*Para no ser sorprendidos por las autoridades, los integrantes de la caravana buscan avanzar a un mismo paso y esperan a mujeres y niños para evitar que queden rezagados y sean detenidos.
Ciudad de México | 25 octubre 2021
Tribuna
Libre.- La
nueva caravana conformada por unos 6,000 migrantes, en su mayoría de países
centroamericanos y de Haití, retomó este domingo su marcha por Chiapas, pero
avanza a paso lento y bajo estricta vigilancia de agentes de migración y de la
Guardia Nacional.
En su segundo día de recorrido, todavía muy
cerca de la frontera con Guatemala, los migrantes buscan completar unos 15
kilómetros, distancia que recorrieron el sábado, y mantienen firme su propósito
de llegar a la Ciudad de México y posteriormente dirigirse hacia Estados
Unidos.
Tras pasar la noche y descansar en la
comunidad de Álvaro Obregón, todavía en la ciudad Tapachula, este domingo el
grupo de migrantes se dirigió a la carretera con rumbo al municipio de
Huehuetán.
Aunque su intención inicial es salir de
Chiapas, que tardarán en recorrer varios días, los extranjeros tienen como meta
llegar a la capital mexicana para regularizar su situación ante el Instituto
Nacional de Migración (INM).
Con vigilancia mediante vehículos en
vanguardia y retaguardia, la caravana camina los primeros kilómetros de una
travesía de unos 1,160 kilómetros hasta la capital.
En redes sociales se han colocado videos del
contingente de esta caravana.
"Esta marcha es por la libertad, vamos
con Dios, él es quien nos va guiando y tenemos la idea de llegar a Estados
Unidos", dijo a Efe el cubano Pablo Iván Cifrian, quien aseguró no le
importa caminar "10, 20, 30 y 50, 100 o 1,000 kilómetros".
Además, comentó que para llegar a su objetivo
están "dispuestos a romper barreras y todo lo que se ponga por
delante" ya que su meta es llegar con este contingente a la Ciudad de
México.
En tanto, la hondureña Kari Pineda contó que
se unió a la caravana para huir de la pobreza, la inseguridad y la corrupción
que se vive en su país y en busca de mejores oportunidades.
"Tenemos la esperanza de llegar a
Estados Unidos para trabajar y darle un mejor futuro a nuestros hijos",
sostuvo.
La idea de Pineda es llegar a Estados Unidos
a buscar trabajo y ganar dinero para poder construirle una casa a sus hijos ya
que la que tenía fue destruida por el paso de los huracanes en 2020.
En tanto, Denis, un cubano que viaja en
compañía de su esposa, relató que ambos cuentan con pasaporte pero se
integraron a la caravana para llegar a la Ciudad de México y comenzar sus
trámites de estancia legal en el país.
La mayoría de los viajeros denuncian una nula
atención de las autoridades mexicanas para cumplir trámites en el país y
algunos, con más de un año en Chiapas, salieron al camino como respuesta a la
política de contención que el Gobierno ha desplegado en la ciudad de Tapachula,
en la frontera con Guatemala.
La ONG Pueblo Sin Fronteras denunció "la
conversión de Tapachula, Chiapas, en ciudad cárcel".
En un comunicado, la organización dijo que
"miles de personas migrantes han sido atrapadas en esta ciudad, que no
tiene los recursos ni la voluntad política para atender sus necesidades y
garantizar sus derechos humanos".
Pueblo Sin Fronteras señaló que el Gobierno
mexicano ha actuado bajo presión y amenaza económica de Estados Unidos y por
ello utiliza "engaños y trabas burocráticas" de la Comisión de Ayuda
a Refugiados (Comar) junto con la corrupción, abusos y deportaciones
arbitrarias del Instituto Nacional de Migración (INM).
Además, consideró que se vale de la fuerza
militar de la Guardia Nacional (GN) "para detener por medio de la coerción
y la violencia a personas en necesidad de libertad de tránsito y protección internacional.
Es necesario y justo que se rompa el cerco carcelario antimigrante de
Tapachula".
Para no ser sorprendida por las autoridades,
la caravana busca avanzar a un mismo paso y esperan a mujeres y niños para
evitar que queden rezagados y sean detenidos.
Este grupo se puso en marcha luego de que en
los primeros días de septiembre las autoridades mexicanas frustraran el avance
de cuatro caravanas de migrantes que también partieron de Tapachula.
Entonces, varias agencias de la ONU y ONG
criticaron el uso de la fuerza en los operativos para desintegrar las
caravanas.
La región vive una ola migratoria sin
precedentes desde comienzos de año, con un flujo histórico de 147,000
indocumentados detectados en México de enero a agosto, el triple de 2020.
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