Ciudad de México | 15 julio 2021
Tribuna
Libre.- La
nublada realidad de Morena está certificada según los resultados de la última
elección, del pasado 6 de Junio, pues perdió 34 distritos de mayoría, así como
4 millones 182 mil 14 votos, respecto a la elección federal de 2018.
Hace tres años la alianza Juntos Haremos
Historia obtuvo el 42% de los votos, este 2021 apenas alcanzó el 26.11%.
Además, la ciudad más importante para el
morenismo, la Ciudad de México –capital del país–, se dividió cuando la
oposición ganó las alcaldías de Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Azcapotzalco, Á.
Obregón, Coyoacán, Cuauhtémoc, Cuajimalpa, Tlalpan y M. Contreras. Xochimilco.
Esto representa nueve de las 16 alcaldías.
Esta debacle y fracaso ha hecho que la
sucesión del 2024 se adelantase mucho más de lo esperado. Ha sido el mismo
presidente López Obrador quien ha mostrado preocupación por quién lo sucederá
en la Presidencia, a pesar de que estamos a más de dos años de que comience el
proceso electoral.
Sin embargo, la situación apremia. Entre los
posibles precandidatos por parte de Morena se encuentran perfiles que no logran
“dar el ancho”, en comparación del fenómeno social y electoral que significó
AMLO durante años.
Tanto Claudia Sheinbaum, como Marcelo Ebrard,
Juan Ramón De La Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle o
Ricardo Monreal tienen una intención genuina de buscar la Presidencia, sin
embargo ninguno de ellos puede jactarse de ser el candidato puntero, ¡porque
falta muchísimo para definirlo!
La desesperación por parte de López Obrador
se demostró el pasado 5 de julio, cuando sorpresivamente el presidente citó los
nombres ya mencionados (con excepción de Monreal). Esta campanada tiene tintes
de buscar posicionar la idea de que Morena tiene varios “ases” y que cada uno
de los precandidatos están respaldados por el ejecutivo, sabiendo que el único
activo con buena aprobación en Morena es justamente, Andrés Manuel.
El riesgo para López Obrador es que, en lugar
de fortalecer a su partido, éste se divida aún más de lo que está y cada
precandidato comience a forjar una estrategia con sus grupos internos,
orquestando golpeteos contra los otros perfiles. Esto significaría una guerra
intrínseca que acabaría con cientos de heridos y muertos políticos. ¿Tan
consternado se encuentra AMLO para tomar ese peligro?
Quizá los asesores del presidente siguen
viendo que del lado opositor la caballada está sumamente flaca.
Aunque la encuestadora massive caller ponga
por delante a Ricardo Anaya, sus consignas en videos no logran impactar y, en
lugar de agradar, suele convertirse en el cliente frecuente de los memes
políticos que lo ridiculizan de manera atroz.
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