, el joaquinismo en Movimiento Ciudadano
Tribuna
Libre.- Hay
una desconexión entre la lengua del cacique y la mente del cacique, entre la
palabra del líder y la sensatez del líder, entre la lealtad al PRI y las ganas
por enfrentarlo y ser su rival. Atisba, pues, Carlos Vasconcelos la renuncia:
“No tardo en separarme del PRI”.
Hay una desconexión entre la lengua del
cacique y la mente del cacique, entre la palabra del líder y la sensatez del
líder, entre la lealtad al PRI y las ganas por enfrentarlo y ser su rival.
Atisba, pues, Carlos Vasconcelos la renuncia: “No tardo en separarme del PRI”.
Leva anclas el dirigente obrero que tuvo,
administró y se valió por 34 años de la CTM en el sur de Veracruz para atesorar
poder, incidiendo en la vida del PRI, imponiendo regidores, avalando diputados,
cara a cara con alcaldes, sumiso al gobernador en turno, callado ante Javier
Duarte, haciendo del sindicalismo un imperio, un negocio fastuoso, Odebrecht,
los comedores, el transporte de personal, arrojando ganancias que se miden en
los millones que la imaginación pueda alcanzar.
Se va del PRI Vasconcelos y también de su
central obrera, la Confederación de Trabajadores de México. “Ya no tardo
—pregona— en dejar la CTM”.
Su brinco no es retiro. Construye una
candidatura independiente por la presidencia municipal de Coatzacoalcos, la
opción que en 2017 rechazó cuando los suyos y los ajenos le sugerían contender
fuera del PRI. Necio como es, no escuchó, cargó con el efecto Javier Duarte,
sufrió la traición del entonces alcalde, Joaquín Caballero Rosiñol, que ya
había pactado con Morena, y perdió.
Boquiflojo, Vasconcelos cuenta en corto, a
puerta cerrada, cómo arma su infraestructura electoral, su proyecto de trabajo,
los cuadros que irán tras las firmas de los ciudadanos, la recolección de
copias de credenciales de elector. Lo suyo, por si no lo midió, es campaña
adelantada y viola la ley.
El cacique se va del PRI pero deja infiltrado
al PRI. Sus grupos afines permanecen y, presume, negocia por ellos, pelea por
ellos y los impone en la dirigencia del comité municipal de Coatzacoalcos. O
sea, Vasconcelos será rival del PRI pero tendrá el control cupular priista, los
votos de sus operadores, la información clave del tricolor en la elección de
2021.
Tres audios —más de 75 minutos de grabación—
detallan la campaña adelantada de Carlos Vasconcelos a la alcaldía de
Coatzacoalcos, la operación para cumplir los requisitos de ley, el voto
corporativo en las organizaciones cetemistas —“el día de la votación me traes
esos 50 o no te vuelves a parar conmigo aquí”— y el ofrecimiento del PAN y los
partidos nuevos a ser su candidato.
En uno de los audios, con duración de 48
minutos, Vasconcelos revela su fórmula para enfrentar a los delincuentes
comunes si llega a la alcaldía, vía militares, integrantes de su escolta,
quienes reparten ya “silbatos” entre los vecinos de la colonia El Tesoro para
protegerse. O sea, la guerra de los silbatos.
Insólito lo que se escucha en otra parte del
audio: cómo transparentar los moches de constructores. “Un 5 por ciento pero
dámelo delante de toda la gente”.
El cacique se engalla. El cacique recuerda.
El cacique repasa la última elección, su fracaso al intentar ser presidente
municipal. Dice:
“En lo personal fracasé. No pude lograr lo
que yo quería para poder servir, ayudar como yo sé hacer. Hoy nuevamente
—parece que no entiendo— voy a buscar la candidatura a la presidencia
municipal. La voy a buscar pero ya no por ningún partido, ni en el mío propio.
La voy a buscar independiente”.
Abunda:
“La estamos trabajando. La vamos a buscar
porque me han invitado dos, tres o cuatro partidos, entre ellos el PAN y los
nuevos partidos: que sea el candidato de ellos. Pero les he dicho: yo no
traiciono y además no soy desleal”.
De su renuncia al PRI, Vasconcelos apunta:
“Me voy a salir. Voy a pedir la salida ya
para buscar la candidatura independiente. ¿Qué es esto? Al ser independiente,
nosotros ponemos a nuestros regidores y a nuestro síndico. No me los va a
imponer ningún partido. Va a aparecer la gente de la sociedad civil en que
todos tengan la capacidad, pero ya nuevas caras”.
De su salida de la CTM, precisa:
“Díganme en qué fallé o en qué he fallado o
en qué los he afectado. A la mejor sí los afecté en algo. A la mejor una
tercera persona los afectó y dicen Vasconcelos o CTM Vasconcelos. Que ya no
tardo en dejar la CTM. Y ya no tardo en separarme del PRI. Porque hasta en eso
me juzgan. Dicen ‘eres priista, ya no voto por ti’. Pero una cosa es PRI como
institución, como Morena, PAN, y otra somos los hombres que cometemos tantos
errores. Eso es lo que hay que separar.
A lo largo de 15 minutos, con lenguaje
rupestre, Carlos Vasconcelos diserta sobre el plan para captar operadores. Cada
líder sindical, cada integrante de su equipo, cada familiar o amigo se
compromete a aportarle 50 firmas de ciudadanos. En suma, más de 7 mil 400
firmas y más de 190 seccionales.
“Nuestros amigos de Morena —agrega— comienzan
con 16 mil votos seguros. ¿Por qué 16 mil? Porque les dan a los ‘ninis’ y a los
señores de edad”.
Luego habla del voto corporativo, el voto
obligado:
“Con los secretarios generales (de la CTM) es
una obligación. Ahí sí les digo: es tú responsabilidad. Tú me traes 50 mínimo,
punto. Los vendes, los compras, no sé. No quiero saber pero el día de la
votación me traes esos 50 o no te vuelves a parar conmigo aquí”.
Y reitera que renuncia a la dirigencia
cetemista y al PRI:
“Voy a dejar la CTM ya. Voy a dejar el PRI.
Eso es lo último que queda en la vida. Tengo 66 años. La vida ya no me da la
oportunidad. Se lo he dicho a mis secretarios generales.”.
Vasconcelos renuncia al PRI pero mantendrá el
control del PRI en Coatzacoalcos. Presume haber negociado la llegada del líder
de la FSTSE y dirigente del sector popular, Matías Pacheco.
“En el PRI va a quedar Matías Pacheco. Todos
estos están organizados con nuestra amistad. Él va a quedar como líder del PRI.
Coinciden conmigo todos. Estamos ahí, estamos haciendo una pelea para que
quedara él al frente”.
Niega que el ex alcalde priista Marcelo
Montiel intente llegar al cargo por tercera vez:
“No viene ya Marcelo. Hay problemas. Es mi
amigo personal. Ojalá viniera pero ya está grande. Tiene problemas de salud
como cualquiera de nosotros. Es un buen hombre. Ya le tocó a él y no sé quién
pudiera venir”.
Y tiene un momento de luz: la
institucionalización del diezmo.
“Si da uno una obra, ese contratista está muy
acostumbrado a dar un porcentaje. Yo lo cambiaría abiertamente. Decirle a la
persona, ¿cuánto? 5 por ciento. Sale, pero dámelo delante de toda la gente. Y
lo hacen”.
El extravío es brutal. Su realidad política
se equipara al clímax de un carnaval. Donde cabe la mesura, hay frenesí.
Vasconcelos ve legal lo ilegal.
Dice ser leal pero no lo es. Es mañoso y
tramposo. Su lealtad consiste en renunciar, ser rival del PRI y enfrentarlo en
la contienda por la alcaldía de Coatzacoalcos.
Se va del PRI y siembra a sus cuadros en la
presidencia del comité municipal. ¿Para quién serán los votos de sus adeptos?
¿Para el candidato propuesto por el tricolor o para el candidato independiente,
quizá de Morena, que negoció, regateó y los impuso en la cúpula local?
La incongruencia es total. La lengua
traiciona a la mente del cacique. La palabra riñe con la sensatez. La lealtad
no existe cuando se advierte el deseo de enfrentar al partido que lo formó.
El primer paso es dejar al PRI.
Archivo muerto
A falta de unidad, el PRI vuelve la mirada
hacia Ramón Hernández Toledo. Su hijo, Felipe Hernández Pulido, ex regidor,
avanza hacia el comité municipal del tricolor en Coatzacoalcos. Inciden en ello
factores como la cercanía del líder real de la Sección 11 del sindicato
petrolero con grupos y corrientes priistas, desde Carlos Brito hasta Marcelo
Montiel, su ascendiente con ex gobernadores, ex senadores, ex diputados
federales y locales, y el poder económico con el que don Ramón se habla de tú.
Si el factor dinero —los gastos del PRI, nómina y servicios— y el nexo con el
marcelismo son el dilema, hay razones de sobra para establecer que la solución
política es Ramón Hernández Toledo. Sábese que ya hay acuerdo sobre la mujer
que iría en fórmula con Felipe Hernández Pulido. Y si la bronca sigue, la
consulta a la base despejará dudas… Por “El Gato” de sus amores, Claudia da la
vida. Le perdona un sainete sexual en Villa Allende, acusado de haberse llevado
a una menor de edad, ser aprehendido y liberado cuando tras la presión, el
padre agraviado se retractó. Por “El Gato”, como le apodan, la senadora se
enfrasca en pleitos digitales, polémicas y argüende en las “benditas redes
sociales” y hasta le lanza amenazas a su mentora y hacedora, Rocío Nahle
García, hoy secretaria de Energía en el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador. Teléfono en mano, Claudia Balderas Espinoza captó la trifulca que
nació del incidente de tránsito cuando su amorcito y asesor, Mario Espinoza
Zetina, “El Gato”, golpeó una motocicleta de la policía de la Ciudad de México,
fue intervenido, bajado de la camioneta, hallado entre su pasaporte una bolsa
de plástico con un polvo con características de coca y llevado a la delegación.
Claudia Balderas difundió el video en cámara lenta con el que sostiene le
sembraron la droga. Pero lo que dijo y le dijeron en las redes fue un vendaval,
ella vapuleada, ella trenzada como si lo suyo fuera el arrabal hasta que la
senadora soltó la frase que dimensionó el nivel de su estrechez mental: “Y tú
Rocío, crees que estás en Veracruz. Hay videos de lo que mandaste a hacer”.
Horas después, “El Gato” andaba libre, la policía informaba que fue incidente
de tránsito, que la “senadora” se haría cargo de los daños y nadie volvió a
invocar la bolsa con el polvo que parece coca. Nadie supo qué arrojó el examen
antidoping al “Gato” Espinoza, ni si le fue practicado a la senadora. Morena se
aplacó y Claudia Balderas también, máxime cuando se produjo el posicionamiento
del líder cameral, Ricardo Monreal, con aquello de que ahí —Morena en el
Senado— no se solapa ni se encubre y que se deslinden responsabilidades. A la
senadora hasta los videos mágicamente se le borraron y de su preciado “Gato”
solo apuntó que no es su asesor. Pues no pero es su novio. Fue asesor con
salario de 60 mil pesos al mes, pagados por el Senado de la República, pese a
un antecedente por posesión de droga en Estados Unidos. Vulgar pendenciera, de
lenguaje procaz, nada tiene Claudia Balderas de senadora. Al escaño arribó por
tómbola, en una lista plurinominal de Morena, con la venia Rocío Nahle, su
madrina, su creadora. Claudia Balderas es senadora por accidente, por una
casualidad política, sin talento ni prudencia; de ahí la soberbia, el
escándalo, el chantaje verbal. Rocío Nahle, como siempre, sin tino para escoger
a su gente, imponiendo piltrafas políticas, algunas ligadas a hechos
delictivos, narcomenudeo, falsificación de firmas, secuestro, regidores
procaces, inmorales y una caterva de cobardes dedicados a la difamación y al
ataque en redes sociales. Y mientras Claudia Balderas permanezca en el Senado,
Nahle será responsable política de las andanzas de la senadora y su “Gato”… ¿Es
ilegal pagarle a Pluvial del Golfo, como afirma el regidor Oliver Damas? ¿Hay
otras formas de evitar cubrir el adeudo millonario del ayuntamiento por la
pavimentación del último tramo del malecón costero de Coatzacoalcos, como
sostiene en sesiones de cabildo y precabildo? No, la sentencia del Tribunal de
Justicia Administrativa es inatacable y de cumplimiento inmediato. Si fuera
ilegal, ¿por qué Joaquín Caballero, su mentor y jefe político, ofreció saldar
el pago mediante un convenio en tres parcialidades, aunque no lo concretó? ¿Por
qué maniobró Caballero para pagar con un terreno en Ciudad Olmeca, o sea pago en
especie, sin haber consultado si Pluvial del Golfo estaba de acuerdo; engañó al
Congreso de Veracruz y cuando la constructora respingó, la Legislatura negó la
autorización? Oliver Damas, priista, plegado al alcalde morenista Víctor Manuel
Carranza, ha engañado impunemente al resto de los regidores, conduciéndolos a
incurrir en desacato a las sentencias emitidas por el TEJAV. Otro caso similar,
el de Martha Montalvo, ex trabajadora del ayuntamiento que ganó su juicio
laboral, mereció un apercibimiento con el posible uso de la fuerza pública del
que fueron notificados todos los integrantes del cabildo, y de no haber pagado,
el escándalo habría sido mayor, llevados Carranza, la sindica Yazmín Martínez
Irigoyen y los 13 regidores a Xalapa en patrullas policíacas. El filo y las
tretas de Oliver Damas se conjugan con la ingenuidad de unos ediles y la mala
leche de otros. Pero al final todos serán sancionados y destituidos si
conculcan el pago a Pluvial del Golfo. Viene nueva sentencia… Con la bandera
del ambientalismo, el rollo motivacional, el deporte y el rescate de parques,
Christopher Alan Santos quiere un lugar en la boleta electoral de 2021.
Construye una candidatura a partir de temas de interés público y un proyecto
definido, “Ciudadanos por Coatzacoalcos” con el que se convierte punta de lanza
de Movimiento Ciudadano (MC) para la próxima contienda, sea la alcaldía, una
diputación, lo que les dé para asegurar espacios de poder. Christopher Alan
Santos, quizá lo único salvable del joaquinismo, ex director de Catastro, se
inscribe en la alianza entre Dante Delgado Rannauro, senador y dueño de MC, y
el ex alcalde Marcelo Montiel, cuya operación política arrancará un cúmulo de
votos a Morena, PRI, PAN y PRD en la elección de 2021…