José Miguel Cobián | 27 noviembre 2021
Tribuna
Libre.- De acuerdo a la Estrategia Nacional de
Seguridad Pública y al Plan Nacional de Desarrollo el Gobierno de México
entiende a la Seguridad Nacional como… “La condición indispensable para
garantizar la integridad y la soberanía nacionales, libres de amenazas al
Estado, en busca de construir una paz duradera y fructífera.”18 feb 2020
Integridad y soberanía nacionales, son las
palabras clave para entender lo que significa seguridad nacional. Mucho ojo,
Integridad y soberanía nacionales.
Dicho lo anterior, el 21 de noviembre pasado,
el presidente de la República emitió un decreto en el cual declara de interés
público y seguridad nacional la realización de proyectos y obras a cargo del
gobierno de México asociados a infraestructura en comunicaciones, telecomunicaciones,
aduanero, fronterizo, hidráulicio, hídrico, medio ambiente, turístico, salud,
vías férreas, ferrocarriles, en tods sus modalidades, energético, puertos,
aeropuertos y aquéllos que, por su objeto, caracteríticas, naturealeza,
complejidad y magnitud se consideren prioritarios y/o estratégicos para el
desarrollo nacional. Y ordena a todas
las dependencias federales a otorgar autorización provisional cuando se
presente la petición, en un plazo máximo de 5 días hábiles. Entreguen o no la
autorización provisional, se considera que la entregaron por un período de 12
meses.
Con éste decreto el presidente manda una
serie de señales a los pocos ciudadanos que hay en México, y a una población de
130 millones de personas a quienes no les importan los asuntos públicos.
El primer mensaje que manda el presidente, es
que porque él lo decide, todas las obras de su gobierno estarán por encima de
las leyes. No tendrán que cumplir ningún requisito a que la ley los obligue, ya
sea desde manifestación de impacto ambiental, hasta consulta a pueblos
originarios, respeto a la propiedad privada, etc. Es decir, con éste decreto, el presidente se
instala por encima de la ley. Violando
su protesta de respetar y hacer respetar a la Constitución Mexicana y las leyes
que de ella emanan.
Un segundo mensaje, es el de combatir
abiertamente la transparencia y rendición de cuentas. Al declarar todas sus
obras como asuntos de seguridad nacional, resulta que no va a informar a los
ciudadanos mexicanos de costos, licitaciones, contratos, cumplimiento de
normas, etc. Es decir, abre el camino
para que la corrupción que ya se ha descubierto en sus obras principales, ahora
quede oculta y ajena a los ojos de una población que ingenuamente cree en el
mensaje presidencial que afirma que se acabó la corrupción en México.
Un tercer mensaje que emite con este decreto,
es que le duele y mucho que los reporteros como los de LatinUs informen a la
población mexicana de corrupción en su gobierno, en particular corrupción de
las fuerzas armadas. Especialistas
pusieron el grito en el cielo cuando se le asignaron al ejército 266 tareas que
no le corresponden, y en particular se avisó del riesgo de corrupción al que se
exponía al ejército al dejarle más de doscientos mil millones de pesos del presupuesto
en sus manos para ejecutar obras y mandatos del presidente. LatinUs ya ha demostrado públicamente que
los pronósticos se cumplieron, y que los generales están felices hinchandose de
dinero por esa vía.
Un cuarto mensaje que envía el presidente es
el desprecio por las leyes y las instituciones. Hoy por hoy, el pueblo sabio,
el único que toma decisiones en el gobierno, quién decide si algo es bueno o
malo, quién está por encima de las leyes y decide si una ley se aplica o no, es
el presidente de la república. Lo cual
es gravísimo para los asuntos de la república. Se esté de acuerdo o no con
AMLO, la violación sistemática del estado de derecho en un país con un endeble
entramado legal como México es una invitación a generar conflictos políticos y
sociales mucho más graves que los que ya estamos viendo en el país. Es un daño
enorme a la república y al futuro de cada uno de nosotros.
Un quinto mensaje es el que indica claramente
que los empleados con 90% de lealtad y 10% de conocimiento que ha contratado el
presidente con salarios bajos, salarios que no compiten con los que se pagan a
nivel mundial, ha generado una crisis de talento en el gobierno federal. Su gente, los colaboradores del presidente no
saben cómo presentar un proyecto para que sea aprobado conforme a las leyes
vigentes, y por ello sus proyectos son rechazados una y otra vez. Un gobierno de ineptos ha convertido al
¨elefante reumático¨ del gobierno federal en un elefante de piedra, que
simplemente no se mueve.
El sexto y quizá el más triste que mensaje
que manda el presidente, es que ya se rindió. En lugar de convertir a la
burocracia federal en un una burocracia moderna y eficiente, rápida y eficaz,
atenta a servir a la población con conocimiento y capacidad. Ahora el presidente renuncia a ello, admite
sin mencionarlo, que no puede con la burocracia, con su propia burocracia, no
puede ni resolver los problemas, ni llevar a cabo las obras que desea. Reconoce
que está rodeado de incapaces e ineptos escogidos por él mismo para apoyarlo a
gobernar. Y en lugar de convertir al
gobierno en algo útil para México, prefiere la opacidad, la obligación de
aceptar y aprobar proyectos mal hechos, mal sustentados, que no cumplen con las
leyes vigentes. Obliga a sus propios
empleados a aprobar lo que está mal, aunque con ello perjudique a los
mexicanos, y lo hace a cambio de ocultar
la ineptitud de su gobierno y convencer a un pueblo ignorante que tiene un
mejor gobierno que los anteriores presidentes, aunque la realidad indique en
todas y cada una de las cifras y datos reales, que es al revés, que su gobierno
está resultando el peor de Salinas a la fecha.
Si al presidente no le gustan las leyes
vigentes que complican los procesos de construcción, debería enviar una
propuesta al congreso para modificarlas, en beneficio de todos los mexicanos,
en lugar de seguir aplicando la ley del embudo, simplificando las cosas para el
gobierno (la parte ancha del embudo), y continuar con las complicaciones para
la población mexicana (la parte angosta del embudo).
Siendo un acto autoritario y violatorio de
todas las leyes mexicanas. Es un acto también premonitorio de lo que puede
continuar sucediendo en México si permitimos que el presidente tome todas las
decisiones, sin ninguna asesoría ni contrapeso legal. Los contrapesos surgieron para controlar a
los monarcas sexenales y evitar sus grandes errores. No solo los de AMLO hoy,
sino los de quienes le sucedan
El gobernante debe ser vigilado y controlado,
y de no hacerlo, corremos el riesgo de una dictadura, que beneficie a pocos y
perjudique a las mayorías de mexicanos.
www.joseobian.blogspot.com
elbaldondecobian@gmail.com @jmcmex
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