¡Su imposición resultó un fiasco!!!
Xalapa, Ver. | 21 octubre de 2020
Tribuna
Libre. -
Ante la crisis política e institucional más
severa de su historia, la denuncia de casos muy graves de corrupción y
nepotismo, la cuestionable actuación de jueces que lo mismo venden la justicia
que condicionan su trabajo a prebendas y el conflicto interno entre grupos de
Morena por controlar el Poder Judicial, el gobernador del estado Cuitláhuac
García Jiménez salió a intentarse desmarcar del grave conflicto que priva en
dicho organismo "autónomo" por culpa de su imposición en la
Presidencia.
Este martes el mandatario estatal “autorizó”
que el Tribunal Superior de Justicia se convierta en una de las peores
instituciones del Estado, justificando una falsa autonomía que no existe. Los
oídos sordos que ha hecho a las denuncias presentadas en contra de la Presidencia
convierten al Gobernador en cómplice de la corrupción y la impunidad que campea
desde el Palacio Judicial hasta el más remoto juzgado municipal.
Cuitláhuac García dijo ayer, con absoluto
cinismo, que “toda transformación convulsiona”, y se limitó a hacer un exhorto
al Poder Judicial de Veracruz a lograr los acuerdos que permitan la continuidad
a su trabajo, por el bien de los veracruzanos. Eso es falso e irresponsable.
Aluden a la gobernabilidad para controlar a los otros poderes, pero le echan la
culpa a la autonomía del caos que han provocado.
En efecto, las transformaciones convulsionan.
Pero la convulsión resulta de la transición entre lo que no acaba de irse y lo
que no termina de llegar. En este caso, la epilepsia judicial es resultado de
la pelea por el poder y el dinero de quienes acaban de llegar y se deslumbran
con lo que nunca imaginaron. Los conflictos son entre las tribus morenistas que
se disputan el pastel mientras la justicia sigue paralizada bajo el pretexto de
la pandemia.
En entrevista, el mandatario reconoció ayer que
los cambios que se han llevado a cabo en el Tribunal Superior de Justicia
reflejan una trasformación positiva con la llegada de los nuevos magistrados.
Adentro y afuera se preguntan dónde radica lo positivo en un Tribunal cuyo
Pleno no se ha reunido en lo que va del año, donde el Consejo de la Judicatura
exige a la Presidenta que explique el destino de 60 millones de pesos, donde se
realiza un tráfico descarado de cargos y sueldos, mientras que los juzgados
siguen semiparalizados. Hoy sólo el dinero de las víctimas es lo que mueve a
los jueces.
En las mesas de seguridad para la construcción
de la paz, el propio Gobernador ha sido un crítico constante de la actuación de
los jueces que liberan a delincuentes cuya responsabilidad está plenamente
acreditada. Hoy se excusa irresponsablemente de poner orden en el máximo
tribunal del estado.
“Yo soy respetuoso, la gente sabe que hay tres
poderes, el Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo y tengo
que ser respetuoso, pero sí podría ayudar en este exhorto al Poder Judicial que
también hay que decirlo, se está transformando, a partir de la llegada de
nuevas Magistradas, se está transformando y toda transformación convulsiona en
ciertos momentos.”
La transformación judicial es la misma que
enarbola el gobierno morenista: improvisación, inexperiencia, arrogancia y
corrupción. La convulsión ha sido provocada precisamente a la llegada de los
nuevos magistrados, quienes se ven a sí mismos como enemigos a partir de su
pertenencia a tal o cual corriente política.
Contrario a lo que piensa –o pretexta- el
mandatario, no fue la situación derivada de la pandemia lo que paralizó el
proceso de transición y ajuste en el Poder Judicial. El Covid19 no impidió el
nepotismo ni la lucha interna por los cargos; tampoco fue obstáculo para que se
asignaran obras y servicios de manera directa sin aprobación del Consejo de la
Judicatura ni llenó el Tribunal de amigos y familiares.
Según el gobernador, al interior del Poder
Judicial existe la voluntad de todos los actores, para poder retomar el trabajo
donde varios magistrados laboran fuera de sus horarios para avanzar y tratar de
sacar los pendientes. Tal vez no le han dicho que los magistrados han convocado
lo mismo a sesionar al Pleno que al Consejo de la Judicatura y no han tenido
respuesta; que han iniciado una serie de acciones que podrían derivar en un
juicio político; que ni siquiera han sido capaces de resolver el conflicto
sobre la permanencia de los magistrados en retiro.
La autonomía no debe ser pretexto para la
ingobernabilidad. Lo que sucede en el Tribunal Superior de Justicia le compete
al mandatario estatal porque de él depende la gobernabilidad del estado.
Excusarse alimentará el encono al interior y fomentará la corrupción frente al
ejemplo de impunidad que ha puesto la Presidencia de Poder Judicial y la
permisividad de Cuitláhuac García.
Nadie ha pedido al gobernador que se convierta
en el poder de poderes. Lo que se exige es que las instituciones funcionen en
beneficio de los ciudadanos y no de una nueva clase política rapaz. Si ellos
impusieron a la Presidenta y a los nuevos magistrados, son ellos los
responsables del caos que han provocado.
Sin gato que gobierne, los ratones han hecho
fiesta...Pobre Veracruz!!!
(Sala
Prensa Veracruz)
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