Xalapa, Ver. | 28 octubre de 2020
Tribuna
Libre. -
El 18 de enero de 2016, Jorge Morales, entonces
comisionado de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los
Periodistas (CEAPP), se quejaba amargamente de la intención de la secretaria
ejecutiva del mismo organismo, Namiko Matzumoto, “de perpetuar su control” en
la CEAPP, pues estaba a punto de dejar el cargo y operaba para imponer a su
mano derecha Geiser Manuel Caso Molinari.
En aquel entonces, Morales escribía esto de
Caso Molinari: “es evidente que su cercanía con la propia Namiko Matzumoto lo
compromete a mantener el statu quo legado”.
(https://apuntesycronicas.wordpress.com/2016/01/19/que-sigue-tras-la-dra-matzumuto-de-la-ceapp/)
¿Qué sigue tras la salida de la Dra. Matzumuto
de la CEAPP?
Cuatro años después, Morales está repitiendo
aquella historia e intenta desesperadamente dejar a su alfil Israel Hernández
—un empleado actual de la CEAPP— en el cargo que él debe entregar en diciembre
de este año.
Namiko logró su objetivo, falta poco para ver
si Morales también lo conseguirá.
Ya lo dijo Rubén Blades en una entrevista: “El
poder no corrompe; el poder desenmascara”.
Propuesto como comisionado en 2012 por el
gobernador priista Javier Duarte, Morales supo negociar su posición e incluso
mejorarla con el gobernador panista Miguel Ángel Yunes, quien en 2016 le otorgó
una dispensa de ley para que pasara de comisionado a secretario ejecutivo de la
CEAPP.
Ahora, en los tiempos de la 4T, Morales busca
desesperadamente el apoyo del gobierno del morenista Cuitláhuac García para
darle continuidad a su proyecto en la CEAPP. “Pragmatismo puro”, escribiría él.
Con ocho años dentro de la estructura de la
Comisión, Morales y compañía han tejido una red que funciona más como un Club
de Toby, conformado por un puñado de comunicadores que presumen ser los únicos
que realmente hacen periodismo en Veracruz. Son ellos quienes, lo mismo
organizan cursos y talleres con factura al erario público que se contratan como
instructores o se autoelogian y autopremian desde la Comisión. Por eso están
obligados a apoyar la causa e intentan llamar la atención para encartar al
candidato de Morales en la ya larga lista de aspirantes a la secretaría
ejecutiva.
A sabiendas que ese interés personal y
continuista carece de simpatía en el gremio que dicen representar y en la
cúpula política que decide esos nombramientos, dicho grupo, como estrategia,
optó por emprender una intensa campaña para recabar firmas de periodistas y
presumirlas ante el Gobierno como su carta de presentación.
Para ello impulsaron una campaña política y
mediática apegada el viejo manual, haciendo de todo con el recurso público
disponible: otorgando caretas, cubrebocas y dinero en efectivo a periodistas
siete meses después de iniciada la pandemia por coronavirus; multiplicando los
talleres y conferencias para “capacitar” a sus simpatizantes y el colmo,
utilizando con discrecionalidad los datos personales de los reporteros a
quienes “ha ayudado” la CEAPP para ahora cobrarles el favor y pedirles firmas
para respaldar su candidatura.
Las recientes declaraciones y acciones de los
que tienen los días contados en la CEAPP demuestran el tamaño de su impotencia,
saben que saldrán por la puerta trasera y que les espera un proceso tortuoso de
auditorías y comprobación de recursos, pues, a fin de cuentas, no es lo mismo
respaldar una cierta cantidad de dinero ejercido que demostrar en qué se gastó.
¿Qué
sigue tras la salida de Jorge Morales de la CEAPP?
Está claro que por salud y mejor funcionamiento
de ese organismo no se debe apostar por la continuidad, hacerlo es permitir que
siga el statu quo del que tanto se quejó Morales en 2016 y que ha permanecido
así. Ya no más comisionados levantadedos o aviadores, lo que urge son nuevos
integrantes que limpien y sacudan a la CEAPP en vísperas de las elecciones,
dado que es en ese tiempo político cuando más agresiones ocurren contra
periodistas.
Lo deseable es que los nuevos secretario
ejecutivo y comisionados tengan un mejor perfil y representatividad, pero que
también trabajen y respondan a la exigencia inmediata de auditar todo lo hecho
en la Comisión durante los últimos años (no solo el presupuesto), realicen un
informe integral y lo hagan público.
A la par, los nuevos responsables de ese
organismo autónomo tendrán que actuar de inmediato contra la crisis de seguridad
que atraviesa el periodismo y que se está agravando, dando seguimiento a los
asuntos en materia de seguridad y justicia, actualizando los informes sobre los
abusos cometidos por la SSP y otras autoridades contra los periodistas;
impulsar una agenda en derecho laboral para el gremio; dejar de ver únicamente
por los amigos y fomentar una verdadera capacitación y profesionalización para
todos; en fin, trabajo habrá y mucho, así lo exigen los tiempos actuales, así
lo exigen muchos periodistas olvidados en los municipios de Veracruz.
La renovación de la CEAPP es inevitable, ya
está en marcha en los ámbitos del Gobernador y del Congreso del Estado, será
allí en donde se decidirá el futuro de la misma: más de lo mismo o una
verdadera transformación. www.primerpárrafo.com
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