*Llevas
al país al precipicio, le dice.
*No
puedes sacrificar la economía nacional, México necesita que comiences a ser
Presidente.
Tribuna
Libre.- Me
había propuesto no procurar tu atención, al menos, durante la primera mitad de
tu administración. Sé que antes de comenzar a exigir resultados, había que dar
espacio a que construyeras las bases de tu proyecto de país y lo echaras a
andar. Sin embargo, la pandemia del Covid-19 apareció y sus terribles
consecuencias están generando hondas heridas en el mundo y en nuestro país.
No creo que las diferencias existentes entre
Estados Unidos y China sean insalvables, y tampoco creo que lo sean las que
existen entre tu proyecto y el sector productivo de nuestro país. No creo que
ningún desacuerdo sea definitivo, porque creo en la razón, en la sensatez y el
diálogo.
Me preocupa demasiado que, en unos pocos
meses, a más tardar un año, te des cuenta de que nuevamente te equivocaste. Me
angustia pensarlo porque para entonces las consecuencias serán, por mucho, las
más graves en comparación con cualquiera de tus errores pasados. En 2006 sabías
que te estabas equivocando, pero únicamente perdiste la Presidencia; en cambio,
tus errores de 2020 habrán desbarrancado la economía y el aparato productivo
del país.
El plan de rescate económico no es un plan y
no es rescate, y si de algo sirve la reflexión, es evidente que las grandes
empresas trasnacionales podrán cambiar el destino de sus inversiones; los más
ricos podrán sacar, con un clic, sus millones de dólares a mercados seguros.
¿Pero los micro, pequeños y medianos empresarios, que generan 3 de cada 4
empleos, qué podrán hacer? ¿Cómo van a sobrevivir? ¿En qué les ayuda tu plan?
¿Con qué ingresos fiscales se podrá apoyar a los pobres del país si cae de
manera dramática el PIB nacional, por falta de producción y de consumo?
Vale la pena recordar la frase de don Enrique
González Pedrero, que hiciste propia y convertiste en lema de campaña: “Por el
bien de todos, primero los pobres”. Si realmente quieres apoyar a los más
necesitados y vulnerables y provocar que haya empleo en el país, no puedes
ignorar ni sacrificar la economía nacional.
¿Recuerdas aquella memorable ocasión, cuando
te presenté a Alfonso Romo? Él, como la mayoría de los empresarios, dudaba de
ti. Los presenté para que lograras cambiar la percepción que tenían de tu
proyecto y para que comenzaras a construir puentes, para que terminaras con la
profunda confrontación que habías tenido con el sector productivo de este país.
Frente a Alfonso te pregunté qué querías ser:
¿Presidente de la República o el líder social más importante de México? Dijiste
que querías ser presidente y te respondí que era la decisión correcta, porque
ya eras líder social. Andrés, México necesita que comiences a ser presidente.
Aún es tiempo de que adviertas que llevas al
país al precipicio, que rectifiques y tomes las decisiones que se esperan de un
presidente sensato y responsable. Te convoco a que desempeñes el cargo con
visión de grandeza. Si aún tienes el respaldo de una parte de la población,
ahora construye, con sentido social, la UNIDAD NACIONAL con las otras partes.
Solo así lograrás estar a la altura de los grandes momentos de la historia. De
lo contrario, no solo vas a fracasar como lo hicieron los presidentes
anteriores, sino que habrás logrado afianzar la tragedia de México.
Hidalgo, Juárez, Madero y Cárdenas no
trabajaron ni lucharon para ser héroes de México, sus resultados y congruencia
de vida los convirtieron en ello. No insistas, con pérdida de tiempo, en
remarcar que eres un presidente diferente, te convoco a que lo seas. Para serlo
tienes que ser Presidente de México, de todos los mexicanos. Deberás ejercer el
poder incluyente, el poder para construir no para destruir, el poder para ser
líder y el estadista que nuestro pueblo espera que seas y México requiere.
La falta de contrapesos institucionales de
poder (mayoría en las Cámaras de Diputados y de Senadores) y consecuentemente
tener un poder hegemónico, afecta, en la mayoría de las ocasiones, la necesidad
de construir consensos y acuerdos imprescindibles.
Precisamente por ello, ahora es más necesario
que nunca construir esos acuerdos. De no hacerlo oportunamente, perderá México,
perderemos todos los mexicanos y, a la larga, también perderás tú, porque la
democracia, con todas sus imperfecciones, es la que corrige, para bien y para
mal, las desviaciones, perversiones o confusiones de los gobernantes.
Por todo esto es que te exhorto a que veamos
para adelante. La tarea del buen Presidente es construir confianza, construir
armonía, construir grandeza. No le apostamos a tu fracaso, porque eso sería
apostar por el fracaso del país, y estoy firmemente convencido que construir un
proyecto pensando en reconstruir un país devastado, es una postura de
traidores.
Hoy México exige la presencia y acción de
patriotas. Afortunadamente, tenemos a muchas y a muchos en todas las
actividades de la vida académica, cultural, profesional, científica, económica,
social y en el sector público. Desde luego que ahí no solo debes estar tú, sino
que tienes la obligación constitucional de encabezarlos.
Andrés, en una crisis como ésta, que está
afectando a todo el mundo, la negación, la terquedad y la omisión se convierten
en tragedia, en dolor, en miedo y en pérdida de vidas. México no está preparado
y no se está preparando para enfrentar de manera responsable una crisis en la
que lo peor está por venir. Mucha gente va a enfermar y mucha va a morir si no
dejas de pensar en esto como una crisis de imagen y comienzas a enfrentarla
como una contingencia de estado. Quizá tengas razón cuando declaras que después
de esto “México seguirá de pie”, pero en qué condiciones. Eso dependerá de las
decisiones que tomes. La responsabilidad es tuya. Nunca antes México esperó
tanto de un presidente, lo que hagas será parte de la historia. Sé consciente
que esa misma dimensión tendrá tus errores.
Sabes que acostumbro hablar de frente y a
decir las cosas cuando se tienen que decir, por eso te escribo hoy, porque de
nada servirá que te lo diga cuando todo haya pasado y no haya remedio.
Ojalá recapacites. Tal vez esta sea la última
oportunidad de hacerlo.
Atentamente.
Ciudad de México, abril 7 de 2020.
Dante Delgado
Senador de la República