José Miguel Cobián | 20 septiembre 2021
Tribuna
Libre.- Leo
en la jornada del sábado 18 de septiembre, que el presidente López informa que
en la cumbre de la CELAC no habrá discusión sobre su propuesta de una nueva OEA
que no sea lacayo del imperialismo (cita no textual). ¿Qué pasa?
Después del discurso anti americano del 16 de septiembre, y de la
aparente prudencia con la cual contestó el embajador americano, todo apuntaba a
que el gobierno mexicano estaría sobrado en esta cumbre.
El desprecio del presidente López a la cumbre
climática, que comenzó cuando estaba realizando la mañanera, misma que no
suspendió ni para escuchar el discurso del presidente Biden, pareciera indicar
que Estados Unidos necesita a México mientras que México no necesita a Estados
Unidos. Ya no somos socios comerciales, sino que hay hegemonía mexicana, pareciera
decir el presidente. Que lo mismo exige el fin del embargo a Cuba sin mencionar
ni rechazar las infinitas violaciones a los derechos humanos realizadas por los
dictadores de la isla, o que exige a Estados Unidos un plan Marshall para
centro américa y demanda recursos, o mejor aún, exige también vacunas para
México y centro américa.
Esa posición de fuerza contrasta con el
fracaso de la reunión de la CELAC.
Parece que los países importantes no le dieron la importancia que se
esperaba. Son 32 los países miembros,
los países más importantes mandan canciller o algún representante, sólo 17, la
morralla está presente con sus jefes de estado.
Mira la lista de países asistentes y verás que es morralla, incluso me
atrevo a apostar que algunos vinieron porque les pagaron el vuelo, el hospedaje
y la alimentación. Va la lista:
Belice, Bolivia, Costa Rica, Cuba, República
Dominicana, Ecuador, Guatemala, Guyana, Honduras, Paraguay, Perú, Santa Lucía,
San Vicente, Granada, Surinam, Venezuela y Uruguay. Brasil no es miembro, así que no cuentan ni
para bien ni para mal. Argentina con su
gobierno populista no pudo venir por los problemas internos. De éstos países sería interesante saber cuántos
estarían dispuestos a generar diferencias con Estados Unidos, seguramente sólo
Bolivia, Cuba y Venezuela.
Mientras México considera públicamente a Luis
Almagro presidente de la OEA como lacayo, éste a su vez envió una condolencia
por el accidente de la línea doce, deseando confort a los deudos de las
víctimas mortales, pronto restablecimiento a los heridos, y la esperanza de que
no se caiga ninguna otra obra realizada por Marcelo Ebrard cuando era jefe de
gobierno.
Hoy, Almagro debe de estar de excelente
humor. Ni el Canciller ni el Presidente
mexicanos le hacen mella a su organización, tan solo quedan en el peor de los
ridículos para quienes entienden el juego de la diplomacia internacional. El presunto liderazgo de México en América
Latina se perdió y no se ha recuperado, tan sólo es un cuento para el mercado
electoral del presidente en turno.
Trump era un personaje desconocedor de los
estilos y las formas sutiles de hacer política. Con él se entendía muy bien el
presidente López, porque era muy claro y directo. En el caso de Biden, quien preside al país más
poderoso del mundo y nuestro principal socio comercial, es un político
experimentado, conocedor de los intríngulis propios de la política interna y
externa de su país. Es un hombre que
conoce cada palanca y cada hilo que puede jalar o aflojar para hacer sentir su
poder, con Biden la relación es mucho más difícil, porque es un juego entre un
jugador experto y unos novatos.
No esperemos jamás que el gobierno americano
en estos cuatro años amenace, y mucho menos que su embajador reaccione de
manera visceral. Ellos son políticos
profesionales. Ellos esperarán el mejor
momento para demostrar quién tiene el poder.
Quizá muchos mexicanos no lo notemos, pero esa es la realidad de vivir
junto al imperio.
El riesgo que genera un enfrentamiento con
Estados Unidos, es que al final, quien sufre es la población mexicana. Hay teorías que lanzan diciendo que el
presidente López hizo cada cosa que hizo con la venia de Estados Unidos. Yo lo
dudo, el hombre es visceral, ignorante de los juegos de política internacional,
plano, llano y directo. Los errores que
muchos vimos que cometió fueron eso, simples errores, que exponen a toda una
población.
Estoy seguro de que ningún mexicano quiere
vivir como Cuba, tan solo por la soberbia de sus dirigentes, y estoy cierto de
que no viviremos así jamás. México está
jugando un rol muy peligroso, ya que dependemos de Estados Unidos pero jugamos
a aliarnos con sus adversarios. Recordemos el tan anunciado compromiso de
compra de vacunas rusas. Al final no
llegaron, queda la duda sobre si los rusos fallaron, o el gobierno mexicano
discretamente reculó.
Lo que es una realidad es que el segundo
objetivo de los políticos mexicanos, después de enriquecerse gracias a su
posición, debería de ser el bienestar de la población. Esa meta debe de estar
por encima de cualquier otro interés.
Lamentablemente cuando llegan a tantos puestos públicos personajes
bisoños, sin experiencia y con una ambición desmedida, vemos que ese segundo
objetivo no se cumple a pesar de que el primero si se lleva a cabo.
Aclaro, hay personajes en este país (aunque
lo dudes amable lector) que trabajan en el servicio público y su vocación es
servir al país. El grave problema es que
quienes detentan el poder y las decisiones generalmente no poseen esa misma
vocación.
De entrada, el ridículo que hizo México con
sus balandronadas en contra de Estados Unidos y de la OEA es motivo de bromas
en el mundo de la diplomacia.
www.josecobian.blogspot.comelbaldondecobian@gmail.com
@jmcmex
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