Ángel Rafael Martínez Alarcón | 08 febrero de 2021
Tribuna
Libre.- El
invernal cinco de febrero del 2021, fue un extraño día. No hubo frío ni lluvia
en la capital de Veracruz, el atardecer también fue extraordinario. En otras
fechas se conmemoraba el aniversario de la crucifixión del primer santo de
México, san Felipe de Jesús, la
promulgación de la constitución liberal de 1857, y la reformada de 1917. Unas
horas de terminar el día 36 del presente año. Por mensaje de un WhatsApp, se informa del sorpresivo
fallecimiento del amigo, maestro, colega, Ernesto Gerardo Fernández Panes. Con
el confinamiento del covid 19, nos manteníamos comunicados por el Facebook, con
nuestros respectivos links, en nuestras
respectivas publicaciones. Un servidor
tuve la intención de llamarle para darle mis condolencias por el
fallecimiento de su prima Concepción Panes,
en días pasados.
Vaya mi sentido pésame para su señora madre, sus hijas, nietos, y para
la Dra. Beatriz Roca. El maestro Panes,
como era mundialmente conocido, tuvo la gran virtud de sumar y cultivar el don
de la amistad con sus alumnos, amigos,
siempre fue un hombre con convicciones firmes.
Ernesto Gerardo Fernández Panes,
fue fundamental en mi vida de adolescente, cuando lo conocí a los 15
años, eran los inicios de la década de los años ochenta, en una feria de
Xalapa, se instaló en donde estuvo la
Comercial Mexicana, estaba entregando
propaganda del Partido Comunista Mexicano, recién legalizado por el gobierno de
José López Portillo.
En estas últimas décadas hemos coincidido en muchos espacios públicos,
él siempre amigo, maestro, debe aclarar que nunca fui su alumno en un aula
formal de la escuela, fue el maestro de la vida, sobre todo en el activismo
político. En los eventos del Instituto de Intercambio cultural México- URSS
“José Mancisidor”, en la fundación del Movimiento Méxicano por la Paz (MOMPAZ)
en 1985. En la construcción del Frente
Democrático Nacional en la candidatura a
la presidencia de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en 1988, y al año siguiente en
la fundación del Partido de la Revolución Democrática. Luego en la Escuela
Normal Superior “Manuel Suárez Trujillo”,
en la Academia Mexicana de la Educación, donde fue su presidente.
Finalmente, en las aulas de la carrera de la facultad de Antropología de la
Universidad Veracruzana. Siempre hubo el consejo sabio del amigo, y muchas
veces le decía mi guía moral, solamente le daba risa.
La biografía de Ernesto Gerardo Fernández Panes se inicia en la ciudad
de Xalapa, que lo vio nacer un 7 de noviembre de 1947, en un hogar de una
familia de ferrocarrileros, vivió en la
zona de la colonia Salud, fundada hace un siglo, muy cercana a la primera
estación del ferrocarril de la ciudad de Xalapa. Nace justamente en el periodo del Milagro Mexicano, pero en el
hogar fue testigo de la lucha social.
Estudió la secundaria en la Escuela Antonio María de Rivera, en la zona
universitaria de la capital de Veracruz. Ya desde muy joven empezó a tener sus
primeras lecturas subversivas. Luego cursó el bachillerato en la escuela
Artículo Tercero Constitucional, ahí ya
lo encontramos como un líder
estudiantil. Escribió de esta etapa de su vida: ¿Por qué ingresé a esta escuela?[1],
porque influido por las luchas ferrocarrileras de 1958-59, deseaba estar en una
escuela con tradición en la lucha social. Mi padre participó en las huelgas
ferrocarrileras de 1927 y 1958-59 y fue corrido, participó en el movimiento
armado durante los años de 1915 a 1920 como zapatista, mi tío fue carrancista y
después panadero, miembro del PCM y quien entrenó militarmente a un grupo de
luchadores obreros de la fábrica de San Bruno. Ingresé aquí porque me gustaba
la pintura de los grandes muralistas: Siqueiros, Clemente Orozco, Diego Rivera,
Mario Orosco Rivera, en la secundaria Antonio María de Rivera, veía ese mural
que él pintó en uno de los muros. Porque leía la Voz de México, órgano del PCM
y no sabía quien la distribuía y yo quería ingresar al PCM. Porque cuando estudiaba en la escuela
Antonio María de Rivera me dio clase Víctor Raúl Domínguez e
Iparrea Salaya, uno Historia y el otro, parece, que Geografía, y nos recomendaban
lecturas de los clásicos del marxismo. Decían que eran de la JCM, junto con
Carlos Domínguez Milán, quien después ingresó al PRI y fue diputado local,
Director de la Escuela y Presidente Municipal de Xalapa. Yo empecé a leer, en
la secundaria, el Manifiesto del Partido Comunista, que me regaló mi tío
Onésimo Fernández Camacho. Leía la revista de Manuel Marcué Pardiñas: Política,
en la que saldríamos, en una foto, los delegados al XV Congreso del PCM, yo era
uno de ellos junto con otros profesores. Leía también Siempre, revista dirigida
por el Jefe Pagés Llergo. En esos años había escuchado decir que en la escuela
Art. Tercero había gente con ideas socialistas y eso me guió en la decisión de
ingresar a la citada institución.
Fue militante desde 1966 del Partido Comunista Mexicano, activista en el movimiento estudiantil de
1968, tanto en lo local como en lo
nacional, en ese mismo tiempo ingresa a estudiar la carrera de Economía, recién
fundada en la Universidad Veracruzana. Sufrió la represión del Estado, salió al
exilio, toda una trayectoria en la izquierda militante y perseguida, hoy muchos
se llaman de izquierda por qué votaron en 2018, por el actual gobierno.
Encontramos su texto sobre el 68
en nuestra ciudad: El 68 en Xalapa y el liderazgo estudiantil en la Universidad
Veracruzana. Testimonios, Valenzuela
Herrera, Lulio. 2009. En las páginas 32
a la 37, narra su testimonio de esos días de lucha estudiantil de 1968.
https://youtu.be/1_0YeZc7QOM
Fue el primer diputado local de PCM, en el congreso de Veracruz, entre
los años de 1980-1983. En 1985 y 1991, fue candidato a diputado federal por la
tercera circunscripción, por el principio de mayoría relativa. Por el PSUM,
como suplente a Donato Alberto Flores
Soto, y luego por el PRD, como suplente
Javier Soriano Sánchez.
Dejó la militancia partidista, y formó
parte del Consejo Electoral Estatal ya ciudadanizado. Fundó una asociación civil Vivamos mejor Veracruz, desde ahí también siguió construyendo un
mejor país. Por mucho tiempo fue
artículista del Diario de Xalapa, a invitación de su dueño, don Rubén Pabello
Acosta. En 2016, recibió la medalla
“Carlos A Carrillo “ por 40 años de
servicio como docente de bachillerato.
Hasta siempre ¡¡¡
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