José Miguel Cobián Elías | 27 septiembre 2021
Tribuna
Libre.- Si
revisamos el contexto internacional, México realiza el 85% de su comercio
exterior con Estados Unidos, país que es de dónde se mandan miles de millones
de dólares de nuestros paisanos, y nuestro primer consumidor turístico. Compartimos más de tres mil kilómetros de
frontera común. Y tenemos un tratado de libre comercio que se va a revisar
periódicamente del cual se sostienen los pilares de la economía nacional. Por lo tanto, Estados Unidos es nuestro
principal socio comercial y como tal, debiera de ser uno de los países de mayor
interés para México, ya que la buena relación está directamente relacionada con
el bienestar de los mexicanos.
Países como Cuba o Venezuela que se han
peleado con Estados Unidos, han terminado en manos de dictadorzuelos, a quienes
costará sangre sacar del poder para regresar a la normalidad democrática, y han
causado empobrecimiento, sufrimiento, dolor y muerte a sus poblaciones. México no debe de seguir ese camino
jamás. Sólo un traidor a la patria
podría buscar un futuro así para el país.
Estados Unidos tiene dos adversarios principales a nivel mundial. Por un lado, la
Rusia de Putin que gobierna desde 1999, y por el otro la China de Xi Jinping
que llegó al poder en 2013. Hoy por
hoy, las tensiones más importantes entre las potencias se presentan con el
gigante amarillo.
Las señales que ha dado Estados Unidos
respecto a China han sido muy claras.
Protección militar irrestricta e incondicional de sus aliados Taiwan,
Japón y últimamente Australia. Con el país de los canguros acaba de celebrar un
acuerdo de venta de submarinos nucleares, con el fin de frenar de alguna manera
la expansión de China en todos los mares cercanos. Llegó a crear un conflicto diplomático con
Francia, quien vendería submarinos más antiguos a Australia, con el fin de
proteger esa zona marítima.
El conflicto con Huawei todavía está fresco
en la memoria de los usuarios de telefonía móvil. La prohibición de exportar piezas de alta
tecnología a China se ha aplicado de manera estricta. El pleito para
desarrollar e instalar la tecnología 5G para celulares en los países aliados de
Estados Unidos llegó a extremos radicales de exigencia estricta para que China
no entrara ni participara ni en el control ni la instalación de dichas redes de
comunicación.
Los ejercicios militares conjuntos con Corea
del Sur y con Japón son otro ejemplo claro del interés de Estados Unidos por
mantener a China contenida en sus deseos de expansión territorial en todos sus
mares cercanos.
En México se realiza la reunión de la CELAC,
y se le da trato de héroes a dos tiranos asesinos, como son Maduro de Venezuela
y Díaz Canel de Cuba. Este hecho puede
ser considerado como un desplante para consumo interno en el país, debido a las
críticas a la borderpatrol mexicana y su violencia contra los migrantes en la
frontera sur de México. Una táctica muy usada en tiempos de gobierno priístas,
en dónde se apapachaba a Fidel Castro, pero se sometían a los designios de
Washington.
Hoy el discurso del presidente chino en la
cumbre marca un antes y un después. Tal
parece que el presidente mexicano piensa que estar del lado de China es mejor
para beneficiar a los mexicanos que estar del lado de Estados Unidos. Si a eso le añadimos la vergüenza que
vivimos los mexicanos obligados a escuchar un discurso de un dictador, en una
fecha sagrada para el calendario cívico nacional, y el mensaje añadido que se
envía a la casa blanca con el apoyo a Cuba, Nicaragua y Venezuela, todo parece
indicar que AMLO está tomando partido del lado equivocado, lo cual puede
afectar y mucho a los mexicanos. A un multimillonario que vive en un palacio
virreinal, esos vaivenes no le afectan personalmente.
Por último, vemos a Biden en una situación
complicada debido a la llegada de tantos haitianos a su frontera en Texas. Todos entendemos que ¨alguien¨ en el gobierno
mexicano les otorgó algún documento que les permitió cruzar el país en esas
cantidades de personas y sin mayor problema.
Es decir, la crisis en el Sur de Texas es una crisis generada a
propósito por el gobierno mexicano para debilitar a Biden.
Esto hace suponer que AMLO no sólo no supera
que su gran amigo Trump haya perdido la elección, sino que sigue realizando
trabajos para su cuate, con el fin de debilitar a la administración actual
americana. ¿Será una apuesta segura
para México, tratar de intervenir en la política americana, a favor de un desquiciado
como lo es Trump? La antipatía se notó
desde que AMLO se negaba a reconocer y felicitar a Biden como presidente
electo. Y de ahí para adelante, discursivamente en los continuos ataques contra
el vecino del norte, ataques que por cierto no vimos en la era Trump, donde
todo era halagos y sumisión.
Una cosa es la simpatía ideológica o los
anacronismos con los que pueda vivir AMLO, y otra muy diferente es olvidar que
su obligación es pensar en el bienestar de los mexicanos, que requieren
inversión, empleo, crecimiento económico, seguridad, y apoyo del gobierno y el
pueblo de Estados Unidos. Soberanía sí,
siempre. Pelear al estilo Echeverría
jamás, pues solo trae sufrimiento y miseria para el pueblo. Lo que menos conviene a México es alinearse
con China en su conflicto con Estados Unidos.
www.josecobian.blogspot.comelbaldondecobian@gmail.com @jmcmex.
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