Claudia Guerrero Martínez | 04 agosto 2021
Tribuna
Libre.- Un
presidente necio, obcecado y vengativo. Siente que el poder se utiliza para
continuar una campaña, que terminó en el 2018. Antes de ese triunfo, para
Andrés Manuel López era fácil ser crítico del sistema y contar con seguidores,
igual de resentidos que él. Ahora que López Obrador es el sistema, pretende
continuar con su discurso lleno de descalificaciones. Lo malo, no puede ser
crítico de su propio Gabinete, entonces inventa nuevos adversarios, enemigos
imaginarios en su cabecita, pues se le acabaron los culpables y ahora crea
nuevos, tratando de imponer sus criterios en el manejo de las instituciones,
muchas de ellas creadas desde hacer varias décadas y surgen por la necesidad de
hacer un país democrático, como el INE; un país justo, como la Suprema Corte de
Justicia de la Nación; un país con Leyes y Constitución, con el Congreso de la
Unión y Locales, así como el Senado de la República; con un país libre, con la
Comisión Nacional de Derechos Humanos, la Libertad de Expresión y de Imprenta.
Pero en todos, el presidente pretende presionar, asfixiar a las instituciones y
controlar todo lo que para él, son los que bloquean su proyecto de presunta
transformación.
Y lo interesante, que estas ideas no son de
López Obrador, sino de sus asesores externos, como el argentino y diputado Axel
Kicillof, quien fue ministro de Economía en el Gobierno de la expresidenta de
Argentina Cristina Fernández. En el 2019, este extranjero se reunió con altos funcionarios de MORENA y divulgada
en medios de comunicación, lo que provocó que este visitante negó ser asesor y
para él, la información era “Fake”, cuando sostuvo reuniones con el
expresidente de la Mesa Directiva del Senado, Martí Batres, así como el titular
de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Héctor Vasconcelos, ambos
de MORENA, para luego, con la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa
Alcalde y su equipo, así como la titular de Economía Graciela Márquez y el
entonces líder del Congreso Federal, Mario Delgado, quien publicó una foto en
Twitter, tras un encuentro con el diputado argentino. Y después de todo esto,
Kicillof aseguraba ser Fake, el estar asesorando a políticos en México.
Otro asesor más, es el también argentino y
naturalizado mexicano Enrique Domingo Dussel Ambrosini, quien como académico,
filósofo e historiador, también asesora al presidente López en las decisiones
que dirigen al país, imponiendo la doctrina de la “Filosofía de la Liberación”,
que más bien son con tintes socialistas, con gran carga en el tema de la
iglesia católica, aplicándolo en el ámbito latinoamericano para imponer la
dominación, con el fin de combatir al capitalismo y ver a los enemigos como
imperialistas o neoliberales. Dussel fue expulsado de Argentina por sus ideas
marxistas y se refugia en México, gracias a las políticas de Luis Echeverría
Álvarez, al recibir exiliados de Chile, Argentina y Uruguay.
Uno más, es el dueño de la Revista Proceso,
Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia de la República.
Antes del 2018 no tenía experiencia en el ámbito gubernamental y sólo operador
electoral en la Tercera Circunscripción a favor de MORENA. Por el simple hecho
de ser hijo del periodista Julio Scherer, se han aprovechado y meterse en las
decisiones de López, para beneficiar a su revista con contratos lucrativos y
publicando crítica maquillada sobre mensajes para los opositores y funcionarios
federales, siendo que en enero del 2019, se deslinda del consejo administrativo
que rige la revista, con la excusa de no caer en conflicto de intereses.
Y estos presuntos “asesores estrellas”, son
los que coordinan las decisiones del presidente López. Validan locuras, hacen
propuestas descabelladas y muchas de ellas infringiendo la ley y gastando
dinero que no hay, en consultas populares, como la realizada el pasado 1º de
agosto, con un costo de más de $500 millones de pesos y fue un fracaso. Y éstos,
giran alrededor de presidencia y del partido político MORENA. En el caso de
Julio Scherer, junto con su hermano Pedro, hacen negocios en estados como
Veracruz, Chiapas, Tabasco y otros, gobernados por MORENA, en Secretarías como
Salud y Seguridad Pública, imponiendo contratos a amigos, socios y
prestanombres.
Y otro asesor, ahora más distanciado que
antes de López Obrador es Ricardo Salinas Pliego, dueño de la televisora
TVAzteca y de empresas de Internet, como Total Play, quien declaró a periódicos
críticos, como el diario británico The Financial Times, que López Obrador se
equivocó al cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM)
diseñado por Norman Foster y afectando negativamente al país y a los
inversionistas. “Invertir en proyectos de infraestructura que tienen poco
sentido comercial, no es bueno para el país”, insistió uno de los hombres más
ricos del mundo, paradójicamente en México, donde el CONEVAL, organismo público
que mide la pobreza en el país, presentó el 9 de febrero de este año, el
Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020 y calcula en
70.9 millones de pobres por ingreso, del 56.7 por ciento de la población en
México.
El interés del presidente López es su
transición en el poder para el 2024. Por eso el control en las instituciones,
los programas asistenciales para incrementar su estructura en el voto duro a
favor de MORENA y restar proyectos para el desarrollo, pues entre más pobres
haya, son votos para un mandatario populista, sin capacidad para enfrentar los
graves problemas del país y entregar a México, a los grupos delincuenciales,
militarizándolo con el fin de tener el control de los ciudadanos, con leyes
absurdas y consultas populares para preguntar si los mexicanos estamos de
acuerdo o no, en aplicar la ley.
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