José Miguel Cobián | 18 agosto de 2020
Tribuna
Libre.- Veo y siento pena
ajena, a una asociación civil con una manta clausurando un banco en el centro
de Córdoba, Ver., porque muchas personas están afuera del banco haciendo fila
sin cumplir con los requisitos mínimos de seguridad en tiempos de Covid.
En principio me parece loable el esfuerzo de
la asociación civil intentando hacer algo para reducir el número de contagios
en la ciudad de Córdoba, pero tengo la impresión de que no tienen la menor idea
de lo que están haciendo ni tampoco de cuál sería una verdadera solución al
problema que atinadamente han encontrado.
Sobre todo, creo que no tienen la menor idea de quién es el responsable
de resolver esos asuntos de prevención.
De entrada, el banco atiende a sus clientes,
cumpliendo todas las normas de seguridad, les aplican gel a la entrada,
permiten un número reducido de clientes dentro del local, supongo que debieran
tomar la temperatura a quien entra y hacen obligatorio el uso de
cubrebocas. Es decir, el banco, en su
área de competencia, que es el interior de sus instalaciones está cumpliendo
cabalmente con las recomendaciones del sector salud. El banco no está cometiendo ninguna falta y
por lo tanto la clausura simbólica de la institución es un acto desesperado de
un grupo que no sabe a quién acudir o no se atreve a acudir y exigir a quién
corresponde.
Fuera de las instalaciones del banco, los
funcionarios nada pueden hacer. La vía pública no está bajo la jurisdicción de
ningún particular sino del gobierno municipal en este caso.
Clausurar de manera simbólica o de hecho una
institución lo único que logra es causar aún más molestias a los clientes y
provocar una aglomeración aún mayor en otras sucursales.
Lo primero que se debe de hacer para resolver
un problema es investigar el origen del mismo.
Aparentemente algún cliente de dicho banco paga en ciertas fechas, y
muchos de los receptores de esos recursos acuden para obtener su dinero
líquido. El primer paso sería saber
quién paga y exhortarlo a hacer los pagos en tarjetas de débito. Enseñar a la población a usar esas tarjetas
de débito con el fin de evitar aglomeraciones buscando dinero en efectivo, y
solicitar al cliente del banco entregar el dinero en fechas diferenciadas
conforme a la inicial del primer apellido, para dividir a esa clientela en
varios días.
Exigir a la autoridad municipal varias cosas,
la primera es que obligue a los bancos a abrir todas sus sucursales, pues
algunos tienen sucursales cerradas, lo que provoca mayor presión en las pocas
que están abiertas. Cerrar sucursales
en lugar de resolver el problema lo convierte en algo más grave.
Los ciudadanos y la autoridad bien podrían
pedir al banco que agilice la entrega de recursos para evitar tal aglomeración
que se viene dando desde hace muchos años, sin que nadie mejore el servicio al
público. Al contrario, todos los bancos
están reduciendo el número de personal en las sucursales, esperando que un país
con un nivel educativo de tercero de primaria pueda utilizar con fluidez la
banca electrónica.
Los propios ciudadanos deberíamos exigir a
los bancos más personal y más sucursales, en lugar de perder horas y horas por
ser atendidos en un lugar en el que supuestamente ¨están para servirnos¨.
Pero volviendo al tema. Las aglomeraciones en la vía pública y el
posible riesgo a la salud que pudieran representar, son asunto que debe
atender, tanto la jurisdicción sanitaria como el propio ayuntamiento de
Córdoba.
Tan sencillo que sería mandar personal que
organice la sana distancia, que otorgue cubrebocas, y que higienice las manos
de todos los de la fila. Solo la
autoridad puede actuar con los ciudadanos en la vía pública. Pensar que el personal del banco es
responsable de lo que sucede afuera de su sucursal es un absurdo y demuestra la
falta de conocimiento sobre las leyes que nos rigen por parte de la asociación
civil.
Esa asociación que definitivamente tiene
buena intención, debería asesorarse legalmente y exigir a la autoridad
sanitaria como a la autoridad municipal vigilancia y acciones para evitar que
aumente el número de contagios en Córdoba.
La acción de clausurar simbólicamente el banco, implica que la
asociación civil desconoce a las autoridades de salud en Córdoba, o en su caso,
que considera que es inútil acudir a ellas.
En ambos casos está equivocada la asociación
civil, y el actuar de la autoridad municipal y de la de salud deja mucho que desear.
México para que funcione, necesita que cada
parte de la sociedad, población y gobierno cumplan con sus obligaciones. Pretender que todo lo que pasa con la
pandemia es responsabilidad de la población es un grave error, pues de sobra
sabemos que es el gobierno quien debe de reaccionar para orientarnos y
protegernos a todos, actuando conforme a las atribuciones que las propias leyes
les otorgan.
El problema de estos tiempos es que ni los
ciudadanos ni las autoridades tienen la menor idea de lo que deben de hacer en
muchos casos, el de prevención de contagios es uno de tantos casos en los que
no saben qué hacer ni cómo hacerlo. En
descargo, el problema no es únicamente municipal, también es a nivel estatal y
federal.
La mejor prueba de ello, es que para bajar
los casos de la pandemia la mejor solución que tuvo el Dr López Gatell fue
ordenar que se hicieran menos pruebas de Covid.
Así habría menos resultados positivos.
En resumen, lo que pase en la vía pública es
responsabilidad de la autoridad no de los particulares. Nadie puede asumir
responsabilidad por lo que sucede fuera de su casa o lugar de trabajo.