El reportero
de Diario El Mundo fue asesinado en una región donde la agenda “la dicta la
delincuencia organizada”; dejó a dos hijas en la orfandad.
Tezonapa, Ver. | 10 septiembre de 2020
Tribuna
Libre.- Julio
Valdivia Rodríguez de 44 años de edad, cubría la nota roja en los límites de
Oaxaca y Veracruz por un sueldo de mil pesos semanales. A bordo de su
motocicleta, atendía durante las madrugadas asesinatos y secuestros en una
región donde, a decir de reporteros, la agenda “la dicta la delincuencia
organizada”.
El cuerpo de Valdivia (partido en dos) fue
encontrado la tarde de este 9 de septiembre sobre las vías del ferrocarril en
el municipio de Tezonapa, donde también radicaba. Sus victimarios lo
decapitaron. Su motocicleta fue abandonada sobre un riel; y su cabeza la
arrojaron a diez metros de distancia, sobre la gravilla de ese lugar.
Compañeros de Julio, apodado "El Tigre
del Norte" por un mechón de canas que se asemejaba al de un músico de una
agrupación norteña, compartieron que, al igual que ellos, desde hace seis meses
trabajaba en el ‘El Mundo de Córdoba’ por un sueldo de mil pesos semanales, por
decisiones de esa empresa.
“Antes era peor, porque pasaban quincenas sin
que nos pagaran. Hace seis meses, con la llegada de un nuevo directivo, él se
comprometió a darnos solo la mitad de nuestros sueldos (mil pesos). Lo demás,
nos prometió, nos lo darían cuando la situación mejorara”, relató un reportero
de El Mundo de Córdoba bajo el anonimato.
De acuerdo con un reporte de la Comisión
Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP), realizado en 2017, en
un contexto de “extrema inseguridad”, un reportero veracruzano percibe 100
pesos diarios, es decir, 23 pesos por debajo del salario mínimo actual. Julio
Valdivia, en promedio, no ganaba más de 66 pesos por día.
Ana Laura Pérez Mendoza, presidenta de la
Comisión, explicó que, derivado de un levantamiento de 117 encuestas en
diferentes municipios de Veracruz, los reporteros respondieron percibir entre 3
mil y 5 mil pesos mensuales; “el 58 por ciento no goza de prestaciones
laborales y el 60 por ciento no tiene vivienda propia, algunos de ellos hasta
con diez años de trabajar en medios”, dijo.
Julio, refirieron sus compañeros, trabajó en
años pasados en el periódico El Buen Tono, donde las condiciones salariales
eran “peores” que las actuales. Para complementar sus ingresos, él vendía el
diario impreso para ganar una comisión (no más de dos pesos por ejemplar).
Pero esas condiciones laborales de Valdivia
no era todo en su día a día. “En esta región es la delincuencia organizada.
Ellos te dicen qué se puede publicar. Es muy difícil trabajar así”, agregaron
los reporteros entrevistados.
Veracruz es considerado la región más
peligrosa para la prensa en América Latina, según un informe de la organización
internacional Reporteros Sin Fronteras.
Durante los últimos ochos años 25 periodistas
de Veracruz fueron asesinados. En tanto, en el gobierno del morenista
Cuitláhuac García Jiménez ya suman tres crímenes: Celestino Ruiz Vázquez,
corresponsal del Gráfico de Xalapa, acribillado el 2 de agosto en Actopan,
María Elena Ferral Hernández, corresponsal del Diario de Xalapa, acribillada el
30 de marzo en Papantla y Julio Valdivia Rodríguez.
En esas condiciones, Valdivia estaba
pendiente las 24 horas del día, al igual que muchos otros reporteros de nota
roja, para cubrir eventos delictivos en los municipios de Tezonapa, Motzorongo;
Acatlán de Pérez Figueroa y Cosolapa, estos últimos municipios oaxaqueños.
En esta región fronteriza, entre Tezonapa y
Cosolapa, a lo largo de 2020 ha dejado una estela de inseguridad que cobró la
vida de al menos 15 personas. Allí se registraron enfrentamientos entre grupos
de la delincuencia organizada y elementos policiacos, asesinatos líderes
cañeros, de campesinos y un multihomicidio, en este hecho murieron cuatro
personas, entre ellos dos menores de edad.
En ese contexto, reporteros encargados de la
nota roja, son obligados a cubrir eventos violentos, aseguraron los mismos
comunicadores. Un hecho al cual Julio Valdivia habría sido presionado a dar voz
se registró el 6 de enero pasado. Un grupo de la delincuencia organizada
entregó juguetes a menores, por motivo del Día de Reyes, y la instrucción fue
presumir la acción de esa célula delictiva en sus medios.
El reparto de juguetes ocurrió, de manera
simultánea en Tezonapa, Córdoba, Fortín, Orizaba, Ixtac, Huatusco, Omealca,
Cuichapa, Amatlán, Camerino Z. Mendoza, Río Blanco, consta en publicaciones de
diarios con proyección estatal y nacional.
Frontera
de Oaxaca y Veracruz suma 3 asesinatos de periodistas
Además del crimen de Julio Valdivia, otros
dos reporteros veracruzanos fueron asesinados en los municipios fronterizos de
Tezonapa y Cosolapa. El primer crimen ocurrió el 11 de agosto de 2014. La
víctima, Octavio Rojas Hernández, corresponsal del periódico El Buen Tono en
Oaxaca, asesinado afuera de su casa, en Cosolapa.
De acuerdo con reportes periodísticos, “el
asesino llegó hasta la puerta, tocó y preguntó al comunicador por el precio de
un automóvil Ford Topaz que tenía en venta, y al tenerlo cerca le disparó a
quemarropa con su pistola”.
El comunicador, quien también fungía como
vocero del Ayuntamiento de Cosolapa, recién había regresado a su domicilio
después de su jornada laboral.
Entre sus últimas colaboraciones, Rojas
cubrió la captura de una banda dedicada al robo de huachicoleros en Tuxtepec,
Oaxaca y la presunta relación del grupo delictivo con Fermín Vanegas Hernández,
director de la Policía de Cosolapa.
Un año más tarde, el 3 de mayo de 2015,
Armando Saldaña Morales, también reportero de El Mundo y la estación La Ke
Buena, fue privado de su libertad cuando acudió a cubrir un mitin político del
entonces dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, en el municipio de Córdoba,
Veracruz, (a 50 kilómetros de Cosolapa).
Horas más tarde, ya del 4 de mayo, el hombre
de 53 años de edad, fue hallado sin vida en un paraje de Cosolapa, entre los
ranchos Morelos y La Aurora. Los peritos determinaron que el reportero fue
torturado y recibió cuatro disparos en la cabeza.
La
seguridad prometida por gobernadores que no llegó
En febrero de este 2020 los gobernadores de
Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez y de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa,
sostuvieron una reunión en el municipio de San Juan Bautista Tuxtepec, en la
que firmaron un plan de acción para combatir la violencia en la región
colindante entre ambos estados.
Ambos gobernadores detallaron que se acordó
reforzar la presencia de elementos de seguridad de las corporaciones estatales,
así como recibir el apoyo de personal de las fuerzas federales que se
desplegarían en la región.
Los municipios oaxaqueños en donde se
desplegaría la estrategia fueron: San Juan Bautista Tuxtepec, San Felipe Jalapa
de Díaz, San Miguel Soyaltepec, Loma Bonita, Acatlán de Pérez Figueroa, Huautla
de Jiménez, San Pedro Ixcatlán y San Juan La lana.
Mientras que en Veracruz el despliegue de
seguridad se reforzaría en: Tierra Blanca, Playa Vicente, Sayula de Alarcón,
Santiago Xochiapa, Jesús Carranza y Tezonapa.
El gobernador Cuitláhuac García Jiménez
informó en ese momento que la Secretaría de la Defensa Nacional sería la
institución encargada de vigilar el cumplimiento del acuerdo alcanzado, así
como de la certificación de las policías municipales.
El presidente de la República, Andrés Manuel
López Obrador, cuando visitó Tezonapa en 2018, todavía como candidato a la
presidencia, prometió acabar con la violencia en el país en una entrevista
previo a encabezar un mitin de campaña.
"No es Siria, pero sí son muchas
víctimas, asesinatos diarios en todo el país. Ahora se informa más, pero no se
alcanza a saber de todos los horrendos asesinatos en las regiones de
México", dijo en ese momento.
(e-veracruz)