Pepe Valencia | 13 abril
de 2020
Tribuna
Libre.- Ya
se infectaron el príncipe Carlos y el primer ministro de Gran Bretaña, también
varios gobernadores mexicanos, y muchos personajes relevantes en todo el mundo.
¿Por qué no podría alcanzar el COVID-19 al presidente Andrés Manuel López
Obrador? Toquemos madera para que no ocurra. Sería grave en estos momentos de
crisis.
Se ha resistido a tomar las medidas de
prevención recomendadas por autoridades y expertos en la materia a pesar de no
estar exento de contagio… como si deseara ser víctima o mártir. Tiene más de 66
años. Es vulnerable pero no se cuida. Puede ya estar infectado y no saberlo,
porque en su infinita necedad se niega a someterse a la prueba.
¿Qué procedería? ¿Quién asumiría el mando
temporal? ¿Desde el hospital seguiría gobernando? ¿La secretaria de
Gobernación? ¿El de Salud? ¿El presidente de la Suprema Corte de Justicia?
¿Ricardo Monreal? ¿El secretario de la Defensa Nacional?
La Constitución establece en su artículo 84:
--En caso de falta absoluta del Presidente de
la República, ocurrida en los dos primeros años del sexenio, si el Congreso
estuviere en sesiones, se constituirá en colegio electoral y nombrará, en
escrutinio secreto y por mayoría absoluta de votos, un Presidente interino. Y
expedirá, dentro de los diez días siguientes, la convocatoria para la elección
del Presidente que deba concluir el periodo respectivo.
Si el Congreso no estuviere en sesiones, la
Comisión Permanente nombrará un Presidente provisional y convocará a sesiones
extraordinarias al Congreso para que éste, a su vez, designe al Presidente
interino y expida la convocatoria a elecciones presidenciales.
Lo anterior sería en caso de ausencia
absoluta. ¿Y si es por dos meses o por menos? Entonces por ley lo sustituiría
el o la secretaria de Gobernación en turno.
Políticos, politólogos y analistas coinciden
en que en los hechos quien se perfila para tomar el control es, ¡aunque no lo
crean!, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón.
¿Por qué el secretario de Relaciones
Exteriores y no la de Gobernación, Olga Sánchez Cordero? Por decisión por sí y
ante sí del propio López Obrador. Tal vez le vea más capacidad… o vayan a saber
por qué le tendría mayor confianza a Marcelo.
Por fortuna el Coronavirus ha respetado hasta
ahora al presidente y esperamos que continúe salvo y sano. No es conveniente
cambiar de caballo a mitad del río y menos si las aguas están crecidas y
turbulentas por terrible crisis.