Ángel Rafael Martínez Alarcón | 13 septiembre 2021
Tribuna
Libre.- Para
un servidor el 11 de septiembre, este marcado en mi historia infantil, en 1973
ingresó a la escuela primaria, en una primera etapa la cursé en la Escuela
Carlos A Carrillo, fundada en 1956. Eran
mis años infantiles y recuerdo con mucha claridad los acontecimientos que narró
la televisión privada de nuestro país, sobre el golpe de estado contra el
Presidente de la República de Chile,
Salvador Allende (1908-1973). En el ambiente familiar estuvieron muy
pendientes de dicho acontecimiento, ya fuera por la prensa que llegaba al
hogar: El tema de Hoy, Diario de Xalapa, Novedades: el mejor diario de México.
Más los noticieros de la radio y la televisión, en particular de televisa.
Seguramente a mi corta edad ni siguiera se ubicaba donde está la República de
Chile; pero el ambiente de vivir con adultos mayores hizo que absorbiera dicha
información.
El otro 11 de septiembre que
cambió la historia del mundo en el siglo XXI, fueron los ataques de las Torres
Gemelas en la ciudad de Nueva York. Ese marte por la mañana el mundo nos
despertábamos con esa noticia, nunca imaginada. Uno de los símbolos del
capitalismo Norteamérica fuera atacado, junto con las oficinas del
Pentágono. Recuerdo esa mañana al
encender la televisión y ver las primeras imágenes del ataque aérea; y al mismo
tiempo la radio daba la noticia. El segundo ataque sufrían los Estados Unidos
en su territorio. El primero lo encabezó Francisco Villa (1878-1923). Uno de
los líderes de la Revolución Mexicana; quien el 9 de marzo de 1916, invade a la
población de Columbus, Nuevo México.
Era el segundo año del gobierno del presidente Vicente Fox Quezada, un
servidor era oficial de servicios migratorios del Instituto Nacional de
Migración, en la delegación Veracruz, encabezada por Alejandro Cossío
Hernández. Yo estaba adscrito a la subdelegación de mi ciudad natal, Xalapa.
Al medio día llego una circular de las oficinas centrales de la ciudad
de México, indicando entre otras cosas estar muy atentos con las nacionalidades
del mundo musulmán, y así como las nacionalidades: rusa, cubana, norcoreanos.
Por las tardes nos fuimos a alertar a los hoteles y moteles y centrales
camioneras de la ciudad capital del Estado de Veracruz.
Esa misma tarde del 11 de septiembre del 2001, el presidente de los
Estados Unidos de Norteamérica, George W Bush,
en su discurso del 20 de septiembre de ese mismo año afirmaba: El once
de septiembre, los enemigos de la libertad cometieron un acto de guerra contra
nuestro país. Los estadounidenses han visto guerras, pero durante los pasados
136 años, esas guerras han sido en territorio extranjero, con la excepción de
un domingo en 1941. Los estadounidenses han visto las bajas de guerra, pero no
en medio de una gran ciudad durante una mañana pacífica. Los estadounidenses
han visto los ataques sorpresa, pero nunca antes contra miles de civiles. Todo
esto se nos impuso en un solo día, y la noche cayó sobre un mundo distinto, un
mundo en el que la propia libertad está bajo ataque.
Los Estados Unidos de Norteamérica, horas máas tarde identificaron a un
ex aliado, en la guerra para expulsar a los soviéticos del territorio afgano
invadido en diciembre de 1979, Osaman
Lin Laden (1957-2011), como el responsable directo de los ataques. Iniciando
los Estados Unidos una nueva guerra contra el terrorismo en Afganistan y Irak.
Estos últimos 20 años dichas naciones sufrieron en sus territorios la invasión
militar de los Estados Unidos y sus aliados de la Otan.
20 años después el ejército de los Estados Unidos sale derrotado de
Afganistán, el pasado 15 de agosto del presente
año, los Talibanes recuperan su nación.
Regresando a Xalapa, al otro dia de los ataques, nos comunican de un
hotel cercano a la Central Camionera de Xalapa, sobre un ciudadano ruso, muy sospecho, que entra y
sale del hotel con bolsa. Rapìdamente
fuimos a supervisar el asunto. Yo lo abordé preguntándoles quien era y
que hacía, con mis cinco oraciones que aprendí de mi curso del idioma ruso. El
sujeto se queda pasmado. Impactado que un oficial de servicios migratorio le
haya hablado en su lengua, y me contesta dándome sus generales, y explicando
que salió sin documentación de la ciudad de México, que es profesor de
historia, doctorado en las relaciones
México- URSS, bajo la dirección del Dr. Alexandr Sizonenko del Instituto de
América Latina de la Academia de Ciencia de la URSS; grata coincidencia,
también había sido mi profesor en la Facultad de Historia de la Universidad
Veracruzana, en un curso sobre la historia de la URSS, organizado por el
Instituto de Intercambio Cultural México-URSS “José Mancisidor” Me explicó que un alumno le informó que en la
central camionera de Xalapa, en una librería de libros viejos, había un gran
dote de publicaciones de la Agencia de Prensa Novosti, Boletín de información
de la embajada de la URSS en México, vino a comprarlos.
El Dr. Evgueni Dik Dovgiall (1968-2002). Vino un par de veces a Xalapa,
nos sentamos a diseñar un protocolo para estudiar las relaciones culturales de
URSS en mi ciudad, por la importancia que tuvo el Estado de Veracruz con la ex
URSS, en 1982, se instaló un consulado concurrente al sureste de México y
Centroamérica. El Dr. Evgueni Dik Dovgiall, apareció muerto en la ciudad de
México.
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