* Víctor Carranza, en la realidad alterna * Lo increpan en las calles; le reclaman en los ejidos * Cogobierna con delincuentes en Coatza * La diputada vuelve a meter la pata * Farfán, enlodando a la CMIC * Pintos pondrá actas falsas en el Archivo General de la Nación * Ojeda cambia el escenario de la alianza * Liliana Orantes: a reventar al PVEM
Mussio Cárdenas Arellano | 28 septiembre de 2020
Tribuna
Libre.-Santurrón
falaz, Víctor Carranza no ha gobernado con la virtud sino con la delincuencia
en pleno —un secuestrador, un narcomenudista y ahora un acosador sexual en la
nómina—, cultivando la repulsa y el desprecio, andanadas de ira por sus yerros
y abusos o por la inacción.
A su Santidad, el Comediante Supremo, lo
abuchean en congregaciones y ejidos, le reclaman desatinos, lo confronta una
sociedad que exige pilas para enfrentar el secuestro, el crimen, la extorsión,
para abatir el caos económico, cierre de empresas, literalmente la huida del
capital.
Y al alcalde sólo le basta con pintar
paredes, retomar el eslogan de campaña de Andrés Manuel, la frase trillada,
sobada, manoseada, la invocación a la 4T, la Cuarta Transformación intangible,
inexistente, de López Obrador.
Víctor Carranza, pues, no ve la realidad.
No mide el caos en Morena, su partido,
arrastrado por una gestión municipal infame, una carrera sin rumbo, la
estridencia, el alarde y el escándalo, y la promesa incumplida de limpiar el
gobierno local, desterrar los vicios, enfrentar la corrupción y llevar ante la
justicia a quienes transgredieron la ley.
Con él, todo sigue igual. O peor.
Van 33 meses y nada. El ayuntamiento yace en
el fango, patinando sin avanzar. Y Coatzacoalcos se sume en la parálisis, sin
inversión ni esperanza, desplomada la actividad económica, perdiendo empleos,
emigrando los que poco pudieron hacer.
Y el santurrón persignado de Morena
cosechando el repudio social.
Lo increpan las empleadas municipales que
despedió y lo acusan con el sacerdote en catedral. “Es un come santo y caga
diablo”, categorizan con sorna al edil mientras el video enciende las redes
sociales, generando comentarios procaces, burla, risas y reacciones de locura.
Lo encaran mujeres y hombres, comerciantes y
empresarios, reclamando por la seguridad y la violencia, el cobro de piso y el
secuestro, las masacres y el crimen bestial.
Lo enfrentan en Guillermo Prieto,
congregación de Coatzacoalcos, por la insolencia de impedir que el agente
municipal hablara en un evento público y no tener argumento para explicar por
qué les retiró la ambulancia que servía para el traslado de enfermos, la
diferencia entre vivir o morir.
Lo destrozan en los grupos de WhatsApp y en
Facebook, con memes hirientes, disfrazado de Comediante Supremo —o supremo
charlatán—, infamantes los que lo muestran desnudo, o los que fustigan la
complicidad de Morena con el priismo, la luna de miel, el amasiato con las
ratas a las que ofrecía cazar.
El cerebro de Carranza está tapiado. Y sus
ojos también. Se imagina en la cúspide de popularidad cuando se halla en un
profundo abismo. Su mundo es la realidad alterna: el cariño del pueblo, el
reconocimiento de todos, las grandes obras, el mayor humanismo, Víctor Carranza
entrando a la historia de Coatzacoalcos. Pero la realidad alterna es, a fin de
cuentas, irreal.
A 33 meses de distancia, no hay un hecho
relevante en su gestión. Morena en el poder carga con los yerros, desatinos,
atropellos de Víctor Carranza, la sublime obsesión por despreciar la ley.
Su obra cumbre es un parque ecológico montado
sobre la Unidad Deportiva Miguel Hidalgo, echando a las ligas de futbol,
atropellando los derechos de Ember Ballinas García, joven que posee una
concesión otorgada por el ayuntamiento de Coatzacoalcos sobre dos canchas con
pasto sintético.
Para violarle sus derechos, la banda de
Víctor Carranza urdió la sustracción del acta de cabildo original y la
sustituyó con un acta falsa donde no se menciona concesión alguna. En el curso
de los juicios, el documento oficial apareció en archivos del Congreso de
Veracruz. Y aún así, el despojo persiste.
Con recursos de Pemex se construye el Parque
Central. Son 60 millones de pesos que en los hechos nadie ve.
Pero las trastadas de Carranza no culminan
ahí.
Detonó un conflicto artificial cuando
pretendió debilitar al sindicato de empleados municipales y tomar el control.
Vio entonces caminar al gremio por las calles de Coatzacoalcos, lanzar
proclamas, amagos, advertencias.
Su líder, Gersaín Hidalgo, lo desafió.
Apostado con su gente en el parque Independencia, gritó que quemaría el palacio
municipal. Ni a Iván Hillman, el peor alcalde, lo habían retado así.
Luego vendrían las tomas de edificios
públicos, la Tesorería, el Taller de Mantenimiento, secuestrando las unidades
de Limpia Pública generando un caos por el acumulamiento de basura. Y en el
cenit del desastre, Coatzacoalcos bajo sitio, bloqueados todos los accesos a la
ciudad.
Carranza inició acciones legales. Grabó un
video. Lanzó amenazas. Ofreció que los responsables pagarían por el ultraje. Y
desde entonces todos, al unísono, no paran de reír.
Víctor Carranza es misógino. Así lo determina
la Sala Regional del Tribunal Federal del Poder Judicial de la Federación en el
juicio interpuesto por la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, otra ilusa que
ahora aspira a la presidencia municipal o a la diputación federal.
Carranza dispone de una policía municipal
contaminada por la corrupción. Sus elementos levantan ciudadanos, fabrican
culpables, inventan delitos, extorsionan y gozan de impunidad.
Al primer director de la Policía Municipal,
Víctor Alvarado, le pidieron la renuncia. Se negó. Le armaron un motín desde el
Departamento Jurídico y lo echaron. Y al líder de los amotinados, Berdón le
encargaron la corporación. ¿Sabrá Carranza que el motín es un delito y debió
ser castigado, no premiado?
Morena gobierna con la delincuencia en pleno.
A la nómina municipal, Carranza llevó a un secuestrador (Jairo Jafet “N”), un
narcomenudista (Aarón “N"), el que se llevó un automóvil y no lo quería
devolver (Joel Arellano, ex director de Comunicación Social), el que falsifica
actas de cabildo (Miguel Pintos, secretario del ayuntamiento), el jurídico que
le miente a los regidores (Agustín Jiménez) y ahora un acosador sexual (Ángel
“N”).
Tres casos destacan: Jairo, Aarón y Ángel.
Morena, vía Víctor Carranza, le dio cabida a
Jairo Jafet “N” en el ayuntamiento y luego terminó implicado en el secuestro de
una joven universitaria en Boca del Río. La chica fue rescatada con bien y la
banda de plagiarios cayó en manos del grupo antisecuestro.
Aarón, hijo de la jefa de programas sociales
del ayuntamiento, murió ejecutado cuando un comando armado irrumpió en su hogar
en la colonia 24 de Octubre y ultimó a su pareja Krystel “N”. En la vivienda se
hallaron carrujos de marihuana, una bolsa de dama con crack en su interior y
una veintena de latas de cerveza vacías, usadas para enmascarar la droga.
Los amanuenses de Carranza, serviles a Rocío
Nahle, entre ellos Roberto Pérez López, intentaron desvirtuar la versión
revelada en INFORME ROJO, el 7 de septiembre de 2018, pero hay por lo menos una
decena de fotografías del lugar del hallazgo que habrán de evidenciar el nivel
de pudrición del protegido de la secretaria de Energía.
Ángel “N” está denunciado por la madre de una
bailarina del teibol dans Caballo Blanco, muerta en la masacre del 27 de agosto
de 2019. Encargado de atender sus demandas, el empleado de la Secretaría de
Gobierno municipal le retuvo su documentación e inició un asedio sexual,
insistiendo en verla. En la denuncia, constan los mensajes de texto de WhatsApp
que lo incriminan.
Prolifera el nepotismo, la violación a la
ley, el desacato a juzgados y tribunales y la corrupción alarmante, plenamente
documentada. Y Carranza sigue en el limbo total.
Su problema es psíquico y de miseria moral.
No ve la realidad y viola la ley. Sus oídos no escuchan. lo arrulla el canto de
los aduladores, el aplauso de los abyectos, los serviles que desde los medios
de comunicación callan o elogian sin razonar.
Y arrastra a Morena que así enfrentará la
elección en 2021.
Y el alcalde sueña, alucina, imagina que será
diputado federal.
Archivo muerto
Desvergonzado, Miguel Pintos pregona que el
archivo histórico y la información oficial se moderniza, se digitaliza y se
vincula a la base de datos del Archivo General de la Nación. Ahí, entre el
acervo informativo, habrá de estar, por ejemplo, el acta de cabildo falsa con
la que el alcalde morenista de Coatzacoalcos, Víctor Manuel Carranza Rosaldo, y
su banda intentan desconocer la concesión a favor de Ember Ballinas García
sobre dos canchas de pasto sintético en lo que fue el parque Miguel Hidalgo y
hoy se construye, a costo inflado, el Parque Central con recursos de Pemex.
Miguel Pintos Guillén, secretario del ayuntamiento, es el truhán de esta
historia. Con dotes de mago de banqueta, hizo desaparecer el acta de cabildo
original y presentó un acta falsa para establecer que la concesión a favor de
Ember Vallinas nunca se trató en el cabildo que gobernó Coatzacoalcos de 2014 a
2017. Pero el acta original existe. Y una copia fue remitida al Congreso de
Veracruz, que así lo certificó. Y han testificado los ediles del ayuntamiento
anterior, presidido por el priista Joaquín Caballero, que ellos aprobaron la
concesión para dos canchas de futbol con pasto sintético y no la venta de áreas
verdes a un particular, como aparece en el acta falsa. El embuste tiene un protagonista,
Miguel Pintos, y un operador, el director jurídico municipal, Agustín Jiménez
Hernández, el que la usó en juicios y con ello incurre en complicidad. ¿Qué
seriedad tendrá lo que se le remita al Archivo General de la Nación, sabiendo
de lo que es capaz el secretario del ayuntamiento de Coatzacoalcos?… Trepada en
la órbita de la CMIC, a Tania Cruz Santos le da por asestar patadas al pesebre
de Morena, el que le da de comer. Cesado José Adalberto Vega Regalado como
director del Centro SCT en Veracruz, los líderes de las cuatro delegaciones de
la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción imaginaron que las obras
serían suyas, el botín a su alcance. No fue así. De 26 obras, el 80 por ciento
de los contratos quedó en manos de constructoras veracruzanas, contrario a lo
que se dedicó a pregonar la CMIC. Y en eso, se le ocurrió hablar a la diputada
federal por Coatzacoalcos. Tania Cruz se voló y se vació. Enfatiza que a las
constructoras locales las dejaron fuera, que los vicios y las tretas van más allá
de Vega Regalado y que el motor de la corrupción es el subsecretario Cédric
Escalante, supuesto protector del subdirector del Centro SCT en Veracruz, Ángel
Ovando Vargas. Y el líder CMIC en Coatzacoalcos, Pablo Jacobo Farfán García,
recita el mismo script, acusando que Cédric tiene pasado priista y es parte del
botín. ¿Acaso la CMIC nunca trató con priistas y se le dieron contratos y más
contratos de manos de funcionarios ligados al PRI? Ambos, Tania y Farfán,
atizando contra la corrupción en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes,
no del pasado sino de la Cuarta Transformación. Pero, hará unas semanas Farfán
sostenía un doble juego con Vega Regalado. Un día lo apretaba, al siguiente lo
elogiaba; acusaba licitaciones amañadas y una vez que reasignaban obras para
sus allegados, destacaba la buena disposición del director del Centro SCT. Y
cuando cayó Vega Regalado, junto con los otros líderes de delegaciones de CMIC
intentó lavar el lodo en el que la cámara se embarró. De Farfán nada extraña.
Es el modus operandi de un traficante de contratos. Pero a Tania Cruz le da por
tundirle a los enclaves de Morena, su partido, en la SCT. ¿A cambio de
qué?…Tres movimientos y Raúl Ojeda Banda descuajó el escenario a modo en que
Marcelo Montiel, Carlos Vasconcelos y Víctor Rodríguez Gallegos forjaban sus
candidaturas para la elección 2021. Ex líder de la Cámara de Comercio, ex
vicepresidente del Consejo Coordinador Empresarial en Veracruz, Ojeda Banda les
salió al paso, acusó que sus historias negras saldrán a la luz, expresó su
deseo de contender por la alcaldía de Coatzacoalcos y presentó los cuatro ejes
en que basa su proyecto político. Ojeda Banda se mueve en el Frente Cívico
Ciudadano, tendiente a la construcción de una alianza de partidos de oposición
para la contienda en 2021. Nereyda Santos Hernández, secretaria general del PRI
local, se sube a las redes sociales. Pronto se verá a tres panistas con mucho
solvencia moral que Marcelo, Vasconcelos y Víctor Rodríguez, sin escándalos ni
denuncias en curso, ni deplorable historial, ni pecados bajo la alfombra. Y
así, el escenario se habrá modificado sustancialmente. Habrá alianza de
partidos para la contienda electoral pero sin los mismos y desacreditados de
siempre… Corrosiva y cáustica, cuanto toca Liliana Orantes lo arruina.
Trapecista y maromera, brincó del PRI al
PAN-PRD cuando Tony Macías, el “suegro incómodo” de Javier Duarte, se percató
que carecía de estructura como tanto le presumió, y de ahí a Movimiento
Ciudadano, intentando luego insertarse en las filas priistas y ahora “lidera”
el Partido Verde en Coatzacoalcos, donde hay más dirigentes —dos: ella y
Alfredo Nacif— que militantes reales. Como sea y por encima de quien sea,
pretende ser regidora en Coatzacoalcos, como si los votos fueran maná y le cayeran
del cielo. A Liliana Orantes la distingue la estridencia, la soberbia, el
oportunismo y el conflicto. Y una hija que lanza amenazas y bravatas con tufo a
extorsión, y todavía las deja por escrito en las redes sociales como para
nutrirle la denuncia y abrirle una carpeta de investigación. No imaginan los
senadores Javier Herrera Borunda y Manuel Velasco Coello, dueños y operadores
del PVEM, el tamaño de alimaña política que se echaron al pantalón…
mussiocardenas_arellano@hotmail.com
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